tag:blogger.com,1999:blog-58577519917832995542024-03-15T13:50:40.662+01:00Historias del cuarto de atrásHistoria de Salamanca. Desde SalamancaLaura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.comBlogger73125tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-47453365403375344092023-05-13T11:58:00.000+02:002023-05-13T11:58:01.023+02:00Carmen Martín Gaite, El Cuarto de Atrás y Salamanca<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaGQ_PJ8sCHojQAenKoxJ0vFZ97yzIYua0ElDWT8nn5nuMWv_aNZArfN08Poq20yn453Y3RYnpHR2s2wrO-6Uk2CLfqAXN1EqU1Kew1Hiw9ZIp2rkHqx5wthRcbylvWz7DHWZx5qpfiimCpmzlNyYzVbUE5VzK5Z_TbeziBievsduF_h5pz3ddPmAq/s1920/portada-video8.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="Salamanca en El Cuarto de Atrás de Carmen Martín Gaite. Especial Letras al Aire de Radio Usal" border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1920" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaGQ_PJ8sCHojQAenKoxJ0vFZ97yzIYua0ElDWT8nn5nuMWv_aNZArfN08Poq20yn453Y3RYnpHR2s2wrO-6Uk2CLfqAXN1EqU1Kew1Hiw9ZIp2rkHqx5wthRcbylvWz7DHWZx5qpfiimCpmzlNyYzVbUE5VzK5Z_TbeziBievsduF_h5pz3ddPmAq/w640-h400/portada-video8.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-size: large;">El jueves 11 de mayo, me invitaron a un <b>especial del programa <i>Letras Al Aire</i></b> de <b>Radio Usal</b>. Me tocó hablar de <b>Carmen Martín Gaite </b>y de Salamanca en <i><b>El Cuarto de atrás</b></i>. (Está el texto y está el video)</span><p></p><p><span style="font-size: large;">Podéis verlo todo <a href="https://www.laurarivasarranz.com/salamanca-en-el-cuarto-de-atras-de-carmen-martin-gaite/">aquí</a></span></p><p><a href="https://www.laurarivasarranz.com/salamanca-en-el-cuarto-de-atras-de-carmen-martin-gaite/"><span style="font-size: large;">https://www.laurarivasarranz.com/salamanca-en-el-cuarto-de-atras-de-carmen-martin-gaite/</span></a></p><p><br /></p>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-75679758431528800492023-05-04T18:23:00.007+02:002023-09-16T19:29:32.992+02:00Estrenamos web <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkAi87VjJ0OxS9VBO1dlhgNfFpxSPdq5lHVL8Nqy8huewadzAKVmqrkfpZKsQKjOmuhlPQPNVdfyx3MF6qX9JbjHU5o0T1yOTC6rYz1oPWxIbV9mvHgA1g9xCIKf-hF4ROGBLamtJG8t1L5VTPNPWkVKhg8aI--7EIVRTIuF_TYI1EG1IPMaXqMlpl/s1207/foto%20de%20la%20webborde.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="imágen de la web de la escritora Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="609" data-original-width="1207" height="322" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkAi87VjJ0OxS9VBO1dlhgNfFpxSPdq5lHVL8Nqy8huewadzAKVmqrkfpZKsQKjOmuhlPQPNVdfyx3MF6qX9JbjHU5o0T1yOTC6rYz1oPWxIbV9mvHgA1g9xCIKf-hF4ROGBLamtJG8t1L5VTPNPWkVKhg8aI--7EIVRTIuF_TYI1EG1IPMaXqMlpl/w640-h322/foto%20de%20la%20webborde.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /> Desde hoy queda abierta <a href="https://www.laurarivasarranz.com/">mi web</a>. ¡Por fin tengo una! 😀<p></p><p>A vosotros que de vez en cuando pasáis por <i>Historias del cuarto de atrás</i> a leer cosas de Salamanca, quiero invitaros a entrar en mi nueva casita en internet. Prometo que encontraréis cosas interesantes. Algunas también de Salamanca. </p><p><i>Historias del cuarto de atrá</i>s no desaparece. Los cuartos de atrás hay que mantenerlos siempre, son muy importantes. </p><p>Me encantaría que vinierais a hacerme una visita en el estreno de mi web y que si os gusta os quedéis por allí.😉</p><p style="text-align: center;">👇👇</p><p style="text-align: center;"><a href="https://www.laurarivasarranz.com/"><span style="font-size: large;"> https://www.laurarivasarranz.com/</span></a></p>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-34532896285837826162022-02-27T20:59:00.016+01:002022-03-02T23:41:40.233+01:00La rocambolesca historia de Luis Maldonado con Elisa Kenelesky<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjzQkzQh3Uxac7jQciDe7kG04Z1zlN55TGulJOptYit6AjXQYby3W-GvznQJ7Nqh53HaRODVH5jJebnsxDvW4lGQOf5cZ18_tTHWKUN_c6PZDY2ANxBUEqVOBnbtvyTK3nTqkffazhLfgXU13dS-3mP2xce5nNHGldzbNOIuprjrMQosEPZgHbwKjNK=s1080" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Luis Maldonado y Elisa Kenelesky" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjzQkzQh3Uxac7jQciDe7kG04Z1zlN55TGulJOptYit6AjXQYby3W-GvznQJ7Nqh53HaRODVH5jJebnsxDvW4lGQOf5cZ18_tTHWKUN_c6PZDY2ANxBUEqVOBnbtvyTK3nTqkffazhLfgXU13dS-3mP2xce5nNHGldzbNOIuprjrMQosEPZgHbwKjNK=w400-h400" title="portada" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p style="text-align: justify;">El 2 de octubre de 1920, el teatro Liceo, abarrotado, estalla en aplausos. Ante la insistencia del público, <b>Elisa Kenelesky</b> sube al escenario y agradece la ovación.</p><p style="text-align: justify;">¿Pero quién es Elisa Kenelesky? </p><p style="text-align: justify;">Días antes, <i>El Adelanto</i> ha informado de la presencia en la ciudad de una famosa <b>escritora polaca</b>. </p><p style="text-align: justify;">Sobre el escenario, la popular escritora agradece los aplausos <b>con una pinta bastante sospechosa</b>: un “fastuoso abrigo de terciopelo”, “encasquetado su gorro de excursiones en trineo” y calzada con “alta bota que sabe de nieve de estepas”. Un atuendo tan polaco que no convence del todo a los salmantinos allí presentes. <b>¿Será de verdad polaca? ¿será española? ¿será charra? </b>¿Pero quién es Elisa Kenelesky?</p><p style="text-align: justify;">Cuando la <b>primera guerra mundial </b>ensombrece Europa, <span style="text-align: left;">el periódico madrileño <i>La
Época</i> empieza a publicar artículos de un personaje maravilloso</span>. Una salmantina con vinculaciones leonesas, llamada Elisa. Casada con un polaco de ascendencia española llamado Pablo Kennelesky. Elisa escribe desde Varsovia —vía Berlín— cartas a su madre. Cuenta sus aventuras y desventuras, casi siempre en la retaguardia. Una intrépida corresponsal de guerra, que en compañía de su criada —Natcha— cual <b>Escarlata O'hara</b>, llega a desafiar bombas y metrallas, sin otra heroicidad que el egoísmo de querer salvar a los suyos, que no es poca cosa. </p><p style="text-align: justify;">Así da comienzo el rotativo <i>La Epoca</i> a la publicación de las andanzas de Elisa Kenelesky o Keneleski, a veces Kenneleski y a menudo simplemente Elisa:</p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote><p style="text-align: justify;">Una familia española, de las muchas que hay emparentadas con polacos, recibe la siguiente curiosísima carta de una dama castellana, casada con un distinguido varsovita. Reproducimos el escrito, sin suprimir uno solo de sus ingenuos párrafos</p></blockquote><div style="text-align: justify;">La infatigable dama castellana describe los combates, los disparos, las bombas, los gases tóxicos de la primera guerra mundial. Cuenta a su querida madre y a los lectores que se asoman a sus cartas, los esfuerzos que hay que hacer para habitar la retaguardia de una guerra, para llevar adelante una vida normal en una ciudad donde escasean alimentos, proliferan los heridos y los vecinos desaparecen misteriosamente. Kenelesky describe una Varsovia sin hombres, llena de mujeres que se acaban de descubrir con capacidad más que de sobra para abastecer la ciudad:</div><blockquote style="text-align: justify;">El sombrío horizonte, iluminado por el sol poniente en una gran banda dorada, refulgía de cuando en cuando con resplandores de incendio, y unas ráfagas, parecidas a cohetes, se cruzaban en lo alto, reflejándose todo en el río. El ruido era insoportable: los estampidos se sucedían con tal rapidez, que formaban un retumbar interminable, como el de los truenos de una tempestad deshecha en un país montañoso. De cuando en cuando estremecía la tierra la detonación grave y prolongada de los grandes cañones, seguida de un hórrido gemido de sirena. </blockquote><p></p><blockquote style="text-align: justify;">Yo no he encontrado la poesía de esta guerra, cuyos ramalazos temo que os lleguen algún día.</blockquote><p></p><blockquote><div style="text-align: justify;">Me dicen que los que más lastiman y parten el alma son los atacados de aires nocivos, como aquí se llaman a esas nubes amarillo-verdosas que avanzan a ras del suelo, llevando la muerte en alas del viento.</div></blockquote><div style="text-align: justify;"></div><blockquote style="text-align: justify;">Te parecerá mentira si te digo lo que vimos: apenas ha dejado rastros visibles la catástrofe; una lluvia abundante ha cubierto de vegetación aquellos campos, saturados de sangre, y hasta las trincheras, en la parte en que no han sido ya cubiertas, están colmadas de hierba.</blockquote><p></p><blockquote>No es para descrito el peligro constante en que nos vimos; en fin, ya pasó aquel espantoso torbellino de granadas y metralla, en que estuvimos envueltas antes de dar con el cuartel general.</blockquote><p></p><blockquote><p style="text-align: justify;">No viéndolo, como yo lo veo aquí, parecerá increíble el hecho de que, en la mayor parte de los oficios y profesiones a que se dedicaba, el hombre ha sido sustituido, con ventaja, por la mujer. Y este triunfo del sexo que llaman débil, ha sido silencioso, incruento, pero, a mi manera de ver, tan sólido y definitivo, que los varones, cuando regresen de la campaña, encontrarán una competencia, acaso más difícil de vencer que las resistencias de los actuales frentes de batalla.</p><p style="text-align: justify;"></p></blockquote><p style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;">Dos años después
del final de la guerra, Salamanca aplaude a Elisa Kenelesky. El
periódico de ese día, 2 de octubre, informa de lo que acaban de ver los
salmantinos en el Liceo:</span></p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote style="text-align: justify;">El bonito apropósito de Elisa Kenelesky, que lleva por título "<i>La catequista modelo"</i>. </blockquote><p></p><p style="text-align: justify;">Pero cuatro días antes, el mismo periódico, había contado a sus lectores: </p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote><p style="text-align: justify;">Don Luis Maldonado ha tejido este capricho literario, "<i>La catequista modelo"</i>.</p><p style="text-align: justify;"></p></blockquote><p style="text-align: justify;"><b>Luis Maldonado</b> de Guevara y Fernández de Ocampo (1860-1926) es <b>escritor</b>, como Elisa Kenelesky. Además es por entonces <b>rector de la Universidad</b> salmantina, <b>catedrático </b>de Derecho Civil y <b>senador </b>del reino de España. </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjLlDYr5fIKHc35m9CxQHHDTLj5irvtkGpmeZvBp4iF6rFS7wu5u_CAMUu0GY5g32NNep4wHkRUdYB4GBKZoLht0wEfA0bjvW84La8ThB8PAjP19gzXsNOLYyH0mt24DQSY5RYxqMQ3xzVUnoHR0BWi2_fZhWQJwNT2pTo58WiC9lZvk4VTnKqBe1tD=s1263" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="casa de Luis Maldonado calle Toro Salamanca" border="0" data-original-height="1077" data-original-width="1263" height="341" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjLlDYr5fIKHc35m9CxQHHDTLj5irvtkGpmeZvBp4iF6rFS7wu5u_CAMUu0GY5g32NNep4wHkRUdYB4GBKZoLht0wEfA0bjvW84La8ThB8PAjP19gzXsNOLYyH0mt24DQSY5RYxqMQ3xzVUnoHR0BWi2_fZhWQJwNT2pTo58WiC9lZvk4VTnKqBe1tD=w400-h341" title="fotografia de 1920" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Casa de Luís Maldonado en la calle de Toro<br />Fotografía de El Adelanto, 1927<br /><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do">web de prensa histórica del ministerio de cultura</a></td></tr></tbody></table><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi3ReKuoV1qTsvTc1WD6PZc7epqyXXu60cEcUpwJUzhVAW6Sdnf1LoEdU7UfdHo6NoUVo5bujuvowcMa0kuCQc-DXlgKuZUtSkz2w23wHLBZvQEUS0RnZPt0OEldOQfkyYvjDPNX8CbHywyaUZa8_hUr7pujyJrB9A6HVnFzgn5XLfZPUDDeDxDz1E1=s2880" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Placa y casa del escritor Luis Maldonado" border="0" data-original-height="2880" data-original-width="2880" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi3ReKuoV1qTsvTc1WD6PZc7epqyXXu60cEcUpwJUzhVAW6Sdnf1LoEdU7UfdHo6NoUVo5bujuvowcMa0kuCQc-DXlgKuZUtSkz2w23wHLBZvQEUS0RnZPt0OEldOQfkyYvjDPNX8CbHywyaUZa8_hUr7pujyJrB9A6HVnFzgn5XLfZPUDDeDxDz1E1=w400-h400" title="calle Toro Salamanca" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Casa de Luís Maldonado en la actualidad, con la<br />placa conmemorativa que se colocó a su muerte</td></tr></tbody></table><br /><p style="text-align: justify;">¿Pero en qué quedamos, <b><i>La catequista modelo</i> es de Elisa Kenelesky o de Luis Maldonado?</b></p><p style="text-align: justify;">De Luis Maldonado. O al menos así lo confirman sus amigos, dos años después de su muerte, en el libro <i>Antología de las obras de Don Luis Maldonado</i>. En la sección “piezas teatrales menores”.</p><p style="text-align: justify;">¿Y por qué Elisa Kenelesky está en el escenario recibiendo los aplausos de una obra de Luis Maldonado? </p><div style="text-align: justify;">Cuando Luís Maldonado fallece, durante el verano de 1926, el director de La Epoca le dedica una sentida necrológica. Allí confiesa:</div><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"></p><blockquote>Trabajos memorables suyos fueron aquellas notabilísimas cartas de Polonia, firmadas por «Elisa», que Maldonado redactó con su limpio estilo en los días trágicos de la guerra europea.</blockquote><p></p><p style="text-align: justify;">Pero si Luis Maldonado redacta aquellas cartas, ¿Elisa Kenelesky es un personaje de ficción? </p><p style="text-align: justify;">Seguramente...</p><p style="text-align: justify;"> ¿Y <b>quién es entonces la mujer —de carne y hueso— que sube al escenario del Liceo,</b> a paso firme, con sus botas de polaca, a agradecer la ovación de Salamanca? </p><p style="text-align: justify;">Una incógnita sin solución. Lo único seguro es que era una desconocida para la buena sociedad salmantina que abarrotaba el Liceo, porque nadie la reconoció. </p><p style="text-align: justify;">¿Y <b>por qué Luís Maldonado quiso sacar a Elisa Kenelesky de los renglones de La Época,</b> y la subió envuelta en un abrigo de terciopelo al escenario del Liceo?</p><p style="text-align: justify;">No lo sabemos. </p><p style="text-align: justify;"><b>Quizá por ser rector, catedrático y senador no quiso vincularse con una pieza teatral que en su propia antología califican de menor</b>, destinada a un público femenino y juvenil, y optó por esconderse en la bruma. O <b>quizá quiso gastar a la ciudad una broma digna de la monumental Salamanca.</b> Bromista era. A <b>Miguel de Unamuno</b> le hizo creer que un ciego de Robliza era el autor de un romance que en realidad había escrito él. Y don Miguel, que no tenía un pelo de tonto, al principio se lo creyó. </p><p style="text-align: justify;">¿Y si nosotros también nos lo creemos? ¿Y si Elisa Kenelesky de verdad existió? </p><p style="text-align: justify;">Lo malo de las brumas y las bromas es que son difíciles de controlar. El embrollo de Maldonado no se quedó entre las cuatro paredes del Liceo. Se salió del teatro y acabó impreso en un <b><i>Boletín de la Institución Libre de Enseñanza</i>.</b> Elisa Kenelesky estrenó con gran éxito en el Liceo de Salamanca su obra <i>La catequista modelo,</i> el 2 de octubre de 1920. Y no lo digo yo. Lo dice el número 782 del <i>Boletín de la Institución Libre de Enseñanza</i>, una de las revistas de mayor prestigio en aquellos tiempos.</p><p style="text-align: justify;">Ese mismo año, la publicación quincenal <i>Mi Revista</i>, en su número 128, decide sacar un suplemento. Imprime para sus lectoras <i>La catequista modelo</i> de la escritora Elisa Kenelesky. </p><p style="text-align: justify;"><b>Era cuestión de tiempo que la Kenelesky se colara sin complejos en los estudios literarios dedicados a mujeres</b>. En los años noventa del siglo XX, aparece citada en el libro <i>Autoras en la historia del teatro español: Siglo XX (1900-1975). </i> </p><p style="text-align: justify;">El nombre de Elisa Kenelesky llega a nuestros días impreso en múltiples estudios de literatura teatral. En <i>Teatro Español (de la A a la Z)</i> se dice de ella: </p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote><<Dramaturga. Relacionada con los círculos católicos de la época, escribió para ellos una pieza catequística. La catequista modelo>>.</blockquote><p></p><p style="text-align: justify;">No sabremos nunca con certeza si Elisa Kenelesky entró en el Liceo para gastarnos a todos una broma de Luís Maldonado. Lo que sí sabemos es que Elisa Kenelesky estuvo en el Liceo y Salamanca la ovacionó.</p><p style="text-align: justify;">Más de cien años después de aquel día, el nombre de Elisa Kenelesky está impreso en libros de Literatura con las mismas negritas, los mismos tipos de letras, que el nombre de Luís Maldonado. Igual de reales los dos. Y un siglo después, igual de ficticios.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjxb2Y8ps0Q3LOjeguch00MykvsPltl-kNDpJPz5lu8BQcHtkLUJui6ulWl7G_RayHXP03Myipp07hwrfQ_EUZVeB64yoWtibPywRrsin4aZwoacbmRHqWmZzXf8Dl4g1AN9ftdlOQCdLXU1yFzrvYuN1R8PajrK_XL9VUonIouTM-LXPoEBNuSrioV=s574" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="caricatura del escritor Luis Maldonado y dibujo años 20" border="0" data-original-height="431" data-original-width="574" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjxb2Y8ps0Q3LOjeguch00MykvsPltl-kNDpJPz5lu8BQcHtkLUJui6ulWl7G_RayHXP03Myipp07hwrfQ_EUZVeB64yoWtibPywRrsin4aZwoacbmRHqWmZzXf8Dl4g1AN9ftdlOQCdLXU1yFzrvYuN1R8PajrK_XL9VUonIouTM-LXPoEBNuSrioV=w400-h300" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen procedente de los fondos de la <a href="http://www.bne.es/es/Inicio/index.html">Biblioteca Nacional de España</a>. Dibujo de <i>Mi Revista</i> / Caricatura de Luís Maldonado de El Adelanto <a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do">web de prensa histórica del Ministerio de cultura</a>.<br /><br /></td></tr></tbody></table><p style="text-align: justify;">El 2 de octubre de 1920, <b>Elisa Kenelesky, la intrépida corresponsal de guerra de <i>La Época</i>,</b> pisa las tablas del Liceo de Salamanca. Se detiene en el centro del escenario, en el punto exacto donde el brumoso universo de los entes de ficción se confunde con la niebla de la Historia, respira hondo y sonríe al público decidida a ser real. </p><p style="text-align: justify;">Suya es la victoria.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: medium;">BIBLIOGRAFÍA</span></b></p><p style="text-align: justify;"></p><ul><li><i>Antología de las obras de Don Luis Maldonado</i>. Luis Maldonado. Salamanca : [s.n.], 1928 (Salamanca. Imprenta Ferreira)</li><li><i>AUTORAS DRAMÁTICAS ESPAÑOLAS ENTRE 1918 Y 1936 (Texto y representación)</i> Pilar Nieva de la Paz. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto de Filología. Madrid. 1993</li><li><i>TEATRO ESPAÑOL (de la A a la Z). </i>Javier Huerta Calvo, Emilio Peral Vega, Héctor Urzáiz Tortajada. Espasa Calpe. S.A. Madrid 2005</li><li><i>Autoras en la historia del teatro español: Siglo XX (1900-1975). </i> Juan Antonio Hormigón, Inmaculada Alvear, Carlos Rodríguez · Madrid 1996 </li><li><i>El Adelanto. Diario político de Salamanca</i>: 28/09/1920; 02/10/1920; 04/10/1920; 12/06/1927</li><li><i>Boletín de la Institución Libre de Enseñanza</i>: Año XLIX Número 782 - 1925 Mayo 31</li><li><i>La Época</i>: 26/08/1915; 18/09/1915; 18/10/1915; 03/01/1916; 30/08/1919; 14/09/1919, 22/07/1926</li></ul><p></p><div style="text-align: justify;"><br /></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-20710539671814931062022-02-02T22:06:00.003+01:002022-05-06T13:06:34.924+02:00El cerro de san Vicente<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjE8g4mfnFtd7yUQgdbj-nsdxdT50wD8okC220VE71BMRikzk908wpVgqP41BlwEsTsBv7-0tAFDMTyhNcrCVxKXas-BWGCbiwpu38AV6oySFJ7aBGIxiyY-ooIyHulBQWn706mhFWoXZ0Kn9gLXDsh78zK9QaP9pBmi5-v1Pn4uTFWrUSOcY1X2W0z=s1080" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="El cerro de san Vicente, portada, titulo" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjE8g4mfnFtd7yUQgdbj-nsdxdT50wD8okC220VE71BMRikzk908wpVgqP41BlwEsTsBv7-0tAFDMTyhNcrCVxKXas-BWGCbiwpu38AV6oySFJ7aBGIxiyY-ooIyHulBQWn706mhFWoXZ0Kn9gLXDsh78zK9QaP9pBmi5-v1Pn4uTFWrUSOcY1X2W0z=w640-h640" title="Cerro de san Vicente, Salamanca" width="640" /></a></div><br /></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Hace más de dos mil setecientos años, alguien se detuvo en la margen derecha del río Tormes, miró a lo alto del cerro de san Vicente y pensó que aquel era el lugar perfecto para vivir. </div><p style="text-align: justify;">Así nació<b> Salamanca</b>. </p><p><span style="text-align: justify;">En aquella <b>Edad del Hierro</b> no se llamarían de esta forma ni la ciudad ni el cerro ni el río. Desconocemos el nombre que darían aquellas gentes a su hogar. La humanidad era demasiado joven para escribir.</span></p><p style="text-align: justify;">Pero los <b>arqueólogos</b>, que saben leer en los legados que dejan los pueblos sin alfabeto, cuentan que el cerro de san Vicente acogió a unos doscientos cincuenta vecinos.</p><p style="text-align: justify;">Lo escarpado del lugar les daba una protección que completaron levantando una muralla en la zona accesible. Defendidos así de la hostilidad del mundo, se extendieron a lo largo de dos hectáreas y media. </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p></p><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhgcRHVfSi-fK3_n8npyYE80mYC86Y5unaMOR9UL4NVGR5vXykqQhvQaToGF_0SkRLyzU9GrahdkfPFROWwwUjilXjkWm82J-E9rxKHHnqpQEbPNhvMLLNNgs_hZsJhqUeHfJVZX39JNfqt606c6HKrLK5r38rmvcvBpo8pOpq3tU2tpRuH5pku7MGZ=s4032" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Vista general Cerro de San Vicente" border="0" data-original-height="2268" data-original-width="4032" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhgcRHVfSi-fK3_n8npyYE80mYC86Y5unaMOR9UL4NVGR5vXykqQhvQaToGF_0SkRLyzU9GrahdkfPFROWwwUjilXjkWm82J-E9rxKHHnqpQEbPNhvMLLNNgs_hZsJhqUeHfJVZX39JNfqt606c6HKrLK5r38rmvcvBpo8pOpq3tU2tpRuH5pku7MGZ=w640-h362" title="Cerro de san Vicente, salamanca" width="640" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Allí permanecieron cientos de años. Bajo el mismo cielo que nosotros, contemplando nubes parecidas a las que contemplamos nosotros y templados por nuestro mismo sol. Araban la tierra, cuidaban animales, guerreaban contra enemigos y problemas. <b>Sus casas eran de adobe.</b> En la pared opuesta a la entrada, <b>había un banco corrido</b> donde se sentarían juntos al recibir una mala noticia o para charlar, llorar, reír, pensar... Y por amenazador que fuera el mundo —siempre lo es— gustaban de relacionarse con gente de paz, que viniera por el camino que tiempo después se llamó Vía de la Plata. Así conseguían objetos bonitos de lugares remotos que a lo mejor les hacían soñar: abalorios, alguna figura de una diosa egipcia… </div><p></p><p style="text-align: justify;">Aquellas gentes tan “primitivas” modelaban vajillas diminutas para que jugaran sus niños. Y cuando su vivienda se venía abajo o necesitaba una reforma, construían la nueva justo encima de la heredada, sobre los cimientos del pasado, <b>siglo tras siglo, respetando y guardando la memoria de sus ancestros. </b></p><p style="text-align: justify;">Un día, los habitantes de una de las viviendas decidieron sustituir el viejo recubrimiento de las paredes, que era blanco con decoraciones en negro, por uno nuevo en tono rojizo. La sorpresa es que a la entrada de la vivienda los arqueólogos han encontrado un <b>hoyo, delimitado con piedras,</b> donde metieron tierra rojiza y algunos pedazos del viejo recubrimiento blanco y negro que iba a desaparecer bajo el nuevo…</p><p style="text-align: justify;">Dicen los arqueólogos que aquel primer poblado en lo alto del cerro debió de quedarse pequeño, para una población cada vez más creciente, y allá por el siglo IV a. c. se mudaron al Teso de las Catedrales. </p><p style="text-align: justify;">Aquellas gentes recogerían sus pertenencias, se llevarían todo lo que les podía servir, y en lo alto del cerro se quedaron sus casas, sus cerámicas rotas y sus abalorios perdidos. </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjefUxA7MtuizOrVR47EniTuvkL99NSNCRKaq-a6uXV9EISCTHZNWMtMaiJAyDSe-yP1bH5BJstIbNbRvWrruiX76x9_gOD8WFDpPVdR6VtdfD7_kzDOEEKX_XsK433ILeRNbkkLgzCovSTytJvPNlPzNwX8o5XfuCTvkGX46Z1kP2cb5qE0ondZi6v=s4032" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Detalle cima Cerro de San Vicente" border="0" data-original-height="2268" data-original-width="4032" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjefUxA7MtuizOrVR47EniTuvkL99NSNCRKaq-a6uXV9EISCTHZNWMtMaiJAyDSe-yP1bH5BJstIbNbRvWrruiX76x9_gOD8WFDpPVdR6VtdfD7_kzDOEEKX_XsK433ILeRNbkkLgzCovSTytJvPNlPzNwX8o5XfuCTvkGX46Z1kP2cb5qE0ondZi6v=w640-h362" title="Cerro de san Vicente, Salamanca" width="640" /></a></div><p></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La ciudad empezó a crecer lejos del cerro; solo en las afueras, azotado por los vientos. Y el viento se llevó las casas de lo alto del cerro. </p><p style="text-align: justify;">Los vientos se llevaron después a los cartagineses, el viento se llevó luego a los romanos, y en la época en la que el aire soplaba aún a favor de los visigodos, un monje se detuvo en la margen derecha del río Tormes, miró a lo alto del cerro y pensó que aquel era el lugar perfecto para vivir. </p><p style="text-align: justify;">Levantaron un <b>convento</b> allí arriba, sobre los cimientos del pasado, sobre los restos que el abandono y el tiempo hubieran dejado de aquellas casas de bancos corridos. </p><p style="text-align: justify;">Pero el azote de los vientos y de los árabes arrasaron aquel convento. Fue reconstruido en el siglo XI. Hubo que reformarlo en el siglo XVI, para convertirlo en colegio mayor de jóvenes monjes que venían a estudiar. </p><p style="text-align: justify;">El resultado de tanta reconstrucción y reforma fue una de las más bellas edificaciones de Salamanca. <b>La hermosura de su claustro </b>recorría de boca en boca la ciudad. Aunque era una hermosura particular porque una mitad era más bonita, de más valor, que la otra. </p><p style="text-align: justify;">El hermoso medio claustro se unió en el sentir de las gentes al <b>puente de piedra</b> —que sólo medio es romano— y a la <b>Plaza Mayor </b>—cuyas obras se detuvieron a la mitad durante muchos años, por litigios del ayuntamiento con los vecinos—, y pronto se hizo popular el dicho: “<b>Salamanca, media plaza, medio puente, medio claustro de san Vicente</b>”. En lo alto del cerro, la mitad hermosa del claustro se había vuelto símbolo de lo que se sueña magnífico y se hace realidad sólo a medias.</p><p style="text-align: justify;">En <b>la guerra de la Independencia</b>, los franceses, que vieron en lo alto del cerro las mismas virtudes defensivas que los dueños de las primitivas casas de bancos corridos, se hicieron fuertes en el <b>convento de san Vicente</b>. Y entre cañonazos y pólvora el precioso monasterio con su claustro hermoso a medias terminó saltando por los aires en 1812. </p><p style="text-align: justify;">Había tenido el convento una <b>biblioteca y archivo valiosísimos</b> que habían desaparecido pasto de las llamas. Documentación muy antigua sobre la historia del monasterio y de la ciudad quedó reducida a cenizas. Una pérdida para Salamanca que <i>El Adelanto</i>, mucho tiempo después, no dudaba en equiparar a la que sufrió el mundo entero con el incendio de la <b>Biblioteca de Alejandría</b>. </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj8ygd1PJzVt4s8UJDyM8UC4UMBaU7HNLge5uf7Kc2xkSAOunGHH6TRL4x2AjuKJ1HvyQ3gSKMO6ETMa0yJA_fqixGgdr2k3QPGZcmiQEbpwzz5tZTXgkUoumCf6nJSBTxsA5BhyhQei7LBlFuJ6S6yftyAYVRzA57mbInU0wm4dJ9Qvc3ZmZGKatv1=s4032" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Ladera del cerro de san Vicente" border="0" data-original-height="2268" data-original-width="4032" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj8ygd1PJzVt4s8UJDyM8UC4UMBaU7HNLge5uf7Kc2xkSAOunGHH6TRL4x2AjuKJ1HvyQ3gSKMO6ETMa0yJA_fqixGgdr2k3QPGZcmiQEbpwzz5tZTXgkUoumCf6nJSBTxsA5BhyhQei7LBlFuJ6S6yftyAYVRzA57mbInU0wm4dJ9Qvc3ZmZGKatv1=w640-h362" title="Cerro de san Vicente, Salamanca" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">Los monjes intentaron reconstruir el monasterio, pero con muchas dificultades, porque eran tiempos de escasez y convulsión. Tanta, que estalló <b>la primera guerra carlista</b>. De nuevo las miradas militares se volvieron hacia el maltrecho convento. Esta vez se utilizó como almacén de pólvora. </p><p style="text-align: justify;">Dos guerras pesan tanto que el monasterio no pudo soportarlo más. </p><p style="text-align: justify;">Lo que quedó de él fue tasado en noventa y tres mil novecientos reales. Lo adquirió la empresa de la <b>plaza de toros del Campo de San Francisco</b>, para utilizar las piedras en la construcción del nuevo coso... </p><p style="text-align: justify;">El cerro volvió a quedarse sólo, sembrado de ruinas, azotado por los vientos y el paso del tiempo.</p><p style="text-align: justify;">Al mirar al cerro de san Vicente aún podía verse al <b>fantasma del convento</b>. Habían quedado algunas ruinas, arcos: </p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote>[…] descarnados y suspendidos a considerable altura como si un poder mágico los sostuviera. Ramón Barco.</blockquote><p></p><p style="text-align: justify;">Así descritas, se comprende bien que la prensa afirme que eran <b>ruinas muy visitadas</b>. Hasta 1853. Ese año la <b>Comisión de Monumentos</b> se interesó por aquellos restos del convento que la magia sostenía de pie. <b>Numeró las piedras, las arrancó del cerro, las trasladó al colegio de san Bartolomé y nunca más se supo de ellas… </b></p><p style="text-align: justify;">Un siglo después, en 1950, <i>El Adelanto</i> denunciaba que las piedras numeradas “han desaparecido del colegio de san Bartolomé”, y añadía con frustración:</p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote> […] lo que no hizo el fuego de los cañones, que fue muchísimo, lo completó la incomprensión de los hombres.</blockquote><p></p><p style="text-align: justify;">Los restos de aquellas ruinas que en 1853 lograron escapar al celo “protector” de la Comisión de Monumentos, sirvieron de cuna al <b>barrio de los Caídos</b>. A comienzos del siglo XX, las gentes empezaron a construir con ellos, en ellos, casas modestísimas. </p><p style="text-align: justify;">Soplaron <b>malos vientos sobre el cerro de san Vicente</b>, sobre el nuevo barrio a sus faldas. Cayó sobre ellos la densa niebla del olvido. Quedaron envueltos en miseria y abandono. </p><p style="text-align: justify;">Hasta que alguien de la <b>Universidad Pontificia</b> se detuvo en la margen derecha del río Tormes, miró a lo alto del cerro y pensó que aquel era el lugar perfecto para que vivieran los estudiantes seminaristas. </p><p style="text-align: justify;">En 1939, la Universidad Pontificia empezó la construcción de otro <b>colegio mayor</b>. Sobre los cimientos del pasado, sobre lo poco que quedaba ya del <b>monasterio de san Vicente</b>. </p><p style="text-align: justify;">El proyecto era grandioso. El nuevo edificio surgía con vocación de apropiarse no sólo del espacio sino también de la admiración que generó durante siglos el viejo convento desaparecido, de cuya belleza seguían llegando ecos al presente. </p><p style="text-align: justify;">Guzmán Gombau fotografió la ambiciosa maqueta.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhTLqmoQTK5vFfzDliC-6hiJMpEADuxbL3SyjDNz8qp61uCI8W058MpJOClkTterC_Uww2-wW5pcP5Ozpr2bWH0U_liivq9umAl2TjUnMdttBwM1-ZzZrbJPJR_a0GLqOsWH__y-q5etgwvHRD487eaM8JoBjC0BE8tmtdPhj_3t5y4eUlC20Bd849B=s1190" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Maqueta proyecto colegio mayor universidad pontificia" border="0" data-original-height="737" data-original-width="1190" height="396" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhTLqmoQTK5vFfzDliC-6hiJMpEADuxbL3SyjDNz8qp61uCI8W058MpJOClkTterC_Uww2-wW5pcP5Ozpr2bWH0U_liivq9umAl2TjUnMdttBwM1-ZzZrbJPJR_a0GLqOsWH__y-q5etgwvHRD487eaM8JoBjC0BE8tmtdPhj_3t5y4eUlC20Bd849B=w640-h396" title="Cerro de san Vicente, salamanca" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">Se construyeron dos pabellones del total planificado. Se inauguraron en 1950. Correspondían a la octava parte del proyecto. </p><p style="text-align: justify;">Con motivo de la nueva construcción, el ayuntamiento prometió mejorar la urbanización y las condiciones del barrio de los Caídos. Prometió además una gran novedad: <b>un parque público en la zona circundante al nuevo edificio</b>...</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEibp9Dq2p1lpL1cfMyG8Bgu9Zv4iclHLFlsw0__BucZweD6QKkTCXizBaSgqc3BK_lJNl65J5jhC3vrqatafi3JTSptW70ThiT0c9ww016rnRHV7MBGr3lF1Di8N_S6WCXAobzUww92ReCtJ4djQvtksl1VQrNEkr_g4oYhH1FozrCS4EPCfu2cr3Fg=s965" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Colegio mayor de la Universidad Pontificia 1950" border="0" data-original-height="768" data-original-width="965" height="510" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEibp9Dq2p1lpL1cfMyG8Bgu9Zv4iclHLFlsw0__BucZweD6QKkTCXizBaSgqc3BK_lJNl65J5jhC3vrqatafi3JTSptW70ThiT0c9ww016rnRHV7MBGr3lF1Di8N_S6WCXAobzUww92ReCtJ4djQvtksl1VQrNEkr_g4oYhH1FozrCS4EPCfu2cr3Fg=w640-h510" title="Cerro de san Vicente, Salamanca" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">Pero pasó el tiempo, y el viento se llevó las promesas de los políticos. En los siguientes años, ni se hizo el parque ni mejoró lo necesario el barrio de los Caídos. </p><p style="text-align: justify;">Tampoco se construyó ningún pabellón más. En lo alto del cerro se alzó <b>incompleta para siempre la octava parte de aquel proyecto magnífico</b>. Otro sueño en la cumbre que se hizo realidad sólo a medias. </p><p style="text-align: justify;">Pasó el tiempo, pasó el viento, y un día amaneció sobre el cerro el siglo XXI. </p><p style="text-align: justify;">Durante las dos décadas de este siglo y la última del anterior, <b>los arqueólogos han trabajado mucho allí arriba.</b> Cuando se derribó el colegio mayor de la Pontificia, siguieron apareciendo <b>restos</b> valiosos de la antiquísima historia del cerro. </p><p style="text-align: justify;">En el lugar donde estuvo el <b>claustro del monasterio de san Vicente</b>, se construyó en 2002 un bonito <b>museo</b> que ha permanecido prácticamente cerrado año tras año. ¿Otro de esos proyectos en lo alto del cerro que se hacen realidad a medias…?</p><p style="text-align: justify;">Puede que esta vez no. Dicen que el museo abrirá por fin de par en par sus puertas. Albergará la historia de la <b>Salamanca desaparecida</b>. </p><p style="text-align: justify;">Como en los años cincuenta, vuelve hoy la idea del <b>parque público en la falda del cerro</b>. Un parque desde donde observar los restos arqueológicos y las preciosas vistas de la ciudad. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg7SqP1hjLcPSOFZUPyEcxXD9I8PhbFRsToA-a1A7kMusCHKz4UFj-KRIhgLzQLpwrGcMprzsKdX6JJIWhTsn5QdKK2NeAn2Ca2kqp5Nt-tRiaCyVV2McauAsQQUMc0mizDbXg4obDAa8iowva0V0L920ySp6ZWIeswj-cgTjoCNGu0iiXIcHlsjNbO=s4032" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Parque arqueológico, ladera cerro de san Vicente" border="0" data-original-height="2268" data-original-width="4032" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg7SqP1hjLcPSOFZUPyEcxXD9I8PhbFRsToA-a1A7kMusCHKz4UFj-KRIhgLzQLpwrGcMprzsKdX6JJIWhTsn5QdKK2NeAn2Ca2kqp5Nt-tRiaCyVV2McauAsQQUMc0mizDbXg4obDAa8iowva0V0L920ySp6ZWIeswj-cgTjoCNGu0iiXIcHlsjNbO=w640-h360" title="Cerro de san Vicente, Salamanca" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">¿Qué pensaría uno de aquellos primeros <b>pobladores de la edad de Hierro</b>, si hiciera un viaje en el tiempo hasta aquí, y viera hoy cómo tenemos su hogar? Seguro le extrañarían las escaleras y rampas que dan accesibilidad a su cerro inaccesible. Quizá le enfadaría no encontrar ya su huerto. Puede que pensara que somos gente extraña por meter en vitrinas trozos de un plato que se le cayó un día que andaba con prisas, o por acristalar el pavimento de su casa y el banco corrido de la de los vecinos. </p><p style="text-align: justify;">Pero es que <b>este museo, estos restos arqueológicos en vitrinas, son nuestra forma de hacer un hoyo en el suelo, delimitarlo con piedras, y meter dentro trocitos del pasado</b> para que no desaparezcan. Para que no todo se lo lleve el viento. </p><p style="text-align: justify;">Puede que perdamos así un cerro medio silvestre. Puede que el nuevo parque arqueológico, con sus jardines, sus farolas, sus rampas y sus escaleras, sea una forma de domesticar a un cerro. Pero, ¿y qué? Somos así. Poco silvestres. Y éste es nuestro tiempo. Ha tocado hacer reforma y sustituir lo viejo por lo nuevo. Como hicieron ellos en aquel primer poblado, echando suelo nuevo sobre el viejo y tapando recubrimientos antiguos con nuevos. <b>El presente sobre los cimientos del pasado, pero guardando y respetando la memoria de los ancestros</b>. </p><p style="text-align: justify;">Pasará el tiempo y el viento, y quién sabe qué le depararán los próximos siglos al cerro de san Vicente. Eso nosotros ya no lo veremos. </p><p style="text-align: justify;">Pero ahora estamos aquí. Podremos subir por una escalera con pasamanos a lo alto del cerro, sentarnos en un banco a la luz de una farola, entre restos arqueológicos de un pueblo muy antiguo. <b>Podremos desde allí mirar a las estrellas y pensar en cuánto cambia todo para que todo siga igual</b>. </p><p style="text-align: justify;">Podremos recordar que <b>una vez se construyó allí un claustro que fue maravilloso sólo a medias.</b> Que <b>hubo un monasterio hermoso que acabó de fortín de una guerra.</b> Allí arriba, en el teso de san Vicente, será más difícil olvidar que, desde siempre, el lugar perfecto para vivir es la cima de un cerro, donde los sueños puedan volar muy alto aunque se hagan realidad solo a medias. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjFicBFZvdLQ32xfEDZzuYpaujUH1rmVxwcaImixRQc0dmOpM9_fGovuZq4vu5WyK9I5qkIovsN2oJ3yE91aLoJlVRr2MGlANBDad1AOtRFyqXnNqXeuJ4R2oueC0Q4uKU_z_oUeSR1mZF5orXwU4GJMFIVM_ny7wOH1f6E7kpVSa_lf-0y1yUFrBie=s4032" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Ladera del cerro de san Vicente, Salamanca" border="0" data-original-height="2268" data-original-width="4032" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjFicBFZvdLQ32xfEDZzuYpaujUH1rmVxwcaImixRQc0dmOpM9_fGovuZq4vu5WyK9I5qkIovsN2oJ3yE91aLoJlVRr2MGlANBDad1AOtRFyqXnNqXeuJ4R2oueC0Q4uKU_z_oUeSR1mZF5orXwU4GJMFIVM_ny7wOH1f6E7kpVSa_lf-0y1yUFrBie=w640-h360" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: center;">CRÓNICA DE UNA VISITA </h3><p style="text-align: justify;">Luis Casas se ha ido a explorar el Cerro de san Vicente y me ha hecho llegar unas páginas de su cuaderno mágico. Ha dibujado una crónica preciosa de su visita. ¡Muchas gracias, Luís, por compartirlo con todos nosotros!</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhruGzX1t8flZwRMjLtcCR4_efVvtV108XbedA7uWtDUA5p5EH9nQnioK0J00eQKrWGE3UFsueEVp9bWCpFLt7Ny2GCsGSOSWQ3D1a08pA0WySdq_E4ipRUj57j_4piGtEX_AftH8OuXN6CdbGslhhbbF3pTbpcAhG4QGuZqtMKdFfSvrNO5NfaEYQQ/s754/Luis%20casa%20cerro%20de%20san%20vicente%201.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Dibujo visita al Cerro de San Vicente" border="0" data-original-height="540" data-original-width="754" height="458" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhruGzX1t8flZwRMjLtcCR4_efVvtV108XbedA7uWtDUA5p5EH9nQnioK0J00eQKrWGE3UFsueEVp9bWCpFLt7Ny2GCsGSOSWQ3D1a08pA0WySdq_E4ipRUj57j_4piGtEX_AftH8OuXN6CdbGslhhbbF3pTbpcAhG4QGuZqtMKdFfSvrNO5NfaEYQQ/w640-h458/Luis%20casa%20cerro%20de%20san%20vicente%201.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQaR_slN1QUOVKl6CN7R3MuIye6mILeH5Pgjbkqk3b5yheOiRMoKiVehzCvMgipY_oVL1pqAjUriBpIkBaQP9z1PyIvfQk66D7gq4rTM4jKv3XaJcJab4qWvkLWe4hUTsRG9_S9EfcfJ_Q4C81uM4ZKueXI1kA46oih8k8ela5ZGZyXJZt4vQ6Yg6_/s640/Luis%20Casas%20Cerro%20de%20san%20Vicente%202.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="472" data-original-width="640" height="472" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQaR_slN1QUOVKl6CN7R3MuIye6mILeH5Pgjbkqk3b5yheOiRMoKiVehzCvMgipY_oVL1pqAjUriBpIkBaQP9z1PyIvfQk66D7gq4rTM4jKv3XaJcJab4qWvkLWe4hUTsRG9_S9EfcfJ_Q4C81uM4ZKueXI1kA46oih8k8ela5ZGZyXJZt4vQ6Yg6_/w640-h472/Luis%20Casas%20Cerro%20de%20san%20Vicente%202.jpg" width="640" /></a></div><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJlYvHnb8ieO76bBzR2LmKfa8fFogYABQIx2WIl8sEw5jo9U8PqrcC8Bux3i5DWtJ0nCJzEKDYH8a_dUCk5_vmjRcFhWLaJAb-tFS7J8Yn9sjtk_xNZxDK4ic5U0wvmL6pWsd__cbTMINz1OYkacnCJd_SSn3pODcToFP6yaM_eFIkaN7kRuyLdwTp/s757/Luis%20Casas%20Cerro%20de%20san%20Vicente%203.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="757" height="456" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJlYvHnb8ieO76bBzR2LmKfa8fFogYABQIx2WIl8sEw5jo9U8PqrcC8Bux3i5DWtJ0nCJzEKDYH8a_dUCk5_vmjRcFhWLaJAb-tFS7J8Yn9sjtk_xNZxDK4ic5U0wvmL6pWsd__cbTMINz1OYkacnCJd_SSn3pODcToFP6yaM_eFIkaN7kRuyLdwTp/w640-h456/Luis%20Casas%20Cerro%20de%20san%20Vicente%203.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: left;">BIBLIOGRAFÍA</h3><p></p><ul style="text-align: left;"><li>“La aldea del Hierro Inicial del Cerro de San Vicente (Salamanca, España): Resultados de las excavaciones”. Antonio BLANCO-GONZÁLEZ, Carlos MACARRO ALCALDE y Cristina ALARIO GARCÍA. MUNIBE <i>Antropologia-Arkeologia </i>nº 68 217-236 DONOSTIA 2017 <a href="http://www.aranzadi.eus/fileadmin/docs/Munibe/maa.2017.68.15.pdf">http://www.aranzadi.eus/fileadmin/docs/Munibe/maa.2017.68.15.pdf</a></li><li>"Cuarteles y hospitales militares", por don Enrique GARCÍA CATALÁN, profesor doctor de la Universidad de Salamanca en <i>Revista de Historia Militar</i> Año LX 2016 Núm. 120. <a href="https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/r/h/rhm-120.pdf">https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/r/h/rhm-120.pd</a></li><li>"El monasterio benedictino de San Vicente de Salamanca. Un estado de la cuestión" Ernesto ZARAGOZA Y PASCUAL en UNIVERSIDADES HISPÁNICAS: COLEGIOS Y CONVENTOS UNIVERSITARIOS EN LA EDAD MODERNA (I) MISCELÁNEA ALFONSO IX, 2008 <a href="https://eusal.es/eusal/catalog/download/978-84-9012-266-2/5015/3898-1?">https://eusal.es/eusal/catalog/download/978-84-9012-266-2/5015/3898-1?</a></li><li><i>Historia de la ciudad de Salamanca / que escribió Bernardo Dorado ; aumentada, correjida [sic] y continuada hasta nuestros dias por Manuel Barco Lopez y Ramon Giron </i><a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=7180">https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=7180</a></li><li><i>Salamanca y sus alrededores su pasado, su presente y su futuro</i> / por el presbítero Eleuterío Toribio Andrés. <a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=712">https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=712</a></li><li><i>El Adelanto : Diario político de Salamanca:</i> Año 66 Número 20012 - 19 mayo 1949 <a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000970397&posicion=6&presentacion=pagina">https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000970397&posicion=6&presentacion=pagina</a></li><li><i>El Adelanto : Diario político de Salamanca:</i> Año 67 Número 20240 - 9 febrero 1950 <a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000969769&posicion=7&presentacion=pagina">https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000969769&posicion=7&presentacion=pagina</a></li><li><i>El Adelanto : Diario político de Salamanca</i>: Año XL Número 12401 - 1924 Octubre 25 <a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1000350493&posicion=2&presentacion=pagina">https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1000350493&posicion=2&presentacion=pagina</a></li><li><i>El Adelanto : Diario político de Salamanca</i>: Año 67 Número 20462 - 26 octubre 1950 <a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000969990&posicion=3&presentacion=pagina">https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000969990&posicion=3&presentacion=pagina</a></li><li><i>El Adelanto : Diario político de Salamanc</i>a: Año 66 Número 20012 - 19 mayo 1949. <a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000970397&presentacion=pagina&posicion=6&registrardownload=0">https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000970397&presentacion=pagina&posicion=6&registrardownload=0</a></li></ul><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
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Copyleft del texto: Laura Rivas Arranz <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> Este obra está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported</a>.
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<br /></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-23325393810506282702022-01-07T19:12:00.011+01:002023-06-14T19:45:12.123+02:00AMOROSA cuento de Ángela Barco<div class="separator"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjIuxH6748NoiqXaRQFVFRQVA8ihRoedrnHcZLdbOzqoTiwjNbJwYF6aJ6J8gyGtcRZJru2TTcdl4HTpNTfNGllY24ra30PkyrbxZQsE5XU-7gQ3n4lRKGn7IVsi6bKsDdWnfQACzGtPLtUqC5fyo_IaFkR8zoSw-MTWUm9Me3D7uOXlkXmMna1a9s9=s2250" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Portada del cuento Amorosa" border="0" data-original-height="2250" data-original-width="1410" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjIuxH6748NoiqXaRQFVFRQVA8ihRoedrnHcZLdbOzqoTiwjNbJwYF6aJ6J8gyGtcRZJru2TTcdl4HTpNTfNGllY24ra30PkyrbxZQsE5XU-7gQ3n4lRKGn7IVsi6bKsDdWnfQACzGtPLtUqC5fyo_IaFkR8zoSw-MTWUm9Me3D7uOXlkXmMna1a9s9=w201-h320" width="201" /></a></div><br /></div>
<h1 style="text-align: center;">AMOROSA </h1><div style="text-align: center;">Por Ángela Barco.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><img alt="letra capitolina" border="0" height="120" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgrDmUmBe3glT-YfUB7EhkXU_A8BAi43uX5Q6wahQQrI8CPoaRYDAudDZVNc6_ez_4l4C7-34jZ-lMcvPDv9s-fJW0R0Z7x8_7IPQ3d-RGMrFTyoS8oo3qYuw3K8oTy0-IIAqzan-OAHOOxS5iiQ82sGNRzNcZLwZCaZZxCiusH_cXx9SXAOt9ueaby=w120-h120" width="120" />iempre estaban juntos. En los sitios más céntricos, en los paseos, en los cafés, a las puertas de los teatros, se les veía sin separarse un momento, a veces de la mano, otras, las más, él delante, con ínfulas de reyezuelo, ella, detrás, siguiéndole sumisa y mirando con cariño aquel cuerpecito anémico, raquítico, que se movía con gracia y distinción dentro de sus harapos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El tenía doce años, pero apenas representaba ocho. No había conocido a sus padres ni tenía familia. La mujer que le había criado le decía muchas veces que su papá era muy rico y que ya le diría su nombre cuando fuese grande. Pero un día, cuando él no contaba más de cuatro años, llevaron a casa a la mujer muerta de un lavadero y nadie se volvió a cuidar de él. Se hizo golfo...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ella no tenía más que diez años, pero era tan seria, ponía tanta gravedad en todas sus cosas, que más parecía una mujer cansada de vivir que una niña.</div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhFBD7zQ7IkvmTBopGnnc7eVhJ3P3RnI5iRKqfZvXJPmdVY0rAAW11DGJmQf4rcUxYElxkN6jGtVMyGtng2AZr5NUNGC_kf1IWDXYMOfsUBiLCqPGqlvXZbaYBkZd-CbFiFVCy_SptDH6Elqy8YOyqQ_kZTuJxfNtpJREJ5m1zMYRY8mPHYSoAUbG9o=s1080" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img alt="cita número 1 del cuento amorosa" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhFBD7zQ7IkvmTBopGnnc7eVhJ3P3RnI5iRKqfZvXJPmdVY0rAAW11DGJmQf4rcUxYElxkN6jGtVMyGtng2AZr5NUNGC_kf1IWDXYMOfsUBiLCqPGqlvXZbaYBkZd-CbFiFVCy_SptDH6Elqy8YOyqQ_kZTuJxfNtpJREJ5m1zMYRY8mPHYSoAUbG9o=w358-h320" style="display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto;" title="Ángela Barco" width="358" /></a><br /><div style="text-align: justify;">También era huérfana. Su padre se cayó de un andamio poco antes de nacer ella y lo llevaron muerto a casa. Su madre murió algunos años después. Una parienta de su padre, ya vieja, que pedía a las puertas de las iglesias, la recogió para que la ayudase a pedir y por tener alguien a quien maltratar... Ella era muy sufrida, pero un día le encontró a él y abandonó a la vieja.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Vivían los dos solos, tristes, como dos pajarillos que no encuentran el nido, en aquella ciudad populosa, teniendo por vivienda cualquier asiento del paseo más retirado ó el quicio de alguna puerta cuando llovía.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero eran muy felices porque se amaban. El no parecía huérfano, pues ella le rodeaba de exquisitos cuidados. Era para él su madrecita, su mujer, su amante, su esclava, su perro... Y tenía delicadezas tiernísimas para aquel cuerpecito degenerado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Él algunas veces no pagaba bien aquellos cuidados y ternezas de la muchacha. Tenía dentro algo malo que le ponía lívido en ocasiones, y con todo su cuerpecito raquítico de rasgos elegantes, tembloroso la golpeaba... Pero ella nada decía. Era más fuerte que él y podía sufrir todos aquellos arrebatos de su golfito... Así le llamaba con su vocecita grave y cariñosa.</div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjtuQE-qaADnT8z_xCglRVBsshZzpIiekxVQByBd5gAxT1XVykMwe_DImDyIhjZnt8DYCouL--exBDdKcSwgRw9ew08dj8tzumBHtx41jFktNz7QpJUFH20245LBAT_b2KGYyGtXP_jzlNi5ikfxCpMxyfILvzH8ubEzPctZTTh5mdXWWiLlMghQa6R=s1080" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="cinta número 2 del cuento amorosa" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjtuQE-qaADnT8z_xCglRVBsshZzpIiekxVQByBd5gAxT1XVykMwe_DImDyIhjZnt8DYCouL--exBDdKcSwgRw9ew08dj8tzumBHtx41jFktNz7QpJUFH20245LBAT_b2KGYyGtXP_jzlNi5ikfxCpMxyfILvzH8ubEzPctZTTh5mdXWWiLlMghQa6R=w400-h400" title="Ángela Barco" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">A veces cuando iba detrás de él notaba, estremeciéndose, que cada día estaba más delgadito y más insignificante. Y luego tosía tanto, tanto que se quedaba sin fuerzas y muy triste. ¡Oh! si hubieran tenido una cama para que él descansase, muy arropadito...!</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Una noche estaban a la puerta de un gran teatro esperando la salida para recoger algunas monedas, cuando él se agarró al brazo de la muchacha. Ella le miraba con su adoración acostumbrada, y lo estrechó contra su cuerpo desmedrado. ¡Ah! nadie hubiera dicho que hacía tanto frio y que estaba nevando. ¡Virgen santa! Qué calor tenía él en su cuerpecito raquítico y elegante. Abrasaban sus manos. Con voz mimosa dijo:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><div><div style="text-align: justify;">—¡Vamos a casa!</div></div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¡A casa! ¿Estaría soñando? Pero ella, discreta y grave, acostumbraba a complacerle siempre y a no contradecirle, echó a andar llevándole cariñosamente sujeto por la cintura. ¡Oh! ¡Qué débil estaba su golfito aquella noche!...</div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhGLWJ1RD0gEbC-YFtpFae6P5YnM7wcNnaBLPoaPm0S7jRea9AG9Bc7Pkchuoc7YGu2dUB6FYo5Y9U3TGTwAo0DrRZaVV379zZlOYjXslvEHaOQTLESq1ZIam8RJPOKqaLIorRjpd6B48RyAZrBAAL6Eju6FL-EGpAvfta2-7viBnwzVP7ziL_xPh2I=s1080" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="cita número 3 del cuento Amorosa" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhGLWJ1RD0gEbC-YFtpFae6P5YnM7wcNnaBLPoaPm0S7jRea9AG9Bc7Pkchuoc7YGu2dUB6FYo5Y9U3TGTwAo0DrRZaVV379zZlOYjXslvEHaOQTLESq1ZIam8RJPOKqaLIorRjpd6B48RyAZrBAAL6Eju6FL-EGpAvfta2-7viBnwzVP7ziL_xPh2I=w400-h400" title="Ángela Barco" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Llegaron a una calle retirada y ella se sentó en una puerta, después le sentó a él en su pobre regazo de niña y quitándose un guiñapo, que llevaba sobre los hombros, se lo puso a él al cuello. Y así, apretados el uno contra el otro, se prepararon a pasar aquella noche de invierno tan cruda. Pero él estaba inquieto y cada vez ardía más su figurilla pálida y esmirriada. Se abrazaba fuertemente a la muchacha, y ella sonreía con deleite al sentir en su cuerpo aterido el calor que salía de su golfito.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><div><div style="text-align: justify;">—¿No te lo he dicho, gatita?... ¡Si, sí! Me lo decía mi madre, ya sabes, la que me crio: «¡Tu papá es muy rico!» Pero nunca me lo enseñó. Será un señor como esos que salen de los teatros, ¿sabes? Y tendrá coches, casa grande, criados... Todo, todo para mí... Entonces no sentiremos frio. Tendremos mucha lumbre, y casa. Tu estarás conmigo ¿verdad? Nos comprarán juguetes... ¿Cómo serán los juguetes?... ¡Ah! ¡Cómo nos vamos a reír!...</div></div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ella con los ojos muy abiertos, fijos en los copos silenciosos que caían, escuchaba todo lo que él iba diciendo precipitadamente, con voz seca y silbante... ¡No entendía aquello! ¿Estaría dormido?... ¡No! ¡Si tenía los ojos tan abiertos como ella!...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Él con un movimiento brusco la rechazó y se puso en pie tambaleándose.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><div><div style="text-align: justify;">—¡Ah! ¡Qué bien se está aquí! ¿No te lo decía yo? ¡Qué bueno es mi papá! Me lo da todo, todo... Y a ti también te quiere mucho. ¡Anda! Qué guapa estás con ese vestido, gatita... Ya no tendrás frío. Mira, mira qué bien se ve nevar desde aquí... Pero hay que mover la lumbre... </div></div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y con movimientos bruscos metía sus manos ardorosas entre la nieve y la removía...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><div><div style="text-align: justify;">—¡Cómo arde!... Tráeme mis juguetes, aquí, junto a la lumbre... ¡Anda!... ¿Y mi mamá?... ¿Cómo será?... Me decía aquella mujer que estaba en el cielo... Tendremos que ir, ¿verdad, gatita?... ¡Oh! qué bien sabe la cama, qué blanda... Quiero dormir...</div></div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y el pobre golfito se extendió en la nieve. Ella, con los ojos muy abiertos, pálida y sonriente, le seguía en todos sus movimientos creyendo que jugaba como otras noches. Pero al ver que no se movía, hizo un esfuerzo y, sacudiendo sus miembros entumecidos, se acercó a él.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Lo llamó una, dos, tres... muchas veces, pero él con los ojos desmesuradamente abiertos la miraba sin contestar. Entonces ella se sentó a su lado y le dio un beso. ¡Pero él, nada, sin moverse!... ¡Vaya, se había dormido!... Pero así, con los ojos abiertos...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Otras noches le gustaba que ella le arrullase, y como lo veía con los ojos abiertos, inmóviles, fijos en ella, le cogió con mimo la cabeza y la colocó en su regazo. Después empezó a mecerle, cantando con su vocecita grave y cariñosa la canción que más a él le gustaba...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ya empezaba a clarear otro nuevo día de invierno frío y plomizo, cuando se oyeron en la calle pasos y dos voces broncas y desagradables como los gruñidos de un perro a quien despiertan con una pisada. Eran dos policías que venían amenazando a aquel grupo formado en la nieve y que ellos apenas distinguían.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ella seguía cantando despacito, pero al oír ruido volvió la cabeza y mostrando su carita pálida y sus grandes ojos abrillantados por la fiebre, les dijo poniendo el índice sobre sus labios:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><div><div style="text-align: justify;">—Chisss! ¡Está dormido!...</div></div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y siguió meciéndole.</div><br /><br /><div style="text-align: center;"><b>Ángela Barco</b>*</div>*El cuento, publicado en <i>El Adelanto</i> el 2 de junio de 1902, está firmado con el seudónimo <i>Pedro del Valle</i> que Ángela Barco usaba en sus primeros textos. <br /><br /><br />
<h3 style="clear: both; text-align: left;">Ángela Barco Biografía:</h3></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><a href="https://www.laurarivasarranz.com/angela-barco-biografia-de-la-escritora/">Ángela Barco: Biografía y entrevista sobre Ángela que me hicieron para el documental <i>Descifrando Salamanca a través de la literatura. Desde Miguel de Unamuno hasta la actualidad</i></a></p></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2013/09/angela-barco-escritora-la-salmantina.html">La escritora salmantina contra la que se movilizó Valladolid</a></div></div></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2021/12/angela-barco-la-escritora-combativa.html">Ángela Barco la escritora combativa. Biografía datos nuevos</a></p></blockquote><h3 style="text-align: left;">Obras de Ángela Barco publicadas en Historias del cuarto de atrás:</h3><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2013/11/el-hijo-el-articulo-mas-polemico-de-la.html">El Hijo: el artículo más polémico de Ángela Barco</a></p></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2016/04/femina-de-angela-barco.html">Fémina. (novela corta)</a></p></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2013/09/en-mayo-de-1905-la-revista-gente-joven.html">Mujer (relato) </a></p></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"> </p></blockquote><p style="text-align: left;">Ilustración de la portada: 25905304/9 (Pixabay)</p><p style="text-align: left;"><br /></p>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;"><b><a href="https://www.laurarivasarranz.com/">https://www.laurarivasarranz.com/</a></b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-21793686340751047692021-12-29T21:32:00.015+01:002023-06-14T19:53:50.177+02:00Ángela Barco la escritora combativa. Biografía: datos nuevos<h1 style="text-align: center;">Ángela Barco la escritora combativa. Biografía: datos nuevos<div class="separator"><br /></div><div class="separator"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhpst6b0655xpUqaWJHL8I81a4wRb2tNI3L9U4UmiAnJ32Ov3hkJxjAq0w8XaY9u2AEFNmcy5WTCCTM7fx57d2d_4E1jxAfRH0nSWQb_XkN6i6hT2bG-WqocD49gdZ-T8bIUpbsZsH3_MI_Mr2FMVCZOfdQ21mSqqcUzm3I_pgLf1qyFmNxb6xiBHJM=s1074" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img alt="Escritora Angela Barco Biografía" border="0" data-original-height="1038" data-original-width="1074" height="618" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhpst6b0655xpUqaWJHL8I81a4wRb2tNI3L9U4UmiAnJ32Ov3hkJxjAq0w8XaY9u2AEFNmcy5WTCCTM7fx57d2d_4E1jxAfRH0nSWQb_XkN6i6hT2bG-WqocD49gdZ-T8bIUpbsZsH3_MI_Mr2FMVCZOfdQ21mSqqcUzm3I_pgLf1qyFmNxb6xiBHJM=w640-h618" width="640" /></a></div></h1><br /><div style="text-align: justify;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2013/09/angela-barco-escritora-la-salmantina.html">Hace ocho años perdí la pista de Angela Barco en el París de 1912</a>. Hace pocos días me reencontré con ella por sorpresa, dentro de <a href="https://youtu.be/ELO4TLCYA80">un documental grabado en la Casa Museo de Miguel de Unamuno</a>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¡Pero bueno, Angela, qué sorpresa! ¿Qué haces tú por aquí?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ángela no nos presta mucha atención porque anda liada escribiendo una carta a Unamuno.</div><span><a name='more'></a></span><div style="text-align: justify;">Es una admiradora. Una de las muchas fans que tiene don Miguel. Que es un hombre muy serio, que se queja en los artículos periodísticos de que mujeres escriban pidiendo fotos y firmas a intelectuales famosos como él, aunque luego, en casa, guarda bien todas esas cartas y alguna foto suya si que manda… Pero bueno ésa es otra historia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.blogger.com/#" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Caricatura Miguel de Unamuno" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjZ6kTZw1PdHoNokj5hNZGjhZU24tUNv89dpckQ7-KzdxtKtG1Q7Y3KyWuRp28g2ziPLgcWsIMtn2Jy-RSmB4tbWIfvt1xfAB_5eK7G3krq13wQi7avpaUK4YagdiPk6fRMsv5sb1wxqi_ulQ1D_hnRRIM-gECA7ALptPAzXJpQN1V0vGtV3iRlXxqS=s16000" /></a></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: center;">Caricatura de don Miguel de Unamuno por Llasa</div><div style="text-align: center;"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do">Prensa Histórica</a>. La Esfera Ilustración Mundial</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ángela no es de las que piden fotos firmadas, pero Unamuno es un ídolo para ella. Así que la dejamos que escriba tranquila su primera carta a don Miguel, y nosotros nos vamos al teatro Liceo. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Es octubre de 1885. E<b>l colegio de “San Rafael</b>” estrena <i>Don Juan Tenorio</i>, interpretado por “artistas de nueve y diez años”. Nos hemos venido hasta aquí porque entre los papás de los niños que abarrotan el patio de butacas y se rompen las manos aplaudiendo están los señores Barco. Eso significa que Ángela está en el escenario y que tiene nueve o diez años.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Gracias a esa función infantil sabemos que<b> Ángela nace en 1875 o 1876</b>. Lo que significa que <b>sus textos son fruto de una mujer más madura de lo que creíamos</b>. Parece lógico que la profunda carga crítica de algunos de sus artículos haya salido de una mujer de treinta y tantos y no de una jovencita de veintipocos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://www.blogger.com/#" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Retrato de la escritora Angela Barco" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEirjkQojW8K-bn1NE3Ytv3nDmaXgsaTgZvZ4AUIRjnfLku13gaG7OknbH8oRlg7cYWg5qj3ubJQiSbKnrG8WrV7LumFodqqt-kkelA5yUIzkxiy-6f0KLrvFMHoMF5UXNJrpAv2lBG-tm-NdJD3B8Xed0TZolbDUMHgR4bsQaRp031mkSRHXFhcCckd=s16000" title="Retrato de la revista El Cuento Semanal" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="text-align: start;">Ángela Barco Hernández.</span><br style="text-align: start;" /><span style="text-align: start;">Fotografía de El cuento semanal</span></td></tr></tbody></table></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ya sabíamos que es hija de <b>Ramón Barco y Cosme</b>. Un abogado poeta que abre su bufete en la calle san Justo. Ejerce también el periodismo, es columnista, dirige la plana literaria de <i>El Adelanto</i> y, por si esto fuera poco, al mismo tiempo estudia y aprueba las oposiciones a la Inspección de Hacienda.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De la madre de Ángela sabemos muy poco. La escasa información de su vida emerge de la esquela y los pésames que a su muerte publica la prensa. Se llama <b>Ángela Hernández</b>. La describen como “virtuosa y modesta” con “las virtudes de la mujer castellana y la distinción más exquisita”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Lo que no cuentan los periódicos es que si Ramón Barco y Cosme puede ejercer la abogacía, dirigir un suplemento literario, ser columnista, escribir poesías, participar en juegos florales, hacer un himno al trabajo al que pone música nada menos que Tomás Bretón, dar conferencias, hacer lecturas públicas de poemas de Gabriel y Galán (leer poesía es un arte y también eso este hombre lo hace muy bien), y estudiar además el temario de Inspección de Hacienda y aprobar, si logra hacer todo esto es gracias a que <b>Ángela Hernández se dedica en exclusiva a los hijos y a la casa.</b> Algo que sin ninguna duda realiza con todo el amor del mundo, pero que conviene destacar. <b>Para que la labor silenciosa de aquellas mujeres no se pierda</b> entre los brillos impresos de aquellos hombres multitarea, que lo mismo te presentaban una demanda en el juzgado, que te escribían un poema, que te redactaban un artículo de costumbres, que hacían discursos en banquetes en honor de otros hombres, que se encerraban en sus despachos a escribir o a estudiar unas oposiciones, mientras sus mujeres tiraban solas de los niños y de la casa.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ángela Hernández y su marido Ramón tienen tres hijos: Ángela, Manuela y Ramón. Probablemente Ángela es la mayor de los tres.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De Ramón hijo hay muchos datos en los periódicos. Cuándo terminó el Bachillerato, cuándo se licenció en Medicina, los distintos traslados por pueblos de España, su boda, sus hijos y cuándo falleció su mujer. Una vida entera que podríamos estudiar sin muchas dificultades. De todos estos datos se extrae que era más joven que sus hermanas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De la vida de Angela, que nos interesa mucho más, no hay una información tan abundante.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De su hermana Manuela no ha quedado otro rastro que seis cajas de mazapanes que entregan ella y Ángela a los niños huérfanos en una fiesta de El árbol de Navidad. Pero si nos paramos a pensarlo, <b>que un buen día, siglo y mucho después de ti, tu vida centellee de pronto en una caja de mazapanes tiene cierta poesía.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Hasta el momento hemos recopilado que la salmantina <b>Ángela Barco nace en 1875 o 1876, que quizá es la mayor de tres hermanos y que vive su infancia escolar en el colegio de san Rafael</b>. Un prestigioso centro educativo situado en el número 14 de la calle Espoz y Mina. Es un colegio privado y masculino, pero que tiene a bien montar una academia para niñas en la que están matriculadas Ángela y su hermana Manuela.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.blogger.com/#" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Colegio de san Rafael de Salamanca" border="0" height="369" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhq4ZiotF0PhoKx1Pcg8x0BCwohHvOqzNo7w4xYmftlcMV6a5vuK1Glq-rKn1geoNh-qz7jwiOz94X7VvwAl6BfS4K2OdOGr3eVznnJbVRpsFSszptK1G8qOwqpdChVFDxN2iP-BLUj-KMAJoshMtXIC_0g7wSq5f6m923CnXwOne85610Sb-uIy0Fk=w400-h369" title="Recorte prensa histórica" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: center;"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do">Prensa Histórica</a>. <i>El Progreso</i></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En los años ochenta del siglo XIX la enseñanza secundaria es sólo para los chicos, puesto que sólo ellos acceden a la Universidad. Así que <b>Ángela estudia hasta donde la dejan</b> y después prosigue su instrucción de forma autodidacta.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Cuando el padre de Ángela aprueba las oposiciones, la familia se va de Salamanca y se asientan en Valladolid.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ángela empieza a vivir entre Valladolid y París. Pasa mucho tiempo en Francia, en la casa de sus tíos, Juan Barco (periodista) y su mujer. En 1908 el redactor de<i> El Adelanto</i> describe así <b>la vida parisina de la escritora</b>:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"></div><blockquote><div style="text-align: justify;">[…] en un pueblecito cercano a la capital de la República vecina, en una casita con jardín al Mediodía, llena de luz, de aire y de flores. Allí estudia y escribe Angelita Barco. Luego, deja la pluma y pasa a las habitaciones de sus tíos, y desde ellas se entretiene viendo cruzar cien trenes que le recuerdan aquella composición que empieza en idilio y termina en tragedia… [...] Después, a París, a comer en el primer café, a visitar un rotativo, a rezar en Nuestra señora, al bosque de Boulogne, a la gran calle de Rivoli, para ver cómo desfila Europa entera; luego a cien partes más con el lápiz afilado, y abierto el libro de memorias.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;">Ángela regresa a Valladolid con frecuencia y los ecos de sociedad de los distintos periódicos charros dejan constancia de las <b>visitas que la escritora hace a su Salamanca natal </b>de camino a Valladolid. Los periódicos también nos cuentan que de vez en cuando Ángela viene a Salamanca de vuelta de <b>Morille</b>. Vive allí una hermana de su madre: Teresa Hernández. Dejo aquí el dato por si alguien de Morille lo lee y por alguna carambola del destino pudiera aportar algún dato de las hermanas, Ángela y Teresa Hernández, o hasta de la misma escritora...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De la vida que lleva Ángela Barco en Valladolid ya hablamos en <a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2013/09/angela-barco-escritora-la-salmantina.html">esta entrada</a>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Cuando se sienta a escribir su primera carta a <b>Miguel de Unamuno</b> corre el año 1907 y la carrera literaria de Ángela está empezando. Ha publicado varios artículos, crónicas, relatos, y cuenta para ello con el alentador apoyo de su padre, que a la postre dirige la sección literaria de <i>El Adelanto</i>. Así que <b>no es de extrañar que Ángela necesite calmar las tormentosas dudas que sufre cualquier escritor honesto pidiendo una opinión imparcial</b>. Y quién mejor que el severo don Miguel de Unamuno, que otra cosa tendría pero pelos en la lengua no. Ángela se arma de valor y se dirige a su admirado don Miguel con estas palabras:</div><div style="text-align: justify;"><blockquote>yo no sé si será oportuna o inoportuna la opinión sincera que yo le ruego al maestro respecto a mis trabajos y a lo que yo pudiera esperar de ellos. Aguardo con impaciencia su fallo que para mí sería definitivo.</blockquote></div> <div style="text-align: justify;"><b>La relación epistolar con Unamuno durará varios años.</b> Tantos que c<b>abría preguntarse si Ángela Barco y Miguel de Unamuno se conocían personalmente</b>. Puede que sí. Porque de lo que no cabe duda es que el escritor y el padre de la escritora se conocían bien. Ramón Barco publica en la plana literaria de <i>El Adelanto</i> varios textos de Unamuno. Y Unamuno, que además de ser un escritor inmenso dibujaba muy bien, hace un retrato del padre de la escritora.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://www.blogger.com/#" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Dibujo realizado por Miguel de Unamuno" border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhhk_VGa5n6-o34m4lTEvWvmYdS9rJ9tmuJZlboO_OJKHnasb2iE7XTC244EfOfNnZk6lK9LfYTP-Ri_SEk-P4Azfwb0YifVcAcARsKy2OGhWsWS9KG6y_nbBJeaxG3viABLCqU_a9K84tolpfg_COwJ9g3hyDAgBmCgHZ-Td19RoIhxy1d07LNMyoX=w532-h640" title="Ramón Barco padre de Ángela Barco" width="532" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Reproducción pág. 135 <i>Una vuelta por Salamanca</i>. Modesto Pérez. Biblioteca digital JCYL</td></tr></tbody></table><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Si Unamuno era amigo —bastante conocido al menos— de Ramón Barco, seguramente coincidiría alguna vez con Ángela. Fuera así o no lo cierto es que mantienen una larga relación epistolar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>La opinión que Ángela pide a Unamuno sobre sus escritos debió de ser favorable, porque Ángela Barco sigue escribiendo.</b> Aunque parece desprenderse de las misivas de la Salmantina que el Bilbaíno planteaba ciertas <b>reticencias a que la mujer escribiera en público</b>, porque Ángela responde rotunda:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"></div><blockquote><div style="text-align: justify;">Todo, absolutamente todo lo que usted me dice respecto a la mujer que escribe para el publico, lo he pensado yo. Y algo de eso le decía en mi primera carta. Es verdad, civilización , instituciones e ideas públicas, lenguaje literario, todo es exclusivamente masculino. Así que las mujeres que nos lanzamos a un campo que no es el nuestro, a la fuerza hemos de ponernos pantalones… Es un fastidio.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Un verdadero fastidio. Pero lo importante es que <b>ahora Ángela confía en sí misma y está más que decidida a que el campo de la Literatura sea también su terreno</b>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Enseguida la carrera literaria de Ángela empieza a llenarse de triunfos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Publica artículos periodísticos que no dejan indiferente a nadie. Recibe algún apoyo, como el que aparece publicado el 9 de julio de 1909 en <i>La Vanguardia</i>:</div><div style="text-align: justify;"><blockquote>Dice verdades como puños, sin dárselas de “virgen roja” ni de tricoteuse de Marat. [...] Desde luego y sin ambages se la puede clasificar entre la descendencia filosófica o sociológica de doña Concepción Arenal.</blockquote></div><div style="text-align: justify;">Pero a Ángela, sobre todo, le llueven las críticas:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Del escandalazo monumental que estalla en Valladolid al publicar en <i>El Norte de Castilla</i> ·"El hijo”, que obliga a intervenir a la policía para disolver el tumulto a la puerta de la casa de Ángela, <a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2013/09/angela-barco-escritora-la-salmantina.html">ya hemos hablado aquí</a>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Algo que no sabíamos es que en <i>El Norte de Castilla</i> deciden <b>apoyar a la joven escritora</b> y al día siguiente del tumulto, que exigía a gritos bajo el balcón de Ángela que se retractara de su artículo, el rotativo publica otra vez el artículo de la escritora ¡Muy bien!</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ángela sigue generando polémica con sus escritos. Aunque la discusión no se saldrá ya de las páginas de los periódicos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La revista <i>Éxodo </i>publica “<b>Del Feminismo</b>”. <b>Ángela Barco, con el lápiz bien afilado, se lanza contra las injusticias</b>:</div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"></div><blockquote><div style="text-align: justify;">[...]viendo estos paseos provincianos de la “bella España” —donde imposible se hace ocultar muchas cosas que incitan a la sonrisa o que causan pena… —se comprende muy bien esa revolución femenina que se anuncia y se acerca de unas fronteras a otras.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[...] Las mujeres despiertan a la vida en “sufragistas” y “feministas”, entreteniéndose en querer arreglar el mundo… a falta de un hogar, unos pequeñines y un marido a quienes arreglar con tiernas alegrías”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[...] Ser o no ser”, era el dilema que martirizaba al genial pobre hombre que reunía en su sola persona los tres títulos más extravagantes: príncipe, loco, filósofo… “Ser o no ser soltera” es el dilema de toda mujer para ingresar o no en el despechado rebaño que por una muy femenina venganza trata de usurpar, no solamente derechos sociales que los hombres crearon casi cuando a la mujer le negaban, por negárselo todo, hasta “el alma”, sino el aspecto varonil, dejándose encrespar los cortados cabellos, usando trajes “estilo sastre” para mejor “hacer política”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[...] Sí, oponed una resistencia inflexible al acaparamiento de trabajos exclusivamente masculinos, hasta ahora, que manos de mujer, quizás temblorosas de indignación o de hambre, intentan apropiarse.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[...] Acordaos, los que tenéis hermanas, de que también ellas antes de convertirse en la paria y arcaica solterona expuesta a todos los ridículos, a las humillaciones más ofensivas, querrán ponerse frente a la vida, midiendo en noble lucha sus fuerzas para bastarse por sí mismas.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i> </i>El periódico <i>El Castellano</i> contesta a la escritora. Y su respuesta es como esos “paseos provincianos” que alude Ángela, que “incitan a la sonrisa o que causan pena”. No sabes si reír o llorar:</div><blockquote><div style="text-align: justify;">[…] Ha escrito unas cuartillas para hacernos ver que esa revolución femenina se anuncia y se acerca de unas fronteras a otras con gestos hostiles de justiciera protesta. Y no conviene andar tan aprisa.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[…] El feminismo […] no tiene razón de ser en España, es cosa tan solo, en este país, de algunos periodistas; no sale del pueblo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[…] Si las inglesas adquirieran el arte y la gracia que tienen las españolas para correr por escenarios y cafés, ¡qué solución más fácil y sicalíptica tendría el feminismo allí! […] la solución más radical del problema estriba en la implantación de unas escuelas de canto y baile...</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;">La enjundiosa tesis del redactor consiste en que el feminismo nunca llegará a la bella España porque la mujer española no se aburre. La casada se entretiene con su vida de casada y la soltera en cafés y en grupos de baile, de teatro, coros… La aportación a la humanidad que hace este señor es que hay que tener a las mujeres entretenidas para que no se conviertan en feministas… Y éste es el razonamiento más complejo que realiza, porque también añade un par de burradas más que me niego a transcribir.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Otro pequeño revuelo causa Ángela, esta vez en la prensa charra, cuando publica su artículo “Voces inútiles”. Una crónica que envía a<i> El Adelanto</i> desde París.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La ciudad de la luz se ha llenado de niebla y resuenan unas misteriosas campanas:</div><blockquote><div style="text-align: justify;">“[…]me sorprende la extraña sonata de unas campanas que voltean con agónica desesperación, ahora cerca, de pronto muy lejanas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las escucho, y yo no sé cual querida remembranza me sumerge en una evocación que el tiempo trueca en recuerdo gratísimo. Es allá, en una vetusta ciudad castellana, cuyas flechas y cruces de mil torres semejan un boscaje, donde siéntome transportada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">… Noches serenamente frías; la voz monótona y a veces temblorosa de un hombre que canta las horas; el misterioso y turbador silencio de una ciudad que duerme sin que otro ruido pueda despertarla que el vibrante y despótica campaneo resonando en las conciencias tanto o más que en los oídos. Ensordecedor, apremiante, comenzaba a las cuatro de la madrugada, como queriendo interrumpir sueños que presentía demoledores para una dominación que duraba ya demasiados siglos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[…]¿Seguirán voceando locas mis campanas, aquellas campanas innumerables y tiránicas, hasta el punto de no permitir ni hablar, en el estrépito absorbente de sus metálicas voces, a sus feligreses…, toda la ciudad, que le rendían un culto de resignada servidumbre?… No lo sé. Es posible que también se hayan ido callando poco a poco.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[…]La humanidad no va ya al Sinaí a humillar la cabeza con el terror de su ignorancia supersticiosa”.</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><i>El Salmantino</i> se hace portavoz del escándalo que sacude a la Salamanca católica. Esto es, a Salamanca entera. Publican alguna carta al director de algún lector escandalizado. Pero el encargado de plantar cara a <i>El Adelanto</i> por consentir semejante publicación es un columnista de <i>El Salmantino</i> con una doble estrategia. Primero intenta molestar personalmente a la escritora y después ya se lanza sobre lo escrito:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Encabeza la crítica con una cita de <i>El Alcalde de Zalamea</i>:</div><blockquote><div style="text-align: justify;">No hables mal de las mujeres,</div><div style="text-align: justify;">la más humilde, te digo</div><div style="text-align: justify;">que es digna de compasión</div><div style="text-align: justify;">porque al fin de ellas nacimos.</div></blockquote><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">Madre mía, empezamos bien… Pues eso que, con compasión por ser una mujer, el periodista inicia su crítica:</div><blockquote><div style="text-align: justify;">[…]Yo no la conozco, me suena su apellido por recuerdos literarios de algún antecesor de ella; me han dicho (y no salgo responsable) que frisará en los treinta, que es salmantina (perdonen las de nuestra benemérita ciudad).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[…]Pues, lectores y lectoras, en la ciudad de todas las libertades y apocalípticas abominaciones, se encuentra una paisana, que no sabiendo como emborronar cuartillas que El Adelanto publique en primera plana y como artículo de palpitante interés, ha enristrado sus pluma y, paladín del progresismo feminista, se lanza en descomunal batalla contra las más elevadas de nuestras costumbres cristianas; es decir: contra las campanas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[…]¡Y os llama locas! Y escribe que la servidumbre de los que obedecen la voz de Dios y al eco del bronce acuden a a Iglesia, debe desaparecer.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[…]Ahora vamos los buenos españoles al Sinaí de la Iglesia Católica (que es a lo que se refiera la croniquilla, que es además de ribeteada de heterodoxia, muy oscurita); digo que vamos al templo. […]</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[…]la Cruz que tiende sus brazos para […] abrazar a los pecadores, aunque el pecado sea únicamente escrito para emborronar cuartillas de crónicas, desde París y para El Adelanto.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>La pecadora Ángela sigue afilando el lápiz</b>. Publica artículos, crónicas, cuentos, sigue avanzando en su carrera. Estrena un monólogo dramático, <i><b>La última carta</b></i>, en el teatro Calderón de Valladolid, que es un completo éxito. Escribe su primera novela corta, <i><b><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2016/04/femina-de-angela-barco.html?m=1">Fémina</a></b></i>, de la que tienen que hacerse varias reediciones. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones científicas le concede una beca de seis meses que se prorrogará otros nueve, para que estudie en Francia el problema feminista; la situación social de la mujer. Es el año 1912 y <b>la carrera literaria de Ángela está disparada</b>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En Agosto de 1912 fallece su madre victima de una “larga y cruel enfermedad”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y Ángela desaparece.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>El nombre de Ángela Barco no vuelve a imprimirse. Ni artículos, ni crónicas, ni cuentos. Nada.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ángela Barco <b>resurge en la casa de don Miguel de Unamuno</b> en 1918. Le escribe desde Barcelona.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De no ser por la correspondencia con Unamuno nunca habríamos sabido más de Ángela Barco. Ésta no es una carta como las demás. En ella, Ángela no se dedica a admirar la asombrosa escritura de don Miguel, ni a teorizar sobre la situación de la mujer. <b>En esta carta habla de sí misma</b>. Cuenta cómo ha sido su vida durante esos años desaparecidos. <b>Explica su drama y pide ayuda a Unamuno</b>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Entre los años 1912 a 1918, Ángela ha seguido, como siempre, estudiando por libre. Ha conocido en París a un inglés y se ha casado. Ha tenido un niño precioso y se ha quedado viuda. Y ahora está en Barcelona, con su niño, buscando trabajo en las editoriales como traductora de francés. Le pide una recomendación a don Miguel.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Por la correspondencia con Miguel de Unamuno sabemos que Ángela no se queda en Barcelona y vivirá mucho tiempo en la misma localidad donde su hermano Ramón, el médico, ejerce: Berdum, Huesca.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>El nombre de Ángela Barco no vuelve a aparecer en la prensa</b>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Tampoco he encontrado su esquela.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>¿Escribió más? Si no es así, ¿por que no escribió más?</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En 1926, en <i>La Vanguardia</i> aparecen dos artículos con aproximadamente quince días de diferencia. Uno firmado por Angela Barco y otro firmado por Ángela Barcos (que podría ser una errata) <b>¿Pero esa Ángela Barco —si los dos artículos fueran de la misma persona— es nuestra Ángela Barco?</b> No lo sabemos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los temas que centran las dos columnas son sociales y por tanto encajarían con nuestra escritora. Se expresa impecablemente y con tremenda inteligencia, como nuestra escritora.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En el primer artículo habla de una huelga obrera en Inglaterra. País y tema que podría conocer bien, ya que estuvo casada con un inglés. En el segundo, habla sobre… sí… habla sobre feminismo. <b>¿Podría ser Ángela? Podría...</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Pero ojala ella no sea nuestra Ángela.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Porque si la Ángela Barco o Barcos que al final de los años veinte asoma en las páginas de <i>La Vanguardia</i> fuera la nuestra, habría que describir a una Ángela Barco de cincuenta años, cansada de luchar, decepcionada del mundo y hasta del feminismo:</div><blockquote><div style="text-align: justify;">Y como la entrada de la mujer al civismo se ha comenzado con la fábrica, el taller, el almacén, la oficina […] Yo pregunto: La obrera que trabaja diez, doce, a veces catorce horas, dependiendo del patrono, del contramaestre, del camarada o de las compañeras acaso ya depravadas, del paro, de la enfermedad, de la miseria, en contacto con todas las trampas de los hombres, ¿en qué es más libre que la mujer dentro de su casa y de su vida?</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;">Lo que argumenta esa Ángela Barco(s) de los años veinte es que el Feminismo no está haciendo feliz a la mujer de principios del siglo XX, porque la está metiendo de lleno en un mundo laboral oscuro, donde la explotación del obrero es la reina absoluta.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Se impondría entonces una revolución social global. <b>Pero la Ángela Barco(s) de los años veinte no quiere luchar. Prefiere refugiar a la mujer, protegerla de la negrura miserable del mundo en la comodidad algodonosa de matrimonios llenos de luz donde reinan felicidades míticas</b>... ¿Y el hombre? Pues el hombre que se las apañe sólo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Repito que <b>no sabemos si fue ésta la evolución de nuestra Ángela Barco</b>. Podría ser ella pero también podría no serlo. Hay indicios pero no hay pruebas. Os aseguro que incluso en el acotado mundo de la prensa charra existe más de una Ángela Barco. Así que en el ámbito de la prensa nacional esta posibilidad se amplía.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Dejo constancia de esta suspicacia, de esta coincidencia de nombre y de temas, porque <b>las confidencias biográficas que Ángela explica a Miguel de Unamuno son tan oscuras y tristes, que podrían muy bien sofocar la intrepidez literaria de cualquier escritor</b>; podrían apagar la luminosidad combativa de una escritora que quiso cambiar el mundo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La cruel y larga enfermedad de su madre, la muerte de su marido muy pocos años después de casarse, la angustiosa búsqueda de trabajo con un niño precioso que depende sólo de ella…</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¿Escribió más Ángela Barco? Si no es así, ¿por que no escribió más? La vida….</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Más información:</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://www.laurarivasarranz.com/angela-barco-biografia-de-la-escritora/">Ángela Barco: Biografía y entrevista sobre Ángela que me hicieron para el documental <i>Descifrando Salamanca a través de la literatura. Desde Miguel de Unamuno hasta la actualidad</i></a></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>
<h3 style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">BIBLIOGRAFÍA</h3>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>Unamuno y las
mujeres</i>. Paloma Castañeda. Visión Libros. 2008</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>Salamanca. Revista
de Estudios</i>: Num. 33-34 1994 Num.1 Enero- Febrero 1982. “El colegio “San Rafael”
de Salamanca (1881-1887). José María Hernández Díaz. </li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>Una vuelta por
Salamanca</i> : elogios, algunos monumentos, de historia salmantina,
hombres ilustres del pasado y del... (1909?) - Pérez, Modesto</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li>Junta para
ampliación de estudios e investigaciones científicas. <i>Memoria
correspondiente a los años 1910 y 1911</i>. Madrid 1912</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li>Junta para
ampliación de estudios e investigaciones científicas. <i>Memoria
correspondiente a los años1912 y 1913</i>. Madrid
1914</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>Mujeres pensionada
por la Junta para la Ampliación de Estudios en Pedagogía
(1907-1940) El caso de Castilla y León</i>. Miriam Sonlleva Velasco,
Carlos Sanz Simón. Tempo e Argumento, Florianópolis, v. 13, n 32.
e0206. Jan/abr. 2021</li></ul><p></p>
<h3 style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">HEMEROTECA</h3>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>ABC </i>18 de septiembre
de 1908</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>La Vanguardia</i>: 9 de
julio de 1909; 1 de abrirl de 1930; 2, 18 de mayo de 1926</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>El Adelanto</i>: 27 de
octubre de 1901, 29 de noviembre de 1908; 29 de enero de 1912; 30 de
diciembre de 1931</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>El Lábaro</i>: 4 de
agosto de 1910</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>El Castellano</i>: 2 de
marzo de 1909; 13 de marzo de 1909</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>El Salmantino</i>: 30 de
enero de 1912;
</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>El Progreso</i>: 18, 29 de junio de 1884, 25 de
enero de 1885; 31 de mayo de 1885, 10 de septiembre de 1885</li></ul><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>Noticiero
Salmantino</i>: 18 de diciembre de 1901</li></ul><p></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><ul><li><i>La Correspondencia de España</i>: 7, 8 de mayo de 1910</li></ul><div><br /></div><h3 style="text-align: center;">TEXTOS DE ÁNGELA BARCO EDITADOS EN HISTORIAS DEL CUARTO DE ATRÁS </h3><div><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-size: large; text-align: justify;"><i style="color: red;"><a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2013/09/en-mayo-de-1905-la-revista-gente-joven.html">Mujer</a> </i><span style="color: red;">(cuento) </span></span></li><li><span style="font-size: large;"><a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2013/11/el-hijo-el-articulo-mas-polemico-de-la.html" style="text-align: justify;"><i>El Hijo</i></a><span style="color: red; text-align: justify;"> el artículo más polémico </span></span></li><li><span style="color: red; font-size: large; text-align: justify;"><i><a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2016/04/femina-de-angela-barco.html">Fémina</a></i> novela corta</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2022/01/amorosa-cuento-de-angela-barco.html">Amorosa </a></span><span style="color: red; font-size: large;">(Cuento)</span></li></ul><span style="text-align: justify;"></span></div><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;"><ul style="text-align: left;"></ul></div><p></p><h3 style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: center; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">TEXTOS DE ÁNGELA BARCO PARA LEER DISPONIBLES EN LOS PERIÓDICOS DE LA ÉPOCA, EN LA WEB DE PRENSA HISTÓRICA DEL MINISTERIO DE CULTURA </h3><ul style="text-align: left;"><li><div align="justify"><span style="font-size: large;"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=7502336&posicion=3&presentacion=pagina"><em>El cumpleaños</em> </a>(Oct 1901)</span></div></li><li><div align="justify"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=7502357&posicion=3&presentacion=pagina"><span style="font-size: large;"><em>¡Despedido!</em> (nov 1901)</span></a></div></li><li><div align="justify"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=7502558&posicion=3&presentacion=pagina"><span style="font-size: large;">Crónica ( marzo 1902)</span></a></div></li><li><div align="justify"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2022/01/amorosa-cuento-de-angela-barco.html"><span style="font-size: large;"><em>Amorosa</em> (junio 1902)</span></a></div></li><li><div align="justify"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=7502496&posicion=3&presentacion=pagina"><span style="font-size: large;"><em>¿Loca?</em> <em>cuento de año nuevo</em> (enero de 1902)</span></a></div></li><li><div align="justify"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=5029502&posicion=1&presentacion=pagina"><span style="font-size: large;"><em>impresiones de París</em> (Crónica) (marzo ,1904)</span></a></div></li><li><div align="justify"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=5029506&posicion=1&presentacion=pagina"><span style="font-size: large;"><em>Un caso…</em> (marzo 1904)</span></a></div></li><li><div align="justify"><span style="font-size: large;"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=5029509&posicion=1&presentacion=pagina"><em>La morgue </em>(Crónica) (marzo </a>1904)</span></div></li><li><div align="justify"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=5029502&posicion=1&presentacion=pagina"><span style="font-size: large;">Pueblo que trabaja (impresiones de París) (marzo 1904)</span></a></div></li><li><div align="justify"><span style="font-size: large;"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=5028800&posicion=1&presentacion=pagina"><em>Crónica</em> </a>(abril de 1905)</span></div></li><li><div align="justify"><span style="font-size: large;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2013/09/en-mayo-de-1905-la-revista-gente-joven.html"><em>Mujer</em> </a>(mayo de 1905)</span></div></li><li><div align="justify"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=5031952&posicion=1&presentacion=pagina"><span style="font-size: large;"><em>El sueño de Blasillo</em> (nov 1906)</span></a></div></li><li><div align="justify"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=5030557&posicion=1&presentacion=pagina"><span style="font-size: large;"><em>Del feminismo</em> (mayo de 1909)</span></a></div></li><li><div align="justify"><span style="font-size: large;"><em><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2062659&posicion=1&presentacion=pagina">Los de Ballesteros </a>(paisajes sociales)</em> (mayo de 1910)</span></div></li><li><div align="justify"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2013/11/el-hijo-el-articulo-mas-polemico-de-la.html"><span style="font-size: large;"><em>El hijo</em> (junio 1909)</span></a></div></li><li><div align="justify"><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=7500239&posicion=2&presentacion=pagina"><span style="font-size: large;"><em>Joselin </em>(oct 1911)</span></a></div></li><li><div align="justify"><span style="font-size: large;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2016/04/femina-de-angela-barco.html"><em>Fémina</em> </a>(novela)</span></div></li><li><div align="justify"><span style="font-size: large;">Prólogo en el libro <em>Poemas líricos</em> de Manuel Camacho Beneytez</span></div></li><li><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=7505325&presentacion=pagina&posicion=1&registrardownload=0"><span style="font-size: large;">Voces Inútiles (Enero 1912)</span></a></li></ul><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="http://i.creativecommons.org/l/by-nc-nd/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> Este </span><span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" rel="dct:type" style="font-size: large;" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">obra</span><span style="font-size: large;"> de <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Laura Rivas Arranz</a> está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported</a>.</span> <br />
<span style="font-size: large;"><br /></span><span style="color: red; font-size: x-large;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-87900455980972577152021-10-24T12:17:00.007+02:002023-05-13T12:08:18.581+02:00CARMEN MARTÍN GAITE Y SUS AMIGAS: LOS AÑOS UNIVERSITARIOS DE LA ESCRITORA EN SALAMANCA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjHp6KbYT3lr701UtLa5qwO8VvqU4PBrdKrOIuNSL9UOHkak9htXA16D1Ss6TZNqhNrJ7iC4HgXx9zUEKLh8Zb7Q7CYQqgUx0QEKdoilKs68XtwNx_LrwJhO4bYY-RW_fT4lrtw2pwTU2X9mfKtFazKgE3UTf9BPowQeuK1nLrF6oNl_Tj-hUC4Os92=s1080" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Carmen Martín Gaite y sus amigas" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjHp6KbYT3lr701UtLa5qwO8VvqU4PBrdKrOIuNSL9UOHkak9htXA16D1Ss6TZNqhNrJ7iC4HgXx9zUEKLh8Zb7Q7CYQqgUx0QEKdoilKs68XtwNx_LrwJhO4bYY-RW_fT4lrtw2pwTU2X9mfKtFazKgE3UTf9BPowQeuK1nLrF6oNl_Tj-hUC4Os92=w640-h640" title="Collage" width="640" /></a></div><br /><p><br /></p><p> </p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: center;">DEDICATORIA</div></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><div style="text-align: center;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: left;">A mi madre, pintora secreta. Y a las chicas de su época a las que no dejaron pintar todo lo que quisieron.</div></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;">A María Dolores Ruiz Olivera que se licenció en Filosofía y Letras cuando ir a la Universidad y a la Luna era lo mismo para una mujer.</blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><br /><br /><h1 style="text-align: left;">Carmen Martín Gaite y sus amigas: Los años universitarios de la escritora en Salamanca</h1><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVpmxWTYp3XcQww9td-TWkG05Os7fp-yyQmFC296vM9PH6B9OUxNsGR5XTxwRmf8Hcg9Ex4rDw3J7N1To5Ld8Pwfa5c-Y9GCOPAywQ5v5XpTv7nYg8WAhW7-gaXZpAtK-NP3VlhEk-85A/s1074/casa+de+carmen+mart%25C3%25ADn+gaite.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Casa de Carmen Martín Gaite en la Plaza de los Bandos en Salamanca" border="0" data-original-height="609" data-original-width="1074" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVpmxWTYp3XcQww9td-TWkG05Os7fp-yyQmFC296vM9PH6B9OUxNsGR5XTxwRmf8Hcg9Ex4rDw3J7N1To5Ld8Pwfa5c-Y9GCOPAywQ5v5XpTv7nYg8WAhW7-gaXZpAtK-NP3VlhEk-85A/w640-h362/casa+de+carmen+mart%25C3%25ADn+gaite.png" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Casa de Carmen Martín Gaite en la plaza de los Bandos, situada en la esquina, a continuación del Palacio de Garcigrande.</span><br style="color: #999999;" /><span style="color: #999999;">Fotografía de </span><i style="color: #999999;">La Esfera: Ilustración mundíal</i><span style="color: #999999;">,</span><br style="color: #999999;" /><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do">Prensa Histórica, Ministerio de Cultura</a></td></tr></tbody></table><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><span style="text-align: justify;">El sol sale a dorar la Salamanca de posguerra. Es diecinueve de octubre de 1943. En el número 3 de la Plaza de los Bandos, Carmiña </span><b style="text-align: justify;">Martín Gaite</b><span style="text-align: justify;"> se prepara para asistir a su primer día en la Universidad. Tiene diecisiete años. Está nerviosa porque intuye que empieza una etapa importante en su vida. Imposible que calibre la trascendencia del momento. </span><b style="text-align: justify;">Hoy se inicia un período que va a marcarla para siempre y la catapultará a lo más alto de la Literatura Universal.</b></div><div><span><a name='more'></a></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La plaza de Anaya empieza a llenarse del barullo de los estudiantes. Mezclados con ellos, los novatos de Filosofía y Letras de este curso 1943-44 suben, con inseguridad mejor o peor disimulada, la escalinata del imponente Palacio de Anaya.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb5RT402seW-hnmG7XbOcwNwFsc3V6e8gSmkMQE3OrAnxtBngWHDLCsmP4D75gNvs9tTUyaIb9pZJ0f9n6FB0fvmQ1W8gfesZ2EKv5SVGhltM4v3a5nQnnvsCtTKCmi1rpSdPZDdtFuhY/s1287/palacio+de+anaya.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Palacio de Anaya de los años cuarenta en Salamanca" border="0" data-original-height="954" data-original-width="1287" height="474" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb5RT402seW-hnmG7XbOcwNwFsc3V6e8gSmkMQE3OrAnxtBngWHDLCsmP4D75gNvs9tTUyaIb9pZJ0f9n6FB0fvmQ1W8gfesZ2EKv5SVGhltM4v3a5nQnnvsCtTKCmi1rpSdPZDdtFuhY/w640-h474/palacio+de+anaya.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Fotografía de <i>Vitor Semanario de F.U.E.</i><br /><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do">Prensa Histórica. Ministerio de Cultura</a></span></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;">Carmiña cruza el umbral del edificio. Contempla durante unos segundos el claustro, las paredes cubiertas de vítores de doctorados que, como ella, también un día pisaron por primera vez aquel patio. Toma aliento al subir la escalera tan imperial y tropezar con la mirada de bronce de don Miguel de Unamuno; desde su rincón preside severo los aconteceres del patio. Carmiña entra en clase.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Como un rayo cósmico que surcara la galaxia, que atravesara la atmósfera y relumbrara en aquel aula, la magia —tuvo que ser magia— reúne entre esas cuatro paredes a <b>Carmen Martín Gaite</b>, <b>Ignacio Aldecoa</b>, y <b>Agustín García Calvo</b>. Allí Carmiña conoce a <b>María Dolores Ruiz Olivera</b> (<b>Mariores</b>) y a <b>María Lourdes Natalia Guilarte Zapatero</b> (<b>Tali</b>). Ninguno de ellos sospecha la cantidad de veces que sus nombres serán citados juntos, años después, por estudiosos, investigadores y lectores.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Enseguida conocerán a sus profesores: Manuel García Blanco, Antonio Tobar, Alonso Zamora Vicente, Francisco Maldonado, César Real de la Riva... </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El silencio envuelve la facultad. Van a empezar las clases. Debemos salir ya del aula porque nosotros no tenemos la suerte de estar matriculados, qué le vamos a hacer... No hay más remedio que cerrar la puerta y limitarnos a imaginar aquí fuera qué pasaría entre esas cuatro paredes para que aprendieran a hacer magia con las palabras, a deslumbrarnos con sus hechicerías y encantamientos literarios.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¡Un momento! ¡Un momento! Se acaba de abrir la puerta. Mariores asoma la cabeza sonriente y nos invita a pasar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No sé vosotros, pero yo estoy emocionada. Nos vamos a sentar en clase, codo con codo, con Carmen Martín Gaite, Ignacio Aldecoa… No metáis mucho ruido, por favor, a ver si el profesor nos va a echar. A mí me da que éste es el de latín, parece un chico joven pero dicen que es tela exigente. Miro para asegurarme de que el profe no me ve, y susurrando le doy las gracias a Mariores por dejarnos entrar en su clase:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"></div><blockquote><div style="text-align: justify;"><<Yo tuve la fortuna de compartir estudios y amistad con algunos de ellos, concretamente con Aldecoa, Agustín García Calvo y con Carmiña, con la que me unía una profunda hermandad. […] éramos muy pocos, tan solo 14, y formábamos una gran familia, había mucha unión no solo entre alumnos, sino también con los profesores. Recuerdo aquellos años como unos de los más entrañables de mi vida, dejaron en mí una huella muy profunda. La verdad es que eran en general gente original y pintoresca, lo mismo los que enseñaban como los que aprendíamos, incluso el bedel, que mandaba a su hijo pequeño de siete años a decir: “La hora, señor profesor”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El profesor de Filosofía pasaba lista diciendo: ahí veo a mi querida Doloretes, más atrás está la Gaite, luego el aragonés y allí Jiménez bis -que naturalmente se llamaba Jiménez Jiménez- y nos emparejaba en los asientos según él pensaba que había algo entre dos alumnos. También estaba D. César, que decía frases como: “El correlato vital del verbo es el adverbio” y a Carmiña le decía: “Usted al teatro, al teatro”. No sé lo que quería decir pues aunque ella tenía dotes de actriz luego demostró que era mucho más, y digo esto pensando en el legado literario que nos ha dejado. Don Alonso Zamora Vicente que canturreaba “en el café de Chinitas” mientras escribía en la pizarra. A veces, en Literatura, no pasábamos en todo el curso del Poema del Cid y en Arte, de la escultura griega, según las preferencias del profesor, el resto teníamos que estudiarlo por nuestra cuenta. También había profesores que enseñaban más convencionalmente y muy bien por cierto, como el de Lengua, que tenía la clase a las nueve de la mañana y era puntual hasta la exageración. Los dos primeros cursos eran comunes y había más alumnos, y me acuerdo de aquella chica que se subía en una silla y nos echaba sermones, diciéndonos: “ve ahí, tú y los de tu panda vivís como paganos”, o aquella otra que llevaba cosidas las costuras del abrigo con alambre. Después de los dos cursos nos examinaban para pasar a la especialidad, y el Decano dijo que Carmiña y yo no estábamos maduras, y que tenían que suspendernos en una, daba igual cual y nos dejaron la Geografía para septiembre. Íbamos a la biblioteca. Leíamos a Lorca, Tagore, Alberti, Machado y Juan Ramón. Algunos a escondidas. Pero también estudiábamos un poco. A la salida de clase (¿cómo no?) dábamos vueltas a la Plaza Mayor. Los chicos en un sentido y las chicas en el otro. Así sabías cuándo y dónde te ibas a encontrar a quién querías… o a quien no querías ver. >></div></blockquote><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Fragmento del artículo “Pequeñas Anécdotas”. María Dolores Ruiz Olivera. Revista <i>2227 </i>Asociación Cultural La Maliciosa de Navacerrada. Número 1. Enero 2010, pág. 20.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mariores acaba de regalarnos un precioso viaje en el tiempo a aquel aula. Lo hemos oído todos; <b>César Real de la Riva</b> dice con insistencia a Martín Gaite: <b>“Usted al teatro, al teatro”</b>. Pues sigamos las indicaciones de don Cesar y vámonos todos con la Gaite al teatro. Concretamente al <b>Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina</b>. Agrupación que funda <b>César Real de la Riva</b> en el curso 1944-1945.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Carmiña Martín Gaite sueña desde niña con ser actriz de teatro.</div><blockquote style="text-align: justify;">Ningún paisaje del mundo, ninguna ceremonia religiosa, ningún desfile podían producirme tanta emoción, como la que experimentaba al asomarme al patio de butacas […] Pero nada comparado al momento en el que se apagaban las luces y los susurros y el telón se levantaba […] De mayor quería ser actriz. Quería desdoblarme en cientos de vidas.</blockquote><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;"><i>El Cuarto de Atrás</i>. Ediciones Destino. 1997. Pág. 75</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Es un sueño secreto. Porque ser actriz siempre ha tenido resonancias liberadoras. Las palabras “quiero ser actriz” convierten sin remedio a la soñadora valiente que las pronuncia en una locatis descarriada que se sale de los senderos de lo normal. En los años cuarenta mucho más.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Carmiña se apunta con emoción al grupo de teatro del profesor Real de la Riva. Quiere ser actriz profesional. Cuarenta y dos años después, en 1987, cuando ya sea una escritora reconocida, confesará públicamente por primera vez aquel sueño adolescente:</div><blockquote style="text-align: justify;">El teatro me apasionaba casi tanto como la literatura y la tentación de llegar a ser actriz profesional se me insinuó en varias ocasiones, pero el ambiente de aquellos años y mi condición de jovencita burguesa no eran demasiado propios para aquel sueño, que descarté sin pena porque además la literatura me tiraba más que nada.</blockquote><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">"Bosquejo Autobiográfico". <i>Agua Pasada.</i> Carmen Martín Gaite. Editorial Anagrama 1993. Pág 16-17</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El catedrático César Real de la Riva alienta los sueños teatrales de Carmiña: “Usted al teatro, al teatro”, Y no le faltan motivos porque <b>Carmiña actúa muy bien</b>. Lo vamos a ver enseguida, en cuanto el Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina estrene su primera obra. Va a ser el 25 de mayo en <b>el Bretón</b>. No os preocupéis que ya tengo invitaciones para todos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWy9gRIZgTSgAyhtfy4xeOuGKmoHW5RsQ4NKAHzKAIKFsBjOBja5vIaieGlGthrRDByiOoX4Tj0B_QBmAT9L3KPhOjaN0z6x8VhcAJ9vUsxX_0CIqhMMy5YVlK7a8N0Wz398J7V1F5Q9w/s2061/Mart%25C3%25ADn+Gaite+Ficha+Universidad+Salamanca.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="libro escolar de la universidad de Carmen Martín Gaite" border="0" data-original-height="1392" data-original-width="2061" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWy9gRIZgTSgAyhtfy4xeOuGKmoHW5RsQ4NKAHzKAIKFsBjOBja5vIaieGlGthrRDByiOoX4Tj0B_QBmAT9L3KPhOjaN0z6x8VhcAJ9vUsxX_0CIqhMMy5YVlK7a8N0Wz398J7V1F5Q9w/w640-h432/Mart%25C3%25ADn+Gaite+Ficha+Universidad+Salamanca.png" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Fragmento del Libro Escolar de enseñanza universitaria.</span><br /><a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/archivo_gaite/es/cms/elemento.do?id=ms%2Farchivo_gaite%2Fpaginas%2FPresentacion_2.html">Archivo personal de Carmen Martín Gaite Biblioteca de Castilla y León</a></td></tr></tbody></table><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mientras los dejamos que se marchen a ensayar, <b>vamos a acercarnos a ese grupo de chicos malencarados que miran torcido al profesor Real de La Riva y a su grupo de actores</b>. Son miembros del T.E.U. salmantino.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los T.E.U. (<b>Teatro Español Universitario</b>) eran agrupaciones teatrales que existían en todas las universidades del país. Dependían del S.E.U., Sindicato Español Universitario, creado por Falange durante la República y que al llegar la dictadura se convierte en sindicato de estudiantes único y obligatorio. Los T.E.U., bajo las indicaciones del S.E.U., quieren reformar la escena española y acercar el teatro al pueblo, un poco al estilo de las misiones republicanas. Se proponen devolver al teatro la calidad de tiempos pasados arrimando el ascua a su sardina. Porque el teatro es una excelente forma de “educar” y el Régimen no da puntada sin hilo. Así los T.E.U. se afanan por representar sobre todo teatro clásico, obras que hablen de la grandiosidad de España, el asombroso espíritu sacrificado y patriótico de un pueblo español siempre inasequible al desaliento, para mayor gloria del régimen franquista.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El grupo de Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina que crea Real de la Riva, realiza su actividad por separado del T.E.U., en los márgenes del S.E.U., tratando de escapar, en lo posible, a sus designios.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No sabemos de los esfuerzos de César Real de la Riva para poner en pie su grupo de teatro. Pero que debieron de ser muchos y que <b>fue polémica la creación del Teatro Juan del Encina,</b> lo prueba el hecho de que la Universidad Literaria de Salamanca en su Memoria del curso académico 1943-44, al hacer recuento de las Actividades universitarias durante el curso 1944-45, echa un capote a Real de la Riva justificando la creación de la nueva agrupación teatral, en un intento de calmar los ánimos soliviantados del S.E.U. y el T.E.U. charro.</div><blockquote style="text-align: justify;">Bajo la dirección del catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras, don César Real de la Riva, se ha constituido una agrupación dramática, puesta bajo el nombre de nuestro paisano Juan del Encina, patriarca del teatro español. Aspira esta agrupación, eminentemente cultural, a vivificar la más excelsa literatura dramática española, y está integrada por profesores y estudiantes universitarios, artistas, escritores y aficionados. Sin estar concretamente vinculado a la Universidad ni limitado al ambiente estudiantil, en el que ya existen organizaciones perfectamente constituidas, este teatro es una derivación universitaria, que pretende acercarse a la ciudad y espiritualizar su carácter, viniendo así a completar la gran labor científica y artística que intensamente desarrolla la Facultad de Filosofía y Letras a través de sus clases, seminarios, cursos monográficos y publicaciones.<div></div></blockquote><div style="text-align: justify;">Según la Universidad la razón de ser del Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina como agrupación separada del Teatro Español Universitario (T.E.U.) es que no es un grupo de teatro esencialmente universitario, sino que está abierto a la participación de cualquier aficionado no vinculado a la Universidad. Pero la realidad es que la prensa de la época, cuando habla de los integrantes de la agrupación los alude siempre como universitarios. La misma <b>Carmen Martín Gaite</b> se refiere a sus actividades de este periodo como teatro universitario. Todo parece indicar que <b>el Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina es teatro universitario que no quiere ser parte del Teatro Español Universitario.</b></div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los planes de César Real de la Riva no pueden ser más ambiciosos. La Universidad los detalla así:</div><blockquote style="text-align: justify;">Para el curso próximo proyecta la representación del “Edipo, rey” de Sófocles, traducida por don Agustín García Calvo, alumno de la facultad de Filosofía y Letras y revisada por el catedrático don Antonio Tovar y por el director de la agrupación, don cesar Real de la Riva; la de una comedia de Lope de Vega, y otras obras de Hauptman (sic), Cocteau, etc., todo a base de géneros puros, como la tragedia o la farsa, que serán presentados al aire libre en los escenarios monumentales de Salamanca.</blockquote><div><p><span style="text-align: justify;">El redactor de <i>El Adelanto</i> concreta un poco más los proyectos de Real de la Riva :</span></p></div><blockquote style="text-align: justify;">En colaboración y estrecha hermandad cultural con todos los grupos teatrales de aficionados que denodadamente vienen luchando en pro de la tradición artística de la ciudad, el Teatro Juan del Encina intenta llevar a cabo, sin afán asimilador ninguno, una labor integradora y llegar a crear, si pudiera, amplios cuadros, y casi lo que se ha llamado un teatro de masas, que dentro de las posibilidades de la ciudad, fuera similar al que tan profunda eficacia artística logró ya hace años en naciones extranjeras.</blockquote><div style="text-align: justify;">Don César no sólo quiere funcionar al margen del T.E.U y el S.E.U sino que pretende que el T.E.U. se ponga bajo su dirección para crear entre todos una gran obra de teatro de masas...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Los chicos del T.E.U. tiemblan de indignación: ¿Pero qué se habrá creído el profesor de La Riva?...</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Entre rivalidades y miradas torcidas, el tiempo corre que vuela y hoy es <b>viernes 25 de mayo. El Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina debuta en el Bretón.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLa39Ntljno1FP11e3-dKNEfqOZb02amg48sC0Bsuac5C5qWRwWn5Vs9yBjiayVhDfpFBUVXCpYloOQ8hyN2Yw73B5MZqYvu6vuecFs0PD4TepZUoVgr6CyUVoBOguELco4bxppX4dP_E/s1830/acmg_41_13_p0005+%25281%2529.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1830" data-original-width="1208" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLa39Ntljno1FP11e3-dKNEfqOZb02amg48sC0Bsuac5C5qWRwWn5Vs9yBjiayVhDfpFBUVXCpYloOQ8hyN2Yw73B5MZqYvu6vuecFs0PD4TepZUoVgr6CyUVoBOguELco4bxppX4dP_E/w422-h640/acmg_41_13_p0005+%25281%2529.jpg" width="422" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Carnet de la Universidad de Salamanca</span><br /><a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/archivo_gaite/es/cms/elemento.do?id=ms%2Farchivo_gaite%2Fpaginas%2FPresentacion_2.html">Archivo Personal de Carmen Martín Gaite. Biblioteca de Castilla y León</a></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Presentan en sesión de tarde y de noche <b>dos entremeses de Cervantes</b>: <i><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2011/10/la-ciudad-del-subsuelo-la-cueva-de.html">La cueva de Salamanca</a></i>, <i>El retablo de las maravillas,</i> y la <b>pieza de Azorín <i>El Segador</i></b>. Esta última, desde su estreno en Barcelona, en 1927, no había vuelto a representarse en ningún lugar hasta hoy. Y cuando nuestra agrupación Juan del Encina baje el telón, cuando cuelguen esta noche los trajes y empiecen a quitarse el maquillaje, nadie volverá a representar <i>El Segador</i> hasta 1954. Que el Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina inicie su andadura con <i>El Segador</i> dice mucho de su compromiso con el teatro menos comercial y la renovación de la escena española.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Se han cuidado los más pequeños detalles. Los decorados, “magníficos” son obra de Manuel Gracia, pintor salmantino y profesor de dibujo de la Escuela de Artes y oficios.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Carmiña Martín Gaite es Cristina en <i>La Cueva de Salamanca</i>. También tiene un papel en <i>El retablo de las maravillas</i>. La prensa del día siguiente se hará eco de su buen hacer:</div></div><blockquote><div style="text-align: justify;">[...]la alegría, <b>la entonación picaresca y alegre de Carmiña Martín Gaite</b>, que expresa maravillosamente la Cristina cervantina.</div><div></div></blockquote><div style="text-align: justify;">Las tres piezas son un rotundo éxito. Una “impecable representación” que termina con los “cariñosos aplausos del público”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><blockquote><div style="text-align: justify;">¿Teatro hecho por aficionados? Dijéramos más bien teatro, arte, hecho por artistas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los versos y la prosa cervantina de los entremeses <<El retablo de las maravillas>> y <<La cueva de Salamanca>> se unieron en lazo magnífico con la recia estampa del <<El Segador>>, página impresionante y ruda de la vida</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los dos entremeses de Cervantes […] y la bella pieza de Azorín [… ] fueron puestos en escena con el brío y la justeza más admirable.</div></blockquote><p> <span style="text-align: justify;">A la salida, en las inmediaciones del Bretón, <b>entre la general satisfacción de la gente, se ve alguna cara larga. Los chicos del T.E.U. traman algo.</b></span></p><div style="text-align: justify;">El S.E.U. publica en el seno de la Universidad de Salamanca un boletín mensual: la revista <i>Cátedra</i>. Entre textos de espíritu falangista hay secciones dedicadas a la Literatura, el Cine, la Música, el Teatro, el deporte… En el número del mes de junio, se publica <b>una crítica feroz del T.E.U. contra el flamante Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhObvVZdpe_kld0vWa9BmZFZV1Zv2sQXa5s5XV7bH6o0W-Z8RPL2ivK96y9jIuXQcGQnmxN63b_9T4BUkrr8ABGoJ_aXQ2gN5-z7-F6XbiJjD7oTRAbA0U5eHElDxDMVwzG8SUqCVX7S5c/s2436/Revista+Catedra+Universidad+Salamanca.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Revista Cátedra posguerra Salamanca SEU" border="0" data-original-height="2436" data-original-width="1658" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhObvVZdpe_kld0vWa9BmZFZV1Zv2sQXa5s5XV7bH6o0W-Z8RPL2ivK96y9jIuXQcGQnmxN63b_9T4BUkrr8ABGoJ_aXQ2gN5-z7-F6XbiJjD7oTRAbA0U5eHElDxDMVwzG8SUqCVX7S5c/w437-h640/Revista+Catedra+Universidad+Salamanca.jpg" width="437" /></a></div><blockquote><div style="text-align: justify;">Pese a estar dirigido e integrado en su mayor parte por universitarios, ha decidido obrar al margen del T.E.U., privando así a este de su valiosa aportación […]</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No es que esperásemos maravillas, [...] pero sí[...] una labor cuidada, discreta, cuando menos, tanto en la adaptación y montaje de las obras como en lo que a la dicción y movimiento escénico se refiere. Nuestra desilusión, obligado nos es confesarlo, fue demasiado grande para que podamos silenciarla. Francamente creemos que para conseguir los menguados resultados que ha conseguido el Teatro de Arte Juan del Encina, no era necesario presentarse al público con las desmedidas ambiciones con que lo ha hecho. Para esto basta con el T.E.U. que […] está muchos codos por encima en cuanto a todos los aspectos apuntados se refiere.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">“El segador”, mejor interpretada [que los entremeses], no alcanzó tampoco el tono elevado de selección y arte a que el Teatro Juan del Encina aspira. No se puede, en modo alguno, pretender una labor como la que éste nos había anunciado, quedándose en titubeos e ingenuidades, en desmaños y torpezas, que lejos de atraer al público, han de desviarlo, más aún de lo que está, del arte dramático. Aconsejamos desde aquí al Teatro de Arte Juan del Encina más modestia en sus aspiraciones y una preparación más meditada y certera en sus futuras actuaciones.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;">No sabemos si el tremendo enfado y las protestas de los chicos del T.E.U. tienen consecuencias. Lo único cierto es que <b>ninguna de las futuras actuaciones que César Real de la Riva proyectaba se puede llevar a cabo</b>. No ven la luz ni una sola de las representaciones que la Universidad anunciaba a bombo y platillo en su Memoria para el curso siguiente. Ni Cocteau ni Hauptmann ni Lope de Vega ni la traducción del <i>Edipo Rey</i> en la que trabajaba Agustín García Calvo bajo la supervisión de Tovar y Real de la Riva; que quizá fue el germen del <i>Edipo Rey</i>; versión rítmica que Agustín García Calvo estrenará cuasi cuarenta años después.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>El Teatro Juan del Encina tardará nada menos que dos años en volver a los escenarios.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los sueños teatrales de Carmiña sufren un parón. No importa. Más tiempo para “hablar, comer, pasear y hacer las cosas demoradamente para degustarlas más”. <b>Tiempo libre para vivir en esta Salamanca provinciana al son de su ritmo lento.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5wTwxu_gUZnFId2GKYDBp3kbxeluwrYT1xHkX8tcFatgrv2L3YvNurYGyALLu9Ziuaip81t8R1nPiMss832_WmsNcjbMJvIMMin52p5NkBHr-M8sf5orO1fgM0IxObIluNuwEPlBNQsk/s1230/acmg_82-231.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: #999999;"><img alt="Carmen Martín Gaite en el patio del Palacio de Anaya en Salamanca" border="0" data-original-height="1230" data-original-width="821" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5wTwxu_gUZnFId2GKYDBp3kbxeluwrYT1xHkX8tcFatgrv2L3YvNurYGyALLu9Ziuaip81t8R1nPiMss832_WmsNcjbMJvIMMin52p5NkBHr-M8sf5orO1fgM0IxObIluNuwEPlBNQsk/w429-h640/acmg_82-231.jpg" width="429" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Carmen Martín Gaite en el Palacio de Anaya (facultad de Letras) de Salamanca<br /><a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/archivo_gaite/es/cms/elemento.do?id=ms%2Farchivo_gaite%2Fpaginas%2FPresentacion_2.html">Archivo Personal de Carmen Martín Gaite. Biblioteca de Castilla y León</a></span></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;">Carmiña, Mariores, Tali y sus amigos, entre clase y clase, se recuestan en las barandas de piedra del Palacio de Anaya y deciden al sol lo que harán a la salida.</div><blockquote><div style="text-align: justify;">ir pasear al río, remar en barca, dar paseos por la Plaza.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;">Ignacio Aldecoa, que casi nunca asiste a clase, alguna vez aparece en el paseo de la una por la Plaza Mayor:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote><div style="text-align: justify;">Se nos acercaba a otra amiga y a mí con conocidos suyos, casi siempre vascos y generalmente de medicina. “Chicos fuertes y guapos —como decía él— que es lo que necesitáis y no tantos gafitas”.</div><br /><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;"><i>La búsqueda de interlocutor</i>. Editorial Anagrama. 2000. Pág. 36</span></div></blockquote><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;"><b>Ni Carmiña ni Mariores ni Tali pasan desapercibidas en la provinciana Salamanca.</b> Sus diversiones en compañía de los chicos desentonan en la ordenada vida local.<b> Al paso de sus risas camino del río se levanta una nube de suspicacias, el viento transporta un rumor de cuchicheos</b>.</span></div><blockquote><div style="text-align: justify;">[...] cuchicheo indignado de las señoras que me miran pasar con mis amigos camino del río, a través de visillos levantados. Ninguno es mi novio. Ni siquiera es mi novio, pero cantan y se ríen y me cogen de la mano, vamos por callejuelas, entramos en tabernas, alquilamos una barca para remar por el río Tormes que acaba de deshelarse, hay un sol de primavera temprana.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;"><i>El Cuarto de atrás</i>. Ediciones Destino. 1997 Pág. 108</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"></div><blockquote><div style="text-align: justify;">Siempre está el río de Salamanca en mi recuerdo […] No estaba bien visto entonces que una jovencita de buena familia se fuera sola con sus amigotes a remar al río, pero recuerdo aquellos paseos acompasados por el chapoteo del remo como lo más alegre de mi vida. Tenían además su puntita de peligro, porque yo no sabía nadar ni creo que mis acompañantes, aunque nunca se lo pregunté, fueran tan duchos como para salvar de la muerte a la chica en apuros.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;"><i>Esta es mi tierra:</i> “Salamanca de Carmen Martín Gaite”. RTVE. 1982.</span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Salamanca no está preparada aún para que tres universitarias anden por ahí entrando y saliendo de tabernas, metiéndose en el Tormes con chicos</b> que no son sus novios, de la mano de desconocidos que a saber si vienen de buena familia…</div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Ana María, la hermana de la escritora, señala la trascendencia del talante libre de Carmiña, Mariores y Tali.</b> De tres muchachas que no se dejan amilanar por una sociedad controladora empeñada en disminuirlas:</div><blockquote><div style="text-align: justify;">Yo creo que Carmiña siempre tuvo una veta. Era muy amiga de Aldecoa… (ahora se dirige a María Dolores.) Tú también tuviste la veta, Mariores. En Salamanca no había ambiente bohemio, lo había con ellas (Mariores, Carmiña y otra amiga llamada Tali). Rompieron un poco con todo, iban al río a remar, quedaban con amigos, tenían novios de fuera… no eran las clásicas niñas de puesta de largo. Fueron tres mujeres rompedoras.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Entrevista a Ana María Martín Gaite. Realizada por Paloma de la Vega. Publicada en la Revista <i>2227</i>. Asociación Cultural La Maliciosa. 2012</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Carmiña, Mariores y Tali, tres mujeres rompedoras</b>. No se dejan presionar por la asfixiante ciudad provinciana. Vencen el miedo a que las critique la Salamanca de posguerra. <b>No se resignan al papel accesorio que les reserva la dictadura porque quieren ser, son ya, las protagonistas de sus vidas</b>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhu_mBtXWf5Xf5-49yTg_iv2cSY5B2GyHMi8kDta6fa9u547cCe9S6IXrGiZRN0J8V5bd26kmwWD0c7z-RKlgzw_0kdr8kzE6bBBlRXr3c0cJPTHE8GP9VpjN8RwV-mss6MLroww86N6tQ/s1196/acmg_95-153.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Carmen Martín Gaite remando en el río Tormes con amigos en Salamanca" border="0" data-original-height="782" data-original-width="1196" height="418" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhu_mBtXWf5Xf5-49yTg_iv2cSY5B2GyHMi8kDta6fa9u547cCe9S6IXrGiZRN0J8V5bd26kmwWD0c7z-RKlgzw_0kdr8kzE6bBBlRXr3c0cJPTHE8GP9VpjN8RwV-mss6MLroww86N6tQ/w640-h418/acmg_95-153.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Carmen Martín Gaite y varios amigos remando en una barca en el Tormes<br /><a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/archivo_gaite/es/cms/elemento.do?id=ms%2Farchivo_gaite%2Fpaginas%2FPresentacion_2.html">Archivo Personal Carmen Martín Gaite. Biblioteca de Castilla y León</a></span></td></tr></tbody></table><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los estudiantes de la Universidad en este periodo se desentienden bastante de la política. Años después lo describe así la escritora:</div><div><br /></div><blockquote style="text-align: justify;">La guerra casi nadie la mentaba entonces, ni para bien ni para mal, si bien en nuestras casas resultaba ese silencio de la pesadumbre por tantas catástrofes y del deseo de conjurarlas, mientras que allí en la Facultad era poco o nada sintomático, un rasgo de inconsciencia propia de la edad que teníamos. No eran tiempos de politización como ahora si no de olvido.</blockquote></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;"><i>La búsqueda de interlocutor</i>. Editorial Anagrama. 2000. pág. 36</span></div><div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Curiosamente también en el S.E.U reconocen esta actitud pasiva de los universitarios. Y les molesta mucho. El S.E.U. no logra dinamitar el desencanto juvenil, no consigue movilizar a los estudiantes con su revista </span><i style="text-align: justify;">Cátedra</i><span style="text-align: justify;">. Lo reconocen también los chicos del T.E.U. que piden en la prensa, a la juventud universitaria, que reaccionen de una vez y se apunten al T.E.U. que anda escaso de miembros para llevar adelante sus proyectos.</span></div><blockquote><div style="text-align: justify;">Nos duele decir que existen cientos de camaradas que parecen encontrarse más cómodamente en el egoísmo, en la apatía y en el descanso, que en la disciplina, en el fervor y en la lucha, Esto nos lleva a encontrar poderosas dificultades en nuestras empresas que no deberían existir.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Sucede con el T.E.U., que debiendo manifestarse con viril impulso en la actividad de la escena española para dotar al Teatro Nacional del puesto que debe ocupar en el mundo […], la frialdad de muchos camaradas nos impide la realización de nuestros propósitos.</div></blockquote></div><div><b>Quizá la “inconsciencia propia de la edad” de la que habla la escritora, el desencanto que lleva a la inacción a la juventud universitaria tenga cierta significación política.</b> Un desapego de la juventud más intelectual de la ciudad hacia un sistema de gobierno en el que cualquier actividad contraria a los dirigentes pone en peligro hasta la vida. ¿Cómo no va a haber desencanto juvenil en semejantes circunstancias?</div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Carmiña, con todo lo joven e inconsciente que es, no da rienda suelta a sus sueños de actriz uniéndose al T.E.U. <b>Ella que gusta de pasear por la ciudad de la mano de sus amigos sin hacer caso a las miradas desaprobadoras del vecindario; que con sus amigos surca las tardes en barca bajo el cielo inmenso a las afueras de la diminuta Salamanca, quizá nota que los sueños se le desvanecen</b> entre tanta sigla S.E.U., T.E.U., sus “viriles impulsos” y sus doctrinas falangistas. Carmiña, y su juvenil inconsciencia, prefieren formar parte del Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La agrupación teatral de César Real de la Riva volverá a los escenarios en junio 1947.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En enero de ese año, Carmiña Martín Gaite inicia su carrera literaria. Publica su primer texto en <i><b>Trabajos y días.</b></i> <b>Revista universitaria que había nacido el año anterior entre las tertulias del Café Castilla y los seminarios de Clásicas y de Románicas del Palacio de Anaya</b> . Una revista que la escritora siente muy suya:</div><blockquote><div style="text-align: justify;">En estos años en colaboración con otros estudiantes, fundamos la revista universitaria <i>Trabajos y días</i>.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Entrevista a Carmen Martín Gaite, ganadora del premio Nadal. Mercedes Formica. Revista Blanco y Negro. 18/01/1958. Madrid.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkooXw6Hv1GUnYje5gq3DZ7IOs_qb17ZwXw875yZguMvnpGAvjZG9P4nJZn949RXGB_zCBWQLjSZrF1kK9mrm81X8TlUyC4Kq28KXK8tzsKvl1Y0wO7AWwWDg6DeRed2eUU00u9hKYzb4/s962/Screenshot_20211012-194830.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Revista Trabajo y Días Universidad de Salamanca" border="0" data-original-height="962" data-original-width="662" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkooXw6Hv1GUnYje5gq3DZ7IOs_qb17ZwXw875yZguMvnpGAvjZG9P4nJZn949RXGB_zCBWQLjSZrF1kK9mrm81X8TlUyC4Kq28KXK8tzsKvl1Y0wO7AWwWDg6DeRed2eUU00u9hKYzb4/w440-h640/Screenshot_20211012-194830.jpg" width="440" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En el numero 5 de <i>Trabajos y Días</i>, correspondiente a los meses enero-febrero de 1947, Carmiña publica <b>su primer texto, un poema: “La Barca Nevada”.</b> Inspirado en una fotografía del salmantino <b>José Núñez Larraz.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxW7Vdm6_K1jdBKqaATPRRECGuByhIITifPuzHFCBgbujf5UJw-LtKiyVIOZlcbTNHo1IKfu5hAdYnB4iCUs0gLiYaWfVvnE1Ppac3cZxNzxexZdW1D44tlSljWdMcLAVQb2RVMA7ISAc/s857/Screenshot_20211012-112425.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="barca atrapada en el hielo del río Tormes de Juan Núñez Larraz" border="0" data-original-height="754" data-original-width="857" height="564" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxW7Vdm6_K1jdBKqaATPRRECGuByhIITifPuzHFCBgbujf5UJw-LtKiyVIOZlcbTNHo1IKfu5hAdYnB4iCUs0gLiYaWfVvnE1Ppac3cZxNzxexZdW1D44tlSljWdMcLAVQb2RVMA7ISAc/w640-h564/Screenshot_20211012-112425.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Fotografía de <i> El Adelanto</i><br /><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do">Prensa histórica. Ministerio de cultura</a></span></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;">"La barca nevada" de Carmiña comparte página con otro poema de su amigo Agustín García Calvo. El río Tormes, que tanto visitan el grupo de amigos, protagoniza los dos poemas. Las composiciones trazan pinceladas semejantes: el invierno, el río, la vida, la muerte y la misma conclusión: Carpe diem.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mientras que Agustín se deja llevar por los clásicos ríos de Jorge Manrique que van a dar a la mar que es el morir, Carmiña debuta en la literatura con un invierno que “ha bajado de puntillas a posarse en el río” pero que se irá. La barca nevada, prisionera del hielo, será liberada. La liberación es inevitable. El hielo no va a poder retenerla mucho tiempo porque esa barca en concreto es una barca muy libre. Es una de las barcas a las que Carmiña sube con sus amigos mientras las mujeres del vecindario murmuran. Es la barca en la que se mete sin saber nadar y sospechando que ninguno de los que van a su lado podrá rescatarla si cayera al Tormes. <b>A bordo de una barca como la del poema la escritora ha aprendido a vencer los miedos, el miedo al qué dirán, el miedo a correr riesgos.</b> En esa barca Carmiña ha aprendido a vivir libre.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Carmen Martín Gaite comienza su carrera literaria. La escritora se adentra en la literatura a bordo de una barca de remos sobre las aguas del Tormes.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Es el año 1947.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ese verano se celebra el cuarto centenario del nacimiento de Cervantes. Con este motivo la Diputación patrocina algunos actos culturales, y Real de la Riva consigue la financiación necesaria para poner en pie su versión de <b><i>El Mercader de Venecia </i>de Shakespeare.</b> Carmiña se prepara para interpretar a Nerissa, la criada de Porcia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>El Adelanto</i> publica un artículo sobre los ensayos del grupo teatral. El testimonio es anónimo. El artículo lo firma “Un actor”:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="text-align: justify;">En días y días de infatigable labor [César] nos fué dando a conocer, a actor por actor, punto por punto —y nunca fué la frase más exacta— y sílaba por sílaba, como deben sentirse las infinitas excelencias que encierra este portentoso <<Mercader de Venecia>></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div>El martes 10 de junio de 1947 estrenan en <b>el patio del Palacio de la Salina.</b><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC8iLChcDXtW3buDuuzr6fJtLe0NhSRsMdJykvdZukit55NErAMaJT27CMVpKt2DsE2zSxfZ8fBLY03R4YxfEzDwd7iCkMEveM0iYrxtm-AXAaUSeKxc-3AzA95ZsiG-UEY3pgG0epzEQ/s3170/patio+de+la+Salina.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3170" data-original-width="2264" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC8iLChcDXtW3buDuuzr6fJtLe0NhSRsMdJykvdZukit55NErAMaJT27CMVpKt2DsE2zSxfZ8fBLY03R4YxfEzDwd7iCkMEveM0iYrxtm-AXAaUSeKxc-3AzA95ZsiG-UEY3pgG0epzEQ/w458-h640/patio+de+la+Salina.png" width="458" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">La representación se califica de “franco y resonante éxito·</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote><div style="text-align: justify;">El fondo del patio, escenario perfecto, por su arquitectura para la acción de la obra, había sido adornado con el más exquisito gusto, cubriendo los arcos ricas cortinas y en la escalera varios planos, mientras desde las galerías altas los reflectores hacían preciosos juegos de luz.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La interpretación fué en todo digna de los más sinceros elogios. El grupo de animosos y entusiastas jóvenes llevó a cabo una labor hecha con verdadero fervor, poniendo vibración de sentimientos en los parlamentos, hasta conseguir una representación de “El mercader de Venecia”, que será recordada con la mayor emoción y cariño.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Todos los intérpretes, ajustados a los respectivos personajes, dieron vigor y relieve al drama, y por ello no hemos de hacer distinciones […] escucharon, en diferentes momentos de la representación los más entusiastas aplausos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Felicitamos cordialmente a César Real y al Cuadro Artístico, por esta magnífica representación, con el deseo de que sean más frecuentes las representaciones de nuestro teatro clásico.</div></blockquote><div style="text-align: justify;"><p> </p></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTl6ltALtujO0yf28PfeSSyQFG8b6SSIsaOETAeM-tBvh2EU4p8b8Y6wprWTsCzVM_1OKnd1Y1pzjfSMGvd1U2Bvwdr926lVuyxEoGkkUzbdEA3BxWawLAHrRKGuATJtkS6vhyXVjKlw4/s2370/acmg_82-280.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Carmen Martín Gaite interpretando el Mercader de Venecia" border="0" data-original-height="2370" data-original-width="1672" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTl6ltALtujO0yf28PfeSSyQFG8b6SSIsaOETAeM-tBvh2EU4p8b8Y6wprWTsCzVM_1OKnd1Y1pzjfSMGvd1U2Bvwdr926lVuyxEoGkkUzbdEA3BxWawLAHrRKGuATJtkS6vhyXVjKlw4/w453-h640/acmg_82-280.jpg" width="453" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Carmen Martín Gaite interpretando <i>El Mercader de Venecia </i>en el Patio del Palacio de la Salina<br /><a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/archivo_gaite/es/cms/elemento.do?id=ms%2Farchivo_gaite%2Fpaginas%2FPresentacion_2.html">Archivo Personal Carmen Martín Gaite. Biblioteca de Castilla y León</a></span></td></tr></tbody></table><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Al día siguiente, el Teatro de Arte Juan del Encina da una segunda representación de <i>El Mercader de Venecia</i>. Esta vez se suben al escenario del <b>teatro Liceo. </b>Adornado con “tapices y flores”. “Con un magnífico decorado” que vuelve a ser obra del pintor Manuel Gracia.</div><div style="text-align: justify;"><blockquote>Los intérpretes renovaron el triunfo de la noche anterior, escuchando constantes aplausos.</blockquote></div><div style="text-align: justify;">Termina así el cuarto curso de carrera de Carmiña.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A la vuelta del verano, el Teatro Juan del Encina se embarca en un gran proyecto. Tan grande que agita a la ciudad entera durante varios días. Por fin César Real de la Riva va a poder llevar a los escenarios una obra de teatro de masas. <b>Un drama musical de dimensiones gigantescas, interpretado por cientos de personas y destinado a un público también multitudinario.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El Teatro de Arte Salmantino Juan del Encina junto a las orquestas sinfónicas de Salamanca y de Madrid, grupos folklóricos de danza y coros procedentes de diversos puntos de la provincia, y los estudios cinematográficos CEA de Madrid que enviarán “poderosos elementos auxiliares” llevarán juntos al escenario del <b>teatro Gran Vía</b> un gran espectáculo que la prensa bautiza “La Gran Fiesta Charra”. Su título: <b><i>Poema popular charro, Campocerrado</i>,</b> escrito por César Real de la Riva, con música de <b>Gerardo Gombau</b>.</div></div><div><br /></div><div><div style="text-align: justify;">Un montaje escénico de semejantes proporciones —en <b><i>El Adelanto</i> se dice que el número total de participantes se eleva hasta casi cuatrocientos</b>— parece que requeriría de muchos meses de coordinación y preparación. Sin embargo se lleva a cabo en apenas un mes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAzj2qAZGrbyBoML8LOQAX51loXQuFOVz6SicSCrXVGTJRkdgZIazEAm3zQnUJQl27C0No8Fn6BTU9F0rmPDpp4JLqVVgrSR1VSDYp6iyPNZFHebk0fugX-YNCOeXvNDNKKMgrwVe2X7Y/s1024/Screenshot_20211012-153854.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAzj2qAZGrbyBoML8LOQAX51loXQuFOVz6SicSCrXVGTJRkdgZIazEAm3zQnUJQl27C0No8Fn6BTU9F0rmPDpp4JLqVVgrSR1VSDYp6iyPNZFHebk0fugX-YNCOeXvNDNKKMgrwVe2X7Y/w480-h640/Screenshot_20211012-153854.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Información de <i>El Adelanto</i><br /><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do">Prensa Histórica. Ministerio de Cultura</a></span></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;">Leyendo la prensa, <b>da la sensación de que La Gran Fiesta Charra se pone en pie de forma súbita</b>. El espectáculo musical de masas <i>Campocerrado </i>está envuelto en una misteriosa bruma de imprevisión y urgencia. De la noche a la mañana, el Teatro Juan del Encina deja los trabajos que tiene entre manos. Preparaban dos obras clásicas que iban a representarse los días 18 y 19 de septiembre según el programa de Ferias. El mismo día 18, <i>El Adelanto</i> avisa de su cancelación. El teatro Juan del Encina abandona de pronto esas representaciones para preparar <i>Campocerrado</i>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Se fija el estreno para el día 21, como gran cierre de las Ferias. Pero no se logra el objetivo y tienen que retrasar la representación. Los alcaldes de los ayuntamientos de los pueblos de la provincia participantes no reciben confirmación de la fecha del estreno, 26 de septiembre, hasta tres días antes del mismo. Y a tres días del estreno, los alcaldes todavía están pendientes de recibir una carta o una visita personal con instrucciones para el día de la representación. Diversos artículos de prensa insisten en la “premura” de los trabajos que se están realizando para que todo esté listo el día del estreno. La prensa se refiere a La Gran Fiesta Charra como <b>una “obra formidable llevada a cabo en un tiempo inverosímil”.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>La eclosión por sorpresa del proyecto <i>Campocerrado </i>y la misteriosa niebla de urgencia que envuelve todos sus preparativos, no impide que el proyecto desemboque en un rutilante estreno de los que hacen época.</b> Entradas agotadas los tres días que se representa y la ciudad entera pendiente de un espectáculo que rebasa las cuatro paredes del teatro, llenando Salamanca del colorido, trajes, danzas típicos de los pueblos de la provincia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El que más y el que menos en la ciudad se muere de ganas de ir al Gran Vía a ver qué es eso de <i>Campocerrado</i>,</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El viernes 26, a las once de la noche, se programa una función de gala. Se exige acudir vestido de etiqueta o traje oscuro; requisito sin el cual no se permitirá el acceso bajo ningún concepto. El sábado 27, habrá dos funciones más a las siete y media de la tarde y a las once de la noche. Hay tanta expectación, que para el domingo 28 de septiembre <b>se anuncia una representación masiva en la Plaza de Toros para que nadie en Salamanca se quede fuera de La Gran Fiesta Charra.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El espectáculo se describe en la prensa como “zarzuela teatral con rango de ballet, un poema que habla de los sentimientos de nuestra charrería[…] Una boda charra cuajada de prometedoras felicidades y una tragedia intensa que conmueve al corazón charro hasta convertirse en lírica apoteosis".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El redactor de <i>El Adelanto</i> anticipa a los lectores los temas que trata la obra: el drama, el destino, la vida. “Una copla centra la acción de <<Campocerrado>>”:</div><blockquote><div style="text-align: justify;">¡Al aire! Tiradla al aire</div><div style="text-align: justify;">la moneda del amor,</div><div style="text-align: justify;">que por una cara es vida</div><div style="text-align: justify;">por la otra… muerte y dolor!</div><div style="text-align: justify;">¡Y al aire!</div></blockquote><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">La música de Gerardo Gombau se describe así: “ambición lograda de un gran ballet charro. Sonoridades orquestales que hacen de la música un verdadero poema sinfónico".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La expectación es tan formidable como el tamaño del espectáculo que se prepara. <b>Se anuncia para el día del estreno la presencia en la ciudad de las cámaras del noticiario NODO.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Se confirma también la asistencia de diversas autoridades del gobierno de la nación.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La exaltación de los valores populares es uno de los aspectos que se quiere potenciar por la dictadura. Por eso desde el Estado se procura apoyar esta clase iniciativas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El día del estreno el éxito es total.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp2l2y0ALcEGisJzXJ4yPjz4aGmWg9jQypsX3mqLzs-LRy7N6l_AtvclMhoeuNrLieZYHuYJji9hJaX544hPNvDB4oDUAGBFnBgupw9jksWDYYfHfBKHIRG8PLkySYcwYsxNiibrT7Zvw/s743/Screenshot_20211012-153238.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Representación de Poema charro en tres actos Campocerrado en el Teatro Gran Vía en Salamanca" border="0" data-original-height="687" data-original-width="743" height="592" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp2l2y0ALcEGisJzXJ4yPjz4aGmWg9jQypsX3mqLzs-LRy7N6l_AtvclMhoeuNrLieZYHuYJji9hJaX544hPNvDB4oDUAGBFnBgupw9jksWDYYfHfBKHIRG8PLkySYcwYsxNiibrT7Zvw/w640-h592/Screenshot_20211012-153238.jpg" title="La Gran Fiesta Charra" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Fotografía de <i>El Adelanto</i><br /><a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do">Prensa Histórica. Ministerio de Cultura</a></span></td></tr></tbody></table><blockquote><div style="text-align: justify;"><br />Aquella ovación sostenida al ir apareciendo en el escenario los directores artísticos y principales intérpretes del poema popular charro “Campocerrado”, ovación que fue delirante cuando a viva fuerza sacaron a Gerardo Gombau. Ha triunfado el conjunto de la obra, precisamente lo más difícil, ese conjunto en el cual es imposible singularizar, pues han ido creciéndose todos en escena hasta conseguir una acción plena, ligada y emotiva.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;">Las ovaciones se repetirán en las sucesivas representaciones.</div><blockquote><div style="text-align: justify;">[...]músicos, coros, solistas, danzantes, los actores del Teatro Juan del Encina que dirige César Real de la Riva, en una compenetración admirable. Todos perfectamente bien encajados en sus respectivos personajes, dieron vigor al poema. Desde la emoción que supo dar María del Pilar García Alonso, la justeza de Maria Luisa Sierra, la adaptación de Conchita Aires y la ductilidad de Carmiña Martín Gaite.</div></blockquote><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2AmjyVywBEqif_u_5_jpXNvAspuCxDiLOHhMJNFhYP-dammSUtIsz0QtsdfIz7cpiLvYof3cMqcWUh7-3O3FlFbSvlVrtXrqEcBrtDvTsZf1CHF75xSH97ACOfraLnQiFouVWsLXODG0/s1355/acmg_90-49.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Carmen Martín Gaite vestida de su personaje en la obra "Campocerrado" en Salamanca" border="0" data-original-height="1355" data-original-width="1008" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2AmjyVywBEqif_u_5_jpXNvAspuCxDiLOHhMJNFhYP-dammSUtIsz0QtsdfIz7cpiLvYof3cMqcWUh7-3O3FlFbSvlVrtXrqEcBrtDvTsZf1CHF75xSH97ACOfraLnQiFouVWsLXODG0/w477-h640/acmg_90-49.jpg" width="477" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">La fotografía sobre estas líneas pertenece al <a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/archivo_gaite/es/cms/elemento.do?id=ms%2Farchivo_gaite%2Fpaginas%2FPresentacion_2.html">Archivo personal de la escritora</a>. Aunque allí está reseñada como relativa a la representación de "<i>El Segador"</i>, en realidad se corresponde al estreno de "<i>Campocerrado"</i>. <br />Se puede comprobar acudiendo a la tesis doctoral "<i>Tradición y modernidad. Dos décadas de música en Salamanca, 1940-1960" </i>de Mª Isabel Gejo Santos. Donde aparece una fotografía de los protagonistas de "Campocerrado". En ella Carmen Martín Gaite posa al lado de Gerardo Gombau, Real de la Riva y los demás actores, vestida igual que en esta fotografía.<br />Además, si nos fijamos, no puede ser más elocuente el botón charro sobre el pecho de la escritora, fuera de contexto en todas las representaciones en las que participó Carmiña menos en "Campocerrado".</span></td></tr></tbody></table><p><span style="text-align: justify;">Los resonantes triunfos de <i>Campocerrado </i>no impiden <b>la formación de nubes de mala suerte que perseguirán sin descanso a La Fiesta Charra.</b></span></p><div style="text-align: justify;">Las autoridades del gobierno nacional cuya presencia se había anunciado a bombo y platillo para el día del estreno faltan a la cita. Prefieren acudir a Alcalá de Henares a la celebración de un acto por el centenario de Cervantes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Es de suponer que al no venir las autoridades, los reporteros del NODO hacen lo mismo, porque por más que he revisado y revisado el archivo del NODO no he encontrado rastro de La Gran Fiesta Charra. Una verdadera pena, porque de existir la filmación, que casi os confirmo que no existe, no tendría precio poder ver la grabación tratando de localizar a la Gaite en acción, vestida medio de charra, declamando versos de la Mujer Primera... Para algo bueno que podíamos haber sacado de las autoridades franquistas, pues van y no se presentan el día estreno.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La mala suerte de La Gran Fiesta Charra no termina aquí. La climatología del domingo 28 de septiembre no debió de ser muy apropiada para espectáculos al aire libre, porque la representación planeada en la plaza de toros se suspende y en su lugar ese domingo se dan dos funciones más en el teatro Gran vía en sesión de tarde y de noche. Pero el aforo es sensiblemente inferior y mucha gente se quedaría sin entrada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Con esta explosión charra, este éxito masivo, Carmiña dice adiós a su carrera teatral. La balanza se ha inclinado ya del lado de la Literatura. Aunque <b>la escritora no se olvidará de las lecciones teatrales que aprendió la actriz:</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote><div style="text-align: justify;">Me acodo ante el espejo largo […] Y de pronto tiene lugar una transformación insólita. La expresión del rostro es la misma, pero aparece rodeada de una cofia de encaje y han desaparecido las ojeras y arruguitas que cercan los ojos […] Por detrás de mí, se acerca con pasos rápidos una chica menuda, vestida de hidalga del siglo XVI. <<¿Pero qué haces?, te estamos buscando, vamos, Agustín ya está en escena>>. <<Se me ha olvidado todo, Conchita, es horrible, no puedo salir.>> <<No digas bobadas, anda, eso pasa siempre la primera vez, en cuanto salgas te acuerdas enseguida. ¿Quieres un consejo? Píntate un poco más los ojos. Verse guapa da seguridad.>></div></blockquote><blockquote><div style="text-align: justify;">Cojo un lápiz negro que hay sobre la coqueta y me perfilo los ojos con cuidado. Igual que aquella primera vez que pisé las tablas del teatro Liceo de Salamanca […] Me pongo de pie y vuelvo a acercarme a la cortina, no hay más remedio que echarle valor y serenidad a la salida.</div></blockquote><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;"><i>El Cuarto de Atrás</i>. Ediciones Destino. 1997. Pág.152</span></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><br /></div><div><b>Contra el miedo, valor y serenidad. Lección una de primero de Teatro.</b></div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Con la ciudad todavía envuelta en los ecos del atronador éxito de <i>Campocerrado</i>, César Real de la Riva empieza pronto a mover hilos para lograr nada más y nada menos que un patrocinio estatal para estrenar en Madrid La Gran Fiesta Charra. El 27 de octubre, <i>El Adelanto </i>informa de que el catedrático, el alcalde de Salamanca y el teniente de alcalde han viajado a Madrid y se han visto con el Subsecretario de Educación Popular. De él han obtenido “promesa de que será incluida tal fiesta como uno de los espectáculos más bellos que puede ofrecerse a las ilustres personalidades que se reunirán en Madrid en el próximo mes de marzo”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las promesas del político no impiden que los ecos del musical se vayan apagando en la ciudad hasta desaparecer. <b>De aquella obra de teatro de masas no queda más que lo que guarde la memoria de los que la vivieron y lo que hay en una caja sobre un estante de la Biblioteca Nacional</b>: un montoncito de papeles, las partituras y el guion, todo escrito a puño y letra como no podía ser de otra forma dada la magnitud del acontecimiento y lo inverosímil del tiempo en que se llevó acabo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La Gran Fiesta Charra no logra salir de los confines de Salamanca. Pasa marzo, pasa abril... y las promesas del político se las llevan los vientos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Por esos meses, Carmiña afronta el último trimestre de su carrera de Filosofía y Letras con la especialidad en Románicas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaYuXfLN3_OvxsoUEG_1_VpLoDdS8z7UT2maKDWBHJVgJKYckbHyWcuB_W4Zg8YFaBVuRJuj5nvLr98jeffFQ3SugEwJCczglN9HZDkIcZOpkwk0B0mQAIKbYr9f6bLPH98mlMdHq-D9Y/s1119/acmg_95-185.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Carmen Martín Gaite estudiando en su casa de Salamanca, en la plazuela de los Bandos. Posguerra" border="0" data-original-height="751" data-original-width="1119" height="430" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaYuXfLN3_OvxsoUEG_1_VpLoDdS8z7UT2maKDWBHJVgJKYckbHyWcuB_W4Zg8YFaBVuRJuj5nvLr98jeffFQ3SugEwJCczglN9HZDkIcZOpkwk0B0mQAIKbYr9f6bLPH98mlMdHq-D9Y/w640-h430/acmg_95-185.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #999999;">Carmen Martín Gaite estudiando en la casa de la Plaza de los Bandos<br /><a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/archivo_gaite/es/micrositios/inicio.cmd">Archivo Personal Biblioteca de Castilla y León</a></span></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;">El 15 de marzo de 1948 pone punto final a <b>un texto titulado “Desde el Umbral”</b>. Se publica en el número 9 de la revista <i>Trabajos y días.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La futura licenciada ve que la vida universitaria se le acaba y en ese texto hace inventario de <b>sus andanzas frente a la “Catedral blanca de nieve, gozosa de sol, recortada y violeta al poniente”</b> cuando caía la tarde mientras “ensayábamos teatro en la clase grande”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Describe a los lectores lo que está viendo, en el Palacio de Anaya, desde alguna de las ventanas superiores:</div><blockquote><div style="text-align: justify;">Está abierto el balcón del Seminario, y dentro de su marco se ve un poco de llano derramado allá lejos y unas nubes delgadas que se estiran encima. Y delante, más cerca, la ciudad con sus tejados dormidos, tibia como un humo. Todas las campanas de los conventos dan vueltas lentamente en la tarde.</div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;">Los renglones se tiñen de pena por esa vida estudiantil que está a punto de acabar:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="text-align: justify;">al andar se tropezaba con los ojos calientes de ese puñado de gentes amigas, y de pronto era bueno vivir, y era bueno mirar que la tarde caía en los conventos y que los árboles se habían llenado de flores blancas.</blockquote></div><div>Desde el umbral, Carmiña contempla también el porvenir que asoma siempre en el horizonte:</div><div><span style="text-align: justify;"><br /></span></div><blockquote style="text-align: justify;">Pasamos media vida mirando hacia allá, imaginando. Tanto que nos parece que ya nos hemos ido. […] Aún no hemos llegado a ningún sitio […] Tampoco llegaremos luego, ni nunca, pero nos parecerá que sí.<div></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><br /></div><div>El texto da un giro al final. La escritora se sacude la pena y deja su puesto contemplativo en el umbral. <b>Que no se pierda el presente contemplando destellos pasados o futuros</b>. Da un grito a favor de la Primavera:</div><div><br /><div><blockquote><div style="text-align: justify;">la primavera ha vuelto […] y es un cálido rebrotar de fresas, de mañanas y de pájaros.</div><div style="text-align: justify;">[...]Ni mañana ni ayer. Ahora es todo nuestro [...]</div><div style="text-align: justify;">¿Escucháis? ¡Despertad! Aquí y ahora. Las nubes desplegadas cauce allá, sobre la torre.</div><div style="text-align: justify;">En Salamanca, en Anaya a 15 de marzo de 1948</div></blockquote><p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTb7y_bXRmGNArK0Es-QzMKVr5IaclL56fEkMsP70G0bb7bMHMtE9OtYKlr6F9BE16Q53Fdz-XMlFpoZaG4_y-nRnKDDJCM4Co7DAu5O_cei4pBI1AiGyt2PelYhzVRyDhm3z7rEDme2w/s395/desde+el+umbral+dibujo.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Dibujo de Carmen Martín Gaite para ilustrar el texto, Desde el umbral, publicado en la revista Trabajos y días" border="0" data-original-height="395" data-original-width="391" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTb7y_bXRmGNArK0Es-QzMKVr5IaclL56fEkMsP70G0bb7bMHMtE9OtYKlr6F9BE16Q53Fdz-XMlFpoZaG4_y-nRnKDDJCM4Co7DAu5O_cei4pBI1AiGyt2PelYhzVRyDhm3z7rEDme2w/w634-h640/desde+el+umbral+dibujo.png" width="634" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustración de Carmiña publicada junto al texto "Desde el Umbral". </td></tr></tbody></table><p><span style="text-align: justify;">Tras los exámenes y después de una fiesta por todo lo alto que dan sus padres para celebrar el fin de carrera, Carmiña pasa el verano en Francia con una beca. Después se marchará de Salamanca y ya vivirá en Madrid.</span></p><div style="text-align: justify;"><b><i>Desde el umbral</i> es un texto de despedida.</b> La escritora dice adiós a la Universidad, a la alegría juvenil de su vida de estudiante, a Salamanca.</div><blockquote style="text-align: justify;">Si sabemos marcharnos diciendo: «Hasta mañana», nos quedaremos para siempre y nos lo llevaremos todo en nosotros. (Desde el Umbral)</blockquote></div><div><span style="text-align: justify;">Y eso hace Carmen Martín Gaite. <b>Se marcha de Salamanca pero se queda para siempre en la ciudad porque se la lleva entera consigo</b>. La dibuja con detalle en la novela que gana el Nadal: </span><b><i style="text-align: justify;">Entre Visillos</i><span style="text-align: justify;">.</span></b></div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La novela arranca junto a las barcas del río. Los personajes nos llevan a la Catedral, al Casino, a dar vueltas a la Plaza Mayor, nos meten en el Gran Hotel, les seguimos por calles estrechas con iglesias, conventos y árboles antiguos. Cuando personajes y lectores presentimos que se avecina el final, la autora nos lleva de regreso al Tormes. Las barcas están ahora atrapadas en el hielo, son barcas nevadas, como la de su primer poema.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Es tan charra<i> Entre Visillos </i>que hasta el nombre de la protagonista hace homenaje a personas que la escritora conoce en esta ciudad</b>. La protagonista femenina se llama <u>Natalia Ruiz Guilarte</u>. Para la familia y los amigos, <u>Tali</u>. Un nombre que conjuga —imposible que sea por casualidad— los nombres de las amigas de Universidad de Carmen Martín Gaite: Maria Lourdes <u>Natalia Guilarte</u> Zapatero (<u>Tali</u>) y Maria Dolores <u>Ruiz </u>Olivera.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La protagonista de la novela es una adolescente que se siente muy incómoda en el espacio reducido que le adjudica la sociedad del momento. Una joven que no está dispuesta a aceptar sin luchar la vida sin horizontes que le proponen: </div><blockquote><div style="text-align: justify;"><b>Si tengo que ser una mujer resignada y razonable, prefiero no vivir.</b></div><div style="text-align: justify;"></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><b>La Natalia del libro lleva por dentro la fuerza de Carmiña, de Mariores y de Tali,</b> de las <b>tres amigas que no se dejan amilanar por la provinciana Salamanca</b> y sus convencionalismos sociales. Tres mujeres rompedoras que guían la evolución del personaje. Le dan nombre y la alientan. Y nos alientan a nosotros, los lectores, a elaborar para esta Tali de ficción, en ese final abierto de la novela, una segura victoria de la muchacha sobre la sociedad represiva.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y así <b>medio contagiados los lectores de la valentía de la Natalia de ficción, inspirados en la fuerza de aquellas amigas, de tres mujeres rompedoras</b> en medio de una sociedad hostil, <b>nos resulta un poco menos difícil enfrentarnos a las presiones sociales de nuestros tiempos.</b> La sociedad de un modo u otro siempre presiona y la vida es aterradoramente difícil. No hay más remedio que echarle valor y serenidad. Lección una de primero de Teatro.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Salamanca asomará muchas veces más en las obras de la escritora a lo largo de su carrera.</b></div><div><div><br /></div><blockquote><div style="text-align: justify;">Salamanca despierta al ritmo de mis pasos y sé que me reconoce, que guarda mi imagen aunque no diga nada, como yo la suya. En eso se cimentan los amores eternos, en el secreto.</div><div></div></blockquote><div style="text-align: center;"><span style="color: #999999;"><i>Esta es mi tierra</i>: “Salamanca de Carmen Martín Gaite”. RTVE. 1982.</span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Carmen Martín Gaite declara su amor eterno a Salamanca. Todos amamos la ciudad que vivimos de niños y de jóvenes. <b>Imposible no enamorarse para siempre de la ciudad que una vez tuvo una catedral color violeta, cuando la vida era “un cálido rebrotar de fresas, de mañanas y de pájaros”.</b></div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><h3 style="text-align: center;">AGRADECIMIENTOS</h3><div style="text-align: justify;">Quiero dar las gracias a María Dolores Ruiz Olivera y a su nieta, Paloma de la Vega, por su enorme generosidad y paciencia. La información que me facilitaron viró el rumbo de este artículo y le dio el sentido que ahora tiene. Lo hizo crecer. ¡Mil gracias!</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mi agradecimiento también a la caja de tesoros que es al <a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/archivo_gaite/es/micrositios/inicio.cmd">Archivo de Carmen Martín Gaite.</a> Muy amablemente me dieron permiso para publicar las fotos y documentos personales de la escritora que se pueden ver en este artículo. Gracias por hacer posible que todos podamos revolver un poco entre los "cuadernos y papelitos a máquina" de la Gaite. Gracias por acercarnos más a Carmen Martín Gaite, esa amiga íntima que tenemos en ella todos los que la leemos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqa9rV6Rk564P-6sVdsAqRv7dsVcLQKeXY7tBtHJDHfWh2VeJ38zvD8DZLE2cA5WgWvFhk3gHFb0LzYzJvleUpXORvzNB87Xk-AQw6dfuJGW6dRHob_7i0q9Fo1GqGOMiP8s3M3R3jMqI/s1080/Historias+del+cuarto+de+atr%25C3%25A1s.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Escultura de Carmen Martín Gaite en la Plaza de los Bandos de Salamanca" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqa9rV6Rk564P-6sVdsAqRv7dsVcLQKeXY7tBtHJDHfWh2VeJ38zvD8DZLE2cA5WgWvFhk3gHFb0LzYzJvleUpXORvzNB87Xk-AQw6dfuJGW6dRHob_7i0q9Fo1GqGOMiP8s3M3R3jMqI/w320-h320/Historias+del+cuarto+de+atr%25C3%25A1s.png" width="320" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Te puede interesar también: <a href="https://www.laurarivasarranz.com/salamanca-en-el-cuarto-de-atras-de-carmen-martin-gaite/"><b>Salamanca en El Cuarto de Atrás de Carmen Martín Gaite</b></a> (mi colaboración en el Especial <i>Letras al Aire</i> de <b>Radio Usal</b>. Puedes escucharlo —y verlo, porque hay vídeo— <a href="https://www.laurarivasarranz.com/salamanca-en-el-cuarto-de-atras-de-carmen-martin-gaite/">aquí </a>👇👇</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://www.laurarivasarranz.com/salamanca-en-el-cuarto-de-atras-de-carmen-martin-gaite/"><span style="font-size: large;">https://www.laurarivasarranz.com/salamanca-en-el-cuarto-de-atras-de-carmen-martin-gaite/</span></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>
<h3 style="text-align: center;">BIBLIOGRAFÍA</h3><div style="text-align: left;"><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-family: arial;"><i>Primeros textos publicados de Carmen Martín Gaite en la revista Trabajos y Días</i> (Salamanca 1946-1951). Dolores Romero López. Revista de la Asociación Española de Semiótica. Núm. 11, 2002. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2008 <a href="http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc571v0">http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc571v0</a></span></li></ul></div><div><div><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-family: arial;"><i>Un tributo al análisis de las revista españolas de posguerra: <<Trabajos y días>> Salamanca (1946-1951).</i> Dolores Romero López. Salamanca Revista de Estudios Num. 35-36 1995</span></li></ul><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-family: arial;"><i style="font-style: italic;">Tras la huella literaria de Carmen Martín Gaite. Estudio biográfico y aproximación didáctica</i><i>.. </i>Raúl Cremades. Universidad de Málaga.</span></li></ul><span style="font-family: arial;"><span><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-style: italic;">Introducción al estudio del teatro español universitario en su primera etapa (1940-1951) Una bibliografía crítica. </span><span>Javier Huerta Calvo. Instituto del Teatro de Madrid-UCM. Anales, 29-30 (2019) pp. 13-45</span></li></ul></span><span style="font-style: italic;"><ul style="text-align: left;"><li>El teatro de Azorín: entre la renovación y la vanguardia / Jerónimo López Mozo. Alicante : Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2008. <a href="http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc571v0"> http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcc5418</a></li></ul></span></span></div><div><div><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-family: arial;"><i>La voz de la juventud. Prensa universitaria del SEU en el franquismo</i>. Miguel Angel Ruiz Carnicer Bulletin hispanique, ISSN 0007-4640, Vol. 98, Nº 1, 1996, págs. 175-199</span></li></ul></div><div><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-family: arial;"><i>Tradición y modernidad. Dos décadas de música en Salamanca, 1940-1960. </i>Mª Isabel Gejo Santos. Tesis doctoral. Universidad de Salamanca. Departamento de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea.</span></li></ul></div><div><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-family: arial;"><i>Memoria correspondiente al curso académico 1945-1946. Actividades académicas del de 1946-1947. </i>Universidad Literaira de Salamanca. Salamanca. Imprensa y Librería Hijos de Francisco Núñez. Ramos del Manzano, 36 y Rúa Mayor, 13. 1947.</span></li></ul></div><div><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-family: arial;"><i>Memoria correspondiente al cursos académico de 1943-44 y actividades académicas del de 1944-45</i>. Universidad Literaria de Salamanca Salamanca. Imprenta y Librería Hijos de Francisco Núñez. Ramos del Manzano,36 y Rúa Mayor, 13 1945</span></li></ul><ul style="text-align: left;"><li><i>El Adelanto</i>: 18 de marzo, 5 de diciembre de 1941; 11, 24 de abril, 11 de septiembre, 8 de noviembre, 8 de diciembre de 1942;23, 25, 26 de mayo de 1945; 12 de febrero, 17 de marzo de 1946; 7,11. 12 de junio, 28 de agosto,12,18,22, 23,24.25.26,27, 28 de septiembre; 2, 11,12.14.27 de octubre de 1947</li></ul><ul style="text-align: left;"><li><i>El Alcázar.</i> Madrid. 17 de octubre de 1947</li></ul><ul style="text-align: left;"><li><i>Cátedra</i>. Boletín de información de la jefatura del distrito universitario. Salamanca. diciembre,1942; 1 de febrero de 1943 9 de marzo de 1945</li></ul></div><div><ul style="text-align: left;"><li>Revista <i>2227 </i>Asociación Cultural La Maliciosa de Navacerrada. Número 1. Enero 2010; Número 4. Junio de 2012</li></ul><ul style="text-align: left;"><li>Revista <i>Blanco y Negro</i>. Madrid. 18 de enero de 1958</li></ul></div><div><div><div style="text-align: center;"><br /></div><h3 style="text-align: center;">BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA DE CARMEN MARTÍN GAITE</h3></div><div><ul style="text-align: left;"><li><i>El Cuarto de Atrás</i>. Ediciones Destino. 1997. Pág. 75</li></ul></div><div><ul style="text-align: left;"><li><i>Agua Pasada.</i> Editorial Anagrama 1993 </li></ul></div><div><ul style="text-align: left;"><li><i>La búsqueda de interlocutor</i>. Editorial Anagrama. 2000 </li></ul></div></div></div></div><div><ul style="text-align: left;"><li>Esta es mi tierra: “Salamanca de Carmen Martín Gaite”. RTVE. 1982.</li></ul></div>
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<div align="justify">
Copyleft del texto: Laura M Rivas Arranz <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> Este obra está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported</a>.
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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LA GRIPE ESPAÑOLA DE 1918 EN SALAMANCA</h2>
<div style="text-align: justify;">
En noviembre de 1918, un médico anónimo, el doctor Martín, que combatía en primera linea, en Salamanca, contra la <b>epidemia de gripe</b>, escribe un artículo en <i>El Adelanto</i> titulado "El fantasma se va". Lo peor de la gripe ya había pasado. Se iba la pandemia. Se desvanecia el horrible fantasma que había llenado Salamanca de enfermos y cadáveres. Ahora que el doctor Martín tenia tiempo de respirar hondo, mirar el desastre y reflexionar, lanzaba al futuro sus preguntas: </div><span><a name='more'></a></span><div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div style="text-align: justify;"></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Dice el refrán que «nadie se acuerda de Santa Barbara hasta que truena ¿Tendrán nuestros gobernantes —ahora que el peligro ha pasado— el imperdonable descuido de olvidar lo sucedido? ¿ No veremos puestos en práctica medios que eviten en lo posible esos males? </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Al Estado, que es el que debe velar por la salud de los ciudadanos, le compete la obligación ineludible de organizar un cuerpo médico de Sanidad Civil que atienda, si el caso se repitiera, con la urgencia precisa, sin las dilaciones que suponen quebrantos de vidas irremplazables, con la tranquilidad de contar con medios suficientes para la lucha, á atajar en sus comienzos, apenas se inicie, este mal ú otro cualquiera aún más terrible de forma contagiosa. </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
No es gastando abundante verbosidad en Parlamentos y debates políticos como se afirman los ciudadanos en el afecto de quienes les gobiernan.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">Aquel futuro al que se dirigía la preocupación del doctor Martín somos nosotros. <b>Confinados en casa</b>, con nuestros horarios estrictos de salida a la calle, con nuestras romerías por las farmacias en busca de <b>mascarillas</b> y alcohol, con el terrible eco de los <b>miles de muertos</b> y la "abundante verbosidad" de nuestros dirigentes martilleándonos el cerebro, con la perplejidad de ver a los gobiernos portarse como psicoterapeutas filósofos, preparando a los asombrados ciudadanos para soportar disciplinados y estoicos la enfermedad y la muerte. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un siglo después de la terrible <b>gripe española</b>, no nos queda más remedio que respirar hondo y responder al doctor Martín que nuestros gobernantes han cometido los mismos errores de antaño. De aquella pandemia del dieciocho los seres humanos aprendimos poco.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h3 style="text-align: center;">
NO ES MÁS QUE UNA GRIPE. LA ENFERMEDAD DE MODA </h3>
<div style="text-align: justify;">
La primera vez q los salmantinos supieron de la epidemia que se les venía encima, fue en el mes de mayo, a ritmo de música y medio en broma. Una gripe benévola, pero extremadamente contagiosa, recorría Madrid. La gripe era tan pegadiza como la canción de moda <b>"El soldado de Nápoles</b>", repertorio de una Zarzuela que entonces podía verse en los teatros <b>"La canción del olvido"</b>.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8rINkcN1YVKeU07nW8oMCk4Hkjjy56bJAZc90z4Zgo8SbyVHkdVbBmE5eoCxu1V6EMdb_wsCBaxMUU6wE2BBynn0xS0xLE-FSVdvje0_7sEeE4RvEVBxligzJH6ax1iH37Z4W9HQJyk8/s1600/20200525_035446.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Gripe de 1918." border="0" data-original-height="190" data-original-width="620" height="195" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8rINkcN1YVKeU07nW8oMCk4Hkjjy56bJAZc90z4Zgo8SbyVHkdVbBmE5eoCxu1V6EMdb_wsCBaxMUU6wE2BBynn0xS0xLE-FSVdvje0_7sEeE4RvEVBxligzJH6ax1iH37Z4W9HQJyk8/s640/20200525_035446.jpg" title="El Soldado de Nápoles" width="640" /></a></div>
<br />
Lo de una gripe tan pegadiza como una canción hizo tanta gracia que se empezó a llamar a esta Gripe "El soldado de Nápoles". Con ese nombre la enfermedad irremediablemente cayó simpática y se puso tan de moda como la canción. La llegada de "El soldado de Nápoles" a nuestra provincia inquietó a pocos. <b>La "enfermedad de moda"</b> llegaba también a <b>Salamanca</b> a llenar la ciudad de toses, estornudos y a protagonizar en los periódicos rimas humorísticas.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDSjPIzJl5i6aRbPSQvR7v6RXu4TNBBaTbRJmDcLSFRVgmb95YVZAKyVp_j3HuJsEB-rwrqUChlFtvvcqrTy1LkEmLvcZPkiXJCDqA7K8x0dsozCeI6_NoqnsiIjFPTX12BZq7QSj_lu4/s1600/Screenshot_20200524-235923.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Soldado de napoles" border="0" data-original-height="212" data-original-width="427" height="316" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDSjPIzJl5i6aRbPSQvR7v6RXu4TNBBaTbRJmDcLSFRVgmb95YVZAKyVp_j3HuJsEB-rwrqUChlFtvvcqrTy1LkEmLvcZPkiXJCDqA7K8x0dsozCeI6_NoqnsiIjFPTX12BZq7QSj_lu4/s640/Screenshot_20200524-235923.jpg" title="Gripe española de 918" width="640" /></a></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEho8_k9Q6Q1XSqsyDeQ2KCc_hUPrYCe5k4a05eWmr0YbWNSlW5bXfP33FIPgI_j7kHs0769KQhGoMtcBd9Z1UsiWpCX1Qlj_ieLNZ_Jb98uswaS4Yr7p4sGtaGeTIZ-EG8-a6-egOkXaH4/s1600/Screenshot_20200525-000543.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Rima cómica pandemia 1918" border="0" data-original-height="300" data-original-width="669" height="286" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEho8_k9Q6Q1XSqsyDeQ2KCc_hUPrYCe5k4a05eWmr0YbWNSlW5bXfP33FIPgI_j7kHs0769KQhGoMtcBd9Z1UsiWpCX1Qlj_ieLNZ_Jb98uswaS4Yr7p4sGtaGeTIZ-EG8-a6-egOkXaH4/s640/Screenshot_20200525-000543.jpg" title="GRIPE DE 1918" width="640" /></a></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx9_mV63P4RjuHSeWngo-4vXIovf66eh7cdFbqoa3MkWL9aIyT4c0kCSzwTxXWMOP2MaUxYZJaqxaWO-rL7iNgU70GAH0PRqeUyPMFeLJWLlBfNZVGO0-tz9NpoF5NDAPFUxUmIf21RDk/s1600/Screenshot_20200525-000418.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="634" data-original-width="597" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx9_mV63P4RjuHSeWngo-4vXIovf66eh7cdFbqoa3MkWL9aIyT4c0kCSzwTxXWMOP2MaUxYZJaqxaWO-rL7iNgU70GAH0PRqeUyPMFeLJWLlBfNZVGO0-tz9NpoF5NDAPFUxUmIf21RDk/s640/Screenshot_20200525-000418.jpg" width="602" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La gripe comenzó a matar en <b>Béjar</b> el 11 de septiembre. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h3 style="text-align: center;">
LA ECONOMÍA CONTRA LA SALUD. EL VIRUS DE LAS FERIAS</h3>
<div style="text-align: justify;">
El Soldado de Nápoles, que durante el verano había dejado de atacar, reaparecía a las puertas del otoño sin benevolencia ni simpatía. El soldado de Nápoles se había vuelto mortífero. La terrible <b>segunda ola de la gripe de 1918 </b>golpeaba a Salamanca. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUpsmk4Eg1z5Ygu30qQEU33Z56BtQu3r6lLMO_p8HJwmc7vmFF2Rc5Nygh-zLKSCQeWKwLi6T47OJwlkUDnMFMLBjygXyzwvYk62rr9cF3XR62sRMmFLEwohVpQdnujZmOrAWdZT3JtZk/s1600/Screenshot_20200510-224939.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Anuncio jabón total epidemia gripe 1918" border="0" data-original-height="592" data-original-width="557" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUpsmk4Eg1z5Ygu30qQEU33Z56BtQu3r6lLMO_p8HJwmc7vmFF2Rc5Nygh-zLKSCQeWKwLi6T47OJwlkUDnMFMLBjygXyzwvYk62rr9cF3XR62sRMmFLEwohVpQdnujZmOrAWdZT3JtZk/s640/Screenshot_20200510-224939.jpg" title="Gripe de 1918" width="602" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy, nosotros también sabemos que cuando una pandemia alcanza tu ciudad no se limita a infectar porcentajes de población, como hacen las pandemias del pasado que leemos en los libros de historia. Las pandemias en presente asaltan calles, asedian tu casa y a tu gente, invaden tu vida entera. En 1918 no se utilizaba en la prensa el término "<b>infectados</b>". Los periódicos informaban del número de "<b>invadidos</b>", "<b>atacados</b>" por "<b>la enfermedad reinante</b>". Un lenguaje terriblemente acertado. Porque eso es lo que hacen las pandemias: invaden, atacan, reinan, matan. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al final del verano de 1918, la capital charra miraba con cierta prevención el incesante aumento de "invasiones" en los pueblos de la provincia. Pero la ciudad seguía sintiéndose inexplicablemente muy lejos de la epidemia. Quizá no tan lejos como nos sentíamos nosotros de <b>los enfermos de Wuhan</b>, pero a lo mejor sí con la misma distancia atolondrada con la que vimos enfermar a <b>nuestros vecinos italianos</b>. Fuera como fuese, los salmantinos de 1918 desayunaban las noticias de la extensión de una epidemia que estaba empezando a matar, y se entregaban por la tarde al bullicio de <b>las ferias de septiembre.</b> Los paseos por la <b>Plaza Mayor</b>, las visitas al <b>Novelty</b>, los llenos en el <b>Liceo</b>, el <b>Breton</b>, el <b>Moderno</b>, la Plaza de toros...<br />
<br />
Como cada año, los trenes venían repletos de visitantes, procedentes de dentro y de fuera de la provincia, con muchas ganas de divertirse en las ferias. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Hoy se inaugura la feria de Septiembre, la tradicional, la típica feria salmantina, que con tanta brillantez viene celebrándose siempre. Es el anuncio de los festejos y de las corridas, y sobre todo del importante ferial de ganados, en el que ya, comienza á notarse la llegada de forasteros. Los trenes de todas las lineas que afluyen a Salamanca, van también principiando á traer forasteros, y ello es cosa que bien puede observarse dada la animación que desde anteayer se nota ya en la Plaza, cafés, etc., y la que se vio anoche en los teatros. Promete ser la feria, á juzgar por estos buenos principios, por las noticias que tenemos, una feria como pocas de extraordinaria concurrencia. [...] ¡ A divertirse cada uno lo que pueda!</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Salamanca se servía en bandeja al virus de la gripe.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h3 style="text-align: center;">
EL PRECIO DE CREER QUE LA VIDA DE UN ANCIANO IMPORTA MENOS QUE LA DE UN JOVEN </h3>
<div style="text-align: justify;">
Los primeros casos de la enfermedad seguida de defunción que se registran en la ciudad son ancianos del asilo de las Hermanitas de los pobres. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
La epidemia de Salamanca no tiene hasta ahora importancia. [Se han registrado] sólo seis o siete casos de gripe, algunos seguidos de defunción, especialmente en las Hermanitas de los pobres, donde entró una anciana enferma, procedente de Galisancho contagiando a dos o tres compañeros de asilo. </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
La epidemia del dieciocho se cuela en la ciudad por las puertas de las <b>residencias de ancianos</b>. Como el <b>coronavirus</b> hoy. Parece que la mal llamada <b>gripe española</b> y la actual pandemia de <b>covid19</b> demuestran que amontonar ancianos en un lugar no es la mejor ni la mas salubre forma de cuidarlos. Quizá nos ha llegado el momento de revolucionar el cuidado de nuestros mayores y esforzarnos en inventar entre todos otras soluciones, que no saquen a nuestros viejos de nuestras vidas para dejarlos arrinconados en asilos.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A las autoridades salmantinas de 1918 les parecía que "La epidemia de Salamanca no tiene hasta ahora importancia" porque los muertos eran viejos. Pagaron caro el error. Un error que sólo se comete desde el egoísmo de las edades un poco más jóvenes. La gripe de 1918 mató sobre todo a los jóvenes.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No aprendimos de aquello. Nuestros políticos han vuelto a hacer lo mismo que las autoridades charras de 1918. Minimizar los riesgos de una pandemia pensando que el <b>coronavirus</b> mataría principalmente a los ancianos. Como si su vida importara menos que las demás..<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<h3 style="text-align: center;">
LAS MEDIDAS CONTRA EL VIRUS</h3>
</div>
<div style="text-align: justify;">
La orden de suspender todas las fiestas que supusieron aglomeraciones no se produjo hasta el 23 de septiembre.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEho6HSpESijvbR-fZfV5nfmAWpbK8yHn8eZwC5Q3Ipsqjf1AGBXYJN6emzt1Fk-dNQ57eFT-0m1AG5KOfKHZQ340O3_otazXtj8r84xlVs9erHvqjvm4VC7sToh-ICxzCmzKSJOfVSzydk/s1600/Screenshot_20200514-221057.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Suspensión ferias y fiestas pandemia 1918" border="0" data-original-height="444" data-original-width="591" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEho6HSpESijvbR-fZfV5nfmAWpbK8yHn8eZwC5Q3Ipsqjf1AGBXYJN6emzt1Fk-dNQ57eFT-0m1AG5KOfKHZQ340O3_otazXtj8r84xlVs9erHvqjvm4VC7sToh-ICxzCmzKSJOfVSzydk/s640/Screenshot_20200514-221057.jpg" title="Grioe de 1918" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para entonces, la ciudad de Salamanca ya había disfrutado de cada una de las aglomeraciones hasta el final su feria.<br />
<br />
En la provincia, algunos de los pueblos que aún no habían culminado sus festejos optaron por ocultar los brotes de gripe, para que las fiestas, y el dinero que mueven, no se suspendieran. Los engaños de esos ediles los denunció el médico y también político <b>Filiberto Villalobos </b>en el mes de noviembre.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2qFBUI7UDOLX_H_mfxk-TmyE3S3ZADE5m6SDFPlzysJhGTvAdl1xGZ5L5pp734a2U3fQ2sLVs8bCYk9jnH8SGpUH35WBHwSFTKGZD1-oq6zV-Xu8rk2bqJFx_1wKyASyuB4WfiDuAOOc/s1600/Screenshot_20200526-055015.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="412" data-original-width="693" height="380" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2qFBUI7UDOLX_H_mfxk-TmyE3S3ZADE5m6SDFPlzysJhGTvAdl1xGZ5L5pp734a2U3fQ2sLVs8bCYk9jnH8SGpUH35WBHwSFTKGZD1-oq6zV-Xu8rk2bqJFx_1wKyASyuB4WfiDuAOOc/s640/Screenshot_20200526-055015.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<b>La disyuntiva salud y economía</b> demasiadas veces se ha resuelto en el pasado a favor de la economía. Y no aprendemos.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las autoridades sanitarias establecieron las directrices que debían seguir los ciudadanos para evitar en lo posible los contagios :<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJM9v7xnoyFzeXojLZ3-QbEu63waf5gaDnSdJHNaL3xWPZLfUzBgARRLh4ekkTXdxWGFYNnwFHSbnsj3CamBSNlstsQBqu6JJ1zAPaWuj8BbA-Cb9qqD2V6Fzqa6qisfnk1iSYqM5GvyQ/s1600/2020-05-27-02-32-25.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Tratamientos, medidas para evitar cintagios" border="0" data-original-height="377" data-original-width="591" height="408" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJM9v7xnoyFzeXojLZ3-QbEu63waf5gaDnSdJHNaL3xWPZLfUzBgARRLh4ekkTXdxWGFYNnwFHSbnsj3CamBSNlstsQBqu6JJ1zAPaWuj8BbA-Cb9qqD2V6Fzqa6qisfnk1iSYqM5GvyQ/s640/2020-05-27-02-32-25.jpg" title="Gripe española 1918" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK0lDqOMwI8IokRlQhpbdn33cENmeKsxJoxA7Qb2CZe_r_SSXJ88Njwxu9iJznDpLqgyPKPi_DEtF7ao9mk4l-VuHkBbETYC9jcsMQph6n8OEk4LTCAoHpw6IfN6E2Dp2_Nb0LjpJTvCc/s1600/20200525_035201.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Recomendaciones sanitarias" border="0" data-original-height="852" data-original-width="380" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK0lDqOMwI8IokRlQhpbdn33cENmeKsxJoxA7Qb2CZe_r_SSXJ88Njwxu9iJznDpLqgyPKPi_DEtF7ao9mk4l-VuHkBbETYC9jcsMQph6n8OEk4LTCAoHpw6IfN6E2Dp2_Nb0LjpJTvCc/s1600/20200525_035201.jpg" title="Gripe de 1918" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilfI3FJ-nlwwnV84ANQCV7diYDUFmtvB8B8W4YDAMPsnZTeNVxfb44jtcCQrgGDHh-vVKf29d7EihAVXGgAK-0TImn1p15Zo69pbTgr-7dghSdnaqaIHcLZsZ1BB0-urlWNvnbwNwtjUo/s1600/20200525_035358.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Recomendaciones sanitarias" border="0" data-original-height="165" data-original-width="534" height="196" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilfI3FJ-nlwwnV84ANQCV7diYDUFmtvB8B8W4YDAMPsnZTeNVxfb44jtcCQrgGDHh-vVKf29d7EihAVXGgAK-0TImn1p15Zo69pbTgr-7dghSdnaqaIHcLZsZ1BB0-urlWNvnbwNwtjUo/s640/20200525_035358.jpg" title="Gripe de 1918" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsb3Q5MhruqL7adw2sPfjpkouWukaiKsOEOpvVfE6W2MbpfeTDeOSNDW0B5fRxgBHd0QLnZmSMNRTcWIkTjHYuoZGEyhwBYipA9fSdVLOAQy0OOLtugH-ZE8NGDRZLkx5em4XgHHm9VDM/s1600/Screenshot_20200523-233645_Drive.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Clausura de escuelas" border="0" data-original-height="288" data-original-width="1079" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsb3Q5MhruqL7adw2sPfjpkouWukaiKsOEOpvVfE6W2MbpfeTDeOSNDW0B5fRxgBHd0QLnZmSMNRTcWIkTjHYuoZGEyhwBYipA9fSdVLOAQy0OOLtugH-ZE8NGDRZLkx5em4XgHHm9VDM/s640/Screenshot_20200523-233645_Drive.jpg" title="Gripe de 1818" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2rIJWKq4f0YoLUjQSp7GLydStyLJEkVS1EJ0_MQZZOOvEGu8xI9rkiFTJMqIJVMhpfd1P_wIBL2ZSQVrkK4S0SIhyphenhyphensWDANDwVdvQ7S4S9rCxqyw-nQPqBVhUclwseWHtRNtZCNpx77l0/s1600/20200525_030103.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Recomendaciones sanitarias" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1522" height="454" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2rIJWKq4f0YoLUjQSp7GLydStyLJEkVS1EJ0_MQZZOOvEGu8xI9rkiFTJMqIJVMhpfd1P_wIBL2ZSQVrkK4S0SIhyphenhyphensWDANDwVdvQ7S4S9rCxqyw-nQPqBVhUclwseWHtRNtZCNpx77l0/s640/20200525_030103.png" title="Gripe de 1918" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span id="goog_703126365"></span><span id="goog_703126366"></span><br /></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es el comienzo de un viaje, que por desgracia conocemos bien, y que arrastra a Salamanca entera desde la incredulidad al asombro y desde el asombro al miedo.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<h3 style="text-align: center;">
LA VIDA EN PANDEMIA</h3>
</div>
<div style="text-align: justify;">
El corresponsal en <b>Castellanos de Villiquera</b> del periódico <i>El Salamantino</i> da testimonio de las angustiosas semanas vividas en aquel pueblo. Las mismas angustias que se vivieron en la capital, en España entera, en todo el planeta:<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Este pueblo en que hasta ahora habíase presentado la epidemia con carácteres bastante benignos ha principado a sentir ya los estragos y resultados funestos de la enfermedad gripal. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Al principio cuando comenzaron a aparecer sus primeros síntomas en España y a desarrollarse por la provincia de Salamanca y aún por los pueblos circunvecinos, éste, se vió de él libre ,más bien corto fue el gozo que disfrutó más [...] volvió con caracteres más alarmantes infundiendo miedo y espanto. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
[...] los ancianos dominados por la tristeza dicen que no han conocido plaga semejante, y este pequeño pueblo, que se entristecía y alarma cuando de la muerte de una persona mayor a la de otra no distaba un mes, ha visto con un temor indescriptible y una alarma inexplicable el entierro de tres cuerpos mayores en tres días, y no es que se pueda a achacar esto a la edad, pues dos de ellos ni pasaban de los 25 ni a los 20 llegaban, ni al mucho tiempo que llevasen enfermos, pues casi no se ha sabido hasta que las campanas no anunciaron su muerte. La alegría y el contento han sido reemplazados por la tristeza y el temor, y a las rondas alegres con guitarras y acordeones, ha venido a sustituir ese silencio sepulcral, triste señal del desconsuelo de un pueblo afligido por un funesto mal. interrumpido a veces por los desgarradores y dolorosos gritos de una madre que ve morir a alguno de sus hijos. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Las noticias que corren de boca en boca no son nada tranquilizadoras, aquí unos dicen que en tal pueblo han muerto en un día tantos, mas allá se oye a otro que en el otro no tocan las campanas y otras cosas por el estilo; esto unido a la multitud de enfermos que hay y al incesante clamor de las campanas hace que se apodere la tristeza y el temor hasta de los más valientes.</div>
</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
El silencio sepulcral y el doblar de las campanas nosotros lo hemos acallado batiendo <b>palmas en los balcones</b>, poniendo a todo volumen al <b>Dúo Dinámico,</b> y viendo en bucle videos de médic@s y enfermer@s que bailan sin parar, a pesar de ir envueltos en bolsas de basura y de llevar mascarillas de un solo uso que reutilizan también sin parar...<br />
<br />
La historia nos juzgará, sólo el tiempo dirá si esta sociedad de la que formamos parte, que antes del coronavirus ya era experta en ocultar la vejez, la enfermedad y la muerte, hizo bien en entregarse a los <b>aplausos</b>, las <b>músicas</b>, los <b>bailes</b>, <b>las teleseries cómicas de confinamientos </b>o si por el contrario, en medio de este horror, hemos alcanzado el culmen de la insensibilidad más embrutecida. Esto último quizá explicaría que estemos saliendo a la calle con una insolidaridad asombrosa. Sin mascarilla, sin respetar distancias de seguridad, como si nada hubiera pasado, como si no nos importara que nuestros miles y miles de muertos hace dos meses vivían y paseaban por nuestras calles, y hacían planes futuros, y mantenían las ilusiones a pesar del miedo.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mientras los medios de comunicación que tenemos se han dedicado a televisar <b>fiestas de balcón,</b> los periódicos de hace un siglo dejaban constancia de los desánimos y miedos de aquellos ciudadanos de 1918.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>El Adelanto</i> se hace eco de la tristeza y los rumores que inundaban Salamanca:<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Un número respetable de ciudadanos viven en completa intranquilidad de espíritu, en un estado constante de depresión moral, que les acarrea un hondo abatimiento, predeponentes á laxitudes de energías físicas preparantes de la temida infección gripal. [...] </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
En un justo término medio de precauciones físicas y fortaleza moral está el secreto para defender individualmente la salud.</div>
<div style="text-align: justify;">
[...] </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
De todos modos no está justificado el desaliento que parece haberse apoderado de los salmantinos, estimando que estamos en una situación sanitaria desesperada, sin remedios posibles para atajarla, y que requería, como se ha propalado infundadamente, la ampliación del cementerio local, por ser insuficiente el que existe para cobijar los cadáveres ocasionados por la actual epidemia</div>
</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
El rumor no parece que se alejara mucho de la realidad porque, un año escaso después, fue noticia en <i>El Adelanto</i> que el obispo se había puesto en comunicación con el Ayuntamiento para proceder a la necesaria ampliación del cementerio...<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<h3 style="text-align: center;">
LOS SANITARIOS: LOS HÉROES SIN MEDIOS</h3>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Del colapso sanitario de aquella época nos hacemos una idea escuchando las declaraciones que hizo el Inspector Provincial de Medicina, el Dr. Peláez, a mediados de septiembre de 1918:<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
La invasión que ahora cunde por los distritos de Alba, Sequeros y Béjar, presenta caracteres hasta la fecha desconocidos en la gripe de moda. El famoso "soldado" que constituyó la enfermedad general durante el comienzo del verano, y que era definida por sus síntomas exclusivamente catarrales, en la actualidad degenera en congestiones graves o afecciones de pleuro neumonía, con efectos verdaderamente alarmantes. La mortalidad ha aumentado sensiblemente en los distritos y pueblos atacados [...] Usted no puede figúrese con la intensidad que ahora la padecemos. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Baste decirle que en Vecinos, Las Veguillas y Galinduste, se encuentra atacada el ochenta por ciento de la población. Comprenderá que los vecindarios se encuentran aterrados. Porque enfermos los médicos y sin medios de asistencia facultativa el desamparo es total. Yo, por mi parte he procurado enviar facultativos a los sitios de más intensidad en la dolencia pero es fácil suponer que, no pudiendo ir sino muchachos jóvenes, y siendo la gravedad la característica de todos los casos, hay una gran resistencia, legítima, para meterse en el foco de la infección. Además el trabajo del médico es abrumador. Hay algunos de ellos que empiezan a visitar a las siete de la mañana y lo dejan a las once de la noche, sin haber asistido sino a la mitad de los enfermos. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
La demanda de auxilio es tan enorme que no hay posibilidad de satisfacerlas todas</div>
</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que no dice el doctor Peláez es que estos médicos heroicos, que aceptaban afrontar un trabajo abrumador y los terribles riesgos de adentrarse en los focos de la pandemia, no tenían material suficiente. Así lo denunciaba entonces <i>El Adelanto</i>.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Los médicos han luchado con la escasez de medios para combatir la afección, sin desinfectantes, sin medicamentos, la gripe ha declinado cuando no encontraba organismos en quien cebarse.</div>
</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Aquellos sanitarios, como los nuestros ahora, tuvieron que hacer frente a una enfermedad terrible, sin medios. Algunos murieron contagiados. También como nuestros sanitarios hoy. Después de la pandemia de 1918, el Gobierno no se mostró agradecido con aquellos héroes. Lo denunciaban los médicos en un congreso, pocos meses después de lo que creían el final de la pandemia:<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Cuando esperábamos una recompensa por nuestra actitud y la abnegación y heroica conducta de los médicos ante la epidemia, nos encontramos con que el Gobierno ni siquiera concede las pensiones a que tienen perfectísimo derecho las viudas y los huérfanos de los compañeros fallecidos por contagio en el ejercicio profesional.</div>
</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
También en esto se parecen nuestros políticos a los políticos de antaño. Mucha prisa se han dado en contratar médicos en el pico de la pandemia y cuando lo peor había pasado han querido deshacerse de ellos sin renovar contratos, como si la gesta realizada careciera de valor y como si la sanidad no arrastrara de antes la falta de personal. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<h3>
LAS CONTROVERTIDAS CIFRAS DE MUERTOS</h3>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<i>El Adelanto</i> denunció en pleno apogeo de la epidemia que el encargado del Registro Civil no facilitaba a la prensa las cifras de muertos. Como cualquier apagón informativo, la ausencia de datos provocó un tsunami de rumores por toda la ciudad, aumentando el desaliento de los salmantinos.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Diariamente somos requeridos para que publiquemos los estados biológico demográficos ocurridos en Salamanca, á fin, no sólo de conocer la verdadera mortalidad, sino también con objeto de observar las precauciones necesarias para contrarrestar la influencia de la epidemia, caso de que la demografía local fuera importante. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Como no podemos satisfacer esos legítimos deseos, toda vez que los antedichos estados no se facilitan, resulta que las gentes se obsesionan con fantásticos prejuicios sobre la naturaleza de la epidemia que azota á esta capital, deprimiendo el espíritu tan intensamente, que puede muy bien contribuir de modo indirecto á fomentar este estado sanitario. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Para impedir esta depresión de ánimo público, respetuosamente encarecemos á la autoridad que aquella disposición que hubiese dictado, que la revoque, restableciendo ese servicio público, pues enterada la opinión social de los muchos ó pocos fallecimientos que ocurran, se apresurará todo el mundo, por negligente que sea, á preservarse de todo contagio, con notorio beneficio para la salud pública.</div>
</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Un mes después de aquellas pedagógicas y educadas protestas de <i>El Adelanto</i>, en noviembre, aparecen publicadas en el periódico las primeras cifras:<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Pueblos atacados, 360, con una población de 277.583 habitantes. Las invasiones fueron 126.339, y las defunciones 3.377. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
A esos datos hay que añadir los de la capital </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Censo de población, según él Instituto Geográfico y Estadístico, 32.971 habitantes. Invasiones habidas, 7 931. Defunciones, 117, de las cuales 32 corresponden al mes de septiembre y 85 al de Octubre. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
El número de defunciones está tomado de las certificaciones médicas del Registro civil, y en é! solo se incluyen los fallecidos por gripe. Mas como desgraciadamente han muerto algunos otros de bronconeumonías, consecuencia de aquella dolencia, puede asegurarse que el total de fallecidos en la ciudad no pasará de 150</div>
</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Es difícil saber cuántas vidas se perdieron en aquella gripe. No sólo en España. En todo el mundo se duda de la exactitud de las cifras oficiales.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En España, el Instituto Geográfico estadístico pública 1919 el número de defunciones que produjo la gripe el año anterior:<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Durante el pasado año de 1918 la gripe ocasionó las siguientes defunciones: </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
En Madrid, 948; en Barcelona, 1.557; en las demás capitales, 13.496; en el resto de España, 124.450. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
Total, 140.451 defunciones, faltando en algunos de los datos referentes a Diciembre último.</div>
<div style="text-align: justify;">
[...]</div>
<div style="text-align: justify;">
Desde el mes de mayo que produjo 741 bajas, creció a 2.923 en junio. Descendió en julio y agosto. Se recreció en Septiembre con 7.837 y culminó en octubre con 79.484. En noviembre sólo produjo 40.478. </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
El promedio de la mortalidad por gripe es de un 7,24 por 1000 en el año. </div>
</blockquote>
<br />
<div>
Las cifras hablan por sí solas de la magnitud de aquella tragedia. Y aún les quedaba sufrir las siguientes oleadas. El virus continuó matando hasta 1920<br />
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<h3>
LA GRIPE DEL 18 Y EL COVID 19</h3>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Todos estos artículos viejos sobre la epidemia de 1918, con información y consejos de más de cien años, encajarían sin la menor estridencia en la ultima edición de nuestras noticias. <b>Inquieta pensar cuánto se parecen el actual covid19 y la gripe del 18</b>. Nos estamos enfrentando al coronavirus con las mismas armas que nuestros abuelos y bisabuelos usaron hace un siglo: distancia social y medidas de higiene. Ni más ni menos. Aquellas gentes de 1918 enfermaban con los mismos síntomas que nosotros, se contagiaban de la misma forma que nosotros. Su historia y la nuestra se parece tanto que estremece. Ellos sufrieron varias oleadas de aquel virus. ¿Nos pasará también a nosotros? <b>Los científicos y los médicos parece que sí nos predicen nuevas oleadas de Covid19.</b><br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero puede que aún podamos evitarlo. <b>Quizá nosotros aún estemos a tiempo de aprender algo de aquella pandemia de 1918, y cambiar nuestra propia historia</b>.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nadie quiere volver a vivir la pesadilla de estos meses. Si salimos de esto, si escapamos de nuevas oleadas del virus, será gracias a la solidaridad. Es posible que la única salida de esta pandemia la encontremos en dirección contraria al individualismo egoísta que reina en nuestra sociedad. Un monstruo vírico ha venido a por nuestros mayores y a por todo el que le dé oportunidad de llevárselo por delante. Conjuremos entre todos al covid19 para que se desvanezca, para que de verdad el fantasma se vaya, para que después del verano no resurja mortífero como el Soldado de Nápoles.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Respetemos la distancia social</b>, <b>usemos mascarillas</b>, <b>extrememos la higiene</b>, evitemos a toda costa el contagio, La molestia de una mascarilla hace posible el milagro de que la tos sin apenas importancia de un joven, no se transforme en la pulmonía bilateral que mate al anciano que se detuvo a su lado en un semáforo o en una conversación. ¿Vas a ser tú quién impida ese milagro? Si nos preocupamos de los que nos rodean, si aceptamos las incomodidades y respetamos el espacio de los demás, <b>dificultaremos tanto la vida de este coronavirus que tal vez se vaya para siempre y no mate más</b>. ¿Os apuntáis?<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nuestros abuelos y bisabuelos recuperaron la <b>normalidad</b> tras la pandemia. No esa extrañísima "<b>Nueva Normalidad</b>" de la que nos hablan a nosotros. Expresión, por cierto, contradictoria e incomprensible, porque el adjetivo "nueva" anula el significado del sustantivo "normalidad" y el resultado es un absurdo inquietante.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEix9eIEx_zxKrnlzaAtPIluR1cl6lJIGeKs2Rf1e53PJdvdO7kpEyEIaiW8BUgcwPzB5wlcAclcJ7ew-8zoY22AAG9MTzFmaJrcXepUtnfJFWoK4D4HlpjCiWgzXysEmFXZnlo95zlIg80/s1600/Screenshot_20200525-000735.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Desescalada 1918" border="0" data-original-height="248" data-original-width="519" height="304" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEix9eIEx_zxKrnlzaAtPIluR1cl6lJIGeKs2Rf1e53PJdvdO7kpEyEIaiW8BUgcwPzB5wlcAclcJ7ew-8zoY22AAG9MTzFmaJrcXepUtnfJFWoK4D4HlpjCiWgzXysEmFXZnlo95zlIg80/s640/Screenshot_20200525-000735.jpg" title="Gripe de 1918" width="640" /></a></div>
<br />
Nosotros también recuperaremos la vida normal. Sigamos los consejos de nuestros antepasados, y comportémonos con responsabilidad, sin olvidar las prescripciones de la ciencia. Así lo lograremos.<br />
<br />
Como aquellos ciudadanos de 1918, también nosotros volveremos a la normalidad. Así que ánimo.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuidaos mucho, y cuidad mucho a los que os rodean.<br />
<br />
<h3>
BIBLIOGRAFIA</h3>
<br />
<ul>
<li>El Salmantino.Diario de la tarde: 29 de mayo; 4 de junio; 23, 26, 30 de septiembre; 10, 12, 21 de octubre de 1918; 27 de febrero de 1919</li>
<li>El Adelanto. Diario de Salamanca :29 de mayo; 15 de junio de 1918; 1 de Julio: 8 9, 15, 20, 21, 24 de septiembre;7, 10, 14, 18 de octubre; 6, 22, 23 de noviembre de 1918</li>
<li>Avante. Semanario independiente: 1 de junio de 1920</li>
<li>Los recortes de prensa que aparecen en esta entrada proceden de la <a href="https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do" target="_blank">web de prensa histórica del Ministerio de Cultura</a></li>
</ul>
<br /></div>
<div align="justify">
Copyleft del texto: Laura M Rivas Arranz <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> Este obra está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported</a>.
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<a href="https://laurarivasarranz.blogspot.com/" target="_blank"><img border="0" data-original-height="100" data-original-width="760" height="84" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheoVZLcb09CHy9pkXdfECrQ6xyeCgE2BYJi1C2mUEaglRHEdJgBtczNV95fDcuHN2l0Jz5KriaHB69c9wWOPpq0q6Cm8tawJ0gvjJP2pBCskjWUrdZFemj3JkQDoj0iCZCUdTY7xS0128/s640/20190318_122049_0001.png" width="640" /></a><span id="goog_2094623334"></span><a href="https://www.blogger.com/"></a><span id="goog_2094623335"></span>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-87046946248554943632019-03-06T11:20:00.003+01:002022-12-12T23:36:58.006+01:00La Salamanca de los años 30 en las fotografías de Almaraz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzmyfUlsUMAbTKt6MS9y9LR7yUS8skcImgYm8mPRc4QEFPpKtKesPjT0gQX_SVHkN-NojjisNaR0izYr8Wps7vKv10xytoOGbPZMrDhuL47TBFPECPtU8b24gddV6fFVYcrqNmxkWLnPk/s1600/20190220_121952.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Plaza Mayor de Salamanca" border="0" data-original-height="722" data-original-width="835" height="552" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzmyfUlsUMAbTKt6MS9y9LR7yUS8skcImgYm8mPRc4QEFPpKtKesPjT0gQX_SVHkN-NojjisNaR0izYr8Wps7vKv10xytoOGbPZMrDhuL47TBFPECPtU8b24gddV6fFVYcrqNmxkWLnPk/w640-h552/20190220_121952.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<h2 style="text-align: center;">
</h2>
<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">
La Salamanca de los años 30 en las fotografías de Almaraz</span></h2>
<h3 style="text-align: center;">
SUMARIO</h3>
<div>
<ol>
<li style="text-align: left;"><span style="font-size: x-large;"><a href="#nuevavieja">Salamanca la vieja, Salamanca la nueva</a></span></li></ol></div>
<li style="text-align: left;"><span style="font-size: x-large;"><a href="#alegriaspenas">Alegrías y penas de una ciudad</a></span></li>
<li style="text-align: left;"><span style="font-size: x-large;"><a href="#kentkatiuskas">Victoria Kent, las ciclistas, la tamborilera y las katiuskas</a></span></li>
<li style="text-align: left;"><span style="font-size: x-large;"><a href="#trenguerra">Tren a la guerra</a></span></li>
<br />
<div>
<span><a name='more'></a></span><span style="font-size: x-large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: x-large;"><b>Eustaquio Almaraz</b> abrió su estudio fotográfico a comienzos del año 1929, en el número 96 de la calle Doctor Riesco —hoy calle de Toro—. Reportero gráfico de <i>El Adelanto</i>, plasmó en sus trabajos la Salamanca de los años 30. Inmortalizó las alegrías y penas de aquellos salmantinos y los rincones de una ciudad que ya estaba desapareciendo.<span style="font-size: x-large;"><br /></span><br />Los derribos y derrumbes que se contemplan en las fotografías de Almaraz van más allá de unos cuantos edificios y rincones desaparecidos. Estamos asistiendo al derrumbamiento de una época. Los destellos de libertad, de alegría, de igualdad se van a apagar con el estallido de la guerra y la entrada de la tropa franquista en la ciudad.</span><br />
<span style="font-size: x-large;"></span><br /><span style="font-size: x-large;"><br /></span>
<br />
<h3 style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">
<a name="nuevavieja">1- Salamanca la vieja, Salamanca la nueva</a></span></h3>
</div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh32pI_vbLX9-XSYV9MkqL_9h3yXlnjkz1i7Qfz6wm3JeRh6B0K7Eg5O_blC22rJpUsdfeGg0Fc368439XFDVEXfWS4Xu4VWjB8aPy2JY1YstQx6zH1pjgr1Djg4Sl5wLosEvA1i6wbPlQ/s1600/Screenshot_20190221-023911.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz. Nevada en Salamanca" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh32pI_vbLX9-XSYV9MkqL_9h3yXlnjkz1i7Qfz6wm3JeRh6B0K7Eg5O_blC22rJpUsdfeGg0Fc368439XFDVEXfWS4Xu4VWjB8aPy2JY1YstQx6zH1pjgr1Djg4Sl5wLosEvA1i6wbPlQ/w640-h480/Screenshot_20190221-023911.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxP7cdDWaL3Lk6E4qpC8G1io3Jz-SIuCIDQNbigcS9ULOJhgxGjsVW7nqzHPu7lmrIpL0TZ4pWGLWWVd4bYUEywTsUawNNgfvEXVgD6O-ghQRAGj0APQ13lRaJwpyVFm9HEzyUJcwFdTA/s1600/2019-02-24-23-50-52.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Plaza de Colón Salamanca" border="0" data-original-height="662" data-original-width="1022" height="414" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxP7cdDWaL3Lk6E4qpC8G1io3Jz-SIuCIDQNbigcS9ULOJhgxGjsVW7nqzHPu7lmrIpL0TZ4pWGLWWVd4bYUEywTsUawNNgfvEXVgD6O-ghQRAGj0APQ13lRaJwpyVFm9HEzyUJcwFdTA/s640/2019-02-24-23-50-52.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh3lZIghPNFOWV91yhqmgQtlQQy6bEw2qKtwjieUzG7jmDPiYD6XXvzLU79FlrMUpWFn_pyjkUlBWPHW5O6z7XvLosHMnr1ppKNIgB26l8coQ4c_I0Ri_kdPv-G385AdsvlzBymzN5SJw/s1600/2019-02-24-23-51-23.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Plaza Mayor de Salamanca" border="0" data-original-height="768" data-original-width="928" height="528" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh3lZIghPNFOWV91yhqmgQtlQQy6bEw2qKtwjieUzG7jmDPiYD6XXvzLU79FlrMUpWFn_pyjkUlBWPHW5O6z7XvLosHMnr1ppKNIgB26l8coQ4c_I0Ri_kdPv-G385AdsvlzBymzN5SJw/w640-h528/2019-02-24-23-51-23.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-n5GPxOwvDp_9pcOJHoxdl6OMhgqxV5SiyF0KemORRDV2-dJ_Qkz73z67QKq_lpNYILzVF38GhPCv4JwM3OMh3I0nAu-dXnEGbp9DMjrh298CRjBcUGGcEwh0ik4iPqO6yv9iuilMYbc/s1600/2019-02-24-23-25-28.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz plaza del Poeta Iglesias Salamanca" border="0" data-original-height="286" data-original-width="513" height="355" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-n5GPxOwvDp_9pcOJHoxdl6OMhgqxV5SiyF0KemORRDV2-dJ_Qkz73z67QKq_lpNYILzVF38GhPCv4JwM3OMh3I0nAu-dXnEGbp9DMjrh298CRjBcUGGcEwh0ik4iPqO6yv9iuilMYbc/w640-h355/2019-02-24-23-25-28.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEV6jEOM3xjMdULhdBBgXGAP-fDkUeu6mlz6J4TL7CpgoRfAUhWRhNKiXu8WH9ll5ezycyBnZwtiXVROm67J6_yB5_h3FZju20XdpVMiip2E_9hXbmX-o7GzI-YDfrZrsHQUF_btVhKzg/s1600/Screenshot_20190220-025044.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz. Cola de contribuyentes" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEV6jEOM3xjMdULhdBBgXGAP-fDkUeu6mlz6J4TL7CpgoRfAUhWRhNKiXu8WH9ll5ezycyBnZwtiXVROm67J6_yB5_h3FZju20XdpVMiip2E_9hXbmX-o7GzI-YDfrZrsHQUF_btVhKzg/w640-h480/Screenshot_20190220-025044.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhptnDX8UQi5cpJqUB5m2xKTKtXRHVKP-01q4FLjqJ5QnRgpy6ul-DTXtZnMeI_xU1RGxkQ8KV0vTYdnxNFuU9KCxWUF1nmQaBhJQjxIZrNez3ZLxpiUNbQhsK2YyMW_e6esXNfUN74EYE/s1600/Screenshot_20190302-180826.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz procesión del Cristo de los Milagros plaza de san Julián Salamanca" border="0" data-original-height="763" data-original-width="981" height="496" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhptnDX8UQi5cpJqUB5m2xKTKtXRHVKP-01q4FLjqJ5QnRgpy6ul-DTXtZnMeI_xU1RGxkQ8KV0vTYdnxNFuU9KCxWUF1nmQaBhJQjxIZrNez3ZLxpiUNbQhsK2YyMW_e6esXNfUN74EYE/w640-h496/Screenshot_20190302-180826.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6VvfR0jc-Mi9P3h5Nh_5b0BDD34VEOIF_lMLK9vmzzhJ0V01D6hcrD2KborzJp07NrDgX3DfH86YocCRi3UY16gV7n2ZNMhJlbPWcomqh8YprjLvX9zQWZ1nYxMwi0FqN9TT5V6uqjO4/s1600/Screenshot_20190302-180634.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz administraciones de lotería en Salamanca" border="0" data-original-height="890" data-original-width="703" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6VvfR0jc-Mi9P3h5Nh_5b0BDD34VEOIF_lMLK9vmzzhJ0V01D6hcrD2KborzJp07NrDgX3DfH86YocCRi3UY16gV7n2ZNMhJlbPWcomqh8YprjLvX9zQWZ1nYxMwi0FqN9TT5V6uqjO4/w504-h640/Screenshot_20190302-180634.jpg" width="504" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpR2cv6DVlinqnIMfrlgDtftetZPxLkCRcBJUCin-eh3qvGGR8Z6jDvpjmk_RyKR3Izij10RBuUoPd8WvKC0k5DMI58k3brNTOa7CXjKiZ2nPMACjDcWp3nWfgjE5lNN2PtHDD7UO6pnk/s1600/2019-02-25-01-55-49.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz construcción del edificio del Banco de España en Salamanca" border="0" data-original-height="744" data-original-width="989" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpR2cv6DVlinqnIMfrlgDtftetZPxLkCRcBJUCin-eh3qvGGR8Z6jDvpjmk_RyKR3Izij10RBuUoPd8WvKC0k5DMI58k3brNTOa7CXjKiZ2nPMACjDcWp3nWfgjE5lNN2PtHDD7UO6pnk/w640-h480/2019-02-25-01-55-49.jpg" width="640" /></a></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ9C46VPmRtpEdgJUaZkB4x6wRJH1xIaYuqdfOwlGhQafxfLJEF-vQKO3kr2N26omHimWBXUjqlThxeN-7_HN5DTniQ3x_2UQ7xi37YHdUIoDJcfaKn6t4XMkzFB-Db22z99jifbRo-cE/s1600/2019-02-24-23-33-47.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Paseo de la estación de Salamanca" border="0" data-original-height="744" data-original-width="907" height="523" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ9C46VPmRtpEdgJUaZkB4x6wRJH1xIaYuqdfOwlGhQafxfLJEF-vQKO3kr2N26omHimWBXUjqlThxeN-7_HN5DTniQ3x_2UQ7xi37YHdUIoDJcfaKn6t4XMkzFB-Db22z99jifbRo-cE/w640-h523/2019-02-24-23-33-47.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaiHTo1Yk2OoczJHOd9MHwkDfCp_-6s7TulZggaXnaUSy9g8b4g44e_jm0fXyCTR-Vd1P4VEzIpYyP5BV6-q6wZMLL7Pq92lulBju_6-QArEYxD6mIaEQL0kEdtudfOslWxF80D1psffg/s1600/2019-02-24-23-34-55.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz calle Toro de Salamanca" border="0" data-original-height="768" data-original-width="505" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaiHTo1Yk2OoczJHOd9MHwkDfCp_-6s7TulZggaXnaUSy9g8b4g44e_jm0fXyCTR-Vd1P4VEzIpYyP5BV6-q6wZMLL7Pq92lulBju_6-QArEYxD6mIaEQL0kEdtudfOslWxF80D1psffg/w419-h640/2019-02-24-23-34-55.jpg" width="419" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkE3PC6dgmF5f-oV0CEukYM3JZ-QIbFhvVJ1Go4tIA4tJF6PNgC_K_6n4-fYT57DfeVXZOefCGgqTJOMfsj6uX6ZhLRRXXn5VmoiVXRIz5TxZG4ALgkkpDnOIsfhcg1CAcMautvQrSBzg/s1600/2019-02-24-23-37-48.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz miradores en la Plaza Mayor de Salamanca" border="0" data-original-height="672" data-original-width="889" height="481" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkE3PC6dgmF5f-oV0CEukYM3JZ-QIbFhvVJ1Go4tIA4tJF6PNgC_K_6n4-fYT57DfeVXZOefCGgqTJOMfsj6uX6ZhLRRXXn5VmoiVXRIz5TxZG4ALgkkpDnOIsfhcg1CAcMautvQrSBzg/w640-h481/2019-02-24-23-37-48.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Estuvieron en el arco de Toril de la Plaza Mayor . </td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgebFeJowVtcfP_KBZFHjTD2gx9L6pd2Kxh1BkQ5dxtSBXyMB-1el7G5jnHx2dJd3O2MOv-m1XFpMpPSNo-4Kjk6ErK0wIwVEc-czjd8c5f7KaxroKG4SOTyEXPS-RXc0YYGo4Oi2pDE7M/s1600/2019-02-24-23-50-03.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz. Joven saliendo del Mercado en Salamanca" border="0" data-original-height="709" data-original-width="973" height="465" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgebFeJowVtcfP_KBZFHjTD2gx9L6pd2Kxh1BkQ5dxtSBXyMB-1el7G5jnHx2dJd3O2MOv-m1XFpMpPSNo-4Kjk6ErK0wIwVEc-czjd8c5f7KaxroKG4SOTyEXPS-RXc0YYGo4Oi2pDE7M/w640-h465/2019-02-24-23-50-03.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB5XsCAJyM7e0ZHIaEqYXLNgTZ2hR2LwWeAmjVEwSQtpu-N4MEHJFz95f3R94DxbAl2Tgc96xqZTkmrCIg30N0rsB61_jt2IdJN2cTNenApqkYBPnarolht140OLSNe-VX8JIoVfTim0c/s1600/2019-02-25-00-00-48.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Plaza del Mercado Salamanca" border="0" data-original-height="721" data-original-width="845" height="546" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB5XsCAJyM7e0ZHIaEqYXLNgTZ2hR2LwWeAmjVEwSQtpu-N4MEHJFz95f3R94DxbAl2Tgc96xqZTkmrCIg30N0rsB61_jt2IdJN2cTNenApqkYBPnarolht140OLSNe-VX8JIoVfTim0c/w640-h546/2019-02-25-00-00-48.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9Xg96Sv17-GDkgMPL5O1cJTdWGuDfnAVxHriGE993CwhC5uTrjWkNL67221CoTOK3hj4ddstootgm-rHh7nItXa6KC5XxNkhpIVWfyOIfl9L-C8pv5WouABtO9L5cfc6H83TVCYMSev8/s1600/20190220_232100.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Elecciones Salamanca" border="0" data-original-height="1020" data-original-width="574" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9Xg96Sv17-GDkgMPL5O1cJTdWGuDfnAVxHriGE993CwhC5uTrjWkNL67221CoTOK3hj4ddstootgm-rHh7nItXa6KC5XxNkhpIVWfyOIfl9L-C8pv5WouABtO9L5cfc6H83TVCYMSev8/w360-h640/20190220_232100.jpg" width="360" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvyO2KLmgNgLRzEyhwzIW-TqDg6XHcZu5NgqAnY3PkL47zipC47I__FuUH0yREiOjQB-k_1hdICgPd4NQzkZiw1KArStHZDPMN1Jy5uJbdFu5If-t0VHjK5x4555Zp_tfwFEKdQvva-PI/s1600/20190220_231302.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Elecciones Salamanca" border="0" data-original-height="832" data-original-width="465" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvyO2KLmgNgLRzEyhwzIW-TqDg6XHcZu5NgqAnY3PkL47zipC47I__FuUH0yREiOjQB-k_1hdICgPd4NQzkZiw1KArStHZDPMN1Jy5uJbdFu5If-t0VHjK5x4555Zp_tfwFEKdQvva-PI/w356-h640/20190220_231302.jpg" width="356" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhp5nstqzN6a3-L_CCqjFAIi0qVKtzFz-zccB7xg0nfSI1maLCYewvebQuML6654MiKbeWYw_t-PwsKRckPj6NHwFBzmq3O2KPUOf2albdV9dAY7K7qCQa3y1P9-vnm5RNXavF-j1NFtY/s1600/2019-02-25-02-00-36.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Colegio Trilingüe Salamanca" border="0" data-original-height="608" data-original-width="1022" height="379" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhp5nstqzN6a3-L_CCqjFAIi0qVKtzFz-zccB7xg0nfSI1maLCYewvebQuML6654MiKbeWYw_t-PwsKRckPj6NHwFBzmq3O2KPUOf2albdV9dAY7K7qCQa3y1P9-vnm5RNXavF-j1NFtY/w640-h379/2019-02-25-02-00-36.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJxyAtefUTcOIhIfhO7s-htaKLXxSXJ3aufVGrDUgoIbQQIQqEWC_oxeTFx1bPz1S5xfHP357Q3_QA8_B5c3uCMOKFs-gEE5jctirUCk6dAG8zO8H8QmP48iaYtRzpEeSySt-irTdOAwI/s1600/Screenshot_20190225-233057.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Puente del Pradillo" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJxyAtefUTcOIhIfhO7s-htaKLXxSXJ3aufVGrDUgoIbQQIQqEWC_oxeTFx1bPz1S5xfHP357Q3_QA8_B5c3uCMOKFs-gEE5jctirUCk6dAG8zO8H8QmP48iaYtRzpEeSySt-irTdOAwI/w640-h480/Screenshot_20190225-233057.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Puente de El Pradillo. </td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC8EMqUjSZnjjbahABGa3RmsuJnC52Yk0C-XtNGjrQHRtiTQM2W3t5gj8R_k2hMhDen_FZQaaMp7rG354zwRRHIMnLJizmq_0Yi2iyaRyau8JtV_UW0fczqDpkLNmn7r9ada3-RORDl_E/s1600/Screenshot_20190222-014859.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Calle Azafranal Salamanca" border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC8EMqUjSZnjjbahABGa3RmsuJnC52Yk0C-XtNGjrQHRtiTQM2W3t5gj8R_k2hMhDen_FZQaaMp7rG354zwRRHIMnLJizmq_0Yi2iyaRyau8JtV_UW0fczqDpkLNmn7r9ada3-RORDl_E/w480-h640/Screenshot_20190222-014859.jpg" width="480" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzizy0tonU7GW6x0sNGoRz4K3W-_tkQHGT4XXOI-CJjbzsF_FyEnlzdYI8abXAEvLr1UhjygDmy2wusdXitJPY_EbW9-fiz1q1aeTrBP0oDZqW3gop9dxbVOYl28nESTYZcTXv_e4fh8M/s1600/Screenshot_20190306-104403.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz El Coliseum Salamanca" border="0" data-original-height="1024" data-original-width="540" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzizy0tonU7GW6x0sNGoRz4K3W-_tkQHGT4XXOI-CJjbzsF_FyEnlzdYI8abXAEvLr1UhjygDmy2wusdXitJPY_EbW9-fiz1q1aeTrBP0oDZqW3gop9dxbVOYl28nESTYZcTXv_e4fh8M/s16000/Screenshot_20190306-104403.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr7J-uvh8d6hGFISkOgS-SdJBhNskg7OXKLvsaMFe4UR1v88vMvwh6faz2E8w2_HI3DvGHf_LKl5XQGiCCI7ZBmFSENxG5lIPJ5iaDev_kIAaHcMrRTI73NP7K-EDQjdl3-eyrHNHoWtM/s1600/Screenshot_20190222-014614.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Calle Toro de Salamanca" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr7J-uvh8d6hGFISkOgS-SdJBhNskg7OXKLvsaMFe4UR1v88vMvwh6faz2E8w2_HI3DvGHf_LKl5XQGiCCI7ZBmFSENxG5lIPJ5iaDev_kIAaHcMrRTI73NP7K-EDQjdl3-eyrHNHoWtM/w640-h480/Screenshot_20190222-014614.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMKmY3MKJcR1tCFf6W_xuZk-Sjqgv9wcMpaTZNIC1kpYzTX8RLGgROtpUZF640Ke1oHdY7GYd3Jw7nBrv2KV-bE7zNwaklwqFd0p-_TBOs0MaNfu563uDLXRvSzi7Z696WaCyGn7YG-7Q/s1600/Screenshot_20190221-024335.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Liceo de Salamanca" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMKmY3MKJcR1tCFf6W_xuZk-Sjqgv9wcMpaTZNIC1kpYzTX8RLGgROtpUZF640Ke1oHdY7GYd3Jw7nBrv2KV-bE7zNwaklwqFd0p-_TBOs0MaNfu563uDLXRvSzi7Z696WaCyGn7YG-7Q/w640-h480/Screenshot_20190221-024335.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo-mvdOgiWHPaxDyoPlo8R9TltPr52Xzscy01d5OdbgVehM-CVfdU6dBM4U0fZYfTyJDrofJDF1j98649ecEX50HlEjpSol7Fb4kCVccEfFLVEqIB2KhVgn0zELFXGDBZhnyJbLSwNimE/s1600/2019-02-24-22-30-11.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz el corrillo Salamanca" border="0" data-original-height="1024" data-original-width="443" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo-mvdOgiWHPaxDyoPlo8R9TltPr52Xzscy01d5OdbgVehM-CVfdU6dBM4U0fZYfTyJDrofJDF1j98649ecEX50HlEjpSol7Fb4kCVccEfFLVEqIB2KhVgn0zELFXGDBZhnyJbLSwNimE/s16000/2019-02-24-22-30-11.jpg" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8HEgH-BEn5l3ZC1MD6_8wTzFC2nn_8ON4RV8DDIGdDM2lk1ZG_162e4KesrVzAE_05-F7z3rQfOh8e2gMB4UCjKnkGhYM33YtwrMSftUu9h9X2oPwEVkianqHm_uTeKMyw_Jo__ZiMC8/s1600/Screenshot_20190302-181739.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Cinema Jardín" border="0" data-original-height="717" data-original-width="898" height="510" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8HEgH-BEn5l3ZC1MD6_8wTzFC2nn_8ON4RV8DDIGdDM2lk1ZG_162e4KesrVzAE_05-F7z3rQfOh8e2gMB4UCjKnkGhYM33YtwrMSftUu9h9X2oPwEVkianqHm_uTeKMyw_Jo__ZiMC8/w640-h510/Screenshot_20190302-181739.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Los teatros Liceo y Bretón se unieron para montar un cine de verano. El "Cinema Jardín". Lo situaron en un jardín al comienzo de la cuesta del Carmen. Había un escenario, butacas en el centro del jardín, mesas en los laterales atendidas por el "café Astoria" y unas sombrillas que facilitarían disfrutar de los conciertos diurnos. Prometían un interesante programa de varietés y cine sonoro.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo_Xs6sE6dCbI-WFG2bnBcs05_ols5YsHve4KFcLsplQxR1hOQiTSiAaLpc_wgx2cVZGxatL93HFRJvUv1Y3mLPa7VM9ksj8yreQis3YnDnxYwaohP_15Z5nlNoZHvpKlDz3SQK9UDB2A/s1600/2019-02-24-23-39-18.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /><img alt="Eustaquio Almaraz Casa En Salamanca" border="0" data-original-height="992" data-original-width="495" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo_Xs6sE6dCbI-WFG2bnBcs05_ols5YsHve4KFcLsplQxR1hOQiTSiAaLpc_wgx2cVZGxatL93HFRJvUv1Y3mLPa7VM9ksj8yreQis3YnDnxYwaohP_15Z5nlNoZHvpKlDz3SQK9UDB2A/s16000/2019-02-24-23-39-18.jpg" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNSB3M-Ic9DroPsCiwqVUUXetahGfV5R-5M3BzKMyAl1lnEK3wO2bk1qfK04qLl2mfClsCsufd7EpJZTmCpJ4ZSLwFkiX05iCgVlh9YKbcJDjNKzplhe4TlvcB8VvpyvUBd9REN5wM7CY/s1600/2019-02-24-23-41-32.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz casas en doctor Riesco Salamanca" border="0" data-original-height="1011" data-original-width="583" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNSB3M-Ic9DroPsCiwqVUUXetahGfV5R-5M3BzKMyAl1lnEK3wO2bk1qfK04qLl2mfClsCsufd7EpJZTmCpJ4ZSLwFkiX05iCgVlh9YKbcJDjNKzplhe4TlvcB8VvpyvUBd9REN5wM7CY/s16000/2019-02-24-23-41-32.jpg" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyUFzjLKv3e_vsSsl2xtvgdLTpiXEBde8-HJZEqaFhoU3v5gojQQ9CZlHyH7KzEzPirpS1XvuvvlZ_D1njM5xNd0aezctba1SWh0_86PnB6xZGb90afvjp1JxNH8Wo-84N1bjHoCjpd9Q/s1600/2019-02-24-23-40-19.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz cochera de San Isidro en Salamanca" border="0" data-original-height="768" data-original-width="994" height="492" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyUFzjLKv3e_vsSsl2xtvgdLTpiXEBde8-HJZEqaFhoU3v5gojQQ9CZlHyH7KzEzPirpS1XvuvvlZ_D1njM5xNd0aezctba1SWh0_86PnB6xZGb90afvjp1JxNH8Wo-84N1bjHoCjpd9Q/w640-h492/2019-02-24-23-40-19.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3eNS3zO_9rIxVnK-GfQw9g5aSkJCO_0VBSNKekr0FAQXcVqle30WnT_Qm0HssDexd7i1VnktAA_6isj1qSVN2eSUrj1mG0NHoltQdUKGENVaLQIbx-ZEQ5eI_vCDt2G6KcpQjlk2Abzk/s1600/20190220_122041.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz derribo en Salamanca" border="0" data-original-height="768" data-original-width="636" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3eNS3zO_9rIxVnK-GfQw9g5aSkJCO_0VBSNKekr0FAQXcVqle30WnT_Qm0HssDexd7i1VnktAA_6isj1qSVN2eSUrj1mG0NHoltQdUKGENVaLQIbx-ZEQ5eI_vCDt2G6KcpQjlk2Abzk/s16000/20190220_122041.jpg" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-Yyneq-xqRrXJzNNtF-MrgOXRX-aKGLhHKhtt2ji4NRBMb7FhhNR89LpPym5SUwlPnbN4Ljsb1-zN1LgN_lUHeOOwAUbaZSE1Bns1J2-mOc9PQe2brbOfsW03eurva2fhNWTQYXOZulc/s1600/2019-02-24-23-38-25.jpg"><img alt="Eustaquio Almaraz Los Caídos. En Salamanca" border="0" data-original-height="768" data-original-width="856" height="574" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-Yyneq-xqRrXJzNNtF-MrgOXRX-aKGLhHKhtt2ji4NRBMb7FhhNR89LpPym5SUwlPnbN4Ljsb1-zN1LgN_lUHeOOwAUbaZSE1Bns1J2-mOc9PQe2brbOfsW03eurva2fhNWTQYXOZulc/w640-h574/2019-02-24-23-38-25.jpg" width="640" /></a></div>
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<br /></div>
<div align="justify">
<span style="color: #999999; font-size: x-large;"><i><span style="text-align: center;">Imágenes procedentes del </span><a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do" style="text-align: center;" target="_blank">archivo virtual de prensa histórica del MCU </a></i></span><br />
<span style="font-size: x-large;"><br /></span>
<h3 style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">
<a name="alegriaspenas">2- Alegrías y penas de una ciudad</a></span></h3>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivZZsIC8RRnF7fqGI_lQhFRR4a4Y_mm8aOXgfWvHb5qVoLTeOXpTPvOCTt58fHdW-7n04vXAnsW390ivWLBGDbpUl5coJJk2uSjGdhwf39Tdowa95BjZOwsVbUdxDKpkvPua9UZAdDnzA/s1600/2019-02-24-22-23-38.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Administración de lotería en Salamanca" border="0" data-original-height="1000" data-original-width="739" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivZZsIC8RRnF7fqGI_lQhFRR4a4Y_mm8aOXgfWvHb5qVoLTeOXpTPvOCTt58fHdW-7n04vXAnsW390ivWLBGDbpUl5coJJk2uSjGdhwf39Tdowa95BjZOwsVbUdxDKpkvPua9UZAdDnzA/w472-h640/2019-02-24-22-23-38.jpg" width="472" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6w5_yephEYe_hUwwB6km7do_AOQx68w2m6TM88jGLo9bTkQvloOuN48-gmR4nkq8npkD0vR-YJcdqibaXVwNOKgpn2HBmuH6cuNHAd4Vj3FD4LACe1kst1lNgB8vvd2wkWXTVtDTB34U/s1600/2019-02-25-00-09-17.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz. Dos salmantinos" border="0" data-original-height="746" data-original-width="1022" height="466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6w5_yephEYe_hUwwB6km7do_AOQx68w2m6TM88jGLo9bTkQvloOuN48-gmR4nkq8npkD0vR-YJcdqibaXVwNOKgpn2HBmuH6cuNHAd4Vj3FD4LACe1kst1lNgB8vvd2wkWXTVtDTB34U/w640-h466/2019-02-25-00-09-17.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Agustín Rodríguez -panadero- y su esposa sin nombre ni ocupación reseñables...</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhibAMv-02p4KayK3CsyvKpPJK2b7ILzWzF_JWzxWNGi_eZ0lEBFjzxoa7izPa9bVtujPbIopomO5AEfTteEl2RdGlbgDy6jqu9vOfy5dwIYaW4aT_k_AH7hPhA2S-nvsvrD9WpzteJmI0/s1600/Screenshot_20190222-014722.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Ferias" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhibAMv-02p4KayK3CsyvKpPJK2b7ILzWzF_JWzxWNGi_eZ0lEBFjzxoa7izPa9bVtujPbIopomO5AEfTteEl2RdGlbgDy6jqu9vOfy5dwIYaW4aT_k_AH7hPhA2S-nvsvrD9WpzteJmI0/w640-h480/Screenshot_20190222-014722.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBnnLRPInu6dcQWxEnXZSDk6UY9AqtSYkggVH2_JUJfpluYSbTCEYVGWMifnHB4voV2uS7dupxhykVkHKsyBxG5cgVRq8H6-UwTK3IVzm-eDTZsLq3yDcycWY-iiYSudGN8noGgJ7VHJw/s1600/Screenshot_20190221-023740.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Ferias" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBnnLRPInu6dcQWxEnXZSDk6UY9AqtSYkggVH2_JUJfpluYSbTCEYVGWMifnHB4voV2uS7dupxhykVkHKsyBxG5cgVRq8H6-UwTK3IVzm-eDTZsLq3yDcycWY-iiYSudGN8noGgJ7VHJw/w640-h480/Screenshot_20190221-023740.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Redacción de El Adelanto: "He aquí las tradicionales gigantillas. El《coco》de los pequeños (...) Para la turba infantil no puede concebirse feria sin gigantillas. El Padre Lucas y la Lechera. Con sus caras 《come niños》en unión de otras gigantillas de reciente adquisición por el Ayuntamiento (...) Viejas y nuevas gigantillas que pasado el 21 dormirán un sueño de polvo y telas de araña, hasta que otra vez el 8 de septiembre toque su campana y las despierte."</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF2GWYXLdCMp82U0NpxdxSfD99woL-O_cTAvcDjdHFKG686erQ5fV1Pu1KclellUkv3-MNh8sU6XRL1dURlts3Tr6xcGsrhDkq5JvOyK2ZyxFbrQH5bY5lkokKtu4qS0wtzuNo7QNDPj4/s1600/2019-02-24-23-45-06.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Mariseca" border="0" data-original-height="925" data-original-width="588" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF2GWYXLdCMp82U0NpxdxSfD99woL-O_cTAvcDjdHFKG686erQ5fV1Pu1KclellUkv3-MNh8sU6XRL1dURlts3Tr6xcGsrhDkq5JvOyK2ZyxFbrQH5bY5lkokKtu4qS0wtzuNo7QNDPj4/w406-h640/2019-02-24-23-45-06.jpg" width="406" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div>
<br /></div>
<div align="justify">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4jle0K_U_-BtnSnagH6YNDajwdqO1HPjK4VTdJ4u-0AYYxS7vU_oZxKUgevfX5dhGPeDO-iW8TQOBz6xlW0f-XEOYS8fW88lL7efT3ruyXEF3W1sdeMViM1gCId9Lh1QRWdFVDQqwET8/s1600/2019-02-24-22-25-38.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Tren" border="0" data-original-height="768" data-original-width="977" height="502" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4jle0K_U_-BtnSnagH6YNDajwdqO1HPjK4VTdJ4u-0AYYxS7vU_oZxKUgevfX5dhGPeDO-iW8TQOBz6xlW0f-XEOYS8fW88lL7efT3ruyXEF3W1sdeMViM1gCId9Lh1QRWdFVDQqwET8/w640-h502/2019-02-24-22-25-38.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En el verano de 1933, la Compañía Nacional de Ferrocarriles del Oeste puso a disposición de los salmantinos un tren dominguero con destino a Béjar. "Caravanas enormes de salmantinos han realizado el viaje, para pasar un día agradable de campo en el Castañar, Candelario y sus inmediaciones."</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8pKc9ZR5ilEIkZTEZ-Hf0-EfZiGa4IqnJ1FEL7GzceG03yRxt1pe9LeCc3K47yslK0nLH-r15RlZ3m2DuZOwCqFbZXATtLAEle62bSTCik86Y7P0MgN7iYAV5i-Fb73IcOndqB4Rn7Vw/s1600/Screenshot_20190222-014804.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Paseo de la Glorieta" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8pKc9ZR5ilEIkZTEZ-Hf0-EfZiGa4IqnJ1FEL7GzceG03yRxt1pe9LeCc3K47yslK0nLH-r15RlZ3m2DuZOwCqFbZXATtLAEle62bSTCik86Y7P0MgN7iYAV5i-Fb73IcOndqB4Rn7Vw/w640-h480/Screenshot_20190222-014804.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiF6IcnjlNbrOaJw10avtv37wnI-pHRDnfjOi1HXvLxfxjQv5a0u8nc46lxFecoqZhA_61AWrQdbqhMabIoojELrT6mnRsdcK6deTy-mrhyphenhyphenzcScK3qfhKh7aYe74rwlsGc1WF0TsUTq_cA/s1600/2019-02-24-23-36-27.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Carnaval" border="0" data-original-height="713" data-original-width="876" height="520" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiF6IcnjlNbrOaJw10avtv37wnI-pHRDnfjOi1HXvLxfxjQv5a0u8nc46lxFecoqZhA_61AWrQdbqhMabIoojELrT6mnRsdcK6deTy-mrhyphenhyphenzcScK3qfhKh7aYe74rwlsGc1WF0TsUTq_cA/w640-h520/2019-02-24-23-36-27.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTqFxsymfz95vbKzfZKuJWcIjYne-I4iNV26OvVRX6ZX0HryMFKnd-Bah1Cmx3enbtLqXn4PJLPSjep3A7SQQXS_4X6YcDhABrerdwAhf1-tB-1nKXnm3UWfFHsiiCPmM8M_W5_prjgQo/s1600/2019-02-24-23-37-01.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Carnaval" border="0" data-original-height="1024" data-original-width="627" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTqFxsymfz95vbKzfZKuJWcIjYne-I4iNV26OvVRX6ZX0HryMFKnd-Bah1Cmx3enbtLqXn4PJLPSjep3A7SQQXS_4X6YcDhABrerdwAhf1-tB-1nKXnm3UWfFHsiiCPmM8M_W5_prjgQo/w390-h640/2019-02-24-23-37-01.jpg" width="390" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVCOhxMyHmmf2TiSRD75Vut9w97_Xv9TpT4AZXe7kitZbrO_cU2n7gGUJD7KvOYOud3GLZovMwt96nNKEwq4SVZ4KH4UCEJunEpXlfJjT04kfUdNfnWr8wd3oy3x78TaSjSO_zJA2eXxA/s1600/2019-02-24-23-42-26.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca casino" border="0" data-original-height="768" data-original-width="854" height="574" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVCOhxMyHmmf2TiSRD75Vut9w97_Xv9TpT4AZXe7kitZbrO_cU2n7gGUJD7KvOYOud3GLZovMwt96nNKEwq4SVZ4KH4UCEJunEpXlfJjT04kfUdNfnWr8wd3oy3x78TaSjSO_zJA2eXxA/w640-h574/2019-02-24-23-42-26.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEpJMMlA8qNvj_Pd3xQ-JVoDu4Ba2z0C2wIqSBspf-ih25t4tr8TT8UOs_fAAa5TiW1DCVQ5LgYkkebpAIk-Sq9nEbx2p6bUjE3GRcyZvmRi2pzmVbgU9E-INdnV6wqKC8vCvtGymeP2U/s1600/2019-02-24-23-55-15.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca fiesta del trabajo" border="0" data-original-height="768" data-original-width="928" height="528" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEpJMMlA8qNvj_Pd3xQ-JVoDu4Ba2z0C2wIqSBspf-ih25t4tr8TT8UOs_fAAa5TiW1DCVQ5LgYkkebpAIk-Sq9nEbx2p6bUjE3GRcyZvmRi2pzmVbgU9E-INdnV6wqKC8vCvtGymeP2U/w640-h528/2019-02-24-23-55-15.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicpGTh-O_tIz5IFS_Zn6mMn_AR0tRHyoesOBe2il9kVk6Fn3wCCNy1UU7x-tlcKw6JKIfGXxOb8sKttqOjPREIagfLmXpMoCLRAuBzc813o6iK9iy0spKOZk27pH44RTwMQv8jJwQK0DA/s1600/2019-02-24-23-54-06.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca manifestación" border="0" data-original-height="618" data-original-width="751" height="526" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicpGTh-O_tIz5IFS_Zn6mMn_AR0tRHyoesOBe2il9kVk6Fn3wCCNy1UU7x-tlcKw6JKIfGXxOb8sKttqOjPREIagfLmXpMoCLRAuBzc813o6iK9iy0spKOZk27pH44RTwMQv8jJwQK0DA/w640-h526/2019-02-24-23-54-06.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGrkOuj-gc5qUrdo68s_80c0w3QrT8WmUAh89HXX4L5VW3QLcB0bmuCxC0timVc7Cbk2jmEevPWbQIcv17G8oBG1rT7GsGVOhvZHO9IoaPlPCh1GxDks9hb9rNn2G-13jtsV34cupWfH0/s1600/Screenshot_20190222-014201.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Plaza Mayor" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGrkOuj-gc5qUrdo68s_80c0w3QrT8WmUAh89HXX4L5VW3QLcB0bmuCxC0timVc7Cbk2jmEevPWbQIcv17G8oBG1rT7GsGVOhvZHO9IoaPlPCh1GxDks9hb9rNn2G-13jtsV34cupWfH0/w640-h480/Screenshot_20190222-014201.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji54CBCAT8f-vAaXsIE1aFWHjghE9677C2ugCGe_nw9DZRkwKLlA7NTbsszgKndHRanescA3KYOhT7IyF8Sm8scTFiS-ALo9AbH6CicWA8s2I3N7HGx9cGCcNTfo-E0esHWq4p_Ct_mXM/s1600/Screenshot_20190302-180115.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Plaza Mayor" border="0" data-original-height="768" data-original-width="906" height="542" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji54CBCAT8f-vAaXsIE1aFWHjghE9677C2ugCGe_nw9DZRkwKLlA7NTbsszgKndHRanescA3KYOhT7IyF8Sm8scTFiS-ALo9AbH6CicWA8s2I3N7HGx9cGCcNTfo-E0esHWq4p_Ct_mXM/w640-h542/Screenshot_20190302-180115.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">Como reportero gráfico, Almaraz también levantó acta de las calamidades acaecidas en la ciudad.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWywvgP_aTFJ_blhjky9vlXML2BCVg0gx8Nvh9rMQISh5l5gagr2-aF5MKFuy5YylAhFdXxvvpZ3iPsEelwlZiBtgw-WFpIuXK26_5Uafk0pYrhJ02dTxpWPpVJQZAmZ0hy32m9S0QHvI/s1600/2019-02-24-22-27-15.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca incendio" border="0" data-original-height="723" data-original-width="1002" height="460" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWywvgP_aTFJ_blhjky9vlXML2BCVg0gx8Nvh9rMQISh5l5gagr2-aF5MKFuy5YylAhFdXxvvpZ3iPsEelwlZiBtgw-WFpIuXK26_5Uafk0pYrhJ02dTxpWPpVJQZAmZ0hy32m9S0QHvI/w640-h460/2019-02-24-22-27-15.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoeojqENg9JhODxBWWkOo6SPo2x3H-_riAo5PVcYu8cV9WfcP6kGxIP8EHc9qaw1-ox5EODImcHZPQNXp4uRAjo064bWftRcxcpNXNROL8izTuYWeW9qLCsZPivMy9HP-R8PmSyf4INw8/s1600/2019-02-24-22-28-42.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca incendio" border="0" data-original-height="748" data-original-width="781" height="612" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoeojqENg9JhODxBWWkOo6SPo2x3H-_riAo5PVcYu8cV9WfcP6kGxIP8EHc9qaw1-ox5EODImcHZPQNXp4uRAjo064bWftRcxcpNXNROL8izTuYWeW9qLCsZPivMy9HP-R8PmSyf4INw8/w640-h612/2019-02-24-22-28-42.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH4aP5HyTPLNMcA7pDU-0bync9zVWNxFI-n0VltlD-v26NtHCKH1ImN1CnIO70_VxlCyws9BZHhLfoBhKmK4chfy-iokh_2G4-0E_NQkYM8TuUaEKWoI_YYTQgifE4ifyXNNDAezhs3zE/s1600/2019-02-24-23-29-30.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca incendio" border="0" data-original-height="1008" data-original-width="718" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH4aP5HyTPLNMcA7pDU-0bync9zVWNxFI-n0VltlD-v26NtHCKH1ImN1CnIO70_VxlCyws9BZHhLfoBhKmK4chfy-iokh_2G4-0E_NQkYM8TuUaEKWoI_YYTQgifE4ifyXNNDAezhs3zE/w454-h640/2019-02-24-23-29-30.jpg" width="454" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En el verano de 1932, un violento incendio devoró por completo el Hotel del Pasaje, en la calle Espoz y Mina con fachada a la Plaza Mayor. Hubo que cortar y derribar paredes de las casas y del cine colindantes para hacer un cortafuegos y proteger la Plaza Mayor.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6McRtxix_EhgrlVig1zB6F-syb-_OUzL0K2nJ1poCwcZAWz-fnja-VYJuPH4AnhhaRVeK49Yry-QD3nhlDf3N0V0I4TVsE69Y7yxIq7KSkmeb0R-ZtsboOLItHVKZNMLXnv9y7WvGy88/s1600/2019-02-24-23-33-02.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca incendio" border="0" data-original-height="1005" data-original-width="697" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6McRtxix_EhgrlVig1zB6F-syb-_OUzL0K2nJ1poCwcZAWz-fnja-VYJuPH4AnhhaRVeK49Yry-QD3nhlDf3N0V0I4TVsE69Y7yxIq7KSkmeb0R-ZtsboOLItHVKZNMLXnv9y7WvGy88/w442-h640/2019-02-24-23-33-02.jpg" width="442" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El batallón de ingenieros zapadores y minadores de Salamanca se encaramó a los tejados y procedió a los derribos necesarios para aislar un fuego que parecía incontrolable y muy capaz de acabar con nuestra Plaza Mayor.<br />
Los tanques-bombas de la ciudad no fueron suficientes y hubo que movilizar a los parques de incendios de Zamora, Ciudad Rodrigo y Valladolid</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr3y4svnWnuPavAv2mUMihA-AA5Lr1cx0hG5tesSO-45aPRJ-vh9su5AsyPWRRAF98XRYNHJ31hfVT0VoQd0GtZrNynjTC94dGPGwYNoeRgn2_bi_4DBIPkSGK1fwo0hI5EPLAfi9Lu3Y/s1600/2019-02-24-23-31-28.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca incendio" border="0" data-original-height="1024" data-original-width="749" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr3y4svnWnuPavAv2mUMihA-AA5Lr1cx0hG5tesSO-45aPRJ-vh9su5AsyPWRRAF98XRYNHJ31hfVT0VoQd0GtZrNynjTC94dGPGwYNoeRgn2_bi_4DBIPkSGK1fwo0hI5EPLAfi9Lu3Y/w468-h640/2019-02-24-23-31-28.jpg" width="468" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un cordón de soldados del Regimiento de Infantería número 26 llevaron cubos de agua desde las bocas de riego de la Plaza Mayor hasta el interior del edificio en llamas.<br />
Del hotel apenas quedó la armadura. La Plaza Mayor salió ilesa.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPWH1dbXQbyai3oFCqvWnjFY7FzzO7HadYawqRXjQzw44ZB2uEYNobDjwdog7OeLd4ipTgcwio5N0Pwc4upfi661YMQ0ivbpr1dYCC1SUn1Hhuo5rjPqd1rt74-5va1HqHPh204vPPEm4/s1600/2019-02-24-22-24-37.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca accidente tren" border="0" data-original-height="768" data-original-width="967" height="508" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPWH1dbXQbyai3oFCqvWnjFY7FzzO7HadYawqRXjQzw44ZB2uEYNobDjwdog7OeLd4ipTgcwio5N0Pwc4upfi661YMQ0ivbpr1dYCC1SUn1Hhuo5rjPqd1rt74-5va1HqHPh204vPPEm4/w640-h508/2019-02-24-22-24-37.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<span style="font-size: x-large;">Entre los muchos accidentes que fotografíó Almaraz para <i>El Adelanto</i> hay uno que sin duda destaca. El ocurrido en las inmediaciones de Pelabravo y Calvarrasa de Abajo. </span><br />
<span style="font-size: x-large;"><br /></span>
<span style="font-size: x-large;">A menos de un año del estallido de la Guerra civil, el coche en el que viaja <b>Franco </b>choca con dos ciclistas. El resultado: un ciclista muerto, el otro herido grave, el chófer y <b>Carmen Polo</b> heridos leves, Franco ileso... El futuro dictador protagoniza un paso fugaz por nuestra casa de socorro, pernocta en El Gran Hotel y se marcha de vacaciones. Volverá.</span><br />
<span style="font-size: x-large;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBca0g8VeVX7GTxLOpwtztjzY6eSqnx4W_zjSPTdgGFMHpnO4bHxVJSS7UEAOOdxHm7jATRz9UtioXpj-LU27co0fg3LYjCw-uSNDrOvxR5bjPGPGl2RmSRvPbIK8RCwKCdm0J-NM4Pdo/s1600/23+8+1935+accidente+franco.jpg"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Accidente de Francisco Franco en Salamanca" border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1170" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBca0g8VeVX7GTxLOpwtztjzY6eSqnx4W_zjSPTdgGFMHpnO4bHxVJSS7UEAOOdxHm7jATRz9UtioXpj-LU27co0fg3LYjCw-uSNDrOvxR5bjPGPGl2RmSRvPbIK8RCwKCdm0J-NM4Pdo/w468-h640/23+8+1935+accidente+franco.jpg" width="468" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<span style="color: #999999; font-size: x-large;"><i>Fotografías procedentes del <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do" target="_blank">archivo virtual de prensa histórica del mcu</a></i></span><br />
<div>
<br /></div>
<br /></div>
<div align="justify">
<h3 style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">
<a name="kentkatiuskas">3-</a></span> <span style="font-size: x-large;">Victoria Kent, las ciclistas, la tamborilera y las katiuskas</span></h3></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: x-large;">Mujeres como <b>Victoria Kent</b> habían dado un paso al frente. Estaban empezado a ocupar un espacio público reservado en exclusiva a los hombres. </span></div>
<div align="justify">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGtiQDW20ooWC66Cef0IyfKlOmI-_0d45JI8au-ZlH7FM8nRXJQFKhNXQavp6uAcvpX2plPvVtu9GibtaoLKdBmlkHrW33CTWFJIT7ekKp4JVucJ3ZHPrn67zUYSMyqO7T9dElrveBgIc/s1600/2019-02-24-23-59-45.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Victoria Kent" border="0" data-original-height="750" data-original-width="822" height="582" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGtiQDW20ooWC66Cef0IyfKlOmI-_0d45JI8au-ZlH7FM8nRXJQFKhNXQavp6uAcvpX2plPvVtu9GibtaoLKdBmlkHrW33CTWFJIT7ekKp4JVucJ3ZHPrn67zUYSMyqO7T9dElrveBgIc/w640-h582/2019-02-24-23-59-45.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJCz8grmW5uLVaRLePWnLcDC_5tXmZ0u2Q8mGyr160zKaXoCNbw70HCLxlUrxc9hNw52DlV2iUEHPAxStaacyu7YTLStwQa4bHGVSSQox397mqSArc6-hD65BknYT_8J07ka194CECmH4/s1600/Screenshot_20190225-232906.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Victoria Kent" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJCz8grmW5uLVaRLePWnLcDC_5tXmZ0u2Q8mGyr160zKaXoCNbw70HCLxlUrxc9hNw52DlV2iUEHPAxStaacyu7YTLStwQa4bHGVSSQox397mqSArc6-hD65BknYT_8J07ka194CECmH4/w640-h480/Screenshot_20190225-232906.jpg" width="640" /></a></div>
</div>
<div align="justify">
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">Victoria Kent aparece en las fotografías prácticamente única entre hombres.</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">Muy similar a lo que sucede en las imágenes bajo estas líneas.</span></div>
</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkdRpKv75m9VeIljmcfxu5CJii55fGzpN8BxYaeYqr33D5mfLJHQ2M1ZxLnk8BvkHWuiH_pl4qnYYsYFqDiUpv_8dGPqGK9_pJUAJixNKqL0OjZ56bDejE7JzTG0Yxma951YE2B3NEb4w/s1600/2019-02-25-18-50-23.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca carrera ciclista" border="0" data-original-height="672" data-original-width="1020" height="420" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkdRpKv75m9VeIljmcfxu5CJii55fGzpN8BxYaeYqr33D5mfLJHQ2M1ZxLnk8BvkHWuiH_pl4qnYYsYFqDiUpv_8dGPqGK9_pJUAJixNKqL0OjZ56bDejE7JzTG0Yxma951YE2B3NEb4w/w640-h420/2019-02-25-18-50-23.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1Udb8Cz9luXd37_npEeUyDd3yg3Sgdr6LlhNJH7zGiS4iAjP6qWM6QSLkbPRDqP-Me1G81hSOVYN-AaM6JdVN0aRDjtxRCwZXrApj5K6ptEIl9eP25UKfDguv5ocmO2bzdBmKbEAoK5k/s1600/Screenshot_20190221-024403.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca tamborileros" border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1Udb8Cz9luXd37_npEeUyDd3yg3Sgdr6LlhNJH7zGiS4iAjP6qWM6QSLkbPRDqP-Me1G81hSOVYN-AaM6JdVN0aRDjtxRCwZXrApj5K6ptEIl9eP25UKfDguv5ocmO2bzdBmKbEAoK5k/w480-h640/Screenshot_20190221-024403.jpg" width="480" /></a></div>
<br />
<br /></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: x-large;">Las niñas ciclistas y la niña tamborilera también se estaban apropiando de espacios hasta entonces masculinos</span><br />
<br /></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuY0RyeVamH2En17hnd_Dz77tsuVoxT31EeUakoYk0CoPd-Uy-c14XUYn46DO_y-jsqMTyGTxcfgBVs253c9vTHDTo1rVbGDiwjFBa-IaNmjAjP6G7gkmmQryNmh7imEA-Kd07TirK7m4/s1600/2019-02-24-22-22-38.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Dos chicas" border="0" data-original-height="1024" data-original-width="731" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuY0RyeVamH2En17hnd_Dz77tsuVoxT31EeUakoYk0CoPd-Uy-c14XUYn46DO_y-jsqMTyGTxcfgBVs253c9vTHDTo1rVbGDiwjFBa-IaNmjAjP6G7gkmmQryNmh7imEA-Kd07TirK7m4/w456-h640/2019-02-24-22-22-38.jpg" width="456" /></a></div>
</div>
<div align="justify">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">Estas jóvenes, que calzan sus katiuskas con mucha decision, parecen reírse en la fotografía de los semivelados reproches a la masculinidad de su calzado</span>.<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-large;">Todas ellas, </span><span style="font-size: x-large;">las niñas con las botas puestas,</span><span style="font-size: x-large;"> las ciclistas, la tamborilera, con su alegría, su coraje, su descaro iban sin duda a cambiar el mundo. </span><span style="font-size: x-large;">Pero explotó la guerra y Franco se apropió de Salamanca. Abolió los carnavales, el primero de mayo, la alegría, el coraje y el descaro. </span><br />
<span style="font-size: x-large;"><br /></span>
<span style="font-size: x-large;">Se ató en corto a la infancia. Sobre todo a las niñas</span>.<br />
<br /></div>
</div>
</div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRFU-LWZ8Uws6S6E69DIf8IDZGrZnJ-ekYio0vZ_nc5LG0k-SHmkzVO8HBmilOIjmmrK9l3Az_sG321cvBBmETRlvp-HIZ2jYTiWASYDri1ZgVHjS9cYW4D5EOymiF7O4oXiEMfLgSzkU/s1600/Screenshot_20190220-024545.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca La Sección Femenina" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRFU-LWZ8Uws6S6E69DIf8IDZGrZnJ-ekYio0vZ_nc5LG0k-SHmkzVO8HBmilOIjmmrK9l3Az_sG321cvBBmETRlvp-HIZ2jYTiWASYDri1ZgVHjS9cYW4D5EOymiF7O4oXiEMfLgSzkU/w640-h480/Screenshot_20190220-024545.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrtAXIC6Rk-bwsVActTs8l7OYGLBca_jNHfCJKtI11Xi7hEwGIZF43RQZA3f7Rr3VWOZISQPxXEy6BLlBPXTFGBjtCmXOSM2Uisl0_Gl20Ra_rCkDAkdNJH9-xI-WpEG4SpDlrwrRkzkc/s1600/Screenshot_20190220-024618.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca La Sección Femenina" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrtAXIC6Rk-bwsVActTs8l7OYGLBca_jNHfCJKtI11Xi7hEwGIZF43RQZA3f7Rr3VWOZISQPxXEy6BLlBPXTFGBjtCmXOSM2Uisl0_Gl20Ra_rCkDAkdNJH9-xI-WpEG4SpDlrwrRkzkc/w640-h480/Screenshot_20190220-024618.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihu6N8y5drZpUn0RMzZF2jPZqpWrR41fEHrEy0e9SE6Tp95Oe3EZWG-IROFH3h-Ew6bhKrL_q24zi3saw1PQ_A7ir9-lvuM8LbjL_VGS3HPZUlJUHHVyXO0yLMA1nJ2OLBjMk0-2cDq50/s1600/Screenshot_20190220-024727.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca niños soldados" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihu6N8y5drZpUn0RMzZF2jPZqpWrR41fEHrEy0e9SE6Tp95Oe3EZWG-IROFH3h-Ew6bhKrL_q24zi3saw1PQ_A7ir9-lvuM8LbjL_VGS3HPZUlJUHHVyXO0yLMA1nJ2OLBjMk0-2cDq50/w640-h480/Screenshot_20190220-024727.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6DwN97KFLxMByF1Lp17Ju3K9TSLpC35s8_0rWIbc7s8SrrQnR04wakyiC93OFhmruKUrK4-BE1FFIr1Vk5pQaL_NV6SmBiI4drXQRIzwHz49y-nAD4unBkdpYbenpE5iOlXvOL-qEw6Q/s1600/Screenshot_20190220-024843.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca niños jugando a desfilar" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6DwN97KFLxMByF1Lp17Ju3K9TSLpC35s8_0rWIbc7s8SrrQnR04wakyiC93OFhmruKUrK4-BE1FFIr1Vk5pQaL_NV6SmBiI4drXQRIzwHz49y-nAD4unBkdpYbenpE5iOlXvOL-qEw6Q/w640-h480/Screenshot_20190220-024843.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<i><span style="color: #999999; font-size: x-large;"><br /></span></i>
<i><span style="color: #999999; font-size: x-large;"><span style="text-align: center;">Fotografías procedentes del </span><a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do" style="text-align: center;" target="_blank">archivo virtual de prensa histórica del mcu </a></span></i><br />
<i><br /></i>
<i><br /></i>
<br />
<h3 style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">
<a name="trenguerra">4- Tren a la guerra</a></span></h3>
</div>
<div align="justify">
<span style="font-size: x-large;">Aquellas fotografías que realizaba Almaraz de Victoria Kent, de las celebraciones del primero de mayo, de las jornadas electorales, de los bailes y desfiles de carnaval dan ahora paso a una marcial sucesión de estampas militares. Ante el objetivo del fotógrafo el desfile militar se eterniza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivtGON6GPXtvehjYoe4lwbUezFi1FNRdvd480AvtBCakkzE8nAfHxauRLqsHImddClQy1Wxnbb69UztIGkzel0TSTlpVdL57QkOrkf8NwFLQGl9QnXeUqVdc6CtighGIbC7iG2AF1UQYE/s1600/20190220_230652.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca dos soldados" border="0" data-original-height="652" data-original-width="955" height="436" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivtGON6GPXtvehjYoe4lwbUezFi1FNRdvd480AvtBCakkzE8nAfHxauRLqsHImddClQy1Wxnbb69UztIGkzel0TSTlpVdL57QkOrkf8NwFLQGl9QnXeUqVdc6CtighGIbC7iG2AF1UQYE/w640-h436/20190220_230652.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWfBtn3feNgfVocrBQgPnCbxMKqqRn8xAsRPyfRKvNNwlHSCYUhKV6Qz4AEDZP-xmdCWdILA4B4NFv1pVsrQ30YUXMpgmAtK650igBiO2Fn_qm13czcXWu1YjYTRGbV2vjd25rZOoBjnc/s1600/20190220_122226.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Soldados" border="0" data-original-height="768" data-original-width="720" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWfBtn3feNgfVocrBQgPnCbxMKqqRn8xAsRPyfRKvNNwlHSCYUhKV6Qz4AEDZP-xmdCWdILA4B4NFv1pVsrQ30YUXMpgmAtK650igBiO2Fn_qm13czcXWu1YjYTRGbV2vjd25rZOoBjnc/w600-h640/20190220_122226.jpg" width="600" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJJ6MN5Bi1_zVW7dzaMno3et4s5UgmHR1dwPS_lTFuY0Ta7KSMxXZOShgWK02ZSAuZr36318uPFgT2OF4G0QyEhU09ntHjlDAsO0RnoRjh9bjr5KdvOqgralF8VaOgDSEe6D_4azU-Eu4/s1600/20190220_233705.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Soldados" border="0" data-original-height="738" data-original-width="952" height="494" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJJ6MN5Bi1_zVW7dzaMno3et4s5UgmHR1dwPS_lTFuY0Ta7KSMxXZOShgWK02ZSAuZr36318uPFgT2OF4G0QyEhU09ntHjlDAsO0RnoRjh9bjr5KdvOqgralF8VaOgDSEe6D_4azU-Eu4/w640-h494/20190220_233705.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnkdIrfH8ZY0ay6SssZxE5Wn8GtjTRAfbg28kGL65JhbdBExq2M_veK16_Uuuee34yfmhFB4SbdgQWUrzW68n9G4THZoip3u_KTXWWeF2Za_BCmtcdVDr2PTY80uFhTLhoZlAhjUdv_po/s1600/Screenshot_20190302-175824.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Soldados" border="0" data-original-height="768" data-original-width="985" height="498" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnkdIrfH8ZY0ay6SssZxE5Wn8GtjTRAfbg28kGL65JhbdBExq2M_veK16_Uuuee34yfmhFB4SbdgQWUrzW68n9G4THZoip3u_KTXWWeF2Za_BCmtcdVDr2PTY80uFhTLhoZlAhjUdv_po/w640-h498/Screenshot_20190302-175824.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHdahxgGVU9Xm7dyltzfNORs4NJjToT3_xcBUrfm4gjmNJn8K5YzOXSPl3_S0TUSucsz7Bz1VjULL09Z1Fvo_BxbRjGg9l68I1ZBIEjc5tHDvsEWFY9204_fbShluAKrbqFShPDUuNrBY/s1600/Screenshot_20190302-175044.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Soldados en la plaza mayor" border="0" data-original-height="716" data-original-width="979" height="468" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHdahxgGVU9Xm7dyltzfNORs4NJjToT3_xcBUrfm4gjmNJn8K5YzOXSPl3_S0TUSucsz7Bz1VjULL09Z1Fvo_BxbRjGg9l68I1ZBIEjc5tHDvsEWFY9204_fbShluAKrbqFShPDUuNrBY/w640-h468/Screenshot_20190302-175044.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOOdMNgJnUb3xuIUpA_slbm8cSd14aspyVq4j3Fb6m_8MUKxO80kihaU2xNMUXQokMqPAmV5C9CEybNN0yH9t-ifK30KaDmNDm4MZghQh2CQlyZDKCZeHNfVVfIQAhAtqPGVkj6o0xEgY/s1600/Screenshot_20190220-025017.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Soldados en la plaza mayor" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOOdMNgJnUb3xuIUpA_slbm8cSd14aspyVq4j3Fb6m_8MUKxO80kihaU2xNMUXQokMqPAmV5C9CEybNN0yH9t-ifK30KaDmNDm4MZghQh2CQlyZDKCZeHNfVVfIQAhAtqPGVkj6o0xEgY/w640-h480/Screenshot_20190220-025017.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografias obtenidas del <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do" target="_blank">archivo virtual de prensa historica del mcu</a></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFlT60ff_TyB8kxA6BTmV03CoHP1Iyg2wqdGoeA7TQOXgzPMagQxmqwgpkBC2IjELf4uESxO4jw3sAO9TCecXkWR_bC3J3mUubO0YEB2fvcpV1CGbRz5cZ76AAGn1XTIRGNtHwbzMSo6M/s1600/1.jpg"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Plaza Mayor" border="0" data-original-height="769" data-original-width="1061" height="462" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFlT60ff_TyB8kxA6BTmV03CoHP1Iyg2wqdGoeA7TQOXgzPMagQxmqwgpkBC2IjELf4uESxO4jw3sAO9TCecXkWR_bC3J3mUubO0YEB2fvcpV1CGbRz5cZ76AAGn1XTIRGNtHwbzMSo6M/w640-h462/1.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNRaC3dU-OVSOHg7S2-NW5lfbHryNJBymQoFvGP1aQEmU8hsZJQ3mn8YqODpXRO6S65RTKdzq904wF-llYRD9kp6d7OntArqh-NsL0zLlNeojDNEZ3oWAx-amz184lggPXQqAs5SjzF04/s1600/13.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Plaza Mayor" border="0" data-original-height="788" data-original-width="1079" height="466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNRaC3dU-OVSOHg7S2-NW5lfbHryNJBymQoFvGP1aQEmU8hsZJQ3mn8YqODpXRO6S65RTKdzq904wF-llYRD9kp6d7OntArqh-NsL0zLlNeojDNEZ3oWAx-amz184lggPXQqAs5SjzF04/w640-h466/13.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp6nE1HuF3rd04KzNuxUu43YYBXSjkLioywcaI5vT-cbeU5RFnEpWFKAtsY3XFJclh-WiL0kHyKfUlZfEeqwVT0IChCZZy9zgFbchvw_hEs-3fqEjDbVr5MGBmo9RS7szrZDgEudS3rW0/s1600/11.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Plaza Mayor" border="0" data-original-height="788" data-original-width="1079" height="466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp6nE1HuF3rd04KzNuxUu43YYBXSjkLioywcaI5vT-cbeU5RFnEpWFKAtsY3XFJclh-WiL0kHyKfUlZfEeqwVT0IChCZZy9zgFbchvw_hEs-3fqEjDbVr5MGBmo9RS7szrZDgEudS3rW0/w640-h466/11.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAVb253V3wforzPbgG74zhGQrYzjOjSu1VNPZVMlkG8DLKxYWct8SC-He2STqcmZA08W2rrPMXbN-tshswlN3Jhp3HzmikxAr60dWowuq7kpHkGG-W7VqJOXXlwJInLniCRhc-icdFOKI/s1600/15.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca soldados plaza mayor" border="0" data-original-height="786" data-original-width="1081" height="464" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAVb253V3wforzPbgG74zhGQrYzjOjSu1VNPZVMlkG8DLKxYWct8SC-He2STqcmZA08W2rrPMXbN-tshswlN3Jhp3HzmikxAr60dWowuq7kpHkGG-W7VqJOXXlwJInLniCRhc-icdFOKI/w640-h464/15.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxY80VT2XRQGie2WF9lgTZB1GPip_PNtFQl6hVlsQruEbELa3vr_E5h013reI_wrhy0tZhkZ8riYglNWzxsZivzjYjD1awacAuMqOMNwqskRl8-n_fizdn0B3FLGJ4Ui_6hwgbB1NOm3M/s1600/_Diversas_escenas_en_Salamanca_durante_la_Guerra_Civil_Material_gr%25C3%25A1fico__16.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Día de la Chatarra" border="0" data-original-height="786" data-original-width="1082" height="464" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxY80VT2XRQGie2WF9lgTZB1GPip_PNtFQl6hVlsQruEbELa3vr_E5h013reI_wrhy0tZhkZ8riYglNWzxsZivzjYjD1awacAuMqOMNwqskRl8-n_fizdn0B3FLGJ4Ui_6hwgbB1NOm3M/w640-h464/_Diversas_escenas_en_Salamanca_durante_la_Guerra_Civil_Material_gr%25C3%25A1fico__16.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"Día de la chatarra". Escaseaban los materiales para la fabricación de armas y se instó a la población a entregar objetos de latón, hierro, bronce, cobre...</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZE2TohkmzwWGAaLhNhaEyDodbektAG1Dc998haS5eaAv2BaQXyLG_azzzfFegnj0i6l5n15H6Fd7Ak0oKRxrW7SqE4HFJ9TRX9Rq_C8FMeSTHCQ0nJrAcAQgU5Zxk1exeXtYII0JDQQ0/s1600/5.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Unidades antigas" border="0" data-original-height="803" data-original-width="1082" height="474" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZE2TohkmzwWGAaLhNhaEyDodbektAG1Dc998haS5eaAv2BaQXyLG_azzzfFegnj0i6l5n15H6Fd7Ak0oKRxrW7SqE4HFJ9TRX9Rq_C8FMeSTHCQ0nJrAcAQgU5Zxk1exeXtYII0JDQQ0/w640-h474/5.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN7F6U-b_vJshcJtbe51y9SKNTkBTng60NvcvlSEVKKZMBxEON3WBGjnx7mnaX1P1DXbkdOMoMF_IS65ySP7yTdlrqLU86Pd4pxSJJcqMIounLmwhbj52KBGzBR5Tm7QsYftMgMwlNJxQ/s1600/3.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Unidad antigas" border="0" data-original-height="1091" data-original-width="800" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN7F6U-b_vJshcJtbe51y9SKNTkBTng60NvcvlSEVKKZMBxEON3WBGjnx7mnaX1P1DXbkdOMoMF_IS65ySP7yTdlrqLU86Pd4pxSJJcqMIounLmwhbj52KBGzBR5Tm7QsYftMgMwlNJxQ/w468-h640/3.jpg" width="468" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"Unidades antigas con el traje protector"</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4Axe6k-dxozDQxYRav6WVp1gT7I742wmT8U05ZPRmk_jRt9Ky1gftstu93uvHrc3AaykysucTb2hKcG6dRCN4_vtzX23qriTDgBMnYaWV21LI-Hrx2Fv9CYN-1iecnHP5cJKi0O6nhkw/s1600/_Diversas_escenas_en_Salamanca_durante_la_Guerra_Civil_Material_gr%25C3%25A1fico__71.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Propaganda rusa" border="0" data-original-height="654" data-original-width="923" height="452" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4Axe6k-dxozDQxYRav6WVp1gT7I742wmT8U05ZPRmk_jRt9Ky1gftstu93uvHrc3AaykysucTb2hKcG6dRCN4_vtzX23qriTDgBMnYaWV21LI-Hrx2Fv9CYN-1iecnHP5cJKi0O6nhkw/w640-h452/_Diversas_escenas_en_Salamanca_durante_la_Guerra_Civil_Material_gr%25C3%25A1fico__71.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"propaganda rusa"</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnq4OJnLo2hQQ-RT9aULNPQw1kVpVjUbBtB8xbfx86Lx8Ky3k75KeoRBPeIWYKDuSIwstWi5DegcmHnIgPomFqmGFlknqMike4pN6HMcD48-Fmy7KA0ZtSgtenQRByEbNaKD-n0r59sUU/s1600/39+%25281%2529.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Soldados en la estación para ir al frente" border="0" data-original-height="804" data-original-width="1084" height="474" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnq4OJnLo2hQQ-RT9aULNPQw1kVpVjUbBtB8xbfx86Lx8Ky3k75KeoRBPeIWYKDuSIwstWi5DegcmHnIgPomFqmGFlknqMike4pN6HMcD48-Fmy7KA0ZtSgtenQRByEbNaKD-n0r59sUU/w640-h474/39+%25281%2529.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"Estación salmantina. Soldados que se dirigen al frente"</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;">Estos salmantinos que se acumulan en la estación ya no esperan en los andenes al tren dominguero. Van a coger el tren a la guerra.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: 12.8px;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-size: x-large;"></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i style="font-size: xx-large;"><span style="color: #999999;">Fotografías procedentes del fondo de la <a href="http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigitalHispanica/Inicio/index.html" target="_blank">Biblioteca Nacional</a></span></i></div>
<div>
<i style="font-size: xx-large;"><br /></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: x-large;">Les quedaban por delante a los charros y a España entera cuatro décadas de represión, miedos, silencios.</span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-size: x-large;">Las mujeres volvieron a ser arrancadas de la esfera publica y confinadas en el hogar.</span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: x-large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: x-large;">Se sobrecoge el ánimo al volver a mirar a las niñas ciclistas, la tamborilera, las niñas con las botas puestas y preguntarse qué habrá sido de ellas, qué habrían sido sin la dictadura franquista, y dónde estaría España hoy si no hubiéramos perdido cuarenta años.</span></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: x-large;">Por suerte, nada ni nadie puede mandar en los sueños ni en la imaginación, tampoco un dictador. Nos consolaremos imaginando que aquellas niñas seguro sonrieron, un veintiocho de diciembre, si vieron en <i>El Adelanto</i> las inocentadas de Almaraz.</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_GuRyLKVyXe6XbGqpytJVshhEJB0S2vmWuCl72EMlh4ViUoDOWNkElRMthlu1Uz8JoJKagdtI3Q-lfGQHwjww0LZnXWPSRFXxfrhyVjRIvf1Ww65D1pnQxuEmbya9UMJDIBdbOMfVWTc/s1600/2019-02-24-23-58-08.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca Río Tormes navegable" border="0" data-original-height="827" data-original-width="765" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_GuRyLKVyXe6XbGqpytJVshhEJB0S2vmWuCl72EMlh4ViUoDOWNkElRMthlu1Uz8JoJKagdtI3Q-lfGQHwjww0LZnXWPSRFXxfrhyVjRIvf1Ww65D1pnQxuEmbya9UMJDIBdbOMfVWTc/w592-h640/2019-02-24-23-58-08.jpg" width="592" /></a></div>
<br /></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD726_pHSciuaqPXHMgNuaDh6sAv92XxwlNP1CoANwKLj7HHAZd9xtzICaY5lBh-M-s8m0l1X0k9WH3UE2JRx3YlEOq4bk7SgZh7S-poaj6V70KXonNI4hyphenhyphencq9o9Gu_DDUfM-dt0p_Q5s/s1600/2019-02-24-23-57-38.jpg"><img alt="Eustaquio Almaraz Salamanca estación de metro en la Plaza Mayor" border="0" data-original-height="845" data-original-width="765" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD726_pHSciuaqPXHMgNuaDh6sAv92XxwlNP1CoANwKLj7HHAZd9xtzICaY5lBh-M-s8m0l1X0k9WH3UE2JRx3YlEOq4bk7SgZh7S-poaj6V70KXonNI4hyphenhyphencq9o9Gu_DDUfM-dt0p_Q5s/w578-h640/2019-02-24-23-57-38.jpg" width="578" /></a></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: 12.8px; text-align: center;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: center;"><span style="color: #999999; font-size: x-large;"><i>Fotografías procedentes del archivo virtual de prensa histórica del mcu</i></span></span></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<span style="font-size: x-large;">Quién sabe si al calor del sueño imposible de un Tormes navegable, las niñas con botas, las ciclistas y la tamborilera, encontraron alguna escalerilla de metro por la que escapar, aunque sólo fuera a ratos, del papel que les adjudicaba aquella España encerrada.</span></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<h3 style="text-align: center;">
BIBLIOGRAFÍA </h3>
<br />
<ul>
<li style="text-align: left;"><i>El Adelanto. Diario político de Salamanca:</i> 10 de mayo. 16, 17 de diciembre de <b>1931</b>; 28 de enero, 14 de febrero, 15 de abril, 4, 10, 26 de mayo; 12, 15 de junio; 10, 26 de julio; 5, 7, 16, 29 de octubre; 20 de diciembre de <b>1932</b>; 5, 21, 29 de enero, 5 de febrero; 11 de marzo, 1 de mayo; 15 de junio, 26 de julio, 5, 8 de agosto; 6, 9 de septiembre; de <b>1933</b>; 23 de agosto; 18, 27 de octubre; 31 de enero, 1 de marzo, 10 de abril, 5 de mayo, 17, 30 d e junio, 26 de julio, 18 de agosto, 4 de noviembre, 28 de diciembre de <b>1934; </b>3 de marzo, 7 de abril, 23 de agosto, 5 de octubre, 22 de noviembre; 3, 20 de diciembre de <b>1935</b>; 14, 18,22,23,25,28 de agosto; 1, 5, 15 de septiembre; 12, 29 de octubre de <b>1936</b></li>
<li style="text-align: left;"><a href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000164419" target="_blank"><i>Diversas escenas en Salamanca durante la Guerra Civil</i></a>. [Material gráfico] / Delegación del Estado para Prensa y Propaganda, Sección Información Gráfica, Foto Almaraz, Actualizades Gráficas Cifra ... [et al.] 1936-1939 Biblioteca Nacional.</li>
<li style="text-align: left;"><a href="http://bdh.bne.es/bnesearch/CompleteSearch.do?visor=&text=&field1val=%22Almaraz%2c+Eustaquio%22&showYearItems=&field1Op=AND&numfields=1&exact=on&textH=&advanced=true&field1=autor&completeText=&pageSize=1&pageSizeAbrv=30&pageNumber=2#" target="_blank">Manifestación en Salamanca celebrando la toma de Santander [Material gráfico]</a> / Almaraz, Delegación del Estado para Prensa y Propaganda, Fotografía Autor Almaraz, EustaquioEspaña Delegación del Estado para Prensa y Propaganda</li>
</ul>
</div>
<div align="justify">
<h1 class="valor" style="color: #333333; float: left; font-family: Verdana, "Times New Roman", Times, serif; font-size: 1em; font-weight: normal; margin: 0px; padding: 0px 10px 0px 0px; text-align: left; text-shadow: none; width: 571.766px;">
</h1>
</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Copyleft del texto: Laura M Rivas Arranz <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> Este obra está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported</a>.
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<a href="https://laurarivasarranz.blogspot.com/" target="_blank"><img border="0" data-original-height="100" data-original-width="760" height="84" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheoVZLcb09CHy9pkXdfECrQ6xyeCgE2BYJi1C2mUEaglRHEdJgBtczNV95fDcuHN2l0Jz5KriaHB69c9wWOPpq0q6Cm8tawJ0gvjJP2pBCskjWUrdZFemj3JkQDoj0iCZCUdTY7xS0128/s640/20190318_122049_0001.png" width="640" /></a><span id="goog_2094623334"></span><a href="https://www.blogger.com/"></a><span id="goog_2094623335"></span>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-85548783543384208362018-03-08T00:00:00.001+01:002022-12-12T23:04:52.973+01:00Estamos en huelga feminista<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAlmpWTcsVQtcjta1NBkxtml7VVDVoJveOku4x9JOqX1P3-iqNes_I8eMXWkyhq_o5AsJZPfKPC49cQr2WwPC9sUt7v8nJ7sJ5j4sxeJFE7c0jZbmL-kNKrgJeM4rBSmkyeEzleTlFnhU/s1600/a1-e1519993386484.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Huelga feminista cartel" border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1586" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAlmpWTcsVQtcjta1NBkxtml7VVDVoJveOku4x9JOqX1P3-iqNes_I8eMXWkyhq_o5AsJZPfKPC49cQr2WwPC9sUt7v8nJ7sJ5j4sxeJFE7c0jZbmL-kNKrgJeM4rBSmkyeEzleTlFnhU/w317-h320/a1-e1519993386484.jpg" width="317" /></a></div>
<br />
<br />
Hoy sacamos el mandil a la calle para exigir un <b>reparto justo del trabajo de cuidados </b>y del trabajo doméstico.<br />
<br />
<b>Si todos cuidamos a </b>menores y dependíentes<b>, si todos limpiamos</b> la casa, si todos cocinamos y bajamos al supermercado,<b> todos podremos desarrollar una vida intelectual y laboral satisfactoria</b> y <b>nadie quedará atrapado, esclavizado al mandil. </b><br />
<b><br /></b>
<b>Porque el mandil es de todos.</b><br />
<b><br /></b>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNWZ4qrLa0_RO6AcPFybcMkynU90kWR0A9crxpovPLFwikrk4iNIvovxyT_36UGjmRbLx1TAS4fWsBCP3k7n6W-cQZFZ8qsojh7Kddecwi_vHoDpq_gAWNYLkxlMmYOgIksn8TuKi0bnM/s1600/huelga+feminista+2019.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="cartel 8M" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1440" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNWZ4qrLa0_RO6AcPFybcMkynU90kWR0A9crxpovPLFwikrk4iNIvovxyT_36UGjmRbLx1TAS4fWsBCP3k7n6W-cQZFZ8qsojh7Kddecwi_vHoDpq_gAWNYLkxlMmYOgIksn8TuKi0bnM/w640-h480/huelga+feminista+2019.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">8 de marzo 2019</td></tr>
</tbody></table>
<b><br /></b>
<br />
<b></b><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-ayiTj6EX07tnm9g0TOLVh0Fwep0HtyhAQ8Oiew0y7FFG3BY6oudsn9vtWSuGYYWLdU4x0s_UBU3_cmcH7ZGbjD9AquYwhoVy4JuySYXk6_OUSy36uVSRovHu_Zd7KBxMZYs69vVpltk/s1600/20180308_145031.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="cartel 8M" border="0" data-original-height="1009" data-original-width="1039" height="621" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-ayiTj6EX07tnm9g0TOLVh0Fwep0HtyhAQ8Oiew0y7FFG3BY6oudsn9vtWSuGYYWLdU4x0s_UBU3_cmcH7ZGbjD9AquYwhoVy4JuySYXk6_OUSy36uVSRovHu_Zd7KBxMZYs69vVpltk/w640-h621/20180308_145031.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">8 de marzo 2018</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a><b><br /></b>
<br />
También sacamos el mandil a la calle <b>por nuestras madres, nuestras abuelas</b>, por todas esas mujeres que han dedicado su vida a cuidar y limpiar, a hacer un <b>trabajo muy duro, nada valorado socialmente, </b>mientras nuestros padres y nosotros -sus hijas e hijos- nos desarrollábamos intelectual y laboralmente.<br />
<br />
Sacamos el mandil a la calle para cambiar esta <b>cultura patriarcal que durante siglos ha hecho creer a las mujeres que son ellas las que deben cuidar y limpiar</b>. Una cultura patriarcal <b>que ha enseñado a las mujeres que la maternidad es su camino principal</b><b> de realización y que ser soltera es un fracaso mientras que ser soltero es ser libre.</b> Una cultura patriarcal que ha enseñado al hombre a dominar y a la mujer a someterse. Hoy paramos para gritar al patriarcado que tiene los días contados.<br />
<br />
Hoy paramos para acabar con los feminicidios, violaciones, abusos sexuales, el sexismo. Hoy paramos porque las mujeres queremos salir a la calle de día y de noche sin miedo y con la <b>misma libertad con la que se mueven los hombres</b>.<br />
<br />
Paramos porque mujeres y hombres somos iguales y merecemos la misma valoración tanto social como económica, y el mismo respeto.<br />
<br />
Hoy paramos para cambiar el mundo.<br />
<br />
¿Y tú? ¿paras?<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4TrywoBweKQGEu91pqtY9lEiK17RtXmTQpGB5-utDzPZ7IoTMsEXnQkNKlakp2CcVCM-Jr8ZgX3oNQa6QiZzVbweNxl7eJ4A6lOIorwAfjjlUGAAF_IEEHRucns0YJPHFOksTv9afNng/s1600/8-marzo-dikinson-2-web1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="cartel 8M huelga feminista" border="0" data-original-height="1069" data-original-width="740" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4TrywoBweKQGEu91pqtY9lEiK17RtXmTQpGB5-utDzPZ7IoTMsEXnQkNKlakp2CcVCM-Jr8ZgX3oNQa6QiZzVbweNxl7eJ4A6lOIorwAfjjlUGAAF_IEEHRucns0YJPHFOksTv9afNng/s16000/8-marzo-dikinson-2-web1.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYYVLIbng-wlrknbOqUQXe627xhxMwO-_Lgd7ZZUaNL1DU5Ppd7lzjoZSL9ZKXUzhQH6FQ7UcrgRAqKQnCHVhK0SQEtAhMMuKyRtbZQ588srTxgNchaEkWL91LvntQ1yS25F0-p8qhFJo/s1600/huelga-feminista-8-m.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="cartel 8m" border="0" data-original-height="400" data-original-width="690" height="369" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYYVLIbng-wlrknbOqUQXe627xhxMwO-_Lgd7ZZUaNL1DU5Ppd7lzjoZSL9ZKXUzhQH6FQ7UcrgRAqKQnCHVhK0SQEtAhMMuKyRtbZQ588srTxgNchaEkWL91LvntQ1yS25F0-p8qhFJo/w640-h369/huelga-feminista-8-m.jpg" width="640" /></a></div>
<br />Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-79310437994049507662018-02-08T11:20:00.002+01:002023-02-06T10:43:16.163+01:00La copiosa nevada<h2 style="text-align: justify;">
LA COPIOSA NEVADA</h2>
<div style="text-align: justify;">
Un no sé qué mágico hay en la nieve que nos ilusiona cuando cae. Revolotean los copos, se descongela nuestro atolondrado niño interior, y entre la esperanza y la fascinación nos preguntamos: ¿cuajará? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace muchos, muchos años la nieve cuajaba en Salamanca. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<a name='more'></a><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSse_b3MxmdY177lMyy5timlnpoJLf737WQd9DyZ-g1_HPZ3WbefE8503FBAR0y2-d3s2eyma9FrwF0YQ6Ti08z6cooI3FYgu30KcW7dIOwN6TT33wdEMwJfV7juwPWrVcRZ-JlrIrWGM/s1600/alamedilla.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Nieve en el Parque de la Alamedilla en Salamanca fotografia antigua de Almaraz" border="0" data-original-height="952" data-original-width="936" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSse_b3MxmdY177lMyy5timlnpoJLf737WQd9DyZ-g1_HPZ3WbefE8503FBAR0y2-d3s2eyma9FrwF0YQ6Ti08z6cooI3FYgu30KcW7dIOwN6TT33wdEMwJfV7juwPWrVcRZ-JlrIrWGM/w393-h400/alamedilla.jpg" width="393" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">fotografía obtenida en la web de <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion">Prensa Histórica</a></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las nevadas eran copiosas. <b>La ciudad se cubría de un blanco brillante de medio metro de espesor</b>. Caían sobre Salamanca heladas de diez u once grados bajo cero. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con semejantes rigores invernales no quedaba más remedio que abrigarse, y hacer literatura y buen humor con el parte meteorológico:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
“Hacia España viene con lentitud pero con decisión una ola de frío.<br />
Procede de Alemania (“Made in Germany”) y ayer la disfrutaron los franceses.<br />
Es seca porque viene por tierra firme. No se atreve con el mar y se conforma con helar los estanques, las fuentes y los ríos.<br />
Estamos en las vísperas de una nevada irremediable.<br />
En las oficinas del observatorio meteorológico nos facilitan datos que nos escalofrían:<br />
(…)<br />
—¿Qué diagnóstico del tiempo tienen ustedes?<br />
—Pronóstico grave.<br />
<br /></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
El 9 de febrero de 1902 Salamanca vivía:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
"Una copiosa nevada como no se recuerda otra hace mucho tiempo (…) La temperatura mínima de la noche ha sido 9 grados bajo cero”.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
En 1904, un reportero de <i><b>El Adelanto</b></i> describe para la historia los aconteceres de Salamanca bajo la nieve. Llama la atención cómo se filtra en el retrato el inevitable aburrimiento que, como una maldición, persigue a nuestra ciudad provinciana. Esa sensación de que la animación llega siempre a la solemne y vieja Salamanca de la mano de los forasteros... Hay cosas que no cambian y parecen quedar congeladas en el tiempo aunque no caigan ya las heladas de aquellas épocas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Otras cosas sin embargo se han transformado. <b>La Alamedilla</b> y <b>el Campo san Francisco,</b> que hoy son pleno centro, se citan en el artículo como las afueras de la ciudad. Y es que Salamanca crece, se transforma. Qué más prueba necesitamos que ver cómo la calle María Auxiliadora la hemos alargado y alargado para que llegue a las puertas del Corte Inglés. Pues eso, Salamanca crece…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así describía el reportero de el Adelanto aquella Salamanca nevada.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
“Por la mañana desde bien temprano, la gente, el vecindario todo abrió sus balcones, comenzando a arrojar a la calle grandes masas de nieve que casi los habían obstruido por completo. </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Los comerciantes, las criadas de servicio, las porteras y los porteros hacían lo propio, limpiando los quicios de las puertas y las aceras. </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
El tránsito por éstas se hacía difiícil a pesar de los grandes esfuerzos que los empleados del Municipio por dejar pronto expeditas las de las principales vías de la población.<br />
El día transcurrió triste y la ciudad parecía no dar señales de vida. </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
El aspecto de la población era verdaderamente desolador, pues el comercio y las industrias perdieron mucho en sus intereses a causa de no haber llegado a Salamanca casi ningún forastero de los pueblos de la provincia por el pésimo estado de los caminos, y no salir el vecindario a la calle a hacer sus compras diarias, arreglándose para el día con lo más preciso. </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Donde ofrecía un bonito aspecto la nieve, era en las afueras de la ciudad, especialmente por el Arrabal del Puente, Campo san Francisco, Alamedilla y Rollo. La Plaza Mayor, cubierta por completo en su superficie, en los balcones, cornisas, árboles, asientos y jardines, también presentaba poético golpe de vista. </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Apenas si se veía gente por la calle. Los que más y los que menos acurrucados en la mesa del comedor, ante bien encendido brasero, presenciaban a través de los cristales del balcón la nevada, las operaciones de los barrenderos y los accidentes y caídas de los transeúntes, que tanto por lo inesperadas como por lo cómicas, excitaban la risa…<br />
(…) </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
La temperatura, aunque no tan fría como la del día anterior, favorecía la coagulación de la nieve habiendo sitios en que ésta tenía más de media vara de espesor<br />
(…) </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
LOS ESTUDIANTES<br />
Algunos profesores no asistieron a las clases y los estudiantes ¡claro está! no entraron a ellas. Alguien nos dijo que la cosa sucedió al revés. Los que faltaron fueron los estudiantes.<br />
¡Eso es ya más probable! </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
BATALLAS CAMPALES<br />
A las doce de la mañana, hora en que los chiquillos salieron de las escuelas, se notó cierto movimiento revolucionario entre los imberbes guerreros, formándose en plazuelas y calles aguerridos batallones, que con gran entusiasmo pelearon arrojándose grandes bolas de nieve a las cabezas. </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Algunos terminaron por pegarse de verdad batiéndose cuerpo a cuerpo, y cayendo al suelo envueltos entre la nieve. </blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Varios transeuntes recibieron las caricias de las bolas de nieve, lanzadas por los chicos en el fragor del combate. </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Por la tarde de aquel día sigue nevando y por la noche las bajas temperaturas transforman todo en hielo:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
“delante de nuestra redacción tenemos una gran montaña de hielo que a ratos nos hace creer que estamos en el Polo Norte.<br />
El día no presenta mal aspecto y seguramente que nevará… ¡vaya si nevará!</blockquote>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><br /></td></tr></tbody></table>8<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entre la nieve, <b>nos encontramos nada menos que con</b> <b>don Miguel de Unamuno</b> <b>bajo un paraguas</b>. El 14 de noviembre de 1911 caía una gran nevada sobre Salamanca. Unamuno sale a la calle y tropieza con un reportero de <i>El Adelanto</i>:<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1Qs_VVkEGSOnZ5E5j7nj_WlgFX-Y5qINMnDVtlyJgbbPLleG8d6YvQbTBG_9d6EDD3Z2Fgt2oi6iCizhZltbKfd3TkqBcISlptoeTiwt9ZVTIKGi77KkRmO9KJbEI0mPxdi46wC-zhYg/s1600/unamuno.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="caricatura de Miguel de Unamuno" border="0" data-original-height="326" data-original-width="390" height="333" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1Qs_VVkEGSOnZ5E5j7nj_WlgFX-Y5qINMnDVtlyJgbbPLleG8d6YvQbTBG_9d6EDD3Z2Fgt2oi6iCizhZltbKfd3TkqBcISlptoeTiwt9ZVTIKGi77KkRmO9KJbEI0mPxdi46wC-zhYg/w400-h333/unamuno.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Miguel de Unamuno<br />
obtenida en la web de prensa Histórica</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
“Me he puesto a cavilar sobre la gran nevada que cae (…) He dicho gran nevada, y, ciertamente no es así como se la debe llamar. Don Miguel de Unamuno, con quien acabo de charlar, y a quien acabo de cobijar bajo mi modesto paraguas de a 3,50 me ha dicho:<br />
—Supongo que mañana dirán ustedes que sobre Salamanca cayó ayer una “copiosa” nevada.<br />
—Efectivamente, Don Miguel, mañana diremos que cayó sobre nuestra ciudad una gran nevada…<br />
—¿Cómo “gran” nevada? No, señor. “Copiosa” nevada. Este es el adjetivo que cuadra mejor; es el que deben ustedes usar.<br />
Y como lo ha dicho Don Miguel, maestro a quien yo respeto y en quien yo creo, dejo sentado que fue “copiosa” la nevada.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
El 11 de febrero de 1930, Salamanca vive, bajo un frío intenso, otra copiosa nevada. Cae sin descanso la nieve durante veinticuatro horas seguidas:<br />
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
Calles y plazas ha habido conde la nieve alcanzó más de medio metro de altura, y el estado de las vías publicas —como el de las ferroviarias—era intransitable.</div>
<div style="text-align: left;">
Si como dice el refrán "año de nieves año de bienes" la nevada del domingo, de las más acreditadas en una docena de años a esta parte, va a ser un prólogo, y de ello nos felicitamos, de una cosecha ubérrima</div>
</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
No sé si en lo que queda de invierno caerá en Salamanca alguna nevada. Mejor si no es tan copiosa como las de antes. Una nevada que envuelva la ciudad en magia y entusiasme a los niños y a los que fuimos niños. </div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero por si otro año más la nieve ignora a Salamanca, no deberíamos olvidar lo malo de la magia, de la ilusión y de la nieve: se derriten. Serio peligro de resbalones y caídas. Conviene tenerlo en cuenta. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aparto la mirada de la pantalla del portátil y la dirijo al balcón. Me levanto. Contemplo el cielo. Muy nublado:<br />
<br />
Aunque se derrita, aunque resbale, aunque pisoteada se transforme en feo barro gris, ¿y si nevara?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFzvXNNqangFvb9m7h6Yd7-umn2R_Gn4sQiGoh-VfgU4mzjlCrF_GcCZj9VYJ0kgUajXd3xBYR1ED6cD2r8Mna11x2Rl_cl7e1tqvtqaG0ZuRDVi5pDTVTGxLqny8Gl8wwgoUibpgCLzo/s1600/ni%25C3%25B1os+tormes.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Río Tormes Congelado Se ha candado el río" border="0" data-original-height="1170" data-original-width="1402" height="334" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFzvXNNqangFvb9m7h6Yd7-umn2R_Gn4sQiGoh-VfgU4mzjlCrF_GcCZj9VYJ0kgUajXd3xBYR1ED6cD2r8Mna11x2Rl_cl7e1tqvtqaG0ZuRDVi5pDTVTGxLqny8Gl8wwgoUibpgCLzo/w400-h334/ni%25C3%25B1os+tormes.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografía obtenida en la web de <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion">Prensa Histórica</a></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<br /></div>
<div>
<b>BIBLIOGRAFIA</b></div>
<div>
<br />
<ul>
<li><i>El Adelanto Diario de Salamanca: </i>1 de diciembre de 1904; 14 de noviembre de 1911; 11 de febrero de 1930; 24 de diciembre de 1931; 3, 7, 14, 30 de enero de 1932</li>
<li><i>El Labaro</i>: 9 de febrero de 1902</li>
<li><i>El estudiante. Revista de la juventud escolar española</i>: 1de mayo 1925</li>
</ul>
</div>
Copyleft del texto: Laura M Rivas Arranz <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> Este obra está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported</a>.Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-12289142026491714672017-05-10T22:23:00.005+02:002023-04-22T19:57:14.177+02:00La protección del santo. Por Pilar Tavera Domínguez<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>En diciembre de 1928, <i>Lecturas</i> publica <i>La protección del santo</i> de la escritora salmantina Pilar Tavera.</b> <i>Lecturas</i> es el suplemento literario de <i>El Hogar y la Moda</i>, una revista de enorme éxito en la segunda década del siglo XX.<br />
<br /></div><span><a name='more'></a></span>
<div style="text-align: justify;">
Desde su primer número en junio de 1921, <i>Lecturas</i> se dedica a la publicación de novelas por entregas, novelas cortas, cuentos, alguna comedia íntegra, tiras cómicas artículos de literatura, cine, pintura, escultura.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En sus páginas se publicaron trabajos literarios tanto de autores clásicos como modernos y populares de la época. Se publicaron textos de <b>Pio Baroja, Valle-Inclán, Azorín</b>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><i>La protección del santo </i>es un relato que a primera vista encaja en la definición de cuento de amor. </b>Los cuentos de amor que publicaba <i>Lecturas</i> solían tener protagonista femenina. El argumento hacia referencia a las dificultades que afronta la pareja hasta el feliz triunfo del amor. Eran historias melodramáticas con final feliz. Entre los temas que desarrollaban era frecuente el rechazo a los matrimonios de conveniencia —muy habituales en la sociedad de aquel período— y la defensa del matrimonio basado en el amor.</div>
<div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>El cuento de Tavera se distancia de la generalidad de estos cuentos de amor.</b> <i>La protección del santo </i>lejos de dar el protagonismo a la joven enamorada <b>cede el papel estelar a un personaje masculino y anciano</b>. A su alrededor se mueve un grupo de <b>interesantes personajes secundarios muy bien construidos</b>, entre los que se halla la pareja de enamorados, que son solo unos más del elenco. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El cuento de Pilar Tavera defiende, como otros muchos del período, las uniones basadas en el amor y abomina de las que se crean por interés. Pero Tavera estira un poco más el concepto interés y lo lleva hasta esa <b>necesidad dependiente de la mujer de la época, que debía casarse prácticamente por obligación —enamorada o no— porque no se concebía que una mujer pudiera hacer frente al mundo por sí misma</b>. La joven enamorada del cuento de Pilar Tavera no tiene ningún miedo a enfrentarse sola al mundo. <i>La protección del santo</i> señala la discriminación de la mujer como elemento clave de la proliferación en la época de los matrimonios de conveniencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El tema de <b>la igualdad entre mujeres y hombres</b> se plantea desde el inicio del relato:</div>
<br />
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
<div style="text-align: left;">
—¿Quién podrá ser la rumbosa devota, don Servando? —pregunta, curioso, el sacristán.</div>
<div style="text-align: left;">
—¿Y por qué una devota? ¿No puede ser un devoto fervoroso del santo?</div>
<div style="text-align: left;">
[...]</div>
<div style="text-align: left;">
Cuando el buen canónigo terminó la súplica se dio cuenta de que, sin quererlo, también pensaba que la munífica dádiva venía de manos femeninas, como ya lo había sospechado el herejote de Lucas.</div>
<div style="text-align: left;">
—¡Caramba, caramba! — repitió, lamentándose. — ¡Con qué facilidad se deja uno llevar del pensamiento y qué fácil es admitir una idea sin que haya fundamento alguno! ¿Por qué no puede ser un hombre el que deje el dinero?</div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<i>La protección del santo</i> tiene un referente literario expreso que la autora declara en el texto:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
Recuerda la “dolora” del insigne poeta en otro caso igual: “Para un viejo, una niña siempre tiene el pecho de cristal”.</div>
</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Se refiera al poema <i>¡Quién supiera escribir!</i> De <b>Ramón de Campoamor</b>. Versos que tratan una situación parecida a la del relato de Pilar Tavera: un cura viejo hace de intermediario de una pareja de enamorados.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No sólo el tema del poema, <b>también la ironía, el sarcasmo, el humor que tanto usara Campoamor parece contagiarse al relato de la escritora, alejándolo del melodrama típico de los cuentos de amor.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Un cuento de amor sin final feliz dejaría de ser lo que es, un cuento.</b> Pilar Tavera respeta ese obligado final feliz, pero le da una <b>pincelada de tristeza que confiere mayor profundidad a la historia.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El cuento se sitúa en una “vetusta ciudad de la parda planicie de Castilla”, una <b>Salamanca</b> “de oro bruñido”. La historia da comienzo en la <b>capilla de san Antonio de Padua de esta Catedral Nueva </b>nuestra que se mira en las aguas del <b>Tormes</b>. A lo largo del relato aparecen también el <b>Casino</b>, la <b>Plaza Mayor</b>, el <b>hotel Comercio</b> —exisitió frente a la plazuela de los Bandos—. Se citan <b>las ferias </b>de la ciudad, <b>los universitarios</b> que regresan el uno de octubre.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><i>La protección del Santo</i> es un cuento divertido, irónico, con un punto de sarcasmo,</b> <b>reivindica la igualdad entre mujeres y hombres, y se ambienta en Salamanca. Un cuento que no merece ser pasto del tiempo, del polvo, del olvido</b>.<br />
<br />
Si lo leéis, lo rescatáis. ¡No os lo perdáis!</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<b>BIBLIOGRAFÍA</b></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><i>Lecturas</i></b>. Mª Trinidad Labajo González. Colección Literatura Breve - 11. Consejo Superior de Investigaciones científicas. Madrid 2003 (No menciona a Pilar Tavera, pero hace un estudio muy interesante sobre el contenido de la revista Lecturas)</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<b>AGRADECIMIENTOS</b></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La publicación de <i>La protección de santo</i> en este blog ha sido posible gracias a la amabilidad de Alejandro Tavera García, que generosamente me ha dado a conocer este cuento y ha autorizado su publicación en <i>Historias del cuarto de atrás</i>.</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<h2 style="text-align: center;">
LA PROTECCIÓN DEL SANTO</h2>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLrgwuSY_XgJFX2TWNj_LWM2gfMaFsEcEVce6-0rQ8zUGPkmLyq0JME418X7_u3zferebXIY8QyHgj9e8DdBwNJ8stWNjbdppEEXk7lQF8n2dpNy9opgb7f2diBVHOJNuDmtXxulHihK8/s1600/pro-1%255B5%255D" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Ilustración "La protección del Santo" de Pilar Tavera Domínguez" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLrgwuSY_XgJFX2TWNj_LWM2gfMaFsEcEVce6-0rQ8zUGPkmLyq0JME418X7_u3zferebXIY8QyHgj9e8DdBwNJ8stWNjbdppEEXk7lQF8n2dpNy9opgb7f2diBVHOJNuDmtXxulHihK8/s16000/pro-1%255B5%255D" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
San Antonio bendito, si es verdad</div>
<div style="text-align: center;">
que a las niñas solteras novio das,</div>
<div style="text-align: center;">
dame un novio, San Antonio,</div>
<div style="text-align: center;">
dame un novio, ¡por piedad!</div>
<div style="text-align: center;">
Mira que yo te lo pido</div>
<div style="text-align: center;">
con mucha necesidad.</div>
<div style="text-align: center;">
(De autor desconocido)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En una vetusta ciudad de la parda planicie de Castilla levántase una majestuosa catedral de piedras doradas por el fuego de un sol que, en larga caricia de siglos, les ha ido dejando sus reflejos ardientes. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Corre mansamente a sus pies un río, en cuyas aguas cristalinas mira la catedral, complacida, la esbeltez de sus torres y el brillo inquieto de un rayo de sol que quedó cautivo y admirado entre las agujas de oro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En la inmensidad del espacio se yergue la fina multitud de afiligranados chapiteles, semejando brazos de la Providencia que quisieran mostrar a los mortales el camino del cielo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dentro de esta maravillosa catedral, a lo largo de sus naves espaciosas, se alinean las capillas, de corte severo y elegante, en las que arden constantemente las lámparas de plata que enciende la piedad de los fieles. Pero entre todas ellas destaca una por la riqueza con que está adornada, pregonando muy alto el favor que dispensa a sus devotos el santo que en ella se venera.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esa singular capilla, en la que todas las favorecidas por el santo han ido dejando ricos presentes como testimonio sincero de gratitud, es la del glorioso San Antonio de Padua.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los cuatro cepillos de limosna, de un metro de alto, que están sujetos a la verja de hierro, tienen que ser vaciados muchas veces al mes porque siempre se hallan repletos de limosnas, demostración fehaciente de los muchos favores que el santo concede a quien los pide.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y, verdaderamente, bien necesita el excelso taumaturgo de estas esplendideces de sus favorecidas, pues él, en cambio, se encarga de proporcionar el pan a la viudas pobres de toda la ciudad y de pagar con largueza el internado de más de una docena de huérfanas en un colegio de religiosas que sirven de madres a las tristes desheredadas de la suerte.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cualquiera diría que el santo tendrá que darse buena prisa en conceder favores si quiere atender como es debido a tanta obligación de caridad; pero esto no debe de preocuparle gran cosa al morador de las santas regiones, porque es tanta la fama de los favores dispensados en toda la ciudad y en muchas leguas a la redonda, que no hay muchacha casadera que no acuda implorando su ayuda cuando la solución de un matrimonio en ciernes se hace problemática.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Don Servando Aguirre de la Torre, bondadoso y anciano canónigo ochentón, es el encargado, desde hace años, de decir la misa diaria en la capilla del santo de Padua. Y es tal la inteligencia entre el seráfico habitante del cielo y el bondadoso morador de la tierra, que, repartiendo uno con cara sonriente prebendas de noviazgo y bendiciendo el otro con su mano rugosa matrimonios, se bastan solos para hacer la dicha del elemento joven de la ciudad, que no cesa de acudir a ellos sin dejarles punto de reposo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: center;">
***</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Don Servando, el cepillo del pan de los pobres se halla obstruido y ya no pasan las limosnas — dice una mañana el sacristán, encargado del arreglo y limpieza de la capilla.— Debe de estar lleno otra vez; ya lo miraremos en cuanto termine usted la misa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y al mirarlo no volvieron de su asombro en largo rato, comprobando que el obstáculo que impedía el paso a la humilde calderilla eran cinco aristocráticos billetes de los de cien pesetas…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Quién podrá ser la rumbosa devota, don Servando? —pregunta, curioso, el sacristán.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y por qué una devota? ¿No puede ser un devoto fervoroso del santo?</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Claro que sí!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Entonces, ¿a qué precisar así?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pero, don Servando, eso no es lo corriente.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y a ti qué puede interesarte esto? La curiosidad es un defecto que tiene mucho de pecado.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues, aunque supiéramos quién es la generosa donante que va a remediar tanta necesidad, no creo yo que…</div>
<div style="text-align: justify;">
—San Antonio lo sabe y ya es bastante. ¡Bueno, bueno! No vuelvas a hablar de ello. Después de todo, ¿qué puede interesarnos, si el beneficio es para los pobres y a ellos igual les da una mano que otra?</div>
<div style="text-align: justify;">
—”Hágase el milagro...”, como dice el refrán…</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Lucas! Eres un hereje que por fuerza has de estar siempre en pecado mortal. Márchate ya, porque en tu vida dices una cosa como Dios manda.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mohíno y cabizbajo, se marchó el sacristán; pero en sus ojos se leía la curiosidad y en su actitud el deseo de satisfacerla.</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
***</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Apenas había transcurrido un mes desde el caso relatado cuando otra regia limosna volvió a aparecer en el mismo cepillo de la verja.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Caramba, caramba! — pensó el bueno de don Servando al sacarla. — De importancia debe de ser el favor que se pide y dificilillo de conseguir. ¡Pobre! ¡Qué lejos debe de verlo y qué empeño habrá de tener en conseguirlo!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y arrodillándose a los pies del santo, imploró a su vez:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Concédele a esta alma piadosa lo que te está pidiendo, pues si tan generosamente se porta con tus pobres, bien merece que tú te portes igual con ella. Si lo que pide es justo, como lo suelen ser las peticiones de estas pobres muchachas que vienen a implorarte, no le niegues, santo milagroso, tu valiosa protección.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando el buen canónigo terminó la súplica se dio cuenta de que, sin quererlo, también pensaba que la munífica dádiva venía de manos femeninas, como ya lo había sospechado el herejote de Lucas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Caramba, caramba! — repitió, lamentándose. — ¡Con qué facilidad se deja uno llevar del pensamiento y qué fácil es admitir una idea sin que haya fundamento alguno! ¿Por qué no puede ser un hombre el que deje el dinero? En idéntico caso, los dos pueden comportarse lo mismo. Sea como sea, el santo lo sabe, que es a quien sólo interesa, y sabiéndolo él, ¿a qué meternos nosotros a averiguarlo?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y. Hechos estos razonamientos, procuró olvidar el reiterado incidente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: center;">
***</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lucas, el sacristán, fue el encargado, al mes siguiente, por la misma fecha, de advertir a don Servando que en el cepillo había más billetes; pero esta vez lo hizo contando, alborozado, el gran descubrimiento que acababa de hacer.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Don Servando, ya sé quién echa en el cepillo los billetes de cien pesetas — le dijo, entrando atropelladamente en el despacho, donde el anciano canónigo desayunaba después de la misa.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Habrás sido capaz de espiar al alma generosa que así vela por los intereses de los pobres? ¡Cuando yo digo que eres un hereje acabado…!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Yo le aseguro, don Servando, que fue tan sólo una casualidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No te creo: hombre más curioso que tú no ha nacido en el mundo.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Piense usted lo que quiera, pero escúcheme con atención, porque aun estoy confundido. La que con tanta largueza recompensa al santo el favor recibido o la petición hecha, ¡vaya usted a saber!, es nada menos que la hija de la muy ilustre señora doña Juana Francisca, viuda de Obregón…</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Cómo te atreves a decir que es ella, sin tener seguridad completa?</div>
<div style="text-align: justify;">
—La tengo, don Servando, porque la vieron estos mismos ojos que se ha de comer la tierra. La señorita María Fernanda de Obregón y Carvajal en persona acaba de depositar en el cepillo la renta mensual que le ha señalado a San Antonio, ella sabrá por qué, pues en eso yo no me meto.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Calla, calla, que no puedo creerte!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y por qué no puede creer que sea ella, mi señor don Servando? ¿Quién mejor para ser generosa? ¿No es rica?</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Como pocas!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Entonces, ¿por qué no puede dar el dinero que tiene de sobra? Será un anticipo por algo que desea que nuestro santo le conceda. ¡Como es tan milagroso y para ciertas cosas tiene tan buena mano!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Lucas! ¿Cuándo se te quitará el feo vicio de pecar siempre que hablas? ¿Acaso al santo no se le puede pedir más que eso que tú te figuras?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Claro que sí se le pueden pedir otras cosas. Pero cuando se tienen veinte años, se es mujer y se aspira al matrimonio, yo encuentro muy natural que se recurra al que todos dicen que es abogado de eso.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Lo dicen todos los ignorantes como tú, mal pensado. ¿Qué necesidad tiene de eso la heredera de los Obregones, la muchacha más rica, más buena y más bonita de toda la región? Por cientos cuenta María Fernanda los pretendientes a su mano y por miles se cuentan los que ya ha desdeñado. ¿Lo tienes entendido?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Todo ello es muy cierto, y por eso mi confusión de antes. Pero ¿no puede ser que tenga un millón de pretendientes y que el que a ella le guste no haya llegado todavía? Yo creo que el pensar así no es muy descabellado.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Con lo bonita que es ella y con el dinero que tiene su madre, ¡vamos, que no me cabe en la cabeza! ¡Caramba! Y una estoy por creer que a sólo quiere ser generosa ayudando a San Antonio a sostener sus pobres, pero esas peticiones que tú crees… ni pensarlo siquiera.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
***</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aunque en cierto modo le preocupaban a don Servando esas limosnas tan rumbosas, hacía muy bien en desechar la idea que se le había metido en la cabeza al hereje de Lucas, quien, después de todo, era un buen hombre. ¡La de Obregón con tales peticiones! ¡Bueno estaba el tal Lucas! ¡Ni aunque se lo dijeran a él frailes descalzos lo creería!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A María Fernanda de Obregón le sobraban los novios a montones.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y con razón. Nadie como ella sabía llevar por las clásicas ferias de la ciudad la señoril mantilla española o la manola madroñera andaluza, con la típica peina, bajo la cual lucía perfumados claveles de color luminoso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El auto que la lleva trepida orgulloso de su carga, mientras ella sonríe saludando a todos y muestra al hacerlo sus dientes nacarinos entre el frescor de los labios sangrantes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Todos los hombres, sin distinción de clases, se descubren a su paso, como tan sólo se descubrirían ante la enseña gloriosa de la patria, ¡que es mucha su hermosura para estar depositada en una sola mujer! Los habitantes de la vieja ciudad castellana, cuando hablan a algún forastero, a María Fernanda de Obregón la llaman “nuestra paisana” con el mismo orgullo que se dice “nuestra patria”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nunca hubo un forastero que, después de conocer a Fernandita, no confesase que jamás había contemplado otra mujer que ostentara hermosura tan soberanamente peregrina.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sabiendo esto, como todos lo sabían en la vieja ciudad, ¡a ver si no había para estar confundido como lo estaba ahora el anciano capellán!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y como los regios presentes seguían apareciendo en el cepillo, don Servando pensó que en conciencia él también estaba obligado a hacer algo. En este caso él no sería más que un auxiliar de San Antonio, que se valdría de su persona para repartir mejor sus dones. El santo, como todos los grandes de la tierra, tenía también sus mandatarios y de ellos se valía para ayudarse en sus buenas obras.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así pensando, menudeó las visitas a la casa de Obregón, deseoso de aprovechar la primera coyuntura favorable para ayudar… Pero ¿a quién? No estaba muy seguro de si había de ayudar al bien amado santo o a la desolada muchacha, que tal vez lloraba en silencio un amor imposible.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Llevaba ya bastante tiempo en su observatorio, y todo seguía como antes, sin descubrir el más pequeño indicio que pudiera ponerle sobre pista segura, cuando un día le preguntó al azar doña Juana Francisca:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y la sobrinita de su ama de llaves? ¿Sigue mejor de su dolencia, don Servando?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Muchísimo mejor, señora mía, desde que el doctor Salazar la tomó por su cuenta. ¡Tiene mano de ángel ese hombre!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Como buena persona, sí lo es — afirmó la viuda, convencida. — A mí me trata siempre con mucha atención. No solamente es un pozo de ciencia, como aseguran todos, sino mucho más todavía: es una gran bondad.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Cierto, cierto. Tiene un alma inmensa. ¡Lástima grande que no le dé por casarse, él, que podría hacer feliz a cualquier mujer!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Lástima, sí; pero él no piensa en eso. Cuando se le habla de ello dice que ya tiene a su madre y le basta con ese cariño. ¡Buen hijo es, buen esposo sería!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Quién sabe si no llegará a serlo? — preguntó don Servando, distraído, porque acababa de descubrir una palidez mate, seguida de un vivo rubor, en el rostro hermoso de María Fernanda.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El buen sacerdote la observaba de soslayo, mientras parecía enfrascado en la conversación con la gran dama.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
—El doctor Salazar es de los que estoy segura no se casarán nunca. ¿No le parece a usted, don Servando? — volvió a insistir la viuda.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No se puede aventurar nada en este sentido, mi querida señora. El amor suele llegar callando, cuando menos se espera, y se deja sentir por quien menos se piensa. ¿No te parece, hija mía?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Puede suceder — contesta, toda confusa, la muchacha, con tan visible esfuerzo, que sorprendió a su madre.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Mari! ¿Qué te pasa, que has cambiado de color? ¿Te encuentras mal, niña mía? ¡Dios mío, qué pálida te has puesto! ¡Por fuerza no estás bien!</div>
<div style="text-align: justify;">
—No te preocupes, mamá. Un pequeño dolor de cabeza. ¡Ya pasará!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡A ver si vamos a tener que llamar al doctor Salazar! — pronunció don Servando, entre serio y jocoso. — ¡Ya sabes que tiene buena mano!</div>
<div style="text-align: justify;">
—No hay necesidad. ¡Ya se pasó!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Jesús, Señor! ¡Siempre está una con el alma en un hilo! — lamentó, suspirando, la viuda ante un temor disipado.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Porque quieres, mamá! Te alarmas en seguida sin fundamento alguno.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Tiene razón la niña, doña Juana Francisca. No es para preocuparse por tan poca cosa. Ello no fue nada, y si hubiera sido mucho, con haberme traído al doctor Salazar todo hubiera quedado al momento arreglado. Con un doctor y un cura basta a veces para resolver un problema — terminó, sonriente.</div>
<div style="text-align: justify;">
—En caso de muerte, desde luego, don Servando.</div>
<div style="text-align: justify;">
—O de vida, doña Juana Francisca, o de vida. ¡Quién sabe!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora, adivinando ocultas intenciones en el viejo amigo, es arrebatado el color en el rostro divino de la heredera de los Obregones.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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—¡Caramba, caramba! — dice poco después don Servando, saliendo de casa de la viuda. — Voy a rezar a San Antonio a ver si quiere iluminarme. Porque es el caso que a mí me tiene preocupado ese repentino cambio de color de la intrépida María Fernanda, con sus cambiantes tan marcados a medida que se nombra al doctor. Y me parece… me parece que Paquito Ruiz pierde sin remedio la partida, con todos sus millones, y en cambio San Antonio se la va a dar ganada al bueno del doctor, tan ajeno a estas cosas. ¡Caramba con el santo, qué cosas se le ocurren! Y lo que estoy viendo es que a mí me mete también en el ajo. Pero ¿qué voy a hacer yo, tratándose de cosa suya?… ¡Señor, Señor! ¿Qué hago?</div>
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<br /></div>
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Este gracioso diálogo se lo tuvo consigo mismo don Servando por la mañana de un día luminoso de mayo, en que la ciudad, toda envuelta en los rayos solares, parecía de oro bruñido. Por la tarde del propio día hizo una visita al doctor para darle las gracias por la maravillosa cura de la pequeña Encarna, sobrina de la vieja Mónica, su antigua ama de llaves.</div>
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<br /></div>
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—No tiene que agradecerme nada, mi señor don Servando. Yo también, como usted, tengo mis pobres, a los que doy siempre que puedo limosna de salud. No todos había de llevárselos usted.</div>
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—¿Yo, pobre de mí? ¡Si no fuera por el glorioso San Antonio, que recoge y derrama a manos llenas…!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Buenos devotos debe de tener! Porque los que vienen aquí cuentan y no acaban de las limosnas que usted reparte por mandato suyo. Nos va usted a dejar sin pobres en toda la ciudad a quien poder dar un céntimo.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No se apure. En habiendo algo que repartir, nunca falta un pobre que necesite recoger, aunque sea muy rico de dinero. No siempre es pan lo que se mendiga.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Claro que no; en eso estamos conformes. Pero a aquel que lo posee todo ¿qué se le va a ofrecer?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Todo no lo posee nadie en este mundo. Entre gente opulenta de honores y riquezas hay pobres muy pobres que mendigan a veces limosnas de cariño a quien no se le pasa ni por la imaginación ofrecerla. </div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Vaya! Hoy viene mi viejo amigo un tanto enigmático y no hay manera de comprenderle.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Sin embargo, yo espero que llegará a comprender.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Por qué no, si usted quisiera explicarse mejor?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Observe y mire. Esta es por hoy toda mi explicación. Y ahora me marcho porque me reclaman mis ocupaciones. ¿Se le ofrece algo para casa de la viuda de Obregón, que voy a visitarla porque me pilla al paso hacia mi casa? ¿Nada? Pues hasta otro día en que quiera usted devolverme la visita. Confío en que será pronto porque, sabiendo cuánto me gusta su conservación, no querrá privarme por mucho tiempo de ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡No faltaría más! Hasta muy pronto, en que tendrá usted mi visita y mi conversación, no siempre tan amena como asegura su cumplido.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ya por la calle, iba murmurando el bueno del canónigo:</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Caramba, caramba! El doctor ha bajado los ojos al nombrar a la viuda. ¿Qué ocultaría en ellos? ¿Sorpresa? ¿Regocijo? ¡Vaya usted a saber! ¡Caramba con el santo, qué encarguito me ha hecho! Pero habrá que llegar hasta el fin. ¡Qué remedio queda!</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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Convencido el anciano de que el favorecido con el cariño de María Fernanda era el doctor Salazar, estaba esperando la ofrecida visita, cuando, inesperadamente, se presentó la gentil damita.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Hola, hija mía! ¿Qué te trae por aquí?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Un favor que necesito de usted. Supongo que no tendrá inconveniente en complacerme.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Supones muy bien. Si ello depende de mí, puedes darlo por hecho.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No se figure que vaya a pedirle una enormidad, ¿eh?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Siendo así, dime qué es ello.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Don Servando, usted está equivocado, ¡muy equivocado!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Caramba, niña! Esa afirmación es demasiado rotunda sin que yo sepa aún de qué se trata. Dime primero de qué tengo que defenderme.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Usted, el otro día, cuando me vio confusa y azorada, debió de pensar equivocadamente que…</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Anda, anda! ¿Y es eso lo que te preocupa? ¿Pero quién piensa en ello ya, criatura, al cabo de los días?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Muchos días, sí, pero en ellos no he podido apartar de la imaginación su tonillo burlón, don Servando.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No me cabe la menor duda de que eres en extremo impresionable, ¡y te preocupa cada cosa, que ya, ya!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pero comprenderá que para ello no me falta razón. Habló usted de cierta manera, y sentiría que, confundido, fuera usted a decir a mamá…</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Que quieres al doctor? No soy tan indiscreto.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Don Servando!…</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y que por eso no te gusta ninguno de los zánganos que te pretenden sin lograr conmoverte? Pierde cuidado, que por mí no sabrá nada la muy ilustre dama. Puedes seguir queriéndole a tu sabor sin temor ninguno.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Don Servando!...</div>
<div style="text-align: justify;">
—No me llames, que ya estoy de vuelta.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Por Dios, don Servando! Confunde usted las cosas. Yo nunca he dicho…</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Que le quieres? Pues lo digo yo, y es lo mismo. ¿Que cómo lo he sabido? Recuerda la “dolora” del insigne poeta en otro caso igual: “Para un viejo, una niña siempre tiene el pecho de cristal.” Y por ese cristal he visto yo lo que tú tienes tan escondido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De una sola pieza se quedó la heredera de los Obregones oyendo a don Servando, el viejo amigo de la casa. ¡De bastante cosa servía guardar un secreto de amor en lo más hondo del corazón, pasando fatigas para tenerlo oculto! ¡Oculto! ¡Sí, sí! ¡Buen lince estaba hecho don Servando para no descubrirlo!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vencida y todo, quiso todavía protestar, aunque ya débilmente:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Don Servando, usted hace mal en suponer que yo…!</div>
<div style="text-align: justify;">
—María Fernanda, la insistencia en negar es una afirmación. Vete tranquila, porque saberlo yo es no saberlo nadie. En cuanto a lo demás, no te preocupes: está en buenas manos…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFTFicOh0kiPnUyxKStHEkQq1ANO2B4_YsbJ2V6CKDFb0-VJIGF-3CbVMdoUXIoT9uY9zfggaJNS0iMQIAdzZDWRr_uAeqh4aMLLf1hbzzHOdUJy0p3b3a65-bdtJFoddZsxTxHpohek4/s1600/pro-17%255B6%255D" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Ilustración de "La protección del Santo" de la escritora Pilar Tavera Domínguez" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFTFicOh0kiPnUyxKStHEkQq1ANO2B4_YsbJ2V6CKDFb0-VJIGF-3CbVMdoUXIoT9uY9zfggaJNS0iMQIAdzZDWRr_uAeqh4aMLLf1hbzzHOdUJy0p3b3a65-bdtJFoddZsxTxHpohek4/s16000/pro-17%255B6%255D" /></a></div>
<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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—Se ve y no se cree — pensaba don Servando después de salir la de Obregón.</div>
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<br />
Y era para admirarse, porque en la vieja ciudad todos sabían de sobra que Paco Ruiz bebía los vientos porque María Fernanda pronunciase el sí tan deseado. Mas ella persistía en que ni remotamente pensaba en semejante cosa. Como amigos, bueno; pero de novios, nada: no había que confundir.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y eso que Paco Ruiz no era costal de paja, como suele decirse. Por miles contaba su padre las cabezas de toros bravíos que pastaban a sus anchas en dehesas propias, y millares de ovejas merinas rumiaban los inviernos en los montes extremeños, muchos de ellos también de propiedad suya, mientras buenas partidas de cerdos hocicaban en sus belloteras esperando el cuchillo que quisiera transformarlos en ricos chorizos o en sabrosos perniles de la tierra. Las yeguadas eran incalculables, y aun en todo el campo salmantino no había ningún rentista como él, ni mayor poseedor de títulos y acciones que don Francisco Ruiz de Carvalejo y Anta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Pero, a pesar de todo esto y de mucho más que me callo, la de Obregón seguía erre que erre que no quería casarse.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Es que piensas morirte soltera sabiendo que te quiero yo con estas ansias? — preguntaba el mozo, abrasándose de amores por ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Por ahora no pienso en otra cosa. Más adelante, Dios dirá.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y con esta pequeña y vaga promesa seguía esperando el mozo, confiando en que su constancia acabaría al fin por ablandar aquel pecho de piedra roqueña.</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así las cosas, llegó el primer día de octubre, y con él la grey estudiantil alborotó las calles de la ciudad castellana. Entre ellos llegó este año un muchacho andaluz que, cansado de recorrer todas las universidades españolas, siempre con resultado negativo, venía a cursar a la sombra de las viejas aulas el último año de derecho, al filo justo de los veinticinco de su vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Era, según contaban, el hijo único de un prócer andaluz que había figurado mucho en la política en los últimos años del gabinete liberal. De sus pingües riquezas contaban y no acababan. Desde Mérida para abajo solamente el mar ponía dique a la limitación de sus tierras, dehesas y olivares, y aun así, mar adelante andaban sus mayores riquezas en multitud de barcos de carga y pasaje de lujo, propiedad también suya, que cruzaban las rutas de todos los mares, dejando grandes rendimientos a su afortunado propietario.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Yo no digo que no se aumentara algo el caudal del andaluz, al decir de la gente, pues en cuestión de dinero se tiende siempre a ponderar un poco; pero lo cierto es que el muchacho no se instaló, como tantos de sus camaradas, al abrigo de una condescendiente patrona, sino, por el contrario, en “un hotel a todo lujo”, según frase de sus compañeros de penas y fatigas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y así era en verdad. De las dos mejores habitaciones de que disponía el “Hotel Comercio” fue una para él y otra, inmediata, para sus servidores, pues se permitía hasta el lujo de tener en un hotel servidumbre propia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Lo que se fantaseó sobre este hombre que, de estudiante, se permitía el lujo de un príncipe de raza! ¡No es para dicho!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pepe Toimil y Ponce de León — así se llamaba el andaluz — fue el hombre del día, y en casinos, círculos y bares y hasta en las más humildes casas de huéspedes de tres pesetas, no se habló de otra cosa en mucho tiempo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El propietario del hotel había tenido que contratar un servicio especial con Madrid para que de allí mandaran las cosas más exóticas que el andaluz acostumbraba tomar a diario.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues ¿y el automóvil que le ha mandado su padre para que pasee? — decía alguien bien informado. — No hay por aquí otro igual, y eso que aquí nos gustan los de las mejores marcas. Pero lo que es éste, es soberbio. ¡Es mucho niño ese Pepe Toimil! En este pueblo no cabe la fantasía que se trae.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Paco Ruiz, el rico hacendado de la tierra, tembló al oír tamañas ponderaciones, porque alguien había dicho ya al andaluz, en presencia de él, al hablar de bellezas femeninas:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Ya te presentaremos a nuestras paisanas para que te convenzas de que no tiene tu tierra la exclusiva de las caras bonitas. ¡También por aquí tenemos cosa buena!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Para ti la de Obregón, que ni pintada — aventuró un extremeño que había recibido de ella una docena de enormes calabazas.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Ya me han hablado de ella. Dicen que es de cuidado, como vuestros toros. ¿Cuándo me vais a presentar a esa niña? Porque ya tengo ganas de conocerla. Me han asegurado que es un poco esquiva y que hay un buen mozo que no tiene bastantes para llorar tantos desdenes como de ella ha recibido.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Esperaba, por lo visto, a que llegara un andaluz… — contestó, algo picado, Paco Ruiz.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Acaso no vaya usted muy descaminado, niño — replica el andaluz con cierta petulancia.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues a ella, si se atreve.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Cómo que si me atrevo? Poca cosa me parece para no conseguirla yo, y pienso demostrarlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Poco dicen palabras – desafía el de Ruiz.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Hablarán los hechos.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Eso… cuando lo veamos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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***</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No había transcurrido media hora desde este diálogo, cuando ya en casa de la viuda de Obregón se comentaba el hecho.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La madre de la bella castellana causa de estas contiendas, en medio del disgusto que ellas le producían, no podía menos de sonreír complacida, aunque un poco asustada. ¡La sangre moza es poco reflexiva y a veces es capaz de cometer locuras!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
María Fernanda, en cambio, había torcido el gracioso hociquito en mohín de disgusto, mientras exclamaba, verdaderamente contrariada:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Pero qué afán tienen de traerme y llevarme, si yo no pienso en ninguno de ellos!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y en otro sí, hija mía?</div>
<div style="text-align: justify;">
—En ninguno, mamá; estoy así muy bien.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Bien, sí. Nadie como yo disfruta el placer de tu compañía. Pero, hija mía, es necesario que te decidas por uno u otro, pues ya es tiempo de resolver tu porvenir de una vez.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Tanta prisa te corre deshacerte de mí, que así te impacientas, mamá?</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Prisa en que me abandones? Bien sabes tú que no. Pero yo voy haciéndome vieja, y no quisiera morir sin dejarte casada, para poder pensar tranquila en que no quedas sola y que, teniendo cerca de ti un afecto que te sostiene, se te haga menos intenso el dolor de perderme.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y crees que los que así hablan de mí serían capaces de hacer que olvidara tu muerte?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Olvidarla ya sé que no, pero aminorarla un poco…</div>
<div style="text-align: justify;">
—Ni eso, mamá, aunque te empeñes en aconsejarme.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No, si en eso no pienso aconsejarte nada. Elige por ti sola, libremente. Tienes caudal suficiente para poder escoger el partido que más te plazca, sin que tenga que llevarte a ello el interés, que es la polilla de los matrimonios modernos. Y en esta situación, creo yo que no es difícil decidirte con arreglo a lo que te diga el corazón.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No creas que es tan fácil como te figuras, mamá. Los hombres buenos escasean, y sólo por rico no he de admitir ninguno, porque, como has dicho tú, no necesito para nada el dinero, y querer ir a buscar más sería ofender a Dios gravemente.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Siempre que no se toquen los extremos, niña mía. En todas las cosas las exageraciones son perjudiciales.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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***</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No irían transcurridos ocho días desde que se entablara la rivalidad entre los dos ricos hacendados cuando bajo los porches de la señoril plaza Mayor la vio un día el forastero. ¡Y vaya si le pareció bonita! No era ponderación, no, el decir de los paisanos. La niña valía de verdad. Este bocadito de rey no podía él dejarlo para los insípidos salmantinos, que no sabían conquistar lo bueno. ¡Ya verían ellos cómo se la llevaba de rositas en sus mismas narices!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora, que la niña parecía de cuidado. ¡Con qué arrogancia de augusta emperatriz pasó siempre ante él! Más que arrogancia natural en ella, parecía desafío dirigido a él. Pero ¡valiente cosa se la daban a él estas arrogancias! Torres más altas había visto caer.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pocos días mediaron desde que el andaluz conoció a la beldad de empaque soberano hasta que llegó al palacio de los Obregones la primera misiva de amor, llevada por flamante criado en uniforme de librea.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La contestación fue por demás lacónica:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“Muy agradecida, pero no gusto de sostener relaciones amorosas con nadie.”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Bah! A la niña le gustaba hacerse desear. ¡Ya se rendiría! No se ganó Zamora en una hora…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y fiel a su promesa de conquistarla, todos los días, a la misma hora, su magnífico auto, que delante ostentaba con orgullo una de las mejores marcas y en la portezuela un escudo de nobleza heráldica, pasaba por lo más céntrico de la población llevando sobre sus asientos un rico y artístico ramo de flores de aroma suficiente para perfumar todo el ambiente de la vieja ciudad del saber.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Acompañaba siempre al ramo una misiva amorosa, que no llegó a leerse ningún día porque el portero del señoril palacio, cumpliendo órdenes terminantes de sus señorías contestaba invariablemente:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Dile a tu señor que no se canse. Que la señorita María Fernanda de Obregón no recibe presentes de nadie a quien no haya autorizado para hacerlos. Y ella cree no haber dado lugar a que tu señor se tome la libertad de enviarles ninguno.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Como reguero de pólvora corrió por la ciudad la noticia del recadito del portero, y buen número de conspicuos varones se apresuraron a tomar posición tras los ventanales del aristocrático casino, deseosos de comprobar por sí mismos si la noticia tenía algo de cierta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y vieron con íntima satisfacción – pues les dolía que la perla de la ciudad se la llevara un forastero — que los ramos tan amorosamente enviados volvían intactos por el mismo camino sin haber siquiera merecido la merced de una mirada de la bella pretendida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Bah! — cuentan que dijo el galán desairado al recibir el ramo que ya completaba el ciento de los devueltos. — Esto es una cuestión de amor propio que no tengo por qué sostener por más tiempo. ¿Qué puede importarme a mí esta provinciana cursi y pretenciosa? ¡Mayor desprecio que no volver a ocuparme más de ella! Ahí queda para los gañanes de su tierra y buen provecho les haga — terminó, despechado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Pero sí, sí! Se dice pronto esto. Las ganas de comer se le fueron tras el arranque de desprecio, y las de dormir quisieron hacerles compañía. Hasta que un día exclamó, en un momento de sinceridad, consigo mismo:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Caramba! ¿Qué tendrá esa mujer que así se me ha colado tan corazón adentro?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Inmediatamente pidió a Madrid y a la propia Andalucía cartas de presentación para la noble dama salmantina y, ya con una de bastante eficacia, preparóse el mozo para hacer la visita a la vieja casona de los Obregones, no sin antes haber pedido venia por uno de sus servidores, al que envió a modo de heraldo de arrogante caballero.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Que venga cuando guste — contestó la viuda, — que en esta casa será recibido como merece el enviado de mi mejor amiga, la noble marquesa de Atalaya de Azaba y Fuentes Robles.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En cuanto hubo partido el enviado, la dama ordenó que a toda prisa abrieran el salón del palacio donde se hallaba acumulado el oro, la plata, los tapices y los damascos de muchas generaciones hidalgas, de las que se sentía orgullosa heredera.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y para qué tanto aparato, mamá? — le preguntó su hija admirada de toda esa ostentación de riqueza. — ¿No sería mejor recibirlo sencillamente, si al fin y al cabo no es más que un estudiante de derecho, para nosotras igual que otro cualquiera?</div>
<div style="text-align: justify;">
—No es a él a quien hago estos honores, sino a la marquesa de Atalaya, y al mismo tiempo le demostraré que estamos acostumbrados al buen vivir por estas tierras y no se nos deslumbra tan fácilmente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
***</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hecha ya la anunciada visita, dijo al salir doña Juana Francisca:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Ya sabe que puede usted volver por esta casa cuando guste, en la seguridad de que siempre que lo haga será igualmente bien recibido.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No olvidaré el camino, señora, pues precisamente es el que con más gusto paseo de toda la ciudad — contestó el pollo, ufano, confundiendo el cumplido de la aristocrática dama.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el descanso de la regia escalera, hasta donde bajó a despedirle la gentil heredera de los Obregones, pudo decirle en un discreto aparte:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Cuándo, señora y reina mía, se dignará dar sosiego a este pobre corazón que la adora rendido?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Desista ya de una vez de su empeño, porque yo no pienso casarme — le contestó ella con sequedad.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Acaso piensa hacerse monja?</div>
<div style="text-align: justify;">
—No tendría nada de extraño: muchas de mis ascendientes fueron religiosas.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues, para evitar que usted siga sus pasos, esta misma noche le voy a prender fuego a todos los conventos que hay en la ciudad.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Trabajo le espera: son muchísimos.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No importa. Por usted soy capaz de los mayores imposibles. Dígame qué le estorba, y sobre los hombros me cargo yo el palacio de Anaya y las dos catedrales, y mañana aparecen uno en el teso de la feria y otro en la Chinchibarra para que dejen espacio bastante por donde pueda usted pasear como una reina.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Mejor será que deje usted cada cosa en su sitio y así me gustará más.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Tanto ama usted esta tierra?</div>
<div style="text-align: justify;">
—No sabría sostenerme un solo día en el mundo si mis ojos no la contemplaran de cerca.</div>
<div style="text-align: justify;">
—También hay otras tierras benditas donde el sol luce en todo su esplendor y el aire se llena del perfume de multitud de flores.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Sí; pero no es la mía y no quiero vivirla.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Lo siento, y permítame que lo lamente en alta voz. ¡Mal viaje hice yo a Salamanca!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Aquí sólo se viene a aprender.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues yo tan sólo he aprendido a amar mucho. ¡Quiera Dios que el ambiente no influya desfavorablemente para que no se llegue a olvidar lo que se aprende aquí!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
***</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A los pocos días, una grave dolencia ponía en peligro la vida de la noble viuda de Obregón.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El doctor Salazar, llamado a toda prisa, hacía desesperados esfuerzos para salvarla. La gentil María Fernanda, que no lloraba porque la enferma aun se daba clara cuenta de todo, no podía ocultar en sus ojos negros un brillo de fiebre ni en la punta de sus largas y rizadas pestañas la humedad de las lágrimas que no osaban salir por la fuerza asombrosa de su voluntad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Don Servando llegó de los primeros a prestarle consuelos a la niña. ¡Cómo no! Era un antiguo amigo de la casa y tenía ese deber.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Cómo está hoy? - preguntó una mañana al doctor, que salía con él.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Doña Juana Francisca muchísimo mejor. La que ahora me preocupa es María Fernanda.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Cree usted, doctor, que puede estar amenazada su salud?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Tal vez. Son muchos los días pasados en lucha incesante con la muerte. Debe de estar rendida del esfuerzo hecho y, aunque ahora no lo sienta a causa del temor de perder a su madre, llegará el día en que quiera reaccionar y va a ser ya tarde. Usted, con su autoridad, podría aconsejarle un poco de descanso, si no, esa fatiga puede acarrearle algún mal de cuidado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El sabio y anciano sacerdote le miró un buen rato antes de contestar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y por qué no lo hace usted mismo? — le preguntó al fin. — La ciencia tiene tantos deberes y son tan sagrados como puedan ser los de la religión.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No es lo mismo, don Servando. Usted podría obligarla sin parecer mal.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y usted no, siendo médico?</div>
<div style="text-align: justify;">
—No tengo autoridad ninguna sobre ella y parecería pretencioso querer que atendiera mis ruegos.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Está bien! Volveré y trataré de convencerla.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Gracias, amigo don Servando, gracias.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Gracias? ¿Por qué, si en ello usted no tiene que ver nada?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Es la ciencia la que se las da.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No es poca esa razón si no hay otra mayor. ¿Y adónde se dirige usted ahora, hombre de ciencia? — preguntó el canónigo antes de que el doctor pudiera contestar.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues a ninguna parte, don Servando.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Hombre! ¿Y dónde está ese sitio para ir yo por allí alguna vez a distraerme?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Quiero decir que voy a pasear un poco por ahí, pues no tengo sitio preferido.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Entonces, si le es igual, véngase conmigo hasta mi casa. Tengo una caja repleta de excelentes cigarros y una taza de café superior, y conversación amena, ¡y quién sabe si hasta interesante!, no le faltará.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Usted siempre tan amable, don Servando...</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Ea, pues! Suba, que estamos a la puerta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y un momento después, entre el humo del cigarro puro y el de una taza de café, pregunta don Servando:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—De modo que esa enfermedad sigue por buen camino, ¿eh?</div>
<div style="text-align: justify;">
—No puede ir mejor, en franca mejoría.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Más vale así, porque, si no, el conflicto era grave para esa pobre niña.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Podría resolverlo fácilmente casándose.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y con quién? ¿Sabe usted de alguno a quien ella quisiera confiarle su vida?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pretendientes no le faltan, ¡y no son tan malos como para despreciarlos!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Acaso ella prefiera alguno que no se tenga en tanto.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Qué quiere usted decir? ¿Sabe usted algo?</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Yo? ¡Dios me libre! No me meto nunca en esas cosas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Callaron los dos, y al cabo de un buen rato, don Servando, como si obedeciera a sus propios pensamientos, pregunto a quema ropa:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Por qué no se casa usted, doctor?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Don Servando, no sé qué contestarle, así, de pronto. No era de eso de lo que aquí se hablaba.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Es que yo soy curioso y quisiera saber la razón de ello.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues le contestaré a usted al estilo de nuestros paisanos, los de Valladolid: velay. ¿No es bastante razón?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Tendrá que serlo, si no hay otra.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pero ¿por qué desvía usted así la conversación, mi buen amigo? No hablábamos de mí, sino de ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿De ella? ¿Y quién es ella?</div>
<div style="text-align: justify;">
—La señorita de Obregón. ¿Por qué no habrá admitido al andaluz, siendo tan excelente partido como dicen?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues… velay, amigo mío.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Rieron los dos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—No crea usted: a veces es una contestación que no deja de encerrar su filosofía — repuso el doctor.</div>
<div style="text-align: justify;">
—A veces, sí. Ahora es una de ellas.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Usted sabe algo, don Servando?</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Pse!… Poquita cosa.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Dígame: ¿qué es ello?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Que si alguno, a quien yo conozco mucho, se atreviera a insinuarse un poco, quizá no fuera mal acogido del todo.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y quién es ese afortunado mortal?</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Qué más da? Uno cualquiera, que ni siquiera se habrá dado cuenta de ello… ¡Usted, pongo por caso!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Don Servando!</div>
<div style="text-align: justify;">
—Dotes le sobran para poder aspirar a ello.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Don Servando, por Dios! ¿Se burla usted de mí?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Y hasta podría darle la seguridad de que no sería tan mal acogido como se figura.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Pero, don Servando…!</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Caramba, hombre! Me va usted a gastar el nombre a fuerza de repetirlo. Déjese de tanta admiración, que a casarse tocan.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Yo no pensé nunca…</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y eso qué le hace? Ella pensó por usted, y basta.</div>
<div style="text-align: justify;">
—No acabo de comprenderle a usted, don Servando.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues no hablo en latín, como otras veces, sino en castellano claro y muy claro. Creo que me explico. Que ella quiere al doctor Salazar como no quiso nunca a ninguno, y que ese cariño suyo espera otro cariño, el del doctor Salazar, para ser feliz en la vida. ¿Lo entiende usted ahora?</div>
<div style="text-align: justify;">
—No es que no lo entienda. Lo que a mí no me cabe en la cabeza es una dicha tan grande y tan inesperada.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Mucho más difíciles son los libros de texto y el estudio anatómico de todas las vísceras, con sus nombres enrevesados, que se traban en la lengua al decirlos, y se los aprendió usted, y en la cabeza debe de conservarlos para desesperación de todos los que escuchan sus diagnósticos científicos.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Y sin embargo, don Servando, más sencillo encuentro explicar todo un curso de medicina, con sus nombres enrevesados, que decirle a ella sencillamente que la quiero.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues ello es bien fácil.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Sí, y mucho más aún que ella me conteste: “¿Pero adónde va usted, doctor?… Se confundió, sin duda, de puerta”.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Cómo va a contestar eso? ¿No le he dicho ya que ella le quiere?</div>
<div style="text-align: justify;">
—No puede ser, don Servando… Esto lo digo yo por ahí, y se ríen de mí. ¿Casado yo con María Fernanda de Obregón? Sólo por un milagro del cielo se puede creer.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y quién sabe si tal vez un santo se ha empeñado en protegerle? No lo dude usted mas y cásese con ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pero si yo nunca pensé…</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Dale! ¡Qué tozudo es este hombre!… Si Dios lo ha dispuesto así, hay que obedecer.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pero, don Servando de mi alma, si es que yo no he pensado nunca en eso, porque siempre… siempre pensé en ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Vaya, hombre, acabáramos!… ¿Luego usted la quería?</div>
<div style="text-align: justify;">
—La quería, sí, fuerza es confesarlo. Pero la veía tan alta, tan alta, que…</div>
<div style="text-align: justify;">
—Tan alta, que nada menos viene del cielo la prebenda matrimonial. ¡Ya ve usted si puede recibirla gozoso!…</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿No será todo esto una confusión, ayudada por su buen deseo?</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Y dale! ¡Vaya usted a paseo! ¡Caramba con el hombre éste!… ¡Ah! No deje de encaminar sus pasos hacia la casa de la viuda. Hay muy buen piso y sienta muy bien el aire que por allí se toma.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Gracias por el consejo. Lo necesitaba de verdad. Estoy desorientado y no sabría qué camino seguir. </div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues siga usted todo derecho, y a la vuelta de la primera esquina, métase en la segunda casa. Por si pudiera confundirse, le advierto que tiene un escudo de armas a la puerta que pregona muy alto la nobleza de sus moradores. ¿Queda bien enterado? ¡Válgame Dios con el hombre éste! ¡Hay que sostener una batalla para hacerle feliz! ¡Y ella porfía en decir que es listo! ¡Milagros del amor, que quiere tener doble vista y todos se empeñan en pintarlo ciego!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sonrió el doctor al viejecito y, un si es no es confuso, se marchó después de besarle la mano rugosa, que quería amenazar y sólo bendecía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
***</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Paco Ruiz fue de los primeros en saber la noticia de la boda de la de Obregón, aunque todavía no sabía quién era el afortunado mortal que se la llevaba.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y al descender ella una mañana las centenarias escaleras del atrio catedralicio, se le acercó decidido a disipar las dudas que la noticia despertó en su alma.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—María Fernanda, me han dicho que te casas… ¿Es cierto?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Certísimo, Paco. Aunque me duele decírtelo a ti, que sé que me quisiste de veras.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Y te sigo queriendo. Pero ahora no se trata de eso. Tan sólo una pregunta para quedar tranquilo. ¿Es con el fantasmón del andaluz?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Ni pensarlo siquiera. Con uno de mi tierra. Nunca me gustaron los forasteros.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Puedo saber su nombre?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Es bien sencillo: el doctor Salazar.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Ciertamente. ¿Y qué pudo seducirte de ese hombre tan insignificante?</div>
<div style="text-align: justify;">
—Su misma modestia. Es el único hombre que nunca creyó merecerme, y esto fue bastante para que yo le quisiera.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Dichoso él, que tanto valió sin pretender valer! Es una ciencia — murmuró el mozo con hondo desconsuelo.</div>
<div style="text-align: justify;">
—La de la humildad, tal vez la única ciencia de la vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5pPbQfFXxS0PNMdmruWFYcxTshZqCjWDIRoFztkDoNyXVTVs8CO7ckJNjzrD3o_bn8rt8HFOVnIRxHOSGk9tPai-93o7HRnh_HLkdi-wlclYF08offKlayYof7YZU_HnkTb7Vj3IlwtU/s1600/pro-33%255B4%255D" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Ilustración de "La protección del Santo" de Pilar Tavera Domínguez" border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5pPbQfFXxS0PNMdmruWFYcxTshZqCjWDIRoFztkDoNyXVTVs8CO7ckJNjzrD3o_bn8rt8HFOVnIRxHOSGk9tPai-93o7HRnh_HLkdi-wlclYF08offKlayYof7YZU_HnkTb7Vj3IlwtU/w438-h640/pro-33%255B4%255D" width="438" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
***</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Es una mañana de junio, en que el cielo parece de cristal, como una gran gema engarzada en la inmensidad de lo infinito.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—María Fernanda — pregunta el doctor con intensa emoción en las palabras, — ¿será cierto? No me atrevo a esperar…</div>
<div style="text-align: justify;">
—Y haces perfectamente, porque es cosa muy cansada. Sobre todo cuando la espera es tan larga como ha sido la mía. Yo también prefiero que tú no gustes esas amarguras. Ya las sufrí yo bastante tiempo por los dos.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Mi dulce prometida! ¿Cómo te pagaré tanta ventura?</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Quieres callarte?… No quiero que me pagues. En amor no me gusta saldar cuentas. Prefiero que me seas deudor toda la vida para poder girar a tu cargo en cualquier momento.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pues ya puedes girar fuerte sin temor alguno, que guardo en caja tan gran caudal de cariño para ti, que por mucho que pidas no podrás agotar el fondo de reservas que tengo disponible.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Y pensar — dice ella — que viviste tanto tiempo impasible! Sólo San Antonio es capaz de estos milagros.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Sí, un poco el santo y otro poco también don Servando.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¡Don Servando me ha traicionado! — suspira, mimosa, la damita.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Y a mí me ha hecho el hombre más feliz de la tierra. Váyase lo uno por lo otro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4V6k0RNwKe_l54FBCksK2qp4Vq2q2ooNemEXplpSpas3hIszMNBOSwW_AZVzMx9adtBhuVy1ciniZuMV0THPMsaM-s3exrH2CSGjHS3wYQha6mDMmRzniY7SUtnw0YitBMlr7KqWFDxk/s1600/pro-41_thumb%255B2%255D" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="ilustración de "La protección del Santo" de Pilar Tavera Domínguez" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4V6k0RNwKe_l54FBCksK2qp4Vq2q2ooNemEXplpSpas3hIszMNBOSwW_AZVzMx9adtBhuVy1ciniZuMV0THPMsaM-s3exrH2CSGjHS3wYQha6mDMmRzniY7SUtnw0YitBMlr7KqWFDxk/s16000/pro-41_thumb%255B2%255D" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
***</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pocos días después, en la misma capilla de las espléndidas limosnas, bajo la sonrisa de luz del santo franciscano, el viejo y bondadoso canónigo de la augusta catedral de piedras doradas a fuego de sol levantaba la mano sarmentosa para dejar caer sobre dos juveniles cabezas la bendición con que santificaba el último matrimonio que había de bendecir en la tierra.</div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<b><span style="font-size: large;">© PILAR TAVERA</span></b></div>
<div style="text-align: center;">
Ilustraciones de Opi-Vicén.</div>
<div style="text-align: center;">
Transcripción del texto: Julio Pollino Tamayo</div>
<br />
<br />
<h3 style="text-align: center;">
MÁS INFORMACIÓN SOBRE PILAR TAVERA</h3>
<br />
<ul>
<li><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2016/12/pilar-tavera-dominguez-escritora-de.html"><span style="font-size: large;">Pilar Tavera escritora de novela rosa en los años XX</span></a></li>
</ul>
<br />
<br />
<ul>
<li><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2017/04/nuevos-datos-sobre-la-escritora-pilar.html"><span style="font-size: large;">Nuevos datos sobre la escritora Pilar Tavera</span></a></li>
</ul>
<br />
<br />
<ul>
<li><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2017/04/salamanca-por-pilar-tavera-dominguez.html"><span style="font-size: large;">¡Salamanca! por Pilar Tavera Domínguez</span></a></li>
</ul>
<br />
<br />
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-57644856144191986002017-04-13T00:08:00.002+02:002022-12-12T22:56:26.698+01:00La Torre de la Catedral: Ieronimus en los años veinte<div align="justify">
¿Quién se apunta a viajar a la <b>Salamanca </b>de los años veinte y se sube conmigo a la <b>torre de la catedral</b>? </div>
<div align="justify">
<br /></div><span><a name='more'></a></span><div align="justify"><br /></div>
<div align="justify">
Pues vamos todos a la calle de la Rúa, porque me he enterado de que están a punto de pasar por allí dos redactores de <em>El Adelanto</em> camino de la torre. Nos vamos a colar con ellos sin que nadie se entere.</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Está comenzando el mes de julio. Atardece, pero los rigores del verano charro siguen sin dar tregua. El que tenga mucha sed que coja agua ahora, <b>la escalada a la torre va a ser tan empinada que os prometo que vamos a tocar a María de la O, la campana gorda de la catedral</b>. Pero no os rezaguéis que ahí van ya los dos redactores. Uno lleva cámara y el apellido <b>Gombau</b>, lo que significa que para la posteridad van a quedar pruebas gráficas del ascenso. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Entramos en la catedral, nos recibe <b>el campanero</b>. Un joven con pinta de guasón, que se ofrece a hacer de guía de esta expedición catedralicia. Se llama Nemesio Mesonero. Con ese apellido ya sabemos que además de campanero es <b><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2011/05/salamanca-y-el-mariquelo.html">mariquelo </a></b>por razón de cuna. Por las venas de los Mesonero circula sangre que no conoce el miedo a las alturas. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Empezamos a subir. Ojo dónde ponéis los pies, que <b>estas escaleras de caracol no tienen más luz que la del atardecer que se cuela por troneras y ventanas de los muros</b>. Que nadie se despiste. </div>
<div align="justify"><br /></div>
<div align="justify">
Dejamos atrás el primer piso que es la vivienda familiar del campanero, con envidiables vistas a la torre del Gallo. El redactor de <em>El Adelanto</em> Se ha quedado contemplándola. Con la voz triste pero solemne dice: </div>
<blockquote class="tr_bq">
[...] muestra las heridas sin cicatrizar de su eterna reparación. </blockquote>
<div align="justify">
Tiene alma de poeta este redactor. Pero lleva razón. Se ve a la torre desmejorada.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
En el siguiente rellano está instalada <b>la maquinaria del reloj</b>. La misma maquinaria que, cuando nosotros regresemos al futuro, podremos ver en la torre expuesta pero sin funcionar. Caerá en desuso esta maquinaria cuando el reloj y también las campanas se electrifiquen en los años setenta. Pero hablemos bajo, no vaya a oír el campanero lo de la electrificación de las campanas y se lleve un disgusto innecesario; le encanta su oficio.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Dejamos atrás la maquinaria. Al fondo hay <b>una habitación “cuya pared más exterior constituye la esfera del reloj”. </b></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-D2Bhk-jUdhg/WO1mSznY34I/AAAAAAAAXcg/XHOGT6JVONw/s1600-h/reloj%25255B5%25255D.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="reloj de la catedral" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-X9HmzbFfFZE/WO1mUt7an-I/AAAAAAAAXck/2ovmJsijVZw/s16000/reloj_thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografia de la Biblioteca Virtual de <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion">Prensa Histórica</a> </td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div align="justify">
<br />
A ver, los que estáis mirando la esfera, <b>no os fiéis mucho de la hora</b> que marca ni vayáis a sincronizar vuestros relojes. Acabamos de adentrarnos en el punto más elevado y culminante de la república horaria independiente de Salamanca. Ni más ni menos.<br />
<br />
<b>Hasta casi las dos primeras décadas del siglo XX, Salamanca tiene su propio huso horario.</b></div>
<div align="justify">
<br />
<br /></div>
<div align="justify">
El reloj de la catedral, por su enclave y posición elevada, marca los ritmos de los salmantinos, determina “<b>la Hora de Salamanca</b>”. Pero esta “Hora de Salamanca”, <b>“la Hora de la Catedral”</b>, <b>tiene una peculiaridad: mantiene con altanería y orgullo veinticinco minutos de retraso respecto al horario oficial</b>. Es mucha torre nuestra torre de la Catedral. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
El horario oficial lo marcan el reloj de la Plaza Mayor y el de la estación de trenes, que siguen disciplinados el horario de Greenwich, el de Londres. La desgracia franquista aún no se ha abatido sobre España y la península todavía no ha caído presa de los horarios de Berlín. </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Cuando llegaba un forastero a Salamanca una de las primeras cosas que teníamos que advertirle era la diversidad de “horas”. “Hora” del Ayuntamiento, “hora” constitucional y la “hora” de la Catedral, obscurantista, reaccionaria, clerical, legendaria”</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Por la hora oficial, la del reloj de la plaza Mayor, la de Londres, la de Greenwich sólo se regían los trenes, la oficina de telégrafos y los charros que tenían que coger un tren o poner un telegrama. El resto de la ciudad se regía por la hora de la Catedral. </div>
<blockquote>
<div align="justify">
[…] La hora de la Catedral, la hora eclesiástica, veinticinco minutos atrasada de los relojes civiles y militares…</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
¡Hola eclesiástica!… Yo la llamaría hora universitaria, hora del trabajo, hora salmantina.Con muy buen acuerdo en la Universidad e Instituto se vive a la hora local.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
La clase trabajadora se rige en sus medio-días, en sus anocheceres, en sus amaneceres, por la hora que marca el sol, no en el meridiano de Greenwich, sino en el de Salamanca. Decirle a un obrero que entre en el trabajo, porque hace media hora que amaneció en Londres, me parece, por muy oficial que sea, el colmo de la insensatez en materia de horarios. Hacerle a un obrero salmantino que coma media hora antes de su medio-día, del medio día que siente su organismo, porque… ya han comido en Greenwich o en San Petersburgo, será muy europeo, muy oficial, pero es… estropear el estómago.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Cuando nos marque la Gaceta Oficial Horaria que debemos encender las luces por las tardes, porque se ha puesto el sol en la ciudad del Támesis, todavía nos quedan cuarenta minutos de sol aquí, a las orillas del Tormes. </div>
<div align="justify">
[…] </div>
<div align="justify">
¡Que nos traigan todos los progresos científicos del mundo, pero que no nos quiten hasta la hora en que uno vive </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
El sol será aquí todo lo provinciano, todo lo eclesiástico, todo lo viejo que se quiera, en Salamanca </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
¡Pero parece que es más nuestra la hora que él nos da!</div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
El reloj de la catedral marcaba la hora local, diferente a la oficial y tan extendida que en la prensa de la época aparecen multitud de esquelas, anuncios de actos diversos, que al fijar la hora del funeral o de la actividad que se tratase especificaban: hora de la catedral </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-Q__LQLsRR_4/WO1mV4wMoMI/AAAAAAAAXco/A3UuiUYk9i0/s1600-h/hora%252520de%252520la%252520catedral%252520paraninfo%252520adelanto%25252017%252520nov%2525201913%25255B4%25255D.jpg"><img alt="hora de la catedral paraninfo adelanto 17 nov 1913" border="0" height="140" src="https://lh3.googleusercontent.com/-mKTDtB-YlFA/WO1mXZ7KxuI/AAAAAAAAXcs/GF1r8OQjf0g/hora%252520de%252520la%252520catedral%252520paraninfo%252520adelanto%25252017%252520nov%2525201913_thumb%25255B2%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-color: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-style: initial; border-top: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="hora de la catedral paraninfo adelanto 17 nov 1913" width="396" /></a> </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-sFnhAW-S4gs/WO1mY0UkOeI/AAAAAAAAXcw/nIS4wjkp7GQ/s1600-h/hora%252520de%252520la%252520catedral%252520juventud%252520excurisonista%252520adelanto%25252025%2525205%2525201912%25255B5%25255D.jpg"><img alt="hora de la catedral juventud excurisonista adelanto 25 5 1912" border="0" height="205" src="https://lh3.googleusercontent.com/-XTAecmNOZeQ/WO1maflUT_I/AAAAAAAAXc0/m5f8cJmhmUw/hora%252520de%252520la%252520catedral%252520juventud%252520excurisonista%252520adelanto%25252025%2525205%2525201912_thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-color: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-style: initial; border-top: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="hora de la catedral juventud excurisonista adelanto 25 5 1912" width="354" /></a> </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-EfFmH2-UNR8/WO1mbuHj0PI/AAAAAAAAXc4/Zbr9HhaOFdg/s1600-h/hora%252520de%252520la%252520catedral%252520ateneo%252520Libertad%25252024%252520abril%2525201913%25255B3%25255D.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="hora de la catedral ateneo Libertad 24 abril 1913" border="0" height="278" src="https://lh3.googleusercontent.com/-Kx2CM2Cik3w/WO1mcy9dIiI/AAAAAAAAXc8/2ytXvL9HbFE/hora%252520de%252520la%252520catedral%252520ateneo%252520Libertad%25252024%252520abril%2525201913_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="hora de la catedral ateneo Libertad 24 abril 1913" width="331" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografias de la Biblioteca Virtual de <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion" style="font-size: 12.8px;">Prensa Histórica</a><span style="font-size: 12.8px;"> </span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Salamana gozó de un huso horario propio. Una hora local. Gozó de una armonía con el sol custodiada por la Hora de la Catedral marcada desde lo alto de la torre. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Muchas fueron las protestas pero <b>al final la ciudad del Tormes tuvo que separarse veinticinco minutos del sol y acostumbrarse a vivir al ritmo oficial de la ciudad del Támesis.</b> Luego llegó Franco y se llevó a España entera aún más lejos del sol… Pero ésa es otra historia. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Nos hemos distraído tanto con el reloj que el campanero, el reportero y el fotógrafo se nos han ido y suben ya rumbo al patio de las campanas. Oigo al reportero quejarse de cansancio. Ha contado doscientos setenta escalones para llegar hasta allí. Vamos con ellos sin hacer mucho ruido, que el campanero está contando <b>una historia del patio de las campanas</b>: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Aquí hacemos la vida nosotros en este tiempo y nos acompañan todas las tardes estudiantes y profesores que leen, en tanto que yo voy haciendo sonar las campanas al paso que desfilan las horas.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
El reportero del Adelanto tras escuchar las palabras del campanero mira alrededor: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Es agradable permanecer en este lugar.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Abierto a todos los vientos, a unos setenta metros de altura y resguardado del sol, en sus rincones frescos, pasan las tardes del estío, con una temperatura primaveral que para sí quisieran todos nuestros puertos del Norte.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
<b>Quién iba a decir que a setenta metros sobre el suelo, entre vientos, sones de campanas y lecturas de libros, el calor tedioso del verano salmantino se rinde la frescura atlántica de una torre</b>. <br />
<br /></div>
<div align="justify">
El campanero señala las paredes a su alrededor: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
[...]los visitantes dejan grabados en las piedras nombres y más nombres. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Sobre los ventanales del campanario cada campana lleva también el suyo. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Todas han sido bautizadas solemnemente y tienen, es decir, tuvieron, su madrina. Ahí tiene usted esa primera se llama San Miguel; la otra San Francisco; la que sigue, San Diego; la de más allá de los Muertos... </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
El nombre de esta campana explica por si sólo su misión. Se toca únicamente cuando en la Catedral hay que doblar por la defunción de alguna dignidad.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
La Santa Bárbara, la Santa María, los dos Feriales, las Chilejas o Pascualejas...</div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
<b>Asediados por todos esos nombres de gente que ya no está, por todas esas campanas que no tienen ya a sus madrinas, y con la angustia todavía en los pulmones de subir escaleras tan enrevesadas, cuesta recuperar el aliento</b>. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
El primero que se sobrepone es el fotógrafo, que tiene prisa por tomar una instantánea de la ciudad desde lo más alto de la torre. Hay que seguir subiendo:</div>
<blockquote>
<div align="justify">
Alcanzamos la rotonda en una de cuyas paredes se abre el ventanal que da cabida al monstruo de acero. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
“María de la O”, la campana que desde pequeñitos constituyó nuestra obsesión y asombro, se pone al alcance de nuestras manos. Un golpecito en su casco inmenso de acero, produce vibraciones argentinas que duran y se prolongan durante largo rato. El golpe dado con el badajo, hace retemblar la armadura de la balaustrada que rodeando la pared, permite dar la vuelta a la rotonda. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
En el centro se abre el pozo que da al patio de campanas, que queda muy por debajo de nuestros pies.</div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
Impresiona esta balaustrada interior alrededor de un vació con el patio de campanas en lo más hondo. E impresiona la silueta de<b> María de la O</b> recortada en el horizonte. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-fUufOcBMCVc/WO1meiNQODI/AAAAAAAAXdA/JCLUWNwm8bY/s1600-h/maria%252520de%252520la%252520o%25255B5%25255D.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="maria de la o Campana Catedral de Salamanca" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-LDpKQIsLVeY/WO1mgTFNDkI/AAAAAAAAXdE/4tdPDMWGxNM/s16000/maria%252520de%252520la%252520o_thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografia de la Biblioteca Virtual de <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion" style="font-size: 12.8px;">Prensa Histórica</a><span style="font-size: 12.8px;"> </span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div align="justify">
<br />
<br />
Mientras el fotógrafo hace su trabajo, el campanero y el redactor hablan de <b>un rayo que cayó en la t</b><b>orre el 2 de mayo de 1705</b>:</div>
<blockquote>
<div align="justify">
prendió fuego al campanario y arrojó a la calle la campana del reloj.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Hablan del<b> terremoto de<a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2011/05/salamanca-y-el-mariquelo.html"> Lisboa de 1755</a>: </b></div>
<blockquote>
<div align="justify">
que obligó a apuntalar la torre y a reforzar su base haciendo perder esbeltez a este inmenso obelisco en cuya punta casi nos encontramos.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Hablan de <b>un incendio acaecido el 5 de julio de 1900: </b></div>
<blockquote>
<div align="justify">
Serían las siete de la tarde cuando algunas personas se fijaron en que de la torre de la Catedral y del piso de las campana denominada María de la O, surgía una columna de humo que por momentos se agrandaba, hasta envolver en sus sombras toda la parte superior de la torre. </div>
<div align="justify">
[…] </div>
<div align="justify">
Instantáneamente, Salamanca entera supo que su iglesia mayor corría peligro y breves minutos bastaron para que toda la ciudad acudiera al sitio del peligro y se tratara de comenzar los trabajos de salvamento. </div>
<div align="justify">
[…] </div>
<div align="justify">
después de dos horas de lucha heroica por parte de los obreros en las que mil veces pudieron perder la vida, logróse dominar el fuego, sin que pasara del campanario interior. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Desde abajo, el espectáculo era imponente y trágicamente hermoso. Llamas enormes surgiendo por todos los huecos de la torre la iluminaban fantásticamente y la prestaban aspecto semianimado; algunos hombres, semejando pigmeos, luchando arriba contra el siniestro, cubos de agua subidos por cuerdas a altura grandísima y que sólo para evidenciar la buena voluntad de todos podían servir, y abajo, en la sombra, Salamanca entera contemplando ansiosa la tremenda lucha. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
A la diez, el fuego se dominó, y aunque no apagado completamente, dejó de constituir peligro serio.</div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
La animada conversación entre el redactor y el campanero se centra ahora en María de la O. Ambos la miran. Afirma el campanero: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
María de la O fue subida con maromas de seda, únicas capaces de soportar las cuatrocientas arrobas que pesa. </div>
</blockquote>
<div align="justify">
Con la entonación de los secretos manifiesta que cree se conservan todavía las maromas de seda... <br />
<br /></div>
<div align="justify">
El fotógrafo interrumpe la charla. Insiste en subir un piso más.<br />
<br />
Subimos con ellos. <br />
<br /></div>
<div align="justify">
Alcanzamos <b>el pasillo de las cuatro veletas.</b> Se llama así porque las cuatro agujas que se alzan en los ángulos de la balaustrada están coronadas cada una por una veleta. Desde aquí capta el fotógrafo su ansiada vista general de la ciudad. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-EFgaZM4fpAg/WO1miOjzGqI/AAAAAAAAXdI/HFpIGsXA_j0/s1600-h/panoramica%252520salamanca%25255B5%25255D.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="panoramica salamanca desde la torre de la Catedral" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-pW-_m61Xu6M/WO1mjsyTeGI/AAAAAAAAXdM/HQjog4eTUD0/s16000/panoramica%252520salamanca_thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografia de la Biblioteca Virtual de <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion" style="font-size: 12.8px;">Prensa Histórica</a><span style="font-size: 12.8px;"> </span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
A 80 metros o más sobre el suelo, el redactor poeta capta también su fotografía: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
A nuestros pies, apoyado sobre la balaustrada de piedra que por el exterior rodea la torre, la ciudad, inmensa desde estas alturas, yergue las agujas de sus campanarios, muestra la policromada urdimbre de los techos, dibuja las tortuosidades de sus calles, en un horizonte limpio e infinito. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
A nuestras espaldas, el Tormes parece lamer los cimientos de la Torre, y los arrabales están a punto de ser alcanzados con la mano.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
<b>Es hora de descender. De pisar suelo y abandonar el refugio de la torre</b>. Lo hacemos en silencio, prestando atención a las escaleras de caracol. En la plaza de Anaya, el reloj de la torre nos despide. Se hace tarde, aquí abajo vuelve a hacer mucho calor, ya no se mueve el viento y mañana nos espera otro día difícil...</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
El campanero ha desaparecido en el interior de la torre. El redactor y el fotógrafo se alejan Rúa adelante. <br />
<br />
<b>BIBLIOGRAFIA</b><br />
<ul>
<li><i>Historia de la ciudad de Salamanca</i>. Bernardo Dorado</li>
<li><i>El Lábaro: diario independiente</i>: 6 de julio de 1900, 2 de diciembre de 1901, 18 de abril de 1905, 19 de septiembre de 1906, </li>
<li><i>El Salmantino periódico semanal:</i> 17 de abril de 1918 abril </li>
<li><i>El Adelanto</i>: 25 de mayor de 1912, 17 de noviembre de 1913, 11 de julio de 1926</li>
<li><i>Libertad</i>: 24 de abril de 1913, </li>
</ul>
</div>
Copyleft del texto: Laura M Rivas Arranz <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> Este obra está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported</a>.Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-64956829324110014582017-04-03T23:10:00.006+02:002023-04-22T19:56:20.285+02:00¡Salamanca! Por Pilar Tavera Domínguez<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
En 1933 Pilar Tavera
escribe el artículo <i><b>Salamanca </b></i>para la revista <i>Helmántica</i>,
publicación editada mensualmente en Argentina por el Órgano del Círculo de Salamanca,
Social, Cultural y Deportivo.<span><a name='more'></a></span><div>Los españoles que habían emigrado a
Buenos Aires habían constituido asociaciones, para ayudarse a
superar momentos tan difíciles en tierra extranjera. El círculo de
Salamanca fue una de aquellas asociaciones.
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
</tbody></table>
<div style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-JkiiRrQTedE/WODA-pKFEqI/AAAAAAAAXYs/EygvwC7f4mAJjosL7pnzwTYHIw2Y4Fd2wCPcB/s1600/helmantica%2Bportada.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="portada revista Helmantica" border="0" height="640" src="https://4.bp.blogspot.com/-JkiiRrQTedE/WODA-pKFEqI/AAAAAAAAXYs/EygvwC7f4mAJjosL7pnzwTYHIw2Y4Fd2wCPcB/w448-h640/helmantica%2Bportada.jpg" title="Texto Salamanca de Pilar Tavera" width="448" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Portada del ejemplar de la revista Helmántica. nº68 de mayo-junio de 1933 donde aparece el texto de Pilar Tavera.<br />
Archivo de Alejandro Tavera García</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
El texto que envía
la escritora a tierras argentinas está dominado por la hipérbole
más cariñosa y apasionada, muy en consonancia con el amor y la
nostalgia que explota en el corazón de todo el que ha dejado su casa
a kilómetros y años de distancia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el texto, Pilar
Tavera recorre las distintas calles de la ciudad, señalando sus
rincones más emblemáticos, <b>La escritora recrea para sus lectores de
argentina la luz, los colores, el silencio y los sonidos de
Salamanca</b>. Pellizca el corazón de aquellos charros que están lejos
haciendo un hueco entre la monumentalidad artística para que miren
la hora en el reloj de la catedral, y para informarles además de pequeñas
anécdotas como que las campanas del convento de las Madres de Dios
en la calle Compañía han dejado de sonar.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Pilar Tavera inicia
su elogio a Salamanca nombrándola <i>Ciudad de la luz</i></b>. Ni más ni
menos. Desde esa premisa la escritora recorre una Salamanca
envuelta primero en la oscuridad de la noche pero que termina
desprendiendo al sol brillos deslumbrantes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El artículo <i><b>¡Salamanca!</b></i> que se reproduce a continuación ha sido recuperado
por Alejandro Tavera García, al que quiero agradecer
que tan amablemente haya permitido la publicación del texto en <i>Historias del cuarto de atrás</i>.
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSZwtxp-R0OA6EvXiBmD1HSd9Z49aIJZo1wKt9722JMwZaufp2aIPFMjHRBNQ1pRge3UFge71BU1f7DDMxHwSLBg86nnNME6f6Twj3zAmvcV99-OnY_TtnN28GykJnHXC6iDoKEmhTDqg/s1600/2017-04-03-21-26-15.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="título impreso ¡Salamanca!" border="0" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSZwtxp-R0OA6EvXiBmD1HSd9Z49aIJZo1wKt9722JMwZaufp2aIPFMjHRBNQ1pRge3UFge71BU1f7DDMxHwSLBg86nnNME6f6Twj3zAmvcV99-OnY_TtnN28GykJnHXC6iDoKEmhTDqg/w640-h218/2017-04-03-21-26-15.jpg" title="Pilar Tavera" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<h2 style="text-align: center;">
¡SALAMANCA!</h2>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
Con un saludo cariñoso para todos los salmantinos que tan alto han sabido poner el nombre de la patria chica en tierras argentinas.</div>
<br />
Sánchez Rojas, en una crónica admirable, llamó a Sevilla la Ciudad de la gracia. Yo me atrevo a decir que Salamanca es la Ciudad de la luz. Por ello hemos de entrar con devoción en ella; más que ciudad es un joyel, un grande y augusto relicario dispuesto para la gran fiesta del espíritu.<br />
<br />
Merece la pena de abandonar la vida frívola e insustancial del siglo y entrarse a placer por estas calles silenciosas de las Úrsulas, Bordadores, plaza minúscula de Santa Teresa con su casa conventual. Libreros, Compañía, donde aún parece sentirse el revolar gracioso de las capas airosas de los estudiantes de antaño, a cuya cabeza se adivina la figura pícara de Don Félix de Montemar; en las que todavía flota el silencio de los pasados siglos mudos testigos de estas vidas que siguen habitándolas, sencillas, buenas, austeras, llenas de místicos fervores como bañadas en este ambiente de blanca quietud conventual.<br />
<br />
¿Quién no se ha sentido algo poeta, algo alado, algo irreal, al contemplar la fachada admirable de la Universidad, que es un prodigio y un encanto para los ojos que no se cansan de mirar, porque para ellos, en hermandad con el espíritu, esta contemplación resulta una fiesta de luz?<br />
<br />
Pocos pasos bastan para sentir el hechizo de esta ciudad de maravilla que apenas gustada, despierta el interés y arrastra los cuerpos en divino peregrinaje de arte y pone exaltación en los espíritus haciéndolos sentir la emoción intensa del momento.<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
II</div>
<br />
Es de noche, y reposa tranquila la severa ciudad hija de otras centurias.<br />
<br />
Solo vigila la pupila encendida del reloj de la torre de la Catedral que se levanta austera y llena de prestanza dominándolo todo como cobijándolo con su sombra augusta y protectora para ofrecer, a los mortales un símbolo de su alta misión espiritual.<br />
<br />
<br />
<br />
En frente de ella, la calle de la Rúa recta, derecha como un flechazo clavado en la puerta milenaria de San Martín. A su izquierda, la divina maravilla de la casa de las Conchas, con la forja preciosa de sus rejas y sus piedras talladas, argentea bañada por la luz de la luna.<br />
<br />
Suenan las doce y en el silencio augusto de la noche se espera escuchar como en cercanos tiempos, la voz de plata y cristal de la campana de las Madres de Dios, de las .Úsulas, llamando a las hermanas a los rezos litúrgicos, cuando el sonido se difundía argentino en el aire limpio y purificado de la noche, sobre el que vierten rosas de oro las estrellas que centellean vigilantes como centinelas, de un sueño de inmortal grandeza.<br />
<br />
Mas las campanas de las madres no suenan ya en el silencio de la noche, hace algún tiempo calló su voz que decía de misticismos y fervores, pero de cerca aun se puede escuchar la campanita interior que llama a las hermanas a la oración y el espíritu se abandona seguro y confiado en la paz de la noche, bajo el encanto mágico de la música evocadora que ha dejado en el aire el dulce tañir de la campana conventual que es como incienso santo que ha subido a lo alto convertido en sonidos, mientras el Tormes canta su eterna canción de amor a la Ciudad, a cuyos pies se desliza espejeante como cinta de plata mientras vela el sueño de sultana de la Ciudad que duerme.<br />
<br />
Salamanca sobre todo es creyente.<br />
<br />
Lo pregona el reposo doliente de sus antiguas calles de patriarcal ancianidad por todos respetada, la voz nostálgica de sus campanas, el sosiego religioso de sus Iglesias y conventos, de los que fluye una gran sinfonía de misticismo, de fe y renunciación, de dulzura y de paz.<br />
<br />
Nunca fue avara de sus muchos tesoros: por el contrario los muestra al forastero con franca sencillez, con la sencilla franqueza de lo realmente grande y una grata sorpresa aguarda al visitante al penetrar en ella, pues puede estar seguro que un escudo, una reja o una bellísima portada han de saludarlo en cada paso.<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
III</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
Va amaneciendo.<br />
<br />
Ya cantó el primer gallo.<br />
<br />
No tarda el sol en envolver las esbeltas torres de la Catedral y Clerecía en la caricia gloriosa de sus rayos de oro y María de la O. derramará sobre la ciudad, dormida ahora, el blando rocío de las notas del “Angelus”. Y si la noche ha sido pródiga e intensa en emociones a la suave luz del sol naciente se siente como un embrujamiento, como un fuerte hechizo que cautiva, que exalta hasta hacer exclamar: ¡Qué encanto de ciudad! ¡Qué maravilla!<br />
<br />
Y es natural la exclamación, porque se siente como un deslumbramiento contemplándola en ésta hora limpia y purificada de la mañana bajo la luz cegadora de este sol de Castilla que ha sabido dorar con su fuego las piedras veneradas de estas majestuosas catedrales, de estas magníficas Iglesias ricas en obras de arte de las que guardan incontables tesoros.<br />
<br />
¿Dónde habrá goce que pueda igualar al goce espiritual que se siente al contemplar estos bellos palacios, sobre cuyas fachadas ostentan los artísticos blasones de tallada piedra, de augusta ancianidad que tan alto pregona su glorioso pasado?<br />
<br />
Ven, visitante peregrino del arte; detente a contemplarla y sobre todo entre en ella poseído de santa devoción. Es rico joyel santo y augusto relicario. El sol potente de Castilla enamorado de ella ha dorado una a una sus piedras milenarias, estas piedras labradas a golpe de cincel por un mago hechicero -que esto no puede ser cosa de hombres- y doradas a fuego de sol por mandado del cielo. Y así es oro toda ella, pero oro de ley que ciega, que deslumbra, que abrasa el espíritu con dulce sensación, que hace sentir el placer brujo de se encanto, que embriaga como el vino añejo y como él conforta y fortifica.<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
IV</div>
<br />
Ya salió el sol y bajo la cálida caricia de sus llamas palpita el corazón de la Ciudad en tantos majestuosos edificios agrupados en ella con cariño de hermanos a los que la ancianidad une más.<br />
<br />
Las altas torres parecen protegidas con santo amor de fe y de religión, mostrando a los mortales altas y derechas el camino a seguir. Entre ellas maravillosa la sutil crestería del palacio de Monterrey, brilla esmaltada por el oro del sol recortándose airosa sobre el azul del cielo hiriendo los ojos abrasados como castillo de fuegos de artificios.<br />
<br />
¡Qué bella es Salamanca!<br />
<br />
Si yo fuera poeta, haría una estrofa toda blanca y rosada llena de perfume y poesía como ésta estampa dorada de retablo evangélico que eres tú. ¡Oh, Salamanca!<br />
<br />
Pero sobre todo y ante todo para entrar en ti bella ciudad, cerraría los ojos de la materia a toda mirada exterior para dejar en par en par abiertas las puertas del espíritu y después toda recogida, callada, dejaría que en todos mis sentidos penetrara tu luz, haciendo callar todo en derredor como aquel visitante que un día, casi violento mandó callar al guía mientras decía con unción:<br />
<br />
¿Pero es que ésto necesita explicación?<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<b><span style="font-size: large;">Pilar Tavera Domínguez</span> </b></div>
<div style="text-align: center;">
Salamanca y Mayo de 1933</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
Transcripción del artículo: Julio Pollino Tamayo</div>
<br />
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<u>BIBLIOGRAFÍA</u>:<br />
<br />
El asociacionismo en la emigración española a América. Juan Andrés Blanco Rodríguez. UNED Zamora, Junta de Castilla y León. 2008</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-size: large;">MÁS INFORMACIÓN SOBRE LA ESCRITORA</span></b></div><div style="text-align: left;"><br /></div></div><div><ul><li><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2016/12/pilar-tavera-dominguez-escritora-de.html?m=1">Pilar Tavera, escritora de novela Rosa en los años veinte</a></li></ul><div><br /></div></div><div><ul><li><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2017/04/nuevos-datos-sobre-la-escritora-pilar.html"><span style="font-size: large;">Nuevos datos sobre Pilar Tavera</span></a></li></ul><div><br /></div><ul><li><span style="font-size: large;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2017/05/la-proteccion-del-santo-por-pilar_7.html">La protección del santo </a> (cuento)</span></li></ul><div style="text-align: left;"></div></div></div>
<div style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<span><!--more--></span></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-70093360893322425292017-04-03T23:09:00.010+02:002023-04-22T19:55:43.865+02:00Nuevos datos sobre la escritora PIlar Tavera<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-7GyvXG2FOLs/WODF-mgUYRI/AAAAAAAAXZU/exAuCIWvxo46X0PjvVPxLrm3e5g6ScltwCPcB/s1600/pintura%2Bhermano%2Bpilar%2Btavera.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Pintura sobre tabla con la portada de la novela Solo Por Amor" border="0" height="640" src="https://4.bp.blogspot.com/-7GyvXG2FOLs/WODF-mgUYRI/AAAAAAAAXZU/exAuCIWvxo46X0PjvVPxLrm3e5g6ScltwCPcB/w464-h640/pintura%2Bhermano%2Bpilar%2Btavera.jpg" title="Pilar Tavera" width="464" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pintura sobre tabla con la portada de la novela <i>Solo Por Amor </i> Regalo para la escritora de su hermano, Alejandro Tavera Dómínguez. 12/10/1930. Fotografía perteneciente a Alejandro Tavera García</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace tres meses <a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2016/12/pilar-tavera-dominguez-escritora-de.html">hablábamos sobre <b>Pilar Tavera</b></a><b>.</b> La escritora modista que tejía sus historias, mientras se empeñaba en traer a la vieja Salamanca los aires nuevos de la mujer francesa, a través del establecimiento <i>Modas de París.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div><span><a name='more'></a></span>
<div style="text-align: justify;">
Cuando escribí aquella entrada no disponía de los datos que tengo ahora. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace unas semanas recibí un amable correo de Alejandro Tavera García, sobrino nieto de Pilar Tavera. Gracias a la generosidad y el celo investigador de Alejandro Tavera, recuperamos hoy datos valiosos de la escritora y podemos conocerla mejor.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div style="text-align: justify;"></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>El nacimiento de Pilar Tavera hay que localizarlo entre enero y septiembre de 1887</b>. Esta fecha nos da una perspectiva más exacta de la biografía que bosquejábamos en el artículo anterior: a los veinte años trabaja de modista, a los veintinueve abre su tienda <i>Modas de París</i> y es a los cuarenta y uno cuando publica su primer texto, <i>La Dama del Rubi</i>. Es por tanto una escritora tardía que alumbra su exitosa primera novela en la cuarta década de su vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recuperamos del álbum familiar, por cortesía de Alejandro Tavera dos fotografías de la escritora. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px; orphans: 2; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
</div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-family: "Times New Roman"; letter-spacing: normal; margin-bottom: 0.5em; margin-left: auto; margin-right: auto; orphans: 2; padding: 6px; text-align: center; text-indent: 0px; text-transform: none; widows: 2; word-spacing: 0px;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-SbneJ0Am4Dc/WODA-s4t1sI/AAAAAAAAXYg/E-p68VcrP_gR3vEopHJPYbfhMOJv5R-YwCPcB/s1600/pilar%2Btavera%2Bfoto.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><img alt="Fotografía de Pilar Tavera sentada en una silla" border="0" height="640" src="https://4.bp.blogspot.com/-SbneJ0Am4Dc/WODA-s4t1sI/AAAAAAAAXYg/E-p68VcrP_gR3vEopHJPYbfhMOJv5R-YwCPcB/w465-h640/pilar%2Btavera%2Bfoto.jpg" style="cursor: move;" title="escritora salmantina" width="465" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 12.8px; padding-top: 4px; text-align: center;">Pilar Tavera. Fotografía procedente de la colección familiar de Alejandro Tavera García</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-PTWrAbrze9Y/WODA-k1VucI/AAAAAAAAXYg/XMFJHzOdjT0eaCRt3DLI6CKdF1CbaiY2wCPcB/s1600/Pilar%2BTavera%2Bfoto%2B1.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Fotografía de PIlar Tavera de pie apoyada en una silla" border="0" height="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-PTWrAbrze9Y/WODA-k1VucI/AAAAAAAAXYg/XMFJHzOdjT0eaCRt3DLI6CKdF1CbaiY2wCPcB/w401-h640/Pilar%2BTavera%2Bfoto%2B1.jpg" title="Escritora Salmantina" width="401" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pilar Tavera. Fotografía procedente de la colección familiar de Alejandro Tavera Garcia</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A la vuelta del segundo retrato descubrimos un texto de puño y letra de Pilar Tavera, que revela mucho de un sentido del humor que al principio sorprende, pero que sin embargo encaja perfectamente con el humor y la ironía que derrocha la escritora en <i><b>La protección del santo</b></i>; relato que amablemente me ha hecho llegar Alejandro Tavera y que próximamente podréis leer en el blog.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-nseB48u9rFQ/WODA-v4HlUI/AAAAAAAAXYg/XFaLAfhReU0dZWLNQ_ATJiZG9Q32wVaXgCPcB/s1600/dedicatoria%2Bpilar.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Texto autógrafo de la Pilar Tavera" border="0" height="401" src="https://4.bp.blogspot.com/-nseB48u9rFQ/WODA-v4HlUI/AAAAAAAAXYg/XFaLAfhReU0dZWLNQ_ATJiZG9Q32wVaXgCPcB/w640-h401/dedicatoria%2Bpilar.jpg" title="Escritora salmantina" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Querida prima Filo te envío mi caricatura recíbela con tu acostumbrada benevolencia concediéndole al original un poco de cariño a cambio del puesto preferente que para ti guarda en su corazón tu prima.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">En la anterior entrada, especulaba con la posibilidad de que Pilar Tavera pudiera haber abandonado Salamanca a partir de 1928. Pero su ausencia debió de ser sólo temporal. La historia familiar que recuerda hoy su sobrino nieto indica que Pilar Tavera vivió hasta la fecha de su muerte con su hermana Betsabé en Salamanca, en el número 13 de la calle Antonio Espinosa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://3.bp.blogspot.com/-25jLGbSgg6w/WODAkUZtsbI/AAAAAAAAXYE/z58Vq-wyX0I4YXxgkW9B-CPIhx4Ek1p9wCPcB/s1600/betsave.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Retrato de la hermana de la escritora Pilar Tavera" border="0" height="400" src="https://3.bp.blogspot.com/-25jLGbSgg6w/WODAkUZtsbI/AAAAAAAAXYE/z58Vq-wyX0I4YXxgkW9B-CPIhx4Ek1p9wCPcB/w277-h400/betsave.jpg" title="Escritora salmantina" width="277" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Betsabé Tavera. Fotografía perteneciente a la colección familiar de Alejandro Tavera García</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Qué tendrá Salamanca que enhechiza a visitantes y a autóctonos... También Pilar Tavera cayó bajo el embrujo de esta ciudad. A ella dedica un elogioso artículo: <i><b>¡Salamanca!</b></i> y en Salamanca sitúa la escritora la acción del relato antes citado <i><b>La protección del Santo</b></i>. Ambos textos nos hablan de una escritora charra que no quiere disimular el amor que siente por su Salamanca.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La <b>cronología de la obra de Pilar Tavera </b>hasta ahora conocida quedaría así:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<ul>
<li>1926 <i>La dama del rubí</i> (novela)</li>
<li>1928 <i>La protección del santo</i> (relato)</li>
<li>1930 <i>Sólo por amor</i> (novela)</li>
<li>1933 <i>¡Salamanca! </i>(artículo)</li>
<li>1942 <i>La golondrina de las alas rotas</i> (novela)</li>
<li>1943 <i>Águila real</i> (novela)</li>
</ul>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pilar Tavera, la escritora de novelas de amor enamorada de su Salamanca, falleció en esta ciudad el 2 de septiembre de 1953 a los sesenta y seis años.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-iW-5Er4L00Y/WODF-t3o-hI/AAAAAAAAXZY/O5KAQXgh1vsstOTPKTVbDYvO0dQO3PWzQCPcB/s1600/recordatorio%2Bdefunci%25C3%25B3n%2BPilar%2BTavera.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Recordatorio fallecimiento de Pilar Tavera" border="0" height="488" src="https://1.bp.blogspot.com/-iW-5Er4L00Y/WODF-t3o-hI/AAAAAAAAXZY/O5KAQXgh1vsstOTPKTVbDYvO0dQO3PWzQCPcB/w640-h488/recordatorio%2Bdefunci%25C3%25B3n%2BPilar%2BTavera.jpg" title="Escritora Salmantina" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Recordatorio de fallecimiento. Archivo familiar Alejandro Tavera García</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sus novelas románticas, publicadas por la editorial Juventud, le dieron una popularidad que a la fuerza en una ciudad provinciana y pequeña como Salamanca debió de ser estruendosa. Y sin embargo de Pilar Tavera no queda en Salamanca el menor recuerdo. Por el transcurso de los años, quizá también por no pertenecer la escritora a las élites y “familias bien" de aquella Salamanca, y sin ninguna duda por la memoria histórica selectiva que tradicionalmente desdeña la aportación cultural de la mujer, Salamanca ha olvidado a Pilar Tavera. Ni siquiera se guarda de ella el testimonio de su elogio a Salamanca, en una ciudad que desde siempre hace acopio de casi cualquier texto elogioso que sobre ella se imprime… Salamanca, una ciudad tan preciosa a veces como desagradecida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;">Agradecimientos:</span> a Alejandro Tavera García por toda la información facilitada, su paciencia y ayuda.</div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-size: large;"><br /></span></b></div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-size: large;">MÁS INFORMACIÓN SOBRE LA ESCRITORA</span></b></div><div style="text-align: left;"><br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;"><ul><li><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2016/12/pilar-tavera-dominguez-escritora-de.html?m=1">Pilar Tavera, escritora de novela Rosa en los años veinte</a></li></ul></div><div style="text-align: justify;"><ul style="text-align: left;"><li><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2017/04/nuevos-datos-sobre-la-escritora-pilar.html"><span style="font-size: large;">Nuevos datos sobre Pilar Tavera</span></a></li></ul><div style="text-align: left;"><ul><li><span style="font-size: large;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2017/04/nuevos-datos-sobre-la-escritora-pilar.html">Salamanca por Pilar Tavera</a> (artículo)</span></li><li><span style="font-size: large;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2017/05/la-proteccion-del-santo-por-pilar_7.html">La protección del santo </a> (cuento)</span></li></ul></div></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b><br /></b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;"><b><br /></b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>
</div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-47569845700995738032016-12-05T10:39:00.006+01:002023-04-22T19:55:01.993+02:00Pilar Tavera Domínguez escritora de novela rosa en los años veinte<span style="text-align: justify;">En 1926 </span><strong style="text-align: justify;">la editorial Juventud </strong><span style="text-align: justify;">publica en su colección "La novela rosa" </span><i style="font-weight: bold; text-align: justify;">La dama del rubí</i><span style="text-align: justify;">, primera novela de la escritora salmantina </span><strong style="text-align: justify;">Pilar Tavera Domínguez</strong><span style="text-align: justify;">.</span><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"> </div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-py29oAFrJz0/WENvoin-AOI/AAAAAAAAWxY/Efi4QDiQdLk/s1600-h/20161201_2022355.jpg"><img alt="Portada de La dama del rubí de Pilar Tavera" border="0" height="320" src="https://lh3.googleusercontent.com/-bMlp27MJgJw/WENvqEaarkI/AAAAAAAAWxc/wn7kRyMcsug/w214-h320/20161201_202235_thumb4.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: inline; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" width="214" /></a></div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Dicen los escasos estudiosos de la narrativa rosa que esta colección pudo ser la creadora de la denominación <em><strong>novela rosa.</strong></em> De lo que no cabe ninguna duda es de que asentó definitivamente el término para este género de novelas. </div>
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</div>
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Contra la novela rosa han corrido ríos de tinta, descalificándola de subliteratura, paraliteratura. Pero la realidad es que para ser justos <b>haría falta un estudio evolutivo del término, que analizara los rasgos de aquellas primeras novelas que llamaron rosas y los comparara con lo que hoy calificamos de tal.</b> Da la impresión de que <b>el género ha ido decayendo estrepitosamente</b> en calidad con los años. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
En cualquier caso, el desprecio por la novela rosa llegó a un punto con el paso del tiempo en el que los propios autores se avergonzaban de sus escritos y preferían firmarlos con seudónimo. No es el caso de Pilar Tavera Domínguez, que en los albores del género — y también después— firma sus novelas con nombre y apellidos, y muy bien que hizo porque por lo leído hasta ahora nuestra escritora rosa no tiene absolutamente nada de qué avergonzarse.Pilar Tavera escribió una muy buena primera novela.<br />
<span><a name='more'></a></span><strong><br /></strong>
<strong>El tema principal</strong> que desarrolla <em>La dama del rubí</em> son las decepciones, la tristeza, la desolación que nos invade incluso cuando todo debiera ir bien. <strong>La vida es inevitablemente triste</strong>. De todo esto habla Pilar Tavera en su primera novela. <strong>También se muestra preocupada por la situación de la mujer y torea a la censura para hablar de independencia y libertades femeninas</strong>.<br />
<br /></div>
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</div>
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</div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
No es por tanto una novela rosa al uso. Al menos lo que hoy entendemos por “novela rosa”. <br />
<br /></div>
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</div>
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</div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Y quién era la autora de una novela rosa tan atípica? Una escritora también atípica. </div><div style="text-align: justify;"> </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<h2 align="center">
<span style="font-weight: bold;">LA AUTORA</span></h2>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<strong>Pilar Tavera Domínguez era modista</strong>. Especializada en corte español y francés. Vivía en el segundo piso, del número 21, en la Plaza Mayor. Se anunciaba así en el Adelanto de 1907. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6gbejPQRhxOWUX9wmjd17qatD5bk3hf8Kkj25XMKWTFN23utTX1qfON61HhGQ5sDv4YniGt6MdNf-XGm1LEz7tY2J71yGrC_JF2zYM4tgVgcYRaRoMZGsDkCsj0mU3hENIFML1t9pkY0/s1600/1+pilar+tavera+modista.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Recorte prensa anuncio de Pilar Tavera" border="0" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6gbejPQRhxOWUX9wmjd17qatD5bk3hf8Kkj25XMKWTFN23utTX1qfON61HhGQ5sDv4YniGt6MdNf-XGm1LEz7tY2J71yGrC_JF2zYM4tgVgcYRaRoMZGsDkCsj0mU3hENIFML1t9pkY0/w320-h290/1+pilar+tavera+modista.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto obtenida en la web de <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion">prensa histórica</a></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Debía de ser tan buena cosiendo como escribiendo, porque <strong>en octubre de 1916 abre con su hermana Betsabé un negocio en el número 4 de la calle del Príor: <em>Modas de París</em></strong>. Una tienda de ropa y sombreros para mujeres y niños, que a los pocos años la prensa ya denomina “importante tienda de modas”. Se especializan en traer moda francesa a Salamanca. Cosen a medida en sus talleres de costura, hacen exposiciones de modelos. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaFCshRmw0Wz8BsfXR65i6a6Sub_7zlV2j35T-8EPYX7_79Oyu_3v96rtsLOc_QgJATNuzVK_80uJnA2T_MlbGkhehwo4TQapCCGYfQ5BoYMFWEWpGgig8U7m_Hy5px2FIrh-XMR5Vy80/s1600/2016-11-27-13-34-20.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Recortes de prensa anuncios Modas de París" border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaFCshRmw0Wz8BsfXR65i6a6Sub_7zlV2j35T-8EPYX7_79Oyu_3v96rtsLOc_QgJATNuzVK_80uJnA2T_MlbGkhehwo4TQapCCGYfQ5BoYMFWEWpGgig8U7m_Hy5px2FIrh-XMR5Vy80/w508-h640/2016-11-27-13-34-20.jpg" title="Pilar Tavera" width="508" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">fotos obtenidas de la web de <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion">prensa histórica</a></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Conocemos que Pilar Tavera está al frente de <em>Modas de Paris</em> gracias ni más ni menos que a los hijos del conocido fotógrafo, Venancio Gombau;</b> Salamanca es un pañuelo muy pequeño. Los hijos del fotógrafo, Amalio y Guzmán, que luego se harían también fotógrafos, eran niños entonces. El 16 de agosto de 1918 juegan con sus amigos en la calle del Prior. La diversión se interrumpe estruendosamente con un cristal roto de <em>Modas de Paris</em>. Pilar Tavera pone la denuncia. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5odN2zjXlW3jhXEhGQIRJosRsqPhB4H-7uxA3SIVsKbHplIrI1pXcGF44hoIBBaoDA_uj58rhyphenhyphenQzALmZWNrZ_KPV_YgZy5ozjTfKcTQ1P5Y2CzE4kNrY7BJCbbMMk60po2mfeGSjzbxk/s1600/2+rotura+luna.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Recorte prensa sobre rotura escaparate modas de París" border="0" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5odN2zjXlW3jhXEhGQIRJosRsqPhB4H-7uxA3SIVsKbHplIrI1pXcGF44hoIBBaoDA_uj58rhyphenhyphenQzALmZWNrZ_KPV_YgZy5ozjTfKcTQ1P5Y2CzE4kNrY7BJCbbMMk60po2mfeGSjzbxk/w320-h256/2+rotura+luna.jpg" title="Pilar Tavera" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">foto. <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion">Prensa Histórica</a></td></tr>
</tbody></table>
<div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Pilar y su hermana Betsabé salen a menudo en los ecos de sociedad</b> de aquellos años, con motivo de sus viajes a Madrid, Barcelona, París en busca de nuevos modelos para la tienda, que acerquen a la vieja Salamanca los aires nuevos de la moda francesa. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnKG8A-SwiZ4HFYzIjcIQUALeu-rBDvM1BdUD808J4yaZknqF2PL4k8-WkHSsQS9RF8sxQdPp_wT2em1WS-hfrGP2lKSqxiPxwHTqFmMGshUxOHoFBVayWW9e4FoDpEHPbqXG34KvnVHQ/s1600/3+las+dos+hermanas+tienen+tienda.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Recorte ecos de sociedad sobre Pilar Tavera y su hermana" border="0" height="101" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnKG8A-SwiZ4HFYzIjcIQUALeu-rBDvM1BdUD808J4yaZknqF2PL4k8-WkHSsQS9RF8sxQdPp_wT2em1WS-hfrGP2lKSqxiPxwHTqFmMGshUxOHoFBVayWW9e4FoDpEHPbqXG34KvnVHQ/w320-h101/3+las+dos+hermanas+tienen+tienda.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">foto. <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion">Prensa Histórica</a></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Pilar Tavera se define a sí misma de condición humilde. Nació en Ledesma. Hija de un carabinero, Joaquín Tavera de la Iglesia y de Antonia Domínguez. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Además de Betsabé, Pilar tuvo —que sepamos— dos hermanos más: Alejandro y Manuel. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Alejandro Tavera Domínguez fue en alguna ocasión apoderado de su hermana Pilar en la Cámara de comercio e industria de Salamanca. De una esquela, con motivo de la muerte de su esposa, se rescata el nombre de la madre de la escritora: Antonia Domínguez. La esquela es de 1922. Sólo menciona a la madre así que es de suponer que el padre de Pilar Tavera ya había fallecido por entonces. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
El otro hermano, Manuel Tavera Domínguez, fue un carpintero al que en 1906 persigue un juzgado militar por ser excedente de cupo llamado a cubrir una baja en un remplazo y no presentarse. Un dato algo rocambolesco y anecdótico, que hago constar aquí porque de esa orden de busca y captura se obtiene el nombre del padre de la escritora: Joaquín Tavera. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Joaquín Tavera de la Iglesia debió de fallecer varios años antes de 1922. La suposición se basa en que Pilar Tavera se anuncia como modista en 1907, y muy joven debía de ser en aquel momento, para que en 1918, con motivo de la denuncia por la rotura del cristal de su tienda, el periódico se refiera a ella como “la joven Pilar Tavera”. Quizá la muerte del padre obliga a Pilar Tavera a trabajar desde adolescente. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
En cualquier caso, el contenido de su primer libro, encaja mal con una autora joven. <strong>La temática de la novela es más afín a una mujer que carga ya sobre sus hombros unas cuantas decepciones vitales</strong>. Por todo ello, me atrevo a suponer que cuando Pilar Tavera escribe <em>La dama del rubí</em> debía de ser una treintañera incluso avanzada. En el periódico se refieren a ella como “señorita”, de lo que se deduce que <strong>Pilar Tavera Domínguez es por entonces una treintañera soltera, sin compromiso, con negocio propio, independiente y libre para viajar y escribir. </strong></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
En cuanto a la formación literaria de Pilar Tavera Domínguez no hay datos. No parece que teniendo que trabajar desde muy joven pudiera acceder a una formación reglada y estudios superiores, pero el Adelanto destaca la cultura de la escritora. Se hizo y se formó a sí misma. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
En noviembre de 1926, <em>La dama del rubí</em> luce en el escaparate de la <strong>librería-papelería Calón</strong>. La librería estaba situada entonces en el número 10 de la plaza mayor. Era el centro de una importante actividad cultural, tertulias etc. El nombre de Pilar Tavera recorre la ciudad entera. No hace falta mucha imaginación para suponer que a la curiosona Salamanca le falta tiempo para lanzarse a la lectura de la novela escrita por la dueña de <em>Modas de París, </em>editada nada más y nada menos que por una editorial de éxito, y en una colección de más éxito aún. En la librería Calón se agotan los ejemplares. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Reconozcámoslo: <strong>Salamanca siempre ha sido algo predispuesta a generar un olimpo cultural que lo domina todo</strong>. En aquella época, lo más granado de la intelectualidad charra lo componían: Fernando Íscar Peyra, Francisco Maldonado, Isidro Beato (catedrático de la Universidad), Mariano Cividanes, José Cuello Calón (dueño de la librería Calón ), Juan Domínguez Berrueta, Cándido Rodríguez Pinilla. <strong>Todos ellos leen <em>La dama del rubí</em> y abren de par en par las puertas del olimpo literario local para recibir a Pilar Tavera</strong>. Lo hacen el 8 de diciembre de 1926, en la casa rectoral del colegio de san Ambrosio. Obsequian a la escritora y a su hermana Betsabé con una merienda. Allí elogian su novela y el prestigio de la colección “La novela Rosa”: <br />
<br /></div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Pilar Tavera […] que ha conseguido destacarse, con esfuerzo de su talento, de su cultura y de su entusiasmo por la pluma, y de lo que todos esperamos nuevos frutos que afirmen y consoliden el nombre literario que con su primera producción ha conquistado. </div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
A continuación se sucede el clásico párrafo de recalcitrante machismo decimonónico que sin embargo voy a hacer constar aquí, porque de todos los datos localizados éste es lo que más se acerca a una descripción de la autora. Sesgada, pero descripción. Leámosla entre líneas: </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Pilar Tavera es sencilla, discreta, inteligente. Su charla es agradable. No tiene el empaque de ese intelectualismo femenino descarriado, con fuerza de querer ser erudita. Es armoniosa, sobria, con la agudeza de un talento en pleno apogeo, modesta, como si su obra, aceptada de plano por la prestigiosa Biblioteca Rosa no tuviese la menor importancia. </div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Pilar Tavera tuvo que sentirse bastante molesta al leer esta descripción pringosa de machismo paternalista y malintencionado, que busca situar a una mujer de éxito, tanto literario como profesional, en un plano de “amable” inferioridad frente al intelectualismo masculino encarrilado y erudito por razón de genética y cromosomas... </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
El artículo finaliza así: </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Y por nuestra parte, un ofrecimiento cortés y sincero a la señorita Pilar Tavera, de las columnas de este diario. </div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
No he encontrado en <em>El Adelanto</em> ni una sola columna firmada por Pilar Tavera. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo único que consta es su participación en el almanaque que publica el Adelanto el 1 de enero de 1927. El periódico lanzaba al famoseo charro la siguiente pregunta: ¿Cual va a ser su mayor afán en 1927?<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Pilar Tavera envuelve su respuesta en esa marcada humildad e insignificancia que se le exigía a toda mujer, garantía de no ser acusada de forzar intelectualismos descarriados… Pero después de quitarse tan decimonónicamente valor y mérito, suelta la siguiente bomba:</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Así, mientras vosotros los hombres lucháis por hacer patria, procuraremos nosotras hacer humanidad. Y unidos así nuestros esfuerzos, lograremos hacer una patria grande y feliz. Ese es mi mayor afán, en este año, en mi corazón de mujer.</div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<em>La dama del rubí</em> fue un éxito rotundo. Lo dice <em>El Adelanto</em> y lo afirma también la editorial Juventud en el prólogo a la <strong>segunda novela de Tavera, <em>Sólo por amor</em></strong>, publicada en 1930 en la misma colección “La novela rosa”. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-9ela07ueEfE/WENvrljyaeI/AAAAAAAAWxg/BU4lw5ZcvoU/s1600-h/20161201_2022537.jpg"><img alt="portada novela Solo por amor" border="0" height="320" src="https://lh3.googleusercontent.com/-Hi9P5G_GCxU/WENvtBVXW5I/AAAAAAAAWxk/OQRJZqaGEuo/w214-h320/20161201_202253_thumb5.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="Pilar Tavera" width="214" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Dicen los estudiosos de la historia de la edición que estas novelas, vendidas a bajo precio en papelerías y quioscos, eran un negocio redondo con el que las editoriales facturaron mucho dinero. Y parece que a los escritores tampoco les fue mal. Se hacían tiradas que desde la óptica actual nos parecen estratosféricas. <strong>Estudios sobre la novela rosa afirman que podían lanzarse tranquilamente más de diez mil ejemplares de cada novela</strong>. Y lo que es aún más estratosférico: se vendían ¡y se leían! Eran otros tiempos en los que la gente escapaba de la estrechez del mundo adentrándose en un libro para construir otro mundo posible —hoy, la gente se conforma con acoplarse electrónicamente a mundos prefabricados, que buscan hacer reaccionar más que hacer pensar al usuario; eso que perdemos... — .</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
No recuerdo ningún otro caso en que un periódico, a la hora de hablar de una novela y de su autor, haga referencia a lo que ha cobrado el escritor. <em>El Adelanto</em> afirma que Pilar Tavera ha sido “pagada espléndidamente” por su novela. Por ello, debía de ser un asunto no menor. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Fue tan espléndidamente remunerada quizá que, un tiempo después, Pilar Tavera decide empezar una vida nueva en otro lugar? <strong>En 1928, Pilar Tavera abandona Salamanca</strong>. Al menos, todos los datos encontrados apuntan en esa dirección. Ese año se celebran en Salamanca dos actos culturales importantes: el baile de la prensa y un homenaje al poeta Cándido Rodríguez Pinilla. Pilar Tavera no está presente en ninguno de los dos, pero envía a Salamanca sendos telegramas para que el grupo intergaláctico de intelectuales charros que la acogieron sepan lo presentes que los tiene a todos, aunque ella esté ya lejos de la ciudad. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Desde esa fecha se observan cambios en <em>Modas de Paris</em>, la tienda deja de vender ropa y se especializa en sombreros. Otro dato más que parece indicar que Pilar Tavera, modista y alma de <em>Modas de París</em>, ya no está en Salamanca. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
La edición de la segunda novela de la escritora, <em>Sólo por amor,</em> es mas mimada que <em>La dama del rubí</em>. A pesar de ser una edición económica, los capítulos vienen precedidos de letras capitulares y dibujos. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-c1K42v_QQ_Q/WENvugHHqxI/AAAAAAAAWxo/Gsbg6GmIIHQ/s1600-h/20161201_2022156.jpg"><img alt="Ilustración inicial en la novela Sólo por Amor" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-3vNPvmJh4dk/WENvwJqDMHI/AAAAAAAAWxs/8ueO60dAaHU/s16000/20161201_202215_thumb4.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: inline; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="Pilar Tavera" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
Salta a la vista que en los cuatro años que separan la primera novela de la segunda, a la editorial le ha ido bien. Con la segunda novela de Pilar Tavera esperan continuar el éxito. En el prólogo de <em>Sólo por amor</em> auguran para esta novela un éxito aún mayor al que cosechó <em>La dama del Rubí.</em><br />
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-Dp661ute4ts/WESV9cN-D1I/AAAAAAAAWzA/Zj9_tzVLTeQ/s1600-h/20161204_231100%25255B3%25255D.jpg"><img alt="Letras capitulares en la novela Solo por amor" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-jbjmx5wGIcU/WESV-ix1yUI/AAAAAAAAWzE/gL-GH79vLMo/s16000/20161204_231100_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-color: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-style: initial; border-top: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="Pilar Tavera" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Quizá fue así. Quizá tuvo un éxito aún mayor y por eso los últimos vínculos de Pilar Tavera con Salamanca se rompen en 1932. Parece que la escritora se ha establecido ya definitivamente fuera de Salamanca. Su casa, donde ejerció de modista, se vacía. El 20 de febrero de 1932 se anuncia en <em>El Adelanto</em> la venta de unos muebles en la planta segunda del número 21 de la Plaza Mayor: un comedor completo y un despacho americano. <br />
<br />
<br />
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-qR6Pe7gCfds/WENv2Fv0sMI/AAAAAAAAWyA/bQPqB6RAkcw/s1600-h/2016-11-25-21-31-36%25255B6%25255D.jpg"><img alt="Plaza Mayor de Salamanca, vivienda de Pilar Tavera" border="0" height="640" src="https://lh3.googleusercontent.com/-3EdLCYpw2Sk/WENv3ZZJ1BI/AAAAAAAAWyE/vdSyl1zHaDM/w427-h640/2016-11-25-21-31-36_thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="2016-11-25-21-31-36" width="427" /></a></div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
Quién sabe si las aventuras y desventuras de <em>La dama del rubí</em> fueron hilvanadas y confeccionadas entre ese despacho americano en venta y los desaparecidos mostradores de <em>Modas de París. </em><br />
<em><br /></em></div>
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<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-poQIk6Atbsg/WENv4hTP33I/AAAAAAAAWyI/SgMu2e2sI3A/s1600-h/2016-11-25-21-37-21%25255B4%25255D.jpg"><img alt="Calle del Prior de Salamanca" border="0" height="640" src="https://lh3.googleusercontent.com/-hSUGsfktYr8/WENv6CKVceI/AAAAAAAAWyM/iD8hc8sGksI/w428-h640/2016-11-25-21-37-21_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="2016-11-25-21-37-21" width="428" /></a></div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
También <em>Modas de París</em> se pierde después de esa fecha. En la prensa no se encuentran ya más anuncios publicitarios. </div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
No sabemos hacía dónde fue Pilar Tavera. Ni dónde la alcanzó después la guerra civil. Si sabemos que continua escribiendo. Dos novelas más que se publican ya en los años cuarenta.<br />
<br /></div>
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</div>
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<div style="text-align: justify;">
<em>La Golondrina de las alas rotas,</em> editada en la misma colección de la editorial Juventud. Publicada sin fechar, pero que por otros libros que aparecen publicitados en el ejemplar, hay que datar en una fecha posterior al año 1942.<br />
<br /></div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-0dCX9-aALYA/WENv7d-r91I/AAAAAAAAWyQ/-l5WfdkTqVk/s1600-h/20161201_2019147.jpg"><img alt="portada de la novela La golondrina de las alas rotas" border="0" height="320" src="https://lh3.googleusercontent.com/-t6pZst-M1mE/WENv8nMKQdI/AAAAAAAAWyU/kCZMn7irp1w/w214-h320/20161201_201914_thumb5.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="Pilar Tavera" width="214" /></a></div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<em> </em><br />
<div style="text-align: justify;">
<em><br /></em></div>
<em>Águila real</em> que ya no será editada por Juventud sino por La Novela Ideal, en 1943. <br />
<br />
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</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-NHGy4COZMtA/WESWAJjzypI/AAAAAAAAWzI/cQpqKcV8yPM/s1600-h/agula%252520real%25255B3%25255D.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="portada de la novela agula real" border="0" height="320" src="https://lh3.googleusercontent.com/-8UXK_BUmH9Y/WESWBRvaY0I/AAAAAAAAWzM/2hIDDH7f04A/w241-h320/agula%252520real_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="Pilar Tavera" width="241" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">todocoleccion.com</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
De <em>Sólo por amor</em> a <em>La golondrina de las alas rotas</em> transcurre una década entera de silencio y de misterio por ahora sin resolver. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Después de <em>Águila Real</em>, parece que la escritora enmudece para siempre. En la Biblioteca Nacional no se conservan más escritos suyos. La pista de Pilar Tavera Domínguez se pierde en los años cuarenta. ¿Qué fue de ella? ¿Dejó de escribir? ¿Escribió más? <br />
<br /></div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
La respuesta a esas preguntas quizá un día aparezca en las páginas de algún periódico de posguerra. Hay que seguir investigado. La singular figura de la escritora, el indudable valor de sus textos merecen que Pilar Tavera siga siendo caso abierto. </div>
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<h2 align="center">
<span style="font-weight: bold;"><em>LA DAMA DEL RUBÍ</em>: BREVE ANÁLISIS</span></h2>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<em>La dama del rubí</em> arranca de la Estación del Norte madrileña. La protagonista emprende viaje a París. Durante el trayecto conoce a su coprotagonista, la misteriosa dama del rubí. <br />
<br /></div>
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</div>
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<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-jJ-HLSwvuo4/WENv9-hVnGI/AAAAAAAAWyY/7Fcr3sd4K_Y/s1600-h/foto%252520portada%25255B3%25255D.jpg"><img alt="Recorta portada de La dama del rubí" border="0" height="320" src="https://lh3.googleusercontent.com/-UHiXaMK-8CY/WENv_Cn4KrI/AAAAAAAAWyc/3t3KO9F5HHA/w239-h320/foto%252520portada_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" width="239" /></a></div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
La novela es notable por muchos aspectos. Uno de ellos, que <strong>lejos de seguir el guion convencional de toda novela rosa</strong> —dos jóvenes protagonistas de un amor imposible, que supera las dificultades con una gran explosión de felicidad final que cristaliza para siempre en el matrimonio…—, <strong>la autora centra la historia en María de Carvajal, una mujer que ha alcanzado ya esa “ansiada felicidad” del matrimonio, que para colmo de alegrías le quedan escasos meses para alcanzar ese otro gran sueño que a toda mujer se le supone —aunque sea mucho suponer—: ser madre. Y aún así María de Carvajal, sufre terriblemente</strong>. Se ve envuelta en una maraña de obsesiones y dudas acerca de la fidelidad de su marido que la hunden en la oscuridad. Es verdad que al final triunfa el amor, no puede ser de otro modo. Pero a lo largo de las páginas, la autora se despacha muy a gusto señalando las oscuridades del amor: los celos, las dudas, la volubilidad de los sentimientos humanos, la desesperación... </div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
Es verdad que también hay en la novela dos jóvenes cuyo amor imposible culmina en boda, pero el acierto de la autora es convertir este tópico de la novela romántica en argumento secundario, que importa mucho menos que las oscuridades que atormentan a la mujer casada y madre inminente. Que no os engañen —parece decirnos Pilar Tavera desde su texto— lo de “fueron felices para siempre” tiene ingredientes de estafa. </div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
En 1926, cuando se publica <em>La dama del rubí</em>, España está bajo la dictadura de Primo de Rivera. Se ha instaurado una <b>censura para todos los libros de menos de 200 páginas</b> (parece que los volúmenes más gruesos, al ser más caros y tener menos público, encerraban menos peligros para el régimen…) <em>La dama del rubí</em> con ochenta páginas y a un precio de 1,50 pts., tuvo que pasar la aprobación de la censura. En este contexto de censura, algunos párrafos de la novela adquieren significación especial como vamos a ver ahora. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
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<strong>Los personajes femeninos de <em>La dama del rubí</em> son fuertes, luchadoras, no buscan ser protegidas por ningún hombre y no temen contrariarlos cuando mantienen con ellos una relación. La autora iguala a hombres y mujeres</strong>. Los males de la protagonista, sus dudas y sus penas, son calificadas enseguida por un médico de consabidos histerismos femeninos, pero Pilar Tavera tira por tierra estos argumentos haciendo que los personajes masculinos padezcan el mismo mal y las mismas dudas. De hecho, al final de la novela, la autora deja que sospechemos que son las dudas y las obsesiones de un amor no correspondido lo que ha llevado a uno de los personajes masculinos a la locura primero y a la muerte después. En la novela se igualan por tanto mujeres y hombres en sentimientos y en pretensiones. </div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
La autora protesta también del encierro doméstico que padecen las mujeres en comparación con la activa vida laboral y social de sus maridos. Pero todo ello, claro está, para evitar un ataque de nervios a los censores, <strong>la autora lo envuelve en una atmósfera políticamente correcta para la época, escribiendo entre líneas, afirmando rotunda lo contrario de lo que escribe: </strong></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
“No creo que haya motivo para que nos alarmemos por lo que tú llamas coqueterías de Mariette. París… no es nuestra España… y esto nos lo dice todo. Este vivir independiente de las mujeres, esta libertad en todos sus actos, como no estamos habituadas a verlos en nuestro país, nos hace dudar de su moralidad. Nuestras dudas son injustas. No son ellas así porque su despreocupación obedezca a la falta de principios morales, sino porque una corriente moderna las empuja a serlo y las obliga ir adelante una moda caprichosa. ¡Por desgracia, en su rápido caminar pronto se introducirá en nuestra patria y arrancará de ella aquellas patriarcales costumbres que eran nuestro orgullo!” </div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
No creo estar haciendo una lectura a la contra al afirmar que en ese párrafo la narradora desea que las patriarcales costumbres sean arrancadas de nuestro país. <strong>Pilar Tavera se parapeta de la censura con las expresiónes “Por desgracia” y "nuestro orgullo", y desde esa barricada defiende que la independencia de las francesas no tiene nada de inmoral. Y amenaza al Régimen exclamando que la libertad de la mujer en todos sus actos pronto llegará también a España. </strong><br />
<strong><br /></strong></div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
Uno de los elementos que contribuye al clima de corrección política, muy al gusto de la censura, es la religiosidad de la protagonista. Las crisis obsesivas de María de Carvajal desembocan con frecuencia en alguna iglesia o capilla, pero <strong>lo curioso es que ninguna de sus súplicas a Dios son escuchadas. Cada vez que María de Carvajal pide ayuda a Dios le cae otro sopapo de los cielos.</strong> Pero María sigue rezando a ese Dios que no la escucha, y frecuentando iglesias, y siendo todo lo devota que una mujer se suponía que debía ser. <strong>De este modo la autora consigue colarle a la censura una de las descripciones más aterradoras que puedan hacerse de la casa de Dios: </strong><br />
<strong><br /></strong></div>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
Después de la celebración de una boda, María de Carvajal regresa a la capilla: </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
[…] penetré en la capilla, en la que había un silencio de tumba, que casi acobardaba. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Contribuía a aumentar el pavor misterioso que se sentía en ella, la semiobscuridad que la envolvía, en cuya penumbra se mostraban las formas con una tal vaguedad y con una tal imprecisión, que cada uno de los objetos se asemejaba a un fantasma de un mundo desconocido. Reinaba en ella el desorden desolador que sigue a ceremonias tan solemnes como lo había sido la que pocas horas antes se celebrara en ella. Las plantas, las flores, hasta diversos objetos del culto, se hallaban esparcidos y arrojados en revoltijo de un desidioso abandono; y las primeras y las segundas holladas y pisoteadas por aquellos seres en fiesta, que, después de gozar su lozanía y de recrear sus sentidos con su belleza y aromas, las habían arrojado como cosas inútiles…</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Aparte de aquellos pobres restos marchitos, nada quedaba de toda su anterior hermosura, de todas aquellas fragancias embriagadoras y ensoñadoras que nos deleitaran momentos antes. ¿Por qué, al contemplarlos, y al recordar el bello aspecto que ofrecía la capilla engalanada, un pensamiento de angustia se apoderó de mí? No sabía explicarlo. Quizá fuera porque pensara al mismo tiempo en la fragilidad de todo sentimiento humano, y en nuestra inconsecuencia al acariciarlo o abandonarlo según nos lo exige lo variable de nuestras impresiones.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Una vez ante el altar, me arrodillé blanda y perezosamente, y quedé sumida en recuerdos que me hicieron olvidar el motivo de mi entrada en la capilla. Reaccioné al fin, y ya empezaba a pedir a Dios de piedad concediera a los que tanto amaba la merced de una vida feliz, que, a juicio mío, merecían en compensación a sus anteriores sufrimientos, cuando vino a distraer mi atención una lucecilla roja, que como estrella arrancada de la noche, brillaba entre las manos de Santa Lucía, la excelsa patrona de la capilla, bajo cuya advocación la había puesto madame Guissó como prueba de cariño a su sobrina Luci. Mis ojos, hechos ya a la semiobscuridad, miraban a la santa mártir con amor y conmiseración; y ella, como si leyera en el fondo de mi alma, me mostraba entre sus manos benditas la pequeña bandeja en cuyo fondo reposaban sus pupilas arrancadas por sus bárbaros martirizadores. </div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Entre rezos y alabanzas a Dios, que tanto han satisfecho siempre a las censuras, sobre todo si procedían de personajes femeninos, <strong>la protagonista contrapone el miedo que emana de una iglesia al disfrute de una fiesta</strong>. Al leer la página es inevitable no pensar en una denuncia de <strong>ese miedo que desde siempre ha utilizado la iglesia para oponerse y para controlar</strong> el disfrute de la fiesta, de la vida. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Llaman la atención esos objetos de culto “esparcidos y arrojados en revoltijo de un desidioso abandono”. Un abandono que parece incluso escandaloso si tenemos en cuenta la ceremoniosidad rimbombante con la que se conducen todos los curas cuando mueven de acá para allá sus objetos de culto. <strong>Un escándalo, que al venir de un personaje tan devoto, pasó la censura sin problemas, y en las páginas de <em>La dama del rubí</em> quedaron para siempre los objetos de culto tirados en un rincón como cosas que sirven para poco... </strong></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Igual que la desoladora bandeja con los ojos arrancados de santa Lucía, quien parece decir a la protagonista: ¿pero qué pides? ¿pero qué suplicas y suplicas? ¿pero es que no estás viendo cómo nada ni nadie impidió que me arrancaran a mí los ojos, con todo lo santa que era?… </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
El final de la historia es semifeliz. La protagonista regresa con su marido y su bebé a Madrid, ciudad que quiere con toda su alma. Lo último que nos cuenta María de Carvajal es que es feliz, pero justo un renglón más arriba nos regala esta descripción extraña de su ciudad amada: </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<<Oh, Madrid, Madrid; en mi pecho has entrado como algo mío. En mi pecho ha entrado tu sol, en mi pecho ha entrado tu cielo bendito, en mi pecho ha entrado ese airecillo tan sutil que viene de Guadarrama para embalsamar y purificar la atmósfera pestilente que te rodea>> </div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
De eso va esta novela; del amor y su sol, del amor y su cielo, del amor y sus atmósferas pestilentes; de la vida y sus pestilencias. De las decepciones, de la pérdida, de esa niebla fría, gris que baja cuando menos la esperas y te roba el sol. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-weight: bold;"><em>LA DAMA DEL RUBÍ</em>: SELECCIÓN DE FRAGMENTOS</span></h2>
<div>
<span style="font-weight: bold;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-MJ2e535IUNM/WENwAfZiDZI/AAAAAAAAWyg/d0CyLzhYtbo/s1600-h/2016-12-04-02-06-04%25255B5%25255D.jpg"><img alt="Una cita de la novela La dama del rubi" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-IGElpABnMcA/WENwBXO1l0I/AAAAAAAAWyk/iMiEJYcV2z8/s16000/2016-12-04-02-06-04_thumb%25255B2%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: inline; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="Pilar Tavera" /></a></div>
<br />
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>Y el germen de una sospecha, de una angustiosa sospecha empezó a agitarse en mi ser, y una idea maldita cruzó por mi mente con igual rapidez que cruza los espacios el cuervo que huele una carroña</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>—Observo que en ese retrato yo no soy yo, sino una imagen muy parecida a la mía pero idealizada, pudiera decirse inmaterializada.</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>El monstruo de los tentáculos atormentadores vino a visitarme de nuevo después de algunos días de ausencia, haciéndome exclamar:</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>—¡Qué triste es la vida! ¡Cuán pequeña compensación a los dolores que nos proporciona es el placer insignificante que disfrutamos de ella!</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>Abierta desde hacía dos días la Exposición, todo un mundo de artistas y de curiosos pululaba por las estancias en un bullir de multitud ávida de emociones.</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>Desfilan carruajes llenos de riqueza y elegancia en dirección al lugar de moda. Todo el París elegante se ha dado cita en él deseoso de que le vean más que de contemplar las distintas manifestaciones del arte, y que de recibir un baño espiritual gustando las dulces emociones que despierta en las almas la contemplación de la belleza.</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>Queriéndole como le quiero, me veo precisada a asistir como espectadora a los triunfos que su varonil belleza alcanza sobre las de nuestro sexo, […] Añade a las razones expuestas, su continuo ajetreo por sus relaciones con todos los diplomáticos, por las fiestas en las embajadas, los mil compromisos en que se ve de comidas fuera de casa, asistencia a teatros, conciertos, etc., etc., que, al alejarle de mí, me convierten en solitaria casi perpetua y comprenderás por qué mi vida en esta gran Cosmópolis no me ofrece gran atractivo. […] Quizá influyan en ellas, estas nieblas parisinas, que envolviendo mi espíritu en sus nebulosidades, me hagan ver todo cuanto me rodea de un gris obscuro que enturbia en él cuantos rayos luminosos intentan iluminarlo.</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>—El amor, que no sabe de reflexiones, tampoco sabe de rencores —me contestó acariciándome. —.Es capaz de toda grandeza, como lo es de llegar hasta la abyección, sin que él mismo sepa cuándo asciende a la cúspide, ni cuándo va a sepultarse en los abismos de mayor profundidad.</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>Mi lema en amor es <<Vivir muriendo, mas morir queriendo>></b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>El conserje ofreciéndome una carta me dijo:</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>—Carta para el señor.</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>Maquinalmente la tomé y subí a mi cuarto. […] Luci al escribirla, había ido depositando en ella tal cantidad de dolor, que a pesar de la distancia que nos separaba al uno del otro, y a pesar del tiempo transcurrido desde que fue depositado hasta que llegó hasta mí, cosa que hizo dos meses después, lo percibí íntegro, sin que ni la más pequeña partícula de él hubiera quedado ni en el espacio ni en el tiempo. Y sufrí por los dolores de ella.</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>—¡Pobre hermano mío! ¡Qué vivir tan atroz el tuyo, siempre entre dudas fantásticas de todo y por todo, y sin fe, ni en ninguno de los seres que te rodean, ni aun siquiera en tus sentimientos propios!</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>—¿Feliz… él? No podrá serlo nunca… ¡Nunca! Sus dudas, que ofenden, destruirán cuanta felicidad pudiera proporcionarle.</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>No hay que huir despavoridos de los fantasmas que se nos aparezcan en la vida, o en la imaginación, sino enfrentarse valientemente con ellos y desenmascararles. Para vencer una duda, nada más eficaz que una franqueza.</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>La felicidad de la juventud es de un tan distinto género a la de que gozamos en nuestra infancia…</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>¡Años de la niñez!… ¿Por qué tan luego pasáis? ¿Por qué al alejaros os lleváis con vosotros tantas cosas tan bellas? ¿Y por qué nos dejáis en cambio tantas decepciones?</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>Y mis hermanos, a los que seguía creyendo imprudentes […] suponía que se hallarían en Monte Carlo aún, asomados al borde del abismo que amenazaría atraer hacia sí su dicha para devorarla… Si acaso a aquellas horas no lo había hecho ya […]</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: large;"><b>Me entregó la correspondencia […] era de ellos, de los dos imprudentes que me escribían desde el mismo borde del abismo, donde, como me suponía, se hallaban; y me escribían para tranquilizarme.</b></span></div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-Fy6atHSFIMo/WENwCghSqmI/AAAAAAAAWyo/GAF0NoXrmko/s1600-h/2016-12-04-02-10-22%25255B5%25255D.jpg"><img alt="Cita número 2 de La dama del rubí" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-PbNdz2oNck8/WENwD1VXVWI/AAAAAAAAWys/fyDVD414S9Y/s16000/2016-12-04-02-10-22_thumb%25255B2%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="Pilar Tavera" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b><br /></b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>
<h2 style="text-align: center;">
</h2>
<h2 style="text-align: center;">
BIBLIOGRAFÍA</h2>
<div style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<ul>
<li style="text-align: justify;"><i>La novela rosa y la construcción narrativa de la identidad femenina</i>. Alberto Sánchez Álvarez-Insúa. Instituto de Filosofía CSIC. Prólogo de La novela Rosa. Antonio Gonzalez Lejárraga. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 2011 </li>
</ul>
<ul>
<li><i>Discurso de Autora: Género y Censura en la Narrativa Española de Posguerra</i>. Lucía Montejo Gurruchaga. </li>
</ul>
<ul>
<li><a href="http://acotacionesdeunlector.blogspot.com.es/2011/06/la-novela-rosa-antonio-gonzalez.html">http://acotacionesdeunlector.blogspot.com.es/2011/06/la-novela-rosa-antonio-gonzalez.html</a> </li>
</ul>
<ul>
<li><i>Librería-Papelería Calón más de un siglo junto a la cultura de salamanca</i>.Cuadernos del museo del Comercio: <a href="http://docplayer.es/16651634-Libreria-papeleria-calon.html">http://docplayer.es/16651634-Libreria-papeleria-calon.html</a> </li>
</ul>
<ul>
<li><i>El Correo Militar</i> 10 de abril de 1889 </li>
</ul>
<ul>
<li><i>Boletín Oficial de Zamora</i>: 2de febrero de 1906 </li>
</ul>
<ul>
<li><i>El Adelanto Diario político de Salamanca:</i> 8, 23 de enero de 1907, 6 de octubre de 1916, 25, 23 de abril, 27 de octubre de 1917, 16 de abril, 19 de abril, 7 de septiembre, 6 de septiembre, 17 de agosto de 1918, 10 de octubre de 1918, 14, 7 de abril, 18 de octubre de 1919, 3 de abril, 7, 8, 13, 14 de octubre de 1920, 17, 26 de marzo de 1921, 27 de julio de 1922, 9 de diciembre de 1926, 1 de enero, 17 de febrero, 23 de julio de 1927, 15 de mayo de 1928, 5 de septiembre de 1929, 12 de octubre de 1930, 3 de mayo de 1931, 20 de febrero, 2 de marzo de 1932 </li>
</ul>
<ul>
<li><i>Diario de Alicante</i>: 22 de noviembre de 1926 </li>
</ul>
<ul>
<li><i>Sesión de plenos de la Cámara de comercio de Salamanca</i>: 9 de enero de 1931 </li>
</ul>
<ul>
<li><i>Boletín de la Cámara de comercio e industria de Salamanca</i>: Noviembre 1918 </li>
</ul>
<ul>
<li><i>Nuevo Mundo</i>: 4 de febrero de 1927 </li>
</ul>
<h3 style="text-align: left;"><b>MAS INFORMACIÓN SOBRE PILAR TAVERA</b></h3></div><div><ul style="text-align: left;"><li><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2017/04/nuevos-datos-sobre-la-escritora-pilar.html"><span style="font-size: large;">Nuevos datos sobre Pilar Tavera</span></a></li><li><span style="font-size: large;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2017/04/nuevos-datos-sobre-la-escritora-pilar.html">Salamanca por Pilar Tavera</a> (artículo)</span></li><li><span style="font-size: large;"><a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2017/05/la-proteccion-del-santo-por-pilar_7.html">La protección del santo </a> (cuento)</span></li></ul><div style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
</div></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-8193482107387576932016-04-08T08:00:00.014+02:002023-06-14T19:57:07.896+02:00Fémina de Ángela Barco<div align="justify">
<span style="font-size: large;">El 8 de abril de 1910 la revista <em>El Cuento semanal</em> publica la novela corta <em>Fémina</em> de la <b><a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2013/09/angela-barco-escritora-la-salmantina.html">escritora salmantina Ángela Barco</a></b>. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Hoy, 8 de abril de 2016. conmemoramos aquella fecha con la reedición de <em>Fémina</em>. </span><br />
<span><a name='more'></a></span><span style="font-size: large;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;"><a href="https://bit.ly/3pI2u94">Descarga <i>Fémina </i>aquí</a></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;"> </span></div>
</div>
<h1 align="center">
<span style="font-size: large;">La novela</span></h1>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFlpu35Cvt0zGvcdMfH6AAhJ0jzwHe27P9TCQ-dhEBueXV2K2VpB72URZXwMvs-CTZt9lM3iwHVC1LuGm9x3zWCz3m-S_i0UbSIDhoKkFsdelh6O2SruWPMphKmFOQV6yh6Pk83cbhofM/s1600/cover+f%25C3%25A9mina3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Fémina de Ángela Barco. Portada" border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFlpu35Cvt0zGvcdMfH6AAhJ0jzwHe27P9TCQ-dhEBueXV2K2VpB72URZXwMvs-CTZt9lM3iwHVC1LuGm9x3zWCz3m-S_i0UbSIDhoKkFsdelh6O2SruWPMphKmFOQV6yh6Pk83cbhofM/w475-h640/cover+f%25C3%25A9mina3.jpg" width="475" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Gabriela, una joven de veinticuatro años, nacida en una familia aparentadora de riquezas y lujos, es educada nada más que para casarse. Cuando alcanza al fin la ansiada meta del matrimonio, se descubre viviendo casi muerta, en una ciudad medio muerta —la Salamanca de principios del XX—, habitando una mansión que bien podría ser l<a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2012/10/leyendas-de-la-casa-de-las-muertes.html">a casa de las muertes</a> salmantina. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><b>Gabriela no aguanta más. Se cansa de ser una muerta viviente y traza un peculiar plan para escapar, para dinamitar su vida muerta, su ciudad muerta, su casa de las muertes, para morir matando. </b></span></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><i>Fémina</i> es una historia sobre la vida de aquellas <b>mujeres de antes, educadas en el miedo a la libertad, programadas desde la infancia para vivir bajo la autoridad de aquellos hombres de antes</b>. Mujeres aniñadas, sin más horizonte que organizar un hogar, y sin más opción que someterse a las exigencias más o menos extrañas, más o menos retrógradas, de sus maridos. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><i>Fémina</i> habla también de la oposición universal entre lo antiguo y lo nuevo; la oscura distancia entre los sueños y la realidad; las tranquilidades tramposas de la monotonía; las esclavitudes del qué dirán; la cárcel de las apariencias; las ataduras familiares. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><b>Con todos estos elementos reconcentrándose en una ciudad vieja, oscura, aburrida y pequeña, Ángela Barco va construyendo la historia de una vida irremediablemente muerta</b>. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-b4H5hwGRTWg/Vwb74OHdV7I/AAAAAAAAVgo/Cg_C4edejQs/s1600-h/2016-03-13-00-25-59%25255B4%25255D.jpg"><img alt="ilustraciones de la novela "Fémina" de Ángela Barco" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-EaH9P51jQNM/Vwb747au4II/AAAAAAAAVgs/NrJ44_VINPQ/s16000/2016-03-13-00-25-59_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="2016-03-13-00-25-59" /></a> </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Apenas adentrarse en la lectura de <i>Fémina</i>, llama la atención la descripción del padre de la protagonista: un hombre <i>pretencioso, pedante</i> […] que se cree <i>un gran literato</i> y con una <i>pequeña manía: hacía maravillosas pajaritas de papel</i>. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Reunir en el mismo personaje las palabras “literato” y “pajaritas de papel” hace saltar la sospecha de que <b>la alargada sombra de Unamuno se extiende por los renglones</b>. Si además esos renglones son obra de una autora charra, entonces la sospecha es casi certeza…</span><br />
<span style="font-size: large;"> </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Las pajaritas de papel de <b>Miguel de Unamuno</b> ya eran famosas en los tiempos en los que Ángela Barco escribe <i>Fémina</i>. Unamuno ya había publicado un libro sobre el tema, y las alusiones a su afición eran frecuentes en la prensa, en tonos más y menos amistosos. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large; text-align: left;">Si la fama de las pajaritas de papel se había extendido, la de la soberbia de Unamuno tampoco se había quedado atrás. Rasgo que también comparte el personaje de la novela.</span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;"><div align="justify"><br /></div><div align="justify">En defensa de Unamuno se puede argumentar que el escritor es de esas pocas personas cuya arrogancia está a la altura de su genio. Y que no es difícil detectar la envidia entre líneas de muchas de las críticas que recibió. </div><div align="justify"><br /></div><div align="justify">La crítica de Fémina va mucho más allá que sacar a la luz el lado oscuro de un hombre brillante. Un lado oscuro ya de sobra conocido en su época.</div></span></div>
<div align="justify"><br /></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Ángela Barco critica al literato de las pajaritas de papel para condenar la situación de la mujer que hay tras él. En <i>Fémina</i>, detrás de ese hombre pedante con pretensiones de literato hay: </span></div>
<blockquote>
<div align="justify">
<i><span style="font-size: large;">[…] una mujercita menuda y alegre que adoraba a su marido […] Y que hacía Prodigiosos equilibrios para que en la casa no faltara de nada. </span></i></div>
</blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Una mujer a la que que se le va pasando la vida entre cuatro paredes, ocupándose de los inevitables problemas de la vida real, mientras el hombre pedante con ansias de literato dedica la suya a brillar. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Lo que condena Ángela Barco en su novela, es esa "superioridad de miras" de algunos hombres que les impide ver dónde la realidad los necesita. Obligando a la mujer que lo adora a suplir esa miopía sacrificando cualquier brillo que pudiera ella experimentar en aras de los de su marido. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">La madre de la protagonista manifiesta en la última parte de la novela: </span></div>
<blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">—<i>Soy yo, yo, la que no ha querido que venga su padre… [...] es demasiado horrible para su corazón de hombre superior…</i></span></div>
</blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">La autora está planteando la situación de esas mujeres desaparecidas bajo la superioridad de un hombre. Mujeres que se ocupan de todo, para que ese hombre superior siga teniendo el tiempo y los ánimos de brillar. Ángela Barco está cargando contra esos hombres que se las dan de espíritus superiores, pero cuya grandeza espiritual no tiene el menor inconveniente en considerar a la mujer que aman como inferior a ellos y en consecuencia a su servicio. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">El malagueño <b>José Moreno Villa</b>, en su libro: <i>Los autores como actores y los intereses literarios de acá y de allá, </i>en el capítulo “<b>Las mujeres de mis contemporáneos</b>”, se preguntaba en los años cincuenta del siglo XX: </span></div>
<blockquote>
<div align="justify">
<i><span style="font-size: large;">¿Cómo era la mujer de Unamuno? Nadie la conoció en sociedad. Nunca la vi con él. Y cuando visité a don Miguel en su casa de Salamanca, me abrió ella la puerta, pero no me fue presentada por el maestro. </span></i></div>
</blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><b>Una situación que, por generalizada que estuviera en aquella época, no deja de escandalizar e indignar en la actualidad</b>. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"> La autora de <i>Fémina</i> utiliza las famosas pajaritas de papel y la no menos famosa soberbia unamuniana, para lanzarse contra ese “corazón de hombre superior”. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><b>¿Cuántas grandes mujeres habrán desaparecido tras un “corazón de hombre superior”? </b></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Por mucho que aquellas mujeres lo aceptaran voluntariamente —la educación recibida desde niñas las condenaba a esa aceptación voluntaria— y por muy talentoso que fuera el hombre, <b>¿es justo? Ángela Barco cree que no. </b></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">De todo esto habla <i>Fémina</i>. Su protagonista se harta, se aburre hasta el infinito de una sociedad que la anula, que la ha educado para convertirla en inferior, que la instrumentaliza. Se niega a aceptar con gusto <b>la obligación de dejar de ser para que otro sea</b>. Reniega de esa vida muerta que quieren imponerle. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><b>La ciudad de provincias de la novela se constituye en símbolo de esa muerte</b>, de parálisis, de asfixia. De belleza monumental que aparenta una grandeza falsa. De patrimonio histórico de relumbrón que encubre la miseria humana. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Aunque la autora charra no cite a la ciudad por su nombre, <b>entre líneas asoma sus torres —y su Tormes —la ciudad de Salamanca</b>: </span></div>
<blockquote>
<div align="justify">
<i><span style="font-size: large;">[...] la ciudad pequeña, silenciosa, sin otro rumor que el suave y alegre del poético río que parece arrullarla ciñéndola cual cintillo de plata.</span></i></div>
</blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><i>Fémina</i> se publica en 1910, ese año, bajo las arrulladoras aguas del Tormes que ciñe a la ciudad <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2013/10/el-puente-de-hierro-cumple-cien-anos.html">se está construyendo un puente nuevo </a>—el de Enrique Esteban—. Hasta entonces, Salamanca tenía sólo el puente Romano, y el asunto es polémico. Ángela Barco permite que el conflicto local aflore en su narración, para ilustrar el combate desesperado entre lo antiguo y lo nuevo, lo joven y lo viejo, la vida y la muerte: </span></div>
<blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><i>[...]</i><i> no quiero en esta ciudad, que yo llamo mía, ni ruido de martillazos, ni estallido de barrenos, ni calles nuevas, </i><i>[…] </i><i>no quiero m</i><i>á</i><i>s puente sobre el río que los poetas cantaron místicamente con arrebatos panteístas, que el puente romano, </i><i>soberbio, majestuoso, el cual, visto por los lados, puede comparársele a una de esas joyas macizas y monumentales de tiempos de los Faraones, engarzada con amatistas y ópalos. Tan azulada y transparente pasa el agua por sus arcos, esbeltos e iguales, como trabajados por un solo artífice, grande y poderoso, descendiente de una raza de cíclopes. </i><i>No, no quiero que nada nuevo cambie y desoriente mi vida.</i></span></div>
</blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><b>La Salamanca literaria</b> de la narración recibe calificativos como: “insignificante ciudad de provincia”, “pequeña y triste como un cementerio”, “obscura y polvorienta como un museo”, “pequeña y chismosa”, “donde todo parecía muerto”, “amurallada como una cárcel por los históricos edificios que la aprisionaban en una cadena de granito musgoso y agrietado”. “borrosa ciudad silenciosa y triste”. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Al margen de la metáfora y los fines que estas descripciones persiguen en la narración, <b>los salmantinos que pasemos por el texto de Ángela Barco deberíamos preguntarnos hasta qué punto nuestra ciudad, la Salamanca dorada de los folletos, no sigue peligrosamente cerca de la borrosa Salamanca que la autora describe en la novela… </b>Será por la falta de tejido empresarial, será por nuestros políticos, será por una universidad con la capa bastante caída, será por las crisis económicas, seremos los charros, qué será, será… Da algo de pena no poder afirmar en mayúsculas que Salamanca no tiene ya nada que ver con una “insignificante ciudad de provincias”, sobreviviendo de las rentas de un pasado histórico artístico lejano, cada vez más lejano… </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">La lujosa mansión histórica donde Ángela Barco sitúa la vivienda de Gabriela está en el centro de la ciudad: </span></div>
<blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><i>la casa señorial de recuerdos históricos, que embellecen las leyendas, aprisionada en el centro de la ciudad </i> </span></div>
<div align="justify">
<i><span style="font-size: large;">[...]la casa señorial, en la cual, según la leyenda, se desarrollaron escenas trágicas.</span></i></div>
</blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Es difícil resistir la tentación de situar la vida muerta de Gabriela en <b>la Casa de las muertes salmantina</b>. Las escenas trágicas a las que alude la escritora muy bien pudieran ser <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2012/10/leyendas-de-la-casa-de-las-muertes.html">las que se cuentan de la Casa de la muertes</a>. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Se haya inspirado o no la autora charra en la Casa de las Muertes, lo cierto es que la mansión que habita Gabriela es una casa muerta, que sólo parece revivir al precipitarse el desenlace de la novela: </span></div>
<blockquote>
<div align="justify">
<i><span style="font-size: large;">La casa, como un cuerpo inerte que de pronto adquiriese vida, se llenaba de ruidos, se animaba, resucitando, al fin, de su letargo de inmensa y milenaria tortuga. </span></i></div>
</blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Cuando Ángela Barco termina de escribir <i>Fémina</i> decide enviarla a un concurso de novelas que organiza la revista <i>El Cuento Semanal</i>. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">De la importancia que tuvo <i><b>El Cuento Semanal</b></i> en nuestra historia de la literatura hablan varios estudios. La revista comienza su andadura en 1907. <b>Se le atribuye el mérito de revitalizar el género de la novela corta en el siglo XX</b>. <i>El Cuento Semanal</i> devolvió a la novela corta una popularidad similar a la que había vivido en el siglo XVII, cuando la cultivó Cervantes. La revista tiene el mérito además de haber descubierto a muchos nuevos escritores. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">El éxito de <i>El Cuento Semanal</i> es tal, que enseguida empiezan a surgir otras revistas imitadoras. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">En los estudios sobre <i>El Cuento Semanal</i>, para referirse a los autores que publicaban en ésta y en las otras revistas que surgieron tras su estela, se llega a hablar de los <b>escritores de la generación de El Cuento Semanal. </b></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Para que nos hagamos una idea de lo que suponía publicar en <i>El Cuento Semanal</i> hay que citar al escritor <b>Alberto Insúa</b> —cuya primera novela corta también publicó <i>El Cuento Semanal</i>—: </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<i><span style="font-size: large;">Aparecer en El Cuento Semanal era para los escritores noveles poner una pica en Flandes y recibir, durante seis días, el soplo de la Fama.</span></i></blockquote>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">El <i>jurado</i> del concurso en el que Ángela Barco participa con <i>Fémina</i> lo componen nada más y nada menos que <b>Pío Baroja</b>, <b>Valle-Inclán</b> y <b>Felipe Trigo</b>. Aunque Ángela Barco no gana, <b>el eminente jurado recomienda la publicación de <i>Fémina</i></b>. El 8 de abril de 1910, <i>El Cuento Semanal</i> publica <i>Fémina</i>. Ángela Barco ha puesto una pica en Flandes y recibe el soplo de la fama. <b>La novela es un éxito. La crítica destaca los méritos de la obra. <i>Fémina</i> se agota y se hacen varias reediciones. </b></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-AmphWdT4MEI/Vwb754xypgI/AAAAAAAAVgw/mbEoAjQ1IG4/s1600-h/2016-04-08%25252001.16.22%25255B7%25255D.jpg"><img alt="Fémina novela de Ángela Barco" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-an68vipy3sM/Vwb76wvVkwI/AAAAAAAAVg0/svwG5xqPFf0/s16000/2016-04-08%25252001.16.22_thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-color: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-style: initial; border-top: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Afirman los estudiosos de la revista que <b><i>El Cuento Semanal</i> se fundó comprometida con el progresismo, la modernidad, la regeneración, cierta ideología anticlerical y la lucha por los derechos de la mujer.</b> <i>Fémina</i> encuentra en la revista un marco de lo más idóneo. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Los estudios del fenómeno “El Cuento Semanal” no se ocupan de Ángela Barco. Pero lo cierto es que la autora charra formó parte de aquella generación de narradores. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Del olvido casi general que sufrieron estos escritores tras la guerra civil tuvo la culpa la dictadura franquista, a la que no gustaban en absoluto los aires libertarios que se respiraban en todas estas narraciones. <b>La generación de escritores de El Cuento Semanal fue silenciada. </b></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><b>Al olvido que se impuso a aquellos escritores, hay que añadir el que la historia literaria acostumbra a dedicar a las escritoras con más frecuencia que a los escritores</b>. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Para combatir el olvido, para que la personal voz de Ángela Barco no se pierda en un silencio injusto surgen estas líneas y la presente edición de su novela corta <i>Fémina.</i> <b>Una narración comprometida, cuidada, dinámica, con un final desconcertante, que debe ocupar su espacio en la historia de la literatura</b>. </span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<span style="font-size: large;">Gabriela, la protagonista de Fémina, podría muy bien ser la abuela de Natalia —<i>Entre Visillos</i> de <b>Carmen Martín Gaite</b>— de Andrea —<i>Nada</i> de <b>Carmen Laforet</b>—, De Valba —<i>Los Abel</i> de <b>Ana María Matute</b>—, de Elena —<i>Aguas muertas</i> de <b>María Dolores Boixadós</b>—, de las <i>Cinco Sombras</i> de Eulalia Galvarriato, de Celia —la serie de libros de <b>Elena Fortún</b>—… Chicas que no se adaptan a lo que se exige de ellas, que no se resignan y se rebelan del modo que pueden. <b>Chicas raras</b> —como las bautizó Gaite— <b>contra las que nada pudo hacer la dictadura franquista, por mucho que intentó silenciarlas. </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;"><a href="https://goo.gl/sTfudT">Descarga <i>Fémina </i>aquí</a></span></div>
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div align="justify">
<div style="text-align: center;">
<b><a href="https://elpaxaruverde.blogspot.com.es/2016/06/femina-angela-barco.html?showComment=1466179604827#c7526785480179417899"><span style="color: blue; font-size: large;">Lee la reseña de <i>Fémina </i>en el blog literario El Pájaro Verde</span></a></b></div>
<div style="text-align: center;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: center;"><b><span style="font-size: large;">Más información:</span></b></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><a href="https://www.laurarivasarranz.com/angela-barco-biografia-de-la-escritora/">Ángela Barco: Biografía y entrevista sobre Ángela que me hicieron para el documental <i>Descifrando Salamanca a través de la literatura. Desde Miguel de Unamuno hasta la actualidad</i></a></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b><br /></b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;"><b><br /></b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>
<b>BIBLIOGRAFÍA</b> </div>
<ul>
<li> <div align="justify">
<i>Los autores como actores y los intereses literarios de acá y de allá (Los autores como actores de la vida:</i> “I. Las mujeres de mis contemporáneos”. José Moreno Villa 1951. Fondo de Cultura Económica. 1976</div>
</li>
<li> <div align="justify">
<i>Diario Íntimo</i>. Miguel de Unamuno. Alianza Editorial. 2006</div>
</li>
<li> <div align="justify">
<i>Libertad : periódico semanal</i> Año II Número 93 - 1914 diciembre 12</div>
</li>
<li> <div align="justify">
<i>La Correspondencia de España : diario universal de noticias</i>: Año LXI Número 18968 - 1910 enero 17</div>
</li>
<li> <div align="justify">
<i>El Cuento Semanal proyecto y proyección</i>. Manuel Martínez Arnaldos. Universidad de Murcia. 2007</div>
</li>
<li> <div align="justify">
<i>El Cuento Semanal en la continuidad literaria y periodística de su tiempo</i>. Cecilio Alonso. C.A. UNED “Tomás y Valiente” Alzira. Valencia</div>
</li>
<li> <div align="justify">
<i>El Cuento Semanal: alternativa y alteridad de una revista</i>. Belén Pereda. Universidad Autónoma de Barcelona. 2012</div>
</li>
<li> <div align="justify">
<i>La novela corta española: promoción de El Cuento Semanal (1901-1920)</i> Estudio preliminar, selección y notas de Federico Carlos Sainz de Robles, Madrid. 1952</div>
</li>
</ul>
<br />
<br /></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-17561684426040334112016-02-25T20:05:00.004+01:002022-12-12T22:49:43.644+01:00La Torre del Aire<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXkkoT-kJ87h1FDWKoiGueNtJV41Yr5AtI8VTgWPENed-uppBAP_wtx-W10Rl0jy2idAFnj4BJJUwVQ50c6EwAxzX6V3WV6OpqY3GRKz_p9hQoVtv85MoQ9y4thUBghCd5a39LxUo-4sg/s1600/torre+del+aire9.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Torre del Aire, Salamanca" border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXkkoT-kJ87h1FDWKoiGueNtJV41Yr5AtI8VTgWPENed-uppBAP_wtx-W10Rl0jy2idAFnj4BJJUwVQ50c6EwAxzX6V3WV6OpqY3GRKz_p9hQoVtv85MoQ9y4thUBghCd5a39LxUo-4sg/w640-h480/torre+del+aire9.JPG" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span><a name='more'></a></span><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">
Corre la primera mitad del siglo XV. La nobleza tiene a <b>Salamanca dividida en bandos. El de santo Tomé y el de San Benito</b>. Los desencuentros políticos y territoriales entre nobles desembocan en venganzas y odios a muerte. El asesinato próximo de los dos hijos de doña María la Brava recrudecerá un conflicto que se arrastra desde hace años.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">
En este clima guerrero, los Castillos, señores de santa María del campo de Fermoselle, construyen su palacio en la plaza de santa Eulalia. <b>Así, envuelta en vientos de guerra, se levanta la torre del Aire.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Villar y Macías</b> fecha la construcción en 1440. Un edificio —dicen que enorme a juzgar por lo que hoy conocemos— fortificado, a salvo de las emboscadas y vendettas que pudieran urdirse en el bando enemigo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De aquella gran construcción nos queda poco más que la <b>Torre del Aire</b>. El resto está alterado con modernizaciones. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Antes de que el término “Torre del aire” se impusiera, el edificio era conocido como <b>palacio de Fermoselle</b> pero sobre todo como <b>palacio de las Cuatro Torres</b>.</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUCvNZYxdIGW1QHc3tAFvCvFaNGpRxfT973U5EeANzbovuPINd2hPkiUywIsxNadUgOvGIAkqrIgbv2hyphenhyphen620q9tCYsn0wPeati85khetn4LV6gRRUYnKt4vArl0c9LtqZ81-ZKGbAexdA/s1600/torre+del+aire+5.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Detalles inscripción del Palacio de Fermoselle Salamanca" border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUCvNZYxdIGW1QHc3tAFvCvFaNGpRxfT973U5EeANzbovuPINd2hPkiUywIsxNadUgOvGIAkqrIgbv2hyphenhyphen620q9tCYsn0wPeati85khetn4LV6gRRUYnKt4vArl0c9LtqZ81-ZKGbAexdA/w640-h480/torre+del+aire+5.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Porque el palacio <b>tuvo tres torres más como la del Aire</b>. Eso piensa un grupo de historiadores. Otros opinan que nunca hubo cuatro torres y que el nombre procede de uno de los propietarios posteriores del palacio: el barón de las Cuatro Torres.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Villar y Macías es historiador del primer grupo. Afirma que <b>las tres torres que no conocemos existieron hasta el último tercio del siglo XVIII,</b> <b>y fueron demolidas por amenazar ruina.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El arquitecto Jose Picon, que a mediados del XIX formó parte de una expedición artística con destino a Salamanca, es autor de unas<i> Crónicas históricas de los principales monumentos de Salamanca</i>, publicadas en el periódico madrileño <i>El Heraldo</i>. <b>Afirma que tres de las cuatro torres fueron derribadas a mediados del siglo XVIII. </b></div>
<br />
Ángel de Apraiz, en su estudio <i>La casa y la vida en la antigua Salamanca</i> asegura:<br />
<blockquote class="tr_bq">
La casa de las Cuatro Torres que sin duda las tuvo para defender sus cuatro ángulos.</blockquote>
Tiene sentido pensar que una construcción que nació fortificada, en tiempos nada pacíficos, tuviera torres vigías en todos sus ángulos.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizKYBA6Bxpm6ObVxCM1fWK8oY4LtMu9CE3d6SjYv0n_Jk9XI4iTgfLe_P8ewAT_ve1A-u-wDDynwpJRiMLERJ1vGb5-r9gFZPwHI6-FZ0RhbhzJFhAC2YUWGNt6B8OcTe4rO_n0xmM3ic/s1600/torre+del+aire+4.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Torre del Aire, Salamanca" border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizKYBA6Bxpm6ObVxCM1fWK8oY4LtMu9CE3d6SjYv0n_Jk9XI4iTgfLe_P8ewAT_ve1A-u-wDDynwpJRiMLERJ1vGb5-r9gFZPwHI6-FZ0RhbhzJFhAC2YUWGNt6B8OcTe4rO_n0xmM3ic/w480-h640/torre+del+aire+4.JPG" width="480" /></a></div>
<br />
<br />
Del arquitecto Jose Picon sabemos que cita al principio de sus estudios salmantinos las fuentes en las que se basa:<br />
<blockquote class="tr_bq">
En la biblioteca de la Universidad de Salamanca están los libros y manuscritos que me han suministrado curiosos datos. Ponz, el P. Dorado y Gil Gonzalez Davila, son los autores que trataron de aquella ciudad. Las principales noticias, muchas inédita y reunidas con no escaso trabajo se las debo al Sr. D. Vicente de Lafuente, catedrático de canones de las misma universidad</blockquote>
<span style="text-align: justify;">De Villar y Macías sabemos que era metódico y exigente con su trabajo. Tanto, que terminó sus días <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2013/06/el-suicidio-de-villar-y-macias.html">arrojándose al fondo del Tormes por una inexactitud en sus estudios</a>. </span><br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De lo anterior se deduce que tanto Villar y Macías como José Picón son <b>investigadores rigurosos. No tiene el menor sentido pensar que uno y otro se hayan sacado de la manga una fecha en la que tres torres inventadas fueron derruidas. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Que uno de los sucesivos propietarios de la casa se llamara de las cuatro torres no impide en absoluto que la construcción tuviera cuatro torres. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por todo ello, <b>no encuentro motivo para que al mirar la torre del Aire no podamos imaginar un impresionante caserón solariego con cuatro altísimas torres del aire</b>. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Angel de Apraíz describe así el interior de las construcciones salmantinas que se erigían contra los rigores sangrientos de la lucha de bandos:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
En el interior de tales edificios, junto a las ventanas de ajimez, bellamente decoradas por fuera, un banco de piedra a cada lado permitía gozar de la alegría de la luz. Aparte de esto, más debían esperarse de la calle causas de dolor, como lo indica la disposición defensiva del interior de las torres y las saeteras que en ellas se alzan, los parapetos que las coronaban y tras de los cuales vigilarían los escuderos y hombres de guerra.</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmsJhBb4b3xEBPYRKWDHTsvAJT7mTAneK2-efZMyN1vr8EsDnhBfCxyDcJK6eLZxfwfs8Cu71MmkyHOy3ghWfsxoduLhxbREO5xm1X5FD3h3DOSVT9apghHYMzhKZQN9-H-9wa_iPvfTk/s1600/torre+del+aire+6.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Torre del Aire en Salamanca" border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmsJhBb4b3xEBPYRKWDHTsvAJT7mTAneK2-efZMyN1vr8EsDnhBfCxyDcJK6eLZxfwfs8Cu71MmkyHOy3ghWfsxoduLhxbREO5xm1X5FD3h3DOSVT9apghHYMzhKZQN9-H-9wa_iPvfTk/w640-h480/torre+del+aire+6.JPG" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La escritora salmantina <b><a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2013/02/matilde-cherner-salmantina-en-el-olvido.html">Matilde Cherner</a></b>, en una nota a pié de página de su relato <i>La torre del Clavel</i>, nos desvela una curiosidad del interior de la Torre del Aire:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Este palacio existe aún con el mismo nombre de las Cuatro Torres, por más que sólo conserve una, en la que, desde tiempo inmemorial, se ponía, cuando había tempestad, una especie de para-rayos, consistente en una cadena de hierro cuyo cabo interior caía a un pozo. El palacio forma un coto redondo, y aún cuando ha perdido parte de sus defensas y se han edificado casas en uno de sus costados, todavía conserva su aspecto feudal y su posición de fortaleza.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
En el palacio de las Cuatro Torres, cuenta Matilde Cherner, que se celebra por todo lo alto la boda de Leonor -hija del Clavero mayor- y de Ramiro -heredero de las Cuatro Torres-. Dos jóvenes que se aman por encima de las luchas de bandos que enfrentan a sus familias. <b>Un amor imposible</b> y con final sangriento, como no podía ser de otra forma en una época en la que desobediencias y traiciones se pagan con la vida. (<a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2013/05/la-plaza-de-colon-historias-leyendas-y.html#aire">La historia completa aquí</a>)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El palacio de las cuatro torres se levanta al calor de la desaparecida <b>iglesia de santa Eulalia</b>, que ahora da nombre a la plazuela.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De esta iglesia no se sabe mucho. Que su fundación es tan antigua que se pierde en la niebla de los siglos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sí se sabe que <b>la iglesia de santa Eulalia albergaba en su interior algunas obras de mucho valor artístico</b>. Citan un cuadro de <b>Francisco Navarrete (el mudo)</b>. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El periódico <i>La Provincia</i>, con motivo del anuncio de una subasta en Francia de la colección de arte del mariscal Soult, denuncia que durante la invasión francesa nos expoliaron a los charros 985 cuadros. Y entre ellos éste de la iglesia de santa Eulalia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
aquellos generales sacaron de esta ciudad hasta 985 cuadros,[...] en aquel número se contaban cuadros de Francisco Navarrete (el mudo), de Donoso, de Rivera y otros. Es digno de citarse uno bellísimo que existía en la iglesia de Santa Eulalia, no muy cuidado, a escasa luz, y que representaba a San Pedro saliendo de la cárcel. Obra maestra de Navarrete y verdadera joya de un mérito artístico inapreciable. Los expoliadores lo condujeron a Francia cuidadosamente envuelto en terciopelo para evitar el más leve deterioro. También se llevaron otros doce muy buenos del convento de San Francisco de Paula (pp. Minimos) muchos de estos cuadros enriquecieron la colección del mariscal Soult, y serán de los que ahora se anuncian en venta. </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>La iglesia de santa Eulalia, expoliada y cada vez más vieja, se cierra al culto por mal estado en 1889</b>. Al año siguiente se declara en ruina. Cuenta la prensa histórica que a la sombra de sus maltrechos muros los niños jugaban al marro, al toro, a la chirumba.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La iglesia de santa Eulalia no se derriba hasta el año 1897. Una vez desaparecida, surge la plazuela.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmt9TdDQx8ivYgDd259UCfF_22O_3KV8IwdcGzH6utpPvOjB6JRndEd998wOs-CDUH32lisxK9Da5OCL6Ct3Ess1h6Xi1rRYdPmHfnBfuoEgKXdt_5Uy2L2298dagTIPl-lRI9eqgrGPY/s1600/torre+del+aire+14.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Plaza de santa Eulalia Salamanca" border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmt9TdDQx8ivYgDd259UCfF_22O_3KV8IwdcGzH6utpPvOjB6JRndEd998wOs-CDUH32lisxK9Da5OCL6Ct3Ess1h6Xi1rRYdPmHfnBfuoEgKXdt_5Uy2L2298dagTIPl-lRI9eqgrGPY/w640-h480/torre+del+aire+14.JPG" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Según la prensa histórica, a principios del XX “no tenía ni jardines, ni fuente ni nada.”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De ello se desprende que en algún momento posterior la plaza de santa Eulalia tuvo jardines y hasta fuente. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>El Fomento</i> <i>de Salamanca</i> publica, en diciembre del año en que se derribó la iglesia, que el Ayuntamiento tiene intención de instalar allí una fuente. Es de suponer que lo hicieran...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los jardines tardaron poco en llegar. Se pusieron en 1904. Da cuenta de ello un enfadado redactor de <i>El Porvenir Periódico Republicano</i>, quejándose de que los niños del <b>colegio de san Casiano,</b> ubicado en el número cuatro de esta plaza, pasaban el recreo en ella con serio peligro para los nuevos jardines:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Hace poco tiempo se han hecho plantaciones en la plaza de Santa Eulalia.<br />
Como no se halla afirmado todavía el terreno removido para las hoyas, tienen allí los chiquillos […] parque de materiales para hacer el tránsito de las gentes pacíficas. […]</blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Esta mañana a las doce era un hormiguero de bebés aquello, pero de bebés tan mal educados, que no saben, o no les enseñan por lo visto otro sistema de solaz y esparcimiento más que el de lanzar piedras y abofetearse los unos a los otros.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Y deben inspirar muy poca confianza otros instintos menos humanos todavía de esos niñitos que pongan en riesgo los arbolitos, cuando a las horas de recreo y de salida de los colegios se ven por allí empleados del ramo de jardinería municipal que sin duda envía el señor Alcalde para relevar a los maestros, de cuidados que ellos solos debían tener.</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-5zeb5CdNIdk0KsXFgZgnXm1q8v1orByYqXlHcO6l_dTM6lw35dp_FtbtEi8Crm9XA7LN8HaV_a8pH7B9JQfJ41qKhfm-YHVYDYUFTljSyZ4QKOhCYg3Yqnt-mRSWh7SzJnHWIV3t9do/s1600/torre+del+aire+15.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Plaza de santa Eulalia Salamanca" border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-5zeb5CdNIdk0KsXFgZgnXm1q8v1orByYqXlHcO6l_dTM6lw35dp_FtbtEi8Crm9XA7LN8HaV_a8pH7B9JQfJ41qKhfm-YHVYDYUFTljSyZ4QKOhCYg3Yqnt-mRSWh7SzJnHWIV3t9do/w640-h480/torre+del+aire+15.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El colegio de san Casiano, donde estudiaba esta chavalería aficionada a las pedradas y terror de los jardines, era un centro de primera enseñanza con clases para párvulos, enseñanza elemental y preparatorio de segunda enseñanza.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Antes de la plantación de los jardines, en el año 1900, <i>El Noticiero Salmantino</i> da cuenta de la existencia de <b>puestos al aire libre instalados en la plaza de santa Eulalia: vendedoras de aves, de manzanas, de berzas...</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En 1915 ya se empieza a trabajar en los planos para levantar en esta plaza un nuevo edificio de Correos que ocupó la plazuela hasta 1973.<br />
<br />
Derribado Correos, vuelven los jardines.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq7gwlOLxW1S4jgDUmWG2tvdmenlMtIBXCcmlJHaW3n0rObsmjIsY1wAIJmgeEKNIBViuR67Yds66ZJYnMf-ukHMVSvlx-HTkFjn5T4VQrgCqO0NIkjd_J8o2UOOezCUyumzkSjys-_AA/s1600/torre+del+aire+10.JPG" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Plaza de santa Eulalia en Salamanca" border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq7gwlOLxW1S4jgDUmWG2tvdmenlMtIBXCcmlJHaW3n0rObsmjIsY1wAIJmgeEKNIBViuR67Yds66ZJYnMf-ukHMVSvlx-HTkFjn5T4VQrgCqO0NIkjd_J8o2UOOezCUyumzkSjys-_AA/w640-h480/torre+del+aire+10.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Escudo conservado de la fachada del desaparecido edificio de Correos </td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
El palacio de las cuatro torres habrá visto desde la altura de su torre todas las transformaciones de la plazuela. Cómo se arruinaba la iglesia, cómo jugaban los niños, cómo gritaban su mercancía las vendedoras de aves, manzanas y berzas. Vería levantar el edificio de correos y entrar allí a la gente con cartas llenas de noticias, recuerdos, abrazos y besos. Y vería luego el edificio demolido y el regreso de los jardines sobre sus restos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El paso del tiempo y sus aires nuevos se cuelan también por las ventanas de palacio. Las cuatro torres deja de ser una casa de familia noble y se convierte en fábrica. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En 1727 un capitán de caballos agregado al Estado Mayor de Salamanca, un tejedor y un tintorero se asocian para <b>crear en el palacio una fábrica de paños</b>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En 1872 las Hermanitas de los pobres establecen en el palacio de las cuatro torres su <b>asilo de ancianos</b>. Antes de ser estas monjas las propietarias, el palacio perteneció al alcalde Tomás Sánchez Ventura. Según explica <i>El Adelanto,</i> el edificio termina quedando deshabitado y las Hermanitas de los pobres consiguen -en palabras del redactor de <i>El Adelanto</i>- "a fuerza de trabajos, de limosnas y de economías, instalarse en el palacio de las cuatro torres". Describen así el interior del edificio en 1910:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
al traspasar el zaguán del asilo, nos encontramos con un patio, en cuyo centro se eleva una hornacina con una imagen de la Virgen. Antes se ve la portería y el recibidor. […] a la izquierda del patio está la cocina. […] En el primer piso (planta baja, que es lo que viene a ser), hay siete dormitorios de ancianos […] el pasillo de los dormitorios conduce a un jardín-huerta […] por unas escaleras que parten de la huerta se sube al piso alto. En este piso están instalados seis dormitorios de ancianas […] Los comedores están cada uno en su piso […] en el otro ala del edificio tienes las monjas sus modestas celdas […] Además hay enfermerías y capilla.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
El palacio de las cuatro torres pasa luego a ser propiedad de las religiosas de María Inmaculada. Primero dedicadas a jóvenes empleadas en el <b>servicio doméstico,</b> y en la actualidad como residencia de jóvenes estudiantes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En sus travesías de casa nobiliaria a fábrica de paños, de fábrica a asilo de ancianos, de asilo a residencia de jóvenes, este palacio perdió tres de las cuatro torres que le dieron nombre. Con las tres torres borrándose en el olvido hasta casi transformarse en torres de ficción, el palacio tuvo que cambiar de nombre. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWXBJI-Ya8YV96uqIlVKu5GfaMKY40kRw1JPWPFaMtTab-Grx1zjsfibVHgtlf2SCJONOYVAkSGG7qwf3X4OSa_Vu4U1WcqfnpHO7CgZkZWSEMyvON1AM1JNANwggB6vUK3bMdbdaIlpQ/s1600/torre+del+aire+12.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Torre del Aire, Salamanca" border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWXBJI-Ya8YV96uqIlVKu5GfaMKY40kRw1JPWPFaMtTab-Grx1zjsfibVHgtlf2SCJONOYVAkSGG7qwf3X4OSa_Vu4U1WcqfnpHO7CgZkZWSEMyvON1AM1JNANwggB6vUK3bMdbdaIlpQ/w480-h640/torre+del+aire+12.JPG" width="480" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hay quien dice que es la torre del Aire la que da nombre a la calle que discurre a sus pies. Sin embargo la prensa histórica del XIX da cuenta de sucesos —discusiones vecinales, peleas de novios, cambios domiciliarios, ventas de casas— acaecidos en la calle del Aire, cuando el palacio es unánimemente conocido como Palacio de las Cuatro Torres y nadie se refiere aún a la torre como Torre del Aire. Parece entonces más probable pensar que es la torre la que toma el nombre de la calle.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
José María Quadrado en una guía de Salamanca, Ávila y Segovia de 1884, dice que nadie sabe de dónde le viene el nombre a la calle del Aire.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es un misterio el origen del aire que bautizó a la calle y a la torre. </div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwvX1j4L3N0x5LhFtLN9O-1K-F9UiHcOnjjVV8LYzQ7KH7c5y0phPBGq0pChROnX0FzR6GBVGLm4ZE417u4pivqL7tYoHBxGl38-HD4_T460e2T6bPE0v-XQDJPCgM5Pd-UgpZbGvVuKc/s1600/torre+del+aire+Salamanca+1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Torre del aire en Salamanca" border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwvX1j4L3N0x5LhFtLN9O-1K-F9UiHcOnjjVV8LYzQ7KH7c5y0phPBGq0pChROnX0FzR6GBVGLm4ZE417u4pivqL7tYoHBxGl38-HD4_T460e2T6bPE0v-XQDJPCgM5Pd-UgpZbGvVuKc/w480-h640/torre+del+aire+Salamanca+1.jpg" width="480" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La torre del Aire se alza hoy entre edificios recientes enarbolando sus aires antiguos. Recordándonos que el tiempo, el viento se llevó tres torres, una guerra de bandos, una iglesia, un edificio de correos, a las gentes y sus cartas, a las vendedoras de berzas y a los revoltosos niños del colegio de san Casiano. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde su mirada sabia, de viajera del tiempo, la torre del aire nos habla de transformaciones, de aires nuevos. Quizá los que Torrente Ballester respira en los años setenta del siglo XX, cuando mira la torre desde su casa de la Gran Vía, y decide titular “Torre del Aire” a su columna en la prensa: </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Me gusta como título de estas notas, por lo que en ellas pueda haber -y habrá mucho- de voluntad frustrada, de querer también y no poder. Lo cual no me avergüenza ni me acompleja, porque no ignoro ya que existe siempre una distancia aún en los más eminentes casos, entre el propósito y la obra, entre lo que uno de verdad querría y lo que puede”. Torrente Ballester.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Quizá también de esto nos quiere hablar la torre. La distancia que separa los deseos de la realidad está llena de aire. Y aún así, por difícil, por imposible que sea hacer realidad un sueño, conviene respirar profundo, tirar por la calle del Aire, y volver a intentarlo.<br />
<br />
<b>BIBLIOGRAFÍA</b><br />
<ul>
<li><i>Historia de Salamanca</i> / M. Villar y Macías. [Salamanca] : [s.n.], 1887 (Salamanca : Imp. de Francisco Núñez Izquierdo</li>
<li><i>Salamanca y sus alrededores su pasado, su presente y su futuro</i>. Toribio Andrés, Eleuterio. Salamanca : Talleres tipográficos "Cervantes" de Avelino Ortega, 1944</li>
<li><i>La casa y la vida en la antigua Salamanca</i>. Ángel de Apraiz. La Basílica Teresiana Tomo III Epoca Tercera Año IV Número 35-36 - 1917 mayo 1 </li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px;"><em>La torre del Clavel. Episodio de la guerra de los bandos de Salamanca</em>. Rafael Luna (seudónimo de <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2013/02/matilde-cherner-salmantina-en-el-olvido.html" style="color: #6fa8dc;">Matilde Cherner</a>). La Mañana. Periódico Político y Literario abril y mayo de 1879</li>
<li><i>Salamanca, Ávila y Segovia</i> Quadrado, José MaríaBarcelona : Daniel Cortezo y Cª, 1884 </li>
<li><i>El Fomento de Salamanca : diario de la tarde</i> - 1897 diciembre 3</li>
<li><i>Metodología, valoración y criterios de intervención en la arquitectura fortificada de Castilla y León : catálogo de las provincias de León, Salamanca, Valladolid y Zamora</i> / Fernado Cobos Guerra, Manuel Retuerce Velasco </li>
<li><i>Hoja del lunes</i> 29 septiembre 1975</li>
<li><i>Noticiero salmantino : diario imparcial de la tarde</i> Año III Número 737 - 1900 marzo 30</li>
<li><i>La Provincia : revista salmantina</i> Año I Número 7 - 1867 abril 4</li>
<li><i>El Salmantino : periódico semanal</i>: Año Segunda Número VII - 1915 abril 22 </li>
<li><i>El Heraldo. Periódico político, religioso, literario e industrial</i>. 21 de julio de 1853. <i>Crónicas históricas de los principales monumentos de Salamanca. </i>José Picon</li>
<li><i>El Salmantino : periódico semanal</i> Año IX Número 2194 - 1917 octubre 13</li>
</ul>
<div align="left" style="line-height: 0.5cm; margin-bottom: 0cm; orphans: 1;">
<br /></div>
</div>
<span style="font-size: large;"><a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="http://i.creativecommons.org/l/by-nc-nd/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> </span>Este <span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">obra</span> de <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Laura Rivas Arranz</a> está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported</a>. <span style="font-size: large;"> </span> Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-68624821415061763912015-11-22T10:56:00.007+01:002022-12-12T22:46:27.152+01:00El Campo de San Francisco: aventuras y desventuras de un jardín en SalamancaEntre conventos, cúpulas y campanarios vive retirado el céntrico Campo de San Francisco. Un jardín con ilusiones de paseo, un campo venido a parque. El “monte mítico” que enamora a <b>Miguel de Unamuno</b>, el “recoleto parque” donde <b>Carmen Martín Gaite</b> intuye de joven que Cervantes en persona la está armando “caballero andante de las letras”.<br /><span><a name='more'></a></span><div align="justify"><br />Este Campo de san Francisco recoleto, enclaustrado, literario y lleno de historias, vivió épocas de esplendores y espacios mayores que hoy. <br />
<br /></div>
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<a href="http://lh3.googleusercontent.com/-cjXf3sNZoJc/VlDKgOusOPI/AAAAAAAATu4/1Choecm0-o4/s1600-h/arboles-torres8.jpg"><img alt="Campo de san Francisco de Salamanca" border="0" src="http://lh3.googleusercontent.com/-KC5nBGQ282I/VlDKhIMsH3I/AAAAAAAATvA/0gP6OkXgPLo/s16000/arboles-torres_thumb5.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></div>
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</div>
<div align="justify">
Cuenta <b>Villar y Macías </b>que se llamaba “Campo de San Francisco” al terreno comprendido entre la Veracruz y el desaparecido convento de san Francisco, y entre la muralla y un jardín que tuvo el palacio de Monterrey. Es decir, que <b>e</b><b>l convento </b><b>vacío</b><b> de las Adoratrices </b><b>que hoy vemos </b><b>se eleva sobr</b><b>e</b><b> </b><b>l</b><b>a</b><b> mitad perdida del Campo de san Francisco</b>. </div>
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</div>
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</div>
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Pero no fueron las Adoratrices las que partieron el Campo de San Francisco por la mitad. Fue una plaza de toros; o el interés de la política por poner toda clase de facilidades para dar diversión y distracciones al pueblo. </div>
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</div>
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</div>
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Pero vayamos por orden, porque la historia del Campo de San Francisco empieza mucho antes de Miguel Unamuno, de Carmen Martín Gaite y de una plaza de Toros.</div>
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</div>
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<br />
Al iniciarse el siglo XVIII no sabemos si este terreno espacioso que llega hasta los jardines de Monterrey, conserva aspecto campero o si de vegetación no le queda ya mucho más que el nombre. Sea como fuere, en el <b>año 1700</b>, las autoridades de la época lo toman más por solar que por campo y <b>lo utilizan para acumular las piedras necesarias para levantar allí nada menos que dos cuarteles</b>. El proyecto se abandona porque estalla la Guerra de Sucesión y prefieren dedicar las piedras a reforzar la muralla de la ciudad.</div>
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</div>
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</div>
<div align="justify">
Tras acoger tanto material de construcción, es de suponer que el aspecto del Campo de San Francisco no sería ya muy campestre. En medio de este más que probable pedregal abandonado brillaría mucho <b>el humilladero</b> que en 1710 había levantado la cofradía de la iglesia de la Veracruz. </div>
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</div>
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</div>
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Villar y Macías lo describe así: </div>
<blockquote>
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Estaba situado en el campo san Francisco frente al convento de las Úrsulas. Conocido popularmente con el nombre del Crucero. Cerraban este humilladero hermosas verjas y le adornaban diez y ocho corpulentos y frondosos álamos. </div>
</blockquote>
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La cofradía celebraba aquí en semana santa el acto del Descendimiento. </div>
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</div>
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</div>
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Hoy, el Descendimiento también se celebra en el Campo de san Francisco, a los pies de un crucero que nada tiene que ver con aquel de las hermosas verjas y los frondosos álamos.</div>
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</div>
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</div>
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El crucero, las verjas y hasta los álamos se derribaron en 1787 y dice Villar y Macías que “con general sentimiento”. La desaparición del humilladero entristeció a los salmantinos, y seguramente también al Campo de San Francisco que debió de quedar ya completamente desolado y ruinoso. </div>
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</div>
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</div>
<div align="justify">
<b>El crucero que hoy conocemos está situado mucho más arriba de donde </b><b>se encontraba</b><b> el primitivo, y </b><b>es un símbolo f</b><b>ranquista.</b> <b>Toribio Andrés</b> en <em>Salamanca y sus alrededores</em> explica –en un párrafo empalagoso hasta la náusea, pringoso de adulación al dictador y sus tropas– que el crucero se erigió al terminar la guerra civil en homenaje a los caídos de las tropas franquistas. </div>
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</div>
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</div>
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Por eso, sin ánimo de molestar a nadie ni hacer polémicas, no parece que tenga el menor sentido celebrar hoy el Descendimiento a los pies de este crucero. </div>
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</div>
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Que tampoco estoy diciendo que haya que coger un mazo y tirarlo abajo, porque hay días que esa cruz cortando el horizonte nos ofrece una imagen bonita. Pero está bien y es justo que sepamos cual es su origen, que al mirar ese crucero reneguemos de dictadores y valoremos la libertad, y que la palabra “humilladero” y sus ecos de tiempos antiguos no nos llame a engaños, porque el origen de este crucero ni es tan antiguo ni desde luego tan religioso. <br />
<br /></div>
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</div>
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<a href="http://lh3.googleusercontent.com/-eEQNqx-vTYA/VlDKilBJbwI/AAAAAAAATvI/VeteOAcOBFg/s1600-h/DSC0026913.jpg"><img alt="Humilladero del Campo de San Francisco, Salamanca" border="0" src="http://lh3.googleusercontent.com/-MAX8pC7HE74/VlDKj2INCUI/AAAAAAAATvM/zp8KucpfUmI/s16000/DSC00269_thumb7.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></div>
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</div>
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Habíamos dejado el campo de San Francisco en 1710, en estado desolado y ruinoso. En semejante situación no es extraño que en los años noventa del siglo XVIII se piense en este lugar como el indicado para enclavar un nuevo edificio: <b>el</b><b> colegio de la orden militar de Alcántara</b>. </div>
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</div>
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</div>
<div align="justify">
Se llegan a levantar los dos primeros pisos. Pero explica Villar y Macías que los vecinos frailes del convento de san Francisco no estaban muy conformes con la construcción, y entre eso y que estalla la guerra de la Independencia y otras vicisitudes que Villar y Macías no detalla, se decide paralizar las obras.<br />
<br />
Otro edificio frustrado; da la sensación de que el Campo de San Francisco estaba predestinado a los árboles.</div>
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</div>
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</div>
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Con la construcción del colegio de Alcántara abandonada aumentaría <b>la desolación del Campo de San Francisco. </b><b>Y permanecería así hasta que en</b><b> 1828 </b><b>las autoridades deciden </b><b>rescatar</b><b>lo</b>.</div>
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</div>
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</div>
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Según Villar y Macías plantan sobre el terreno más de seiscientos álamos y trasladan a él la fuente de la plazuela de Monterey. </div>
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</div>
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</div>
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Se construyen dos escaleras de acceso en los lados más largos del jardín y varias escalinatas interiores para salvar los desniveles. </div>
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</div>
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</div>
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Acaba de nacer un espectacular Campo de San francisco. </div>
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</div>
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</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://lh3.googleusercontent.com/-n0UA78bwwhM/VkTil4iGOpI/AAAAAAAATqM/zjNv6sqZ7EQ/s1600-h/Campo%252520de%252520san%252520Francisco%252520columna%25255B3%25255D.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Paseo del Campo de san Francisco" border="0" src="http://lh3.googleusercontent.com/-XwMbDuNGNDk/VkTim8DP1NI/AAAAAAAATqU/8MgAKxdG2jM/s16000/Campo%252520de%252520san%252520Francisco%252520columna_thumb.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen publicada en Basílica Teresiana 15 de diciembre de 1905. Obtenida de la web de <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion">prensa histórica</a></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div align="justify">
<br />
Debió de ser una transformación tan grande, que las autoridades no dudan en dejar <b>una inscripción en recuerdo de </b><b>la</b><b> hazaña</b>. </div>
<div align="justify">
</div>
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</div>
<div align="justify">
Un reportero de <i>El Adelanto</i> informa a los salmantinos del hallazgo de esta inscripción en 1919 : </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Sobre el pretil del paseo de las Carmelitas, frontero a la casa del guarda del Campo de San Francisco, nuestro amigo nos ha invitado a leer la añosa inscripción que existe, en una piedra que sirve de pared de la misma casa del guarda, y cuya inscripción ha sido respetada en el enjalbegado y revoco de las paredes de la casa. </div>
<div align="justify">
[...] </div>
<div align="justify">
Dice así la inscripción, al pie de la letra tomada:</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="center">
REINANDO D. FERNANDO 7º Y </div>
<div align="center">
SIENDO GOBERNADOR POLITICO </div>
<div align="center">
IMILITAR DE SALAMANCA, </div>
<div align="center">
EL CORONEL DEL R. CVUERPO DE </div>
<div align="center">
ARTILLERIA D. YSIDRO LÓPEZ </div>
<div align="center">
DE ARCE, SE CONSERVÓ ESTA CASA, </div>
<div align="center">
SE TRASLADO LA FVUENTE Y </div>
<div align="center">
SE PLANTARON 635 PIES DE NE- </div>
<div align="center">
GRILLO PARA LA COMODIDAD DEL </div>
<div align="center">
PÚBLICO. – AÑO 1828 </div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
No sé si la casita que hoy vemos en la parte alta del parque se corresponde con aquella casa del guarda. Si es así, en su interior debe de estar la inscripción, siempre y cuando hayan seguido respetándola... </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
El abandono que durante siglos parece haber perseguido al Campo de San Francisco revoloteaba sobre el flamante jardín de los 635 pies de negrillos. Sólo once años duró este Campo de San Francisco. </div>
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</div>
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<b>En 1839 las autoridades conceden las licencias necesarias para transformar en plaza de toros la mitad más grande del </b><b>casi recién estrenado </b><b>Campo de san Francisco</b>. Incomprensible. </div>
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</div>
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</div>
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Los constructores de esta plaza adquieren también el vecino convento de san Francisco, por entonces ya en ruinas. Las piedras del convento se utilizan para cimentar la nueva plaza. <br />
<br />
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Los encargados de la construcción no debían de tener muchos remilgos culturales ni religiosos, porque al parecer <b>hasta las esculturas de santos del convento de san Francisco van a parar a los cimientos de la plaza de toros</b>. Se inaugura en 1840.<br />
<br /></div>
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</div>
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</div>
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Desde el obispado no se tarda mucho en hablar del <b>origen sacrílego de la plaza de toros</b>. Aunque las desventuras del nuevo coso taurino habían empezado antes de esas declaraciones, porque enseguida se descubre que la <b>construcción es defectuosa</b> y hasta insegura.<br />
<br /></div>
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</div>
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</div>
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Entre sacrilegios y peligros, el público empieza a escasear. Las reparaciones que necesita la plaza son demasiado costosas para abordarlas, y en 1867 la plaza es demolida.<br />
<br /></div>
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</div>
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</div>
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La mitad del campo de San Francisco vuelve a estar en ruinas.</div>
<br /></div>
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</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://lh3.googleusercontent.com/-2DasvZgFo90/VlDKk-VSftI/AAAAAAAATvU/paBmXgyJd3Q/s1600-h/DSC0027011.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="columna del convento de San Francisco Salamanca" border="0" src="http://lh3.googleusercontent.com/-Ges4V06pSnw/VlDKl2OgHbI/AAAAAAAATvc/XuebrYQ0UHY/s16000/DSC00270_thumb8.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Parece que esta columna perteneció al pórtico del desaparecido convento de San Francisco. Fuente: <a href="http://elsuelodesalamanca.blogspot.com.es/2010/01/los-restos-de-san-francisco-el-grande.html">El suelo de Salamanca</a></td></tr>
</tbody></table>
</div>
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</div>
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<br /></div>
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<b>Pero</b><b> la mitad superviviente </b><b>ha</b><b> </b><b>ido</b><b> </b><b>transformándose</b><b> en un paseo relativamente frecuentado por los salmantinos</b>, especialmente en verano y sobre todo los jueves y los domingos. Esos días toca en el Campo de San Francisco la banda del Hospicio. Y aunque la Plaza Mayor sigue siendo el paseo preferido, muchos enfilan también por la calle del Prior hasta el campo de San Francisco. </div>
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</div>
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</div>
<blockquote>
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El Campo de san Francisco tuvo su época de esplendor. Allí se congregaban las gentes y daban vueltas alrededor, quizá acompasados a los acordes de una banda municipal o provincial. </div>
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<b>Juan Domínguez Berrueta </b></div>
</blockquote>
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Así se recuerda aquel Campo de San Francisco en <i>El Adelanto</i>: </div>
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</div>
<blockquote>
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aquellas avenidas umbrosas, silenciosas, aquellos macizos pintorescos, floridos y vistosos, aquellos álamos copudos y aquellos cipreses altivos. </div>
</blockquote>
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Entre avenidas umbrosas y macizos floridos los salmantinos pasean y también se buscan. </div>
<blockquote>
<div align="justify">
[…]fue un tiempo lugar de discreteos amorosos de las damitas salmantinas y de los galanes más atildados que hoy peinan canas </div>
<div align="justify">
<b>Antonio García Boiza.</b></div>
</blockquote>
<blockquote>
[…] hice propósito firme de lanzarme a la primera aventura amorosa y, para no gastar tiempo en elegir, aceché desde aquel mismo instante a Rosita Saura, que en dirección contraria a nosotros y del brazo de dos amigas, paseaba por el Campo de San Francisco. <b>Luis Maldonado</b></blockquote>
<div align="justify">
Por el día, los árboles frondosos llenan de sombras el Campo de san Francisco y por las noches la escasez de farolas lo hunden en la penumbra. Muchas noches, la iluminación nocturna del Campo de San Francisco corre por cuenta de la luna. </div>
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</div>
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</div>
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Los periodistas de la época denuncian así la falta de luz. </div>
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</div>
<blockquote>
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El Ayuntamiento, al llevar allí el paseo con la música, nos invita en cierto modo a una fiesta, dejándonos luego sin luz con notoria descortesía. </div>
<div align="justify">
Excelentísimo Sr.: en nombre de los concurrentes al Campo y especialmente de las hermosas salmantinas, pedimos a V.E. media docena siquiera de farolas para que, cuando menos, puedan reconocerse los paseantes. </div>
</blockquote>
<blockquote>
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A OSCURAS </div>
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(CUADRO SIN LUZ AL NATURAL) </div>
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EN EL CAMPO DE SAN FRANCISCO </div>
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– ¿Sabes, chico que no <i>guipo</i>? </div>
<div align="justify">
– ¡Pues si tú no <i>guipas</i> que tienes buenas vista!... </div>
<div align="justify">
– ¿Quién es esa que ha <i>pasao</i>? ¿No es Carmen? </div>
<div align="justify">
– ¿Qué sé yo? </div>
<div align="justify">
– ¿Pues sabes que estamos lucidos? </div>
<div align="justify">
– ¡Y tanto! </div>
<div align="justify">
--Mira, mira, vamos a ponernos aquí, junto a esta farola a ver si la vemos pasar, porque si no... en toda la noche no la vamos a encontrar. </div>
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* </div>
<div align="center">
** </div>
<div align="justify">
– ¡Vaya una morena! ¿Eh? </div>
<div align="justify">
– ¡Qué ha de ser morena, hombre!... Si es más rubia que el oro. </div>
<div align="justify">
– ¡Estás fresco! </div>
<div align="justify">
– ¡Tú si que lo estás! </div>
<div align="justify">
– Pero, hombre, <i>paece</i> mentira... </div>
<div align="justify">
– Eso mismo digo yo, que <i>paece</i> mentira... </div>
<div align="justify">
– Se <i>nesecita</i> estar ciego, hombre. </div>
<div align="justify">
– No, lo que se necesita es tener la vista que tú tienes, que no ves un burro a cuatro pasos. </div>
<div align="justify">
– ¿<i>Quiés</i> ver cómo te veo a ti <i>pa</i> soltarte un trompis? </div>
<div align="justify">
– ¡Puede! </div>
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– ¿Que no? ¡Pues toma! </div>
<div align="justify">
– ¡Eh, señores!, haya paz, que aquí la culpa no es de sus ojos de Vds., sino del Ayuntamiento que nos deja a oscuras. </div>
<div align="justify">
– Tienes usted razón, <i>cabayero</i>. </div>
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* </div>
<div align="center">
** </div>
<div align="justify">
– Oye, oye. ¿No es aquella Conchita? </div>
<div align="justify">
– Si que lo es. </div>
<div align="justify">
– Pues ¿sabes que me gusta la desfachatez? ¿Si creerá que porque estamos a oscuras no voy a ver que la acompaña un individuo? Ahora mismo la voy a dejar <i>plantá</i> con una fresca, y de camino le rompo el alma a ese chiquilicuatro que lleva al <i>lao</i>. </div>
<div align="justify">
– No hagas barbaridades, hombre. </div>
<div align="justify">
– Ahora vas a ver lo bueno. <i>Digasté</i>, mala facha, ¿a quién ha <i>pedío</i> <i>usté</i> permiso <i>pa</i> <i>compañar</i> a esa joven? Y tú, mosquita muerta, ¿de cuándo acá te has <i>pensao</i> que el hijo de mi madre va a aguantar estas <i>cabronás</i>? </div>
<div align="justify">
– Pero Pepe, no digas disparates; si es mi hermano... </div>
<div align="justify">
– ¡Ah!... Si no lo había conocío... Con estas oscuridades... </div>
<div align="center">
* </div>
<div align="center">
** </div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
Como la guasa de los periodistas del XIX empieza a coger en este punto cierto regustillo machista, dejamos aquí la sucesión de escenas pintorescas y continuamos nuestro paseo. </div>
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</div>
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</div>
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Tan popular y concurrido era el paseo, que en el año 1885 <b>el propietario de un coche de caballos </b><b>solicita</b><b> licencia para pasear ¡en el coche! por el Campo de San Francisco</b>. Ya aviso que el Ayuntamiento no se la concede. Se ve que lo de sacar el coche para cubrir las distancias cortas es una tradición que a Salamanca le viene de lejos... </div>
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</div>
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</div>
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Con el paso del tiempo el murmullo de gente en el Campo de san Francisco se va apagando. <b>Las ruinas de la plaza de toros en la mitad perdida del Campo empiezan a atraer conflictos</b>: </div>
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</div>
<blockquote>
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[…]es muy rara la noche que no ocurre algún lance entre las ruinas de la antigua plaza de toros</div>
</blockquote>
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La fuente del Campo de San Francisco era una de las más abundantes de la ciudad y a ella acudían en enjambres las mozas del servicio: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Durante todas las horas del día y de la noche el Campo de San Francisco ofrece el más animado aspecto.</div>
</blockquote>
<blockquote>
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Las muchachas que van por agua entretienen el tiempo de la espera en conversar tranquilamente con el novio o en corretear chillando por los jardines. </div>
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</div>
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Cuando llega la hora de coger el agua, la algazara suele degenerar en riña, y tan pronto se rompe un cántaro como se zurran la badana unas mozas.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Entre los conflictos que atraen las ruinas de la plaza de toros y la afluencia al caño de las mozas y sus novios, el Campo de San Francisco deja de estar de moda entre las damitas bien de la ciudad y sus galanes. <b>El clasismo también deja su impronta en el Campo de San Francisco.</b> <br />
<b><br /></b></div>
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</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://lh3.googleusercontent.com/-8BH_Qvy8fvw/VkTioCdCZGI/AAAAAAAATqc/zFxSC4vZO6I/s1600-h/fuente-campo-de-san-francisco-salama%25255B2%25255D.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="fuente campo de san francisco salamanca" border="0" src="http://lh3.googleusercontent.com/-VGgj-HRtjBs/VkTipW02krI/AAAAAAAATqk/wfFtbuZ85oc/s16000/fuente-campo-de-san-francisco-salama%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: 12.8px;">Imagen publicada en Basílica Teresiana 15 de diciembre de 1905. Obtenida de la web de </span><a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion" style="font-size: 12.8px;">prensa histórica</a></td></tr>
</tbody></table>
</div>
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</div>
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Las restos de la plaza de toros se cercan. Es un intento quizá de evitar los conflictos e inseguridades que atraen siempre las ruinas. Al final, el solar es adquirido por la orden de las Adoratrices para construir allí el convento. Se trasladan al nuevo edificio en 1886. </div>
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</div>
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</div>
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<b>La llegada de las Adoratrices</b> trae peripecias nuevas al Campo de san Francisco. </div>
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</div>
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</div>
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Al colegio que dirigían en aquella época las Adoratrices iban a parar jovencitas sin recursos. Allí se les procuraba una formación sencilla, y al cabo de dos o tres años se les buscaba trabajo de sirvienta en alguna casa. <b>Se trataba de dar una alternativa </b><b>rápida</b><b> a la prostitución</b>, que era una amenaza cierta para aquellas mujeres que se encontraban sin dinero y sin hombres de su familia que pudieran ampararlas, en una época en la que si no eras hombre no podías formarte para ejercer una profesión que te procurara un sueldo. </div>
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</div>
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</div>
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Así que, hasta cierto punto, las Adoratrices quizá pudieron ayudar a mujeres. Aunque la solución que ofrecieran fuera sexista y nada revolucionaria respecto a mejorar el papel de la mujer en la sociedad, que era la raíz del problema. Y que sigue siendo en el fondo la raíz que hay bajo el problema de la prostitución. La mujer en situación de inferioridad, en desigualdad, esclavizada. La prostituta hoy, ayer y siempre es en inmensa mayoría una mujer explotada que no ha tenido oportunidad de acceder a un mercado laboral ni de formarse para desarrollarse profesionalmente. </div>
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</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
<b>Sobre las Adoratrices hay también una leyenda negra</b>. Se rumoreaba que sus centros docentes funcionaban más como reformatorios que como colegios, y que no se trataba muy bien a las muchachas que por unas razones o por otras iban a parar allí. </div>
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</div>
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</div>
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El Campo de San Francisco fue testigo de algunas <b>fugas de </b><b>chicas</b><b> que saltaban el muro de la huerta</b>. </div>
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</div>
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</div>
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En 1887 <i>El Fomento </i>publica la siguiente noticia: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Ayer tarde llamó la atención de varias personas ver sola y marchar de prisa por las Afueras de la ciudad, a una muchacha que sin duda para ocultar su procedencia, llevaba tapada la cabeza con la parte posterior del vestido, resultando luego ser una de las acogidas en el Convento de las Adoratrices, establecido frente al Campo de San Francisco. A los pocos momentos de fugarse salieron dos Hermanas en su seguimiento, pero no habiendo podido alcanzarla, los agentes de la autoridad se encargaron de personarse en la casa de la fugitiva, y entregarle las ropas que llevó al convento recogiendo de paso los hábitos que usaba dentro de él. </div>
</blockquote>
<div align="justify">
En 1906, <i>El Adelanto</i> cuenta que <strong>Petra Pablos, una joven de 19 años, hija de un labrador, se arroja con decisión por la tapia del convento</strong>:</div>
<div align="justify">
<blockquote class="tr_bq">
Según nos han contado Petra Pablos subió a la tapia por donde se arrojó con una seguridad y un aplomo extraordinarios. Ya en la tapia pidió a unas muchachas que iban al caño de San Francisco, que la ayudaran a bajar, y como éstas se negaran alegando que el prestarle ayuda podía irrogarles perjuicios, se tiró a la calle.</blockquote>
</div>
<div align="justify">
Se rompió la pierna y se dislocó un pie. Petra explicó sus motivos a los periodistas que la entrevistaron:</div>
<div align="justify">
<blockquote class="tr_bq">
Se llama Petra Pablos, tiene 19 años de edad y es natural de Miranda del Castañar, donde reside su padre que es labrador.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
De aspecto simpático y rostro agraciado, la educanda respondía serenamente a cuantas preguntas la dirigimos.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Vestía hábito azul con toca blanca, calzando alpargatas negras.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Petra Pablos nos dijo que llevaba en el convento unos 3 años y que durante este tiempo había recibido malos tratos en él, y que si antes no se había fugado, había sido por no tener ocasión para ello.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Que esta mañana la encontró, y sin esperar a más se arrojó por la tapia, pues estaba cansada de sufrir y de tolerar los penosos trabajos que en el convento se la encomendaban.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
También nos dijo que su padre la hizo entrar en el convento para aprender labores, cosa que según Petra Pablos, no hacían.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Le había escrito a su padre hace unos 15 días y temía que la carta se hubiese perdido. </blockquote>
</div>
Los reporteros de <i>El Adelanto</i> entrevistan a la superiora de la orden y esto fue lo que dijo:<br />
<blockquote>
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La superiora, que nos recibió con toda cortesía, nos dijo poco más o menos: </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
No ha sido una monja la que se ha escapado, sino una de las jóvenes recogidas en el convento.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Su conducta era muy mala y nosotras no podíamos tenerla aquí más tiempo. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Escribimos a un hermano que tiene en miranda del Castañar diciéndole, que su hermana no podía continuar en el Convento.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Como el hermano de ella no contestó y no podíamos tenerla aquí le dijimos que tenía que salir del convento y buscamos una casa conocida donde pudiera entrar como sirviente. […]</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
La explicación que para nosotros tiene el suceso es la de que se ha escapado no porque aquí se la tratara mal sino despechada porque su familia no se ocupaba de ella y no hacía caso ninguno de nuestras cartas diciéndole que vinieran a buscarla porque aquí no podía continuar.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Da la impresión de que Petra Pablos, con sus diecinueve años, su aspecto simpático y agraciado y su rebeldía (¡bien por ella!), estorbaba. Petra Pablos no importaba mucho ni a su padre ni a su hermano ni a las monjas Adoratrices. Nos quedamos con la preocupación de no saber qué sería de ella... </div>
<div align="justify">
</div>
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</div>
<div align="justify">
<b>Algún </b><b>enamorado</b><b> que otro rondó también </b><b>por el Campo San Francisco</b>, alrededor del convento de las Adoratrices. Así lo cuenta <i>El Adelanto</i>: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Ha sido detenido el último Tenorio, que parodiando la leyenda de los novelones por entregas se dedicaba a encaramarse a los árboles del Campo de San Francisco para sorprender a su doña Leonor que llora en las celosías de las Adoratrices. El pobre ingenuo se llama Juan Hernández Espeso. </div>
</blockquote>
<div align="justify">
Pues no es por nada pero entre las que lloraban a sus tenorios en las celosías y las que saltaban la tapia de la huerta, <b>da la impresión de que en las Adoratrices medio convento estaba allí contra su voluntad...</b> </div>
<div align="justify">
</div>
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</div>
<div align="justify">
Eso me recuerda una cantinela extraña que de pequeña se escuchaba en boca de los más mayores: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
–Hay que ver la guerra que da esta niña. Como no te portes bien te voy a llevar a las adoratrices. </div>
</blockquote>
<div align="justify">
Y en aquellos años de comba y bocadillos de nocilla, lo de “llevarte a las adoratrices” sonaba a raro sinónimo de “te voy a castigar”... Pues eso.... </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Que <b>p</b><b>ensando en Petra Pablos y en todas esas mujeres del siglo XIX y principios del XX, sin oportunidades de salir adelante por sí mismas, la tapia del convento de las Adoratrices estremece...</b> </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Cinco años después de haberse establecido las Adoratrices en el Campo de San Francisco <b>llega Miguel de Unamuno a Salamanca</b>. En el año 1891 toma posesión de su cátedra de griego. <strong>Se instala, recién casado, en una vivienda junto al Campo de san Francisco</strong>. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
En 1955 aún existía esa casa y así la describía <b>Manuel García Blanco</b> en su estudio sobre las diferentes viviendas de Unamuno en Salamanca: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
La primera morada de don Miguel de Unamuno en Salamanca fué una soleada casita, que aún puede verse,en el campo de San Francisco, esquina al paseo de las carmelitas, en lo que ya se llama las Afueras de San Bernardo. La fachada que da al Campo es de ladrillo rojo, y en su planta superior, de las dos que tiene, existe un mirador de hierro y cristales que no sé si data de los tiempos en que Unamuno vivía en ella. La que da al paseo esta cubierta de azulejos azulados en su única planta, que creo deben ser también posteriores a aquella época </div>
<div align="justify">
[…] </div>
<div align="justify">
Desde esta casa entabló Unamuno esa familiaridad poética, que nunca abandonó, con el que llamó el «franciscano Campo de San Francisco», y con el «alto soto de torres».</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Tres años vivió Unamuno en esta casa. El Campo de San Francisco estaba poblado entonces de árboles muy frondosos que le daban aspecto de bosque abandonado más que de jardín municipal. Desde la ventana de aquella casa con fachada al Campo de San Francisco, <b>desde su vida nueva en aquel</b><b>la </b><b>vivienda</b><b> de </b><b>recién</b><b> casados, Miguel de Unamuno contemplaría aquel bosque abandonado envuelto en el otro bosque de torres. Y ya nunca pudo don Miguel dejar de querer </b><b>a </b><b>aquel campito</b>: <br />
<br /></div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://lh3.googleusercontent.com/-_6d6ki7rPT8/VkTiqcFfZ9I/AAAAAAAATqs/SSdBen-8aYc/s1600-h/CMU-94-Foto6114.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Miguel de Unamuno en el campo de san Francisco" border="0" src="http://lh3.googleusercontent.com/-rLgMzHYT1yI/VkTirFFG_OI/AAAAAAAATq0/VAwdMi1U3Pk/s16000/CMU-94-Foto611_thumb2.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Miguel de Unamuno de perfil sentado en muro en parque de San Francisco. Al fondo, Pontificia. Salamanca. 1934. Fondo Miguel de Unamuno. Disponible en Repositorio documental Gredos bajo la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div align="justify">
</div>
<br />
<blockquote>
<div align="justify">
¡con cuán otra alma se ven caer las hojas otoñales en aquel campito enclaustrado! [...] ¡con cuán otra alma ve uno caer y rodar por la tierra, entre las flores mustias, las hojas doradas del dorado otoño de la Salamanca de oro! </div>
<div align="justify">
<strong>Miguel de Unamuno</strong></div>
</blockquote>
<br />
<div align="justify">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://lh3.googleusercontent.com/-QomMZ1wf-AM/VkTisLip12I/AAAAAAAATq8/AnFlcij9BL4/s1600-h/CMU-91-Foto3774.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Miguel de Unamuno en las cercanías del Campo de san Francisco en Salamanca" border="0" src="http://lh3.googleusercontent.com/-RRtAQ5tsUlE/VkTitOB9TyI/AAAAAAAATrE/VBbBkRUM_Zc/s16000/CMU-91-Foto377_thumb2.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Unamuno paseando con una mujer con velo y un hombre por el Campo de San Francisco en Salamanca. 1923. Fondo Miguel de Unamuno. Disponible en Repositorio documental Gredos. bajo la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
<b><br /></b>
<b>En 1919 el Campo de San Francisco sufre una </b><b>poda salvaje</b>. Va a ser que los alcaldes salmantinos sufren de cierto ramalazo leñador desde hace un siglo. Ahí lo dejo... <br />
<br /></div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
<b>Juan Domínguez Berrueta</b> lamentaba la poda en <i>El Adelanto</i>. Un párrafo que nos sirve para hacernos una idea de cómo fue el Campo de san Francisco en los tiempos que enamoró a Unamuno: </div>
<div align="justify">
</div>
<blockquote>
<div align="justify">
Había en Salamanca un “Campo de San Francisco” que era un jardín ideal. No había pintor o artista de algún sentimiento que no lo visitara. A la luz de la luna de las noches primaverales, a pleno sol de un mediodía de verano, en el crepúsculo de las tardes de otoño, siempre presentaba aquel “Campo” su tonalidad especial. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Todo el secreto y el misterio de aquel encanto artístico, consistía sencillamente en la sombra de los árboles. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Árboles de mucha fronda, nidales de pájaros llenaban aquel “Campo” sembrados aquí y allá, sin atenerse a la simetría geométrica […] </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
El “Campo de San Francisco era un refugio excelente para pasear a la sombra de los árboles en los días caniculares, en esta Salamanca sin paseos. Cuando las carreteras circundantes echan fuego, y la plaza mayor está asfixiante, con un sol de justicia que enrarece el aire entre las cuatro fachadas. El “Campo de San Francisco” daba la sensación de un refrigerio, al aire libre, a la sombra de sus árboles llenos de frondosidad. […] </div>
</blockquote>
<blockquote>
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</div>
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Este verano no habrá sombra en el “Campo de San Francisco” […] El hacha del leñador ha pasado por aquel “Campo”, como un huracán. Las ramas frondosas han caído a tierra, y allí quedan perennes, para muestra, los troncos de los árboles, desnudos, y tristes, como “árbol sin sombra”.</div>
</blockquote>
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Las protestas llueven en los periódicos: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Se han destruido frondosos árboles para colocar, con una simetría inaguantable, unas estaquitas y unas plantas que, sin el auxilio de lentes, es difícil ver. Y se han cortado árboles en el campo de San Francisco, que está abandonado por completo, y que hoy es un jardín que da pena verlo. </div>
</blockquote>
<blockquote>
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</div>
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Antes los jardines de Salamanca estarían a la antigua pero lo estaban a la española, que mejor que todos esos prados que estarán muy bien en el nebuloso Londres. [...] </div>
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que no continúen las reformas modernistas de los jardines. </div>
<br /></blockquote>
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<strong>También Unamuno alza la voz:</strong> </div>
<blockquote>
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el Sr. Unamuno se lamenta del desmoche verificado con la poda en el arbolado del Campo de San Francisco, donde sólo han quedado intactos los cipreses, que son árboles funerarios, y según algunos hasta reaccionarios. </div>
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Dice que se copia lo que se hace en jardinería de Madrid. </div>
</blockquote>
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<b>En la poda de 1919 el Campo de San Francisco perdió carácter. Podríamos decir que nunca volvió a ser el mismo.</b> Aunque continuó ocupando un lugar en el corazón de los salmantinos. <br />
<br /></div>
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<b>Juan de Salamanca</b> en <i>El Adelanto</i> tomaba así el pulso al Campo </div>
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Uno de esos días de otoño que son un encanto, llegamos hasta el Campo de San Francisco, lugar que en cualquier pueblo del mundo sería cenáculo de artistas. </div>
</blockquote>
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</div>
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Unos niños corretean alegremente por los paseos. Unas niñeras que huelen a casa grande, conversan entre alegres risotadas, y de cuando en cuando hablan a los niños casi siempre a grandes voces. Cuando los niños se cansan de correr con los aros, vienen al banco donde están las niñeras que les repiten una y cien veces la misma advertencia: “que levantéis lo pies”. </div>
</blockquote>
<blockquote>
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</div>
<div align="justify">
Los chicos vuelven a sus carreras y de pronto uno rueda por el suelo. Se levanta con gran lloriqueo y todos vienen al sitio donde están las niñeras. Una de ellas, la de la casa, se levanta disgustada, sacude la ropa del niño lleno de tierra y repite lo de siempre. “¿Por qué no levantáis los pies? ¿No os he dicho que levantéis los pies? </div>
</blockquote>
<blockquote>
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</div>
<div align="justify">
Poco después vuelven los chicos a sus carreras. El jardín se va animando. Llegan unas mozas a buscar agua. Un caballero se sienta en un banco a leer un periódico. Un sacerdote pasea lentamente. </div>
</blockquote>
<blockquote>
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</div>
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Dan las doce y suena la campana gorda de la Catedral. El caballero que leía dobla el periódico y se marcha. El sacerdote se quita el sobrero y reza. Las niñeras dan por terminada la tertulia y llaman a los chicos, que están entretenidos viendo unos pájaros que se persiguen. </div>
</blockquote>
<blockquote>
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</div>
<div align="justify">
Nos marchamos pensando en las niñeras y en los chicos y tropezando a cada paso en los cantos que salen una vara del suelo. La verdad es que hay que levantar los pies. </div>
<br /></blockquote>
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<strong>Los niños, las niñeras, las mozas, los enamorados y también los viejos.</strong> <br />
<strong><br /></strong></div>
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Todos <b>los ancianos del asilo de San Rafael </b>acudían a su cita con el sol, los árboles, los pájaros y los recuerdos en el Campo de San Francisco .</div>
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</div>
<blockquote>
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Arriba, en la caseta del guarda, silenciosos, tranquilos, recibiendo agradecidos las últimas caricias del sol que se despide, los ancianos de San Rafael. </div>
</blockquote>
<blockquote>
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Sentados allí, parecen los dueños del jardín y parece el jardín hecho sólo para alegría de aquellos dueños. </div>
</blockquote>
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<b>El asilo de San Rafael estaba situado en la calle de Toro</b>. Ya se hablaba entonces de un próximo traslado de los ancianos a otro edificio en el Paseo del Rollo, y de lo imposible que sería ya para aquellos viejos sentarse al sol en su Campo de San Francisco. </div>
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</div>
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</div>
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Alboreaba el siglo XX, Se terminaba una época en la que era posible un asilo en pleno centro de la ciudad. Se le venían encima a los viejos los tiempos modernos. Tiempos, como los actuales, en los que preferimos desterrar de la ciudad las residencias de ancianos. Ignorar la vejez. Mejor no verla. Como si así nosotros pudiéramos habitar para siempre una juventud alargada... </div>
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</div>
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</div>
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En 1921 se alzan las primeras voces solicitando la construcción de una <b>escalinata que una los paseos de Carmelitas y el Campo de San Francisco</b> y se empieza a hablar en los periódicos de llevar allí las estatuas de Gabriel y Galán. <br />
<br />
El día de difuntos de ese año, El Adelanto parodia así a don Juan Tenorio:<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
Escena del sofá, en una dependencia del Municipio, donde se celebra la junta para el homenaje a Gabriel y Galán, discuten nuestros compañeros el concejal y procurador señor Santos Franco y El Timbalero, el sitio donde se ha de emplazar la estatua del poeta salmantino, siendo partidario el primero de que se coloque cerca de la Alamedilla, y el sengundo en el Campo de San Francisco: </blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: center;">
EL TIMBALERO: </div>
<div style="text-align: center;">
¿No es verdad, procurador,</div>
<div style="text-align: center;">
que en esta apartada orilla</div>
<div style="text-align: center;">
lejos de la Alamedilla </div>
<div style="text-align: center;">
estará Galán mejor?</div>
<div style="text-align: center;">
Aquí trina el ruiseñor</div>
<div style="text-align: center;">
y en ciertas noches de estío</div>
<div style="text-align: center;">
hay escenas de amorío</div>
<div style="text-align: center;">
que por subido color</div>
<div style="text-align: center;">
te digo, colega mío</div>
<div style="text-align: center;">
que trina el espectador [...]</div>
<div style="text-align: center;">
los arbustos y la umbría</div>
<div style="text-align: center;">
las flores y hasta el ciprés</div>
<div style="text-align: center;">
¿no respiran poesía,</div>
<div style="text-align: center;">
amigo Blas, como ves?</div>
<div style="text-align: center;">
Desiste ya de tu plan </div>
<div style="text-align: center;">
y por no armar ningún cisco</div>
<div style="text-align: center;">
deja llevar a Galán</div>
<div style="text-align: center;">
al Campo de san Francisco.</div>
</blockquote>
</div>
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</div>
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</div>
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<b>En 1926 se inaugura la biblioteca del Campo de San Francisco</b> promovida por la Caja de Ahorros. Una biblioteca pequeña como un kiosco. Presidida por el conjunto escultórico en memoria de Gabriel y Galán que hoy se encuentra a la puerta de la Biblioteca Gabriel y Galán. <br />
<br /></div>
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</div>
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</div>
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<b>La mini Biblioteca abría sus puertas con alegría de kiosco en primavera y verano, y salpicaba de lectores el Campo de San Francisco.</b></div>
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</div>
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</div>
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Hoy da pena mirar lo que ha quedado de aquella biblioteca. ¿Tan costoso sería recuperarla y abrirla con la llegada del buen tiempo? <br />
<br />
<br /></div>
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</div>
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</div>
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<a href="http://lh3.googleusercontent.com/-fFH6bkBv7ro/VlDKnA8LV2I/AAAAAAAATvk/pZO5VCuriig/s1600-h/biblioteca-211.jpg"><img alt="Biblioteca del Campo de san Francisco" border="0" src="http://lh3.googleusercontent.com/-Jtwy9iSE-RM/VlDKocksCaI/AAAAAAAATvs/TXYLketLS2E/s16000/biblioteca-2_thumb7.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></div>
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</div>
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<br />
Muchos son los lectores que habrá acogido el Campo de San Francisco a lo largo de su historia. <b>Carmen Martín Gaite entre ellos. Allí iba a leer (y a pintar) de joven.</b> </div>
<blockquote>
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hubo una temporada en que empecé a llevarme El Quijote por las mañanas al Campo de San Francisco, un recoleto parque salmantino del que gustaba mucho don Miguel de Unamuno. </div>
</blockquote>
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Allí, releyendo con gusto un capitulo por el que de niña había transitado sin pena ni gloria, se hizo de pronto la luz: </div>
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No pude continuar. Se me paró el pulso y me nació de lo más hondo una sonrisa secreta que nadie podía compartir. Miré alrededor. Una pareja de novios se abrazaba en un banco cercano sin reparar en mí; escuché la algarabía de los pájaros escondidos sobre mi cabeza, vi los dibujos del sol en el suelo, no pasaba nadie más. Nadie se había dado cuenta del extraño prodigio. De repente desde aquel mismo texto […] Cervantes en persona me hacía un guiño y me daba el espaldarazo de caballero andante de las letras […] Aquella mañana de primavera, en el umbroso jardín salmantino, me sentí en posesión del talismán soñado. De allí en adelante podía dedicarme por mi cuenta y sin más títulos universitarios que los que aquel placer me otorgaba, al comentario de textos. Don Miguel de Cervantes me había cursado la invitación. Personal e intransferible. </div>
</blockquote>
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Tras aquel espaldarazo definitivo, <strong>Martín Gaite</strong> no sólo pudo dedicarse a comentar textos, también a inventarlos. <strong>Y una memoria del Campo de San Francisco se quedó en sus libros. </strong></div>
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Una de las constantes en la prensa histórica cuando buscas información del Campo de San Francisco son las quejas del vecindario: mendigos que pedían dinero a los paseantes, y que hablaban “con insolencia cuando no se les da metálico”; “espectáculos peligrosos” que daban mozas y mozos demasiado efusivos. El carácter apartado y oscuro del jardín facilitaba que emergieran comportamientos que se oponían mucho o un poco a lo establecido. </div>
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<b>Este lado oscuro del Campo de San Francisco también lo trata Carmen Martín Gaite</b> en su biografía novelada <i>El cuarto de atrás</i>. Entre las luces y las sombras del parque nos habla de la guerra, de la pobreza y del que dirán: </div>
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«Ha salido muy suelta.» «Anda por ahí como bandera desplegada» [...] eso lo decían de las chicas que se iban solas, al anochecer, a pasear con soldados italianos al Campo de San Francisco y llegaban tarde a cenar, con las mejillas arreboladas y un collar nuevo, la guerra no dejaba títere con cabeza, derribaba las demarcaciones de la decencia y de la honradez, a río revuelto ganancia de pescadores, el dinero ya no se conseguía honradamente, «es un negocio sucio», «yo a ése no lo veo claro», la gente sólo quería salvarse, divertirse, sobrevivir, era una locura que se propagaba también a las mujeres, dinero, dinero, ¿de dónde sacarían el dinero?, eran comentarios sincopados, que yo oía, sin entenderlos del todo, y que rumiaba en el cuarto de atrás. «¿Ésa?, ¿que de dónde sacará el dinero? Ésa es una fresca.» Me parecía horrible que alguien pudiera llegar a decir alguna vez de mí que era una fresca, hoy la frescura es sinónimo de naturalidad, se exhibe para garantizar la falta de prejuicios y de represión, sobre la mujer reprimida pesa un sarcasmo equivalente a la antigua condena de la mujer fresca, la frescura era un atributo tentador y ambiguo de libertad, igual que su pariente la locura. «¿Ésa? Ésa es una loca»; y sobre todos aquellos comportamientos anómalos y desafiantes imperaba una estricta ley de fugas: las locas, las frescas y las ligeras de cascos andaban bordeando la frontera de la transgresión, y el alto se les daba irrevocablemente con la fuga. «Ha dado la campanada; se ha fugado.» […] quedarse, conformarse y aguantar era lo bueno; salir, escapar y fugarse era lo malo>>. <strong>Carmen Martín Gaite</strong></div>
</blockquote>
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O por fresca o por reprimida, la sociedad siempre ha encontrado en todos los tiempos motivos para condenar a una mujer. </div>
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La historia del Campo de San Francisco nos habla de esas mujeres condenadas, las que por un motivo u otro andaban o podían terminar andando por ahí en boca de todos “como bandera desplegada”, de las acogidas de las Adoratrices, de “fugadas” que no pueden más y saltan las tapias que las encierran. Nos habla también de mujeres y de hombres que a la hora del paseo daban vueltas y más vueltas, sin ir a ninguna parte, alrededor de un jardín, soñando al sol con un amor brillante que diera un poco de sentido a todo. Y nos habla de niños que juegan y de viejos que se recuerdan niños. Y de Unamuno y de Gaite. Y de árboles que ya no existen. </div>
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El Campo de San Francisco está lleno de historias. Y la fuente del Campo debe de sabérselas todas. De esa fuente decía Unamuno: “soñando en la mar el agua canta/ reló de siglos...” El agua de esta fuente que sueña con el mar nos canta una historia de siglos. Una historia casi desaparecida, como la mitad perdida del Campo de San Francisco. <br />
<br />
<br /></div>
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<a href="http://lh3.googleusercontent.com/-_ciEJyQlt8Y/VlDKp8xJSUI/AAAAAAAATv0/q_D3kdEyuEA/s1600-h/DSC0026311.jpg"><img alt="Fuente del Campo de san Francisco" border="0" src="http://lh3.googleusercontent.com/-L7fG83VTs68/VlDKq7U9ktI/AAAAAAAATv8/-THJyiRmkME/s16000/DSC00263_thumb8.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a></div>
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</div>
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<br />
Una historia que nos habla también del fantasma del abandono que ha perseguido al Campo de San Francisco desde siempre. En la actualidad anda medio instalado a su aire en todo el Campo. Da pena ver el parque manchado de pintadas, tan sin vigilancia y tan solitario, que según a qué horas te lo piensas dos veces si vas a atravesarlo<br />
<br /></div>
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Parece que ahora se vuelve a hablar de la posibilidad de convertir la huerta de las Adoratrices en jardín público. Ojalá el proyecto se convierta en realidad. Ojalá. Ese terreno siempre perteneció al Campo de San Francisco. Sería precioso abrir el muro del convento y dejar que se lo quede todo el Campo. </div>
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</div>
<br />
Imaginemos un Campo de san Francisco que recupera su mitad perdida. Que las pintadas se fueran borrando. Que estuviera algo vigilado. Y en lo alto del parque, imaginemos una biblioteca remozada que reabre sus puertas con la llegada del calor y de los vencejos. Imaginemos.<br />
<br />
<strong><br /></strong>
<strong><br /></strong>
<strong>BIBLIOGRAFÍA</strong><br />
<ul>
<li><em>La Basílica Teresiana'</em> - Epoca Tercera Año II Número 18 (15 12 1915) </li>
<li><em>El Adelanto Diario político de Salamanca</em>: 19 de septiembre de 1906. 25 de enero, 1 de agosto, 27 de mayo de 1907, 22 de junio de 1912, 21 de marzo, 28 de octubre de 1916, 12 de febrero de 1917, 15 de febrero, 15 de octubre de 1919, 11 de mayo de 1921. 18, 19 de mayo, </li>
<li><em>Región diario de la mañana</em> Año IV Número 1015 - 1926 septiembre </li>
<li><em>'El Salmantino periódico semanal'</em> - Época Segunda Año VI Número 654 (08 08 1912) </li>
<li><em>El Correo salmantino periódico de ciencias, artes, comercio, noticias y anuncios'</em> - Epoca SEGUNDA Número 4 (08 07 1851) </li>
<li><em>El Progreso periódico político bisemanal</em> Año I Número 25 - 1884 julio 1, agosto 10, 1885 mayo 31 </li>
<li><em>El Fomento</em> revista de intereses sociales Año VII Número 849 – 1886 16 de diciembre, 1887 enero 27 </li>
<li><em>Adelante revista salmantina de ciencias, artes, literatura é intereses materiales</em> Año VIII Número 645 - 1867 febrero 24. 10 </li>
<li><span style="color: black;"><em>El Independiente</em> Año I Número 36 - 1902 septiembre 7</span> </li>
<li><span style="color: black;"><em>El Lábaro</em>: diario independiente Año II Número 403 – 1898 julio 28</span> </li>
<li><em>El Resumen: Revista semanal</em> Año I Número 17 - 1911 </li>
<li><span style="color: black;"><em>Historia de Salamanca</em>. Manuel Villar y Macías. </span> </li>
<li><span style="color: black;"><em>Salamanca por dentro</em>. Fernández Villegas, Francisco. Salamanca. Esteban hermanos. 1889?</span> </li>
<li><span style="color: black;"><em>Viviendas salmantinas de don Miguel</em>. García Blanco, Manuel. Cuadernos de la Cátedra Miguel de Unamuno. 1955, nº 6, p. 65-75. Documento disponible en: gredos.usal.es.</span> </li>
<li>España </li>
<li>Salamanca la gran metáfora de Unamuno. Luciano Egido. </li>
<li>Medallones salmantinos: nueva serie. García Boiza. Antonio. Calatrava. 1926 </li>
<li>Salamanca y sus alrededores. Su pasado. su presente y su futuro. Toribio Andrés. Eleuterio. Cervantes 1944 </li>
<li>Urbanismo de salamanca en el siglo XIX. García Catalán. Enrique. 2013 </li>
<li>Los restos de san Francisco el grande. Pablo Almeida. <a href="http://elsuelodesalamanca.blogspot.com.es/2010/01/los-restos-de-san-francisco-el-grande.html">http://elsuelodesalamanca.blogspot.com.es/2010/01/los-restos-de-san-francisco-el-grande.html</a> </li>
<li><em>Retrato. Unamuno paseando con una mujer con velo y un hombre por el Campo de San Francisco en Salamanca.</em> 1923. Fondo Miguel de Unamuno. Disponible en <a href="http://gredos.usal.es/jspui/">Repositorio documental Gredos</a>. bajo la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España </li>
<li><em>Retrato. Miguel de Unamuno de perfil sentado en muro en parque de San Francisco. Al fondo, Pontificia</em>. Salamanca. 1934. Fondo Miguel de Unamuno. Disponible en <a href="http://gredos.usal.es/jspui/">Repositorio documental Gredos</a> bajo la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 </li>
</ul>
<span style="font-size: large;"><a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="http://i.creativecommons.org/l/by-nc-nd/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> </span>Este <span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">obra</span> de <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Laura Rivas Arranz</a> está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported</a>. <span style="font-size: large;"> </span> <span><!--more--></span><span><!--more--></span><span><!--more--></span>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-15927552111900012372015-05-27T10:20:00.005+02:002023-04-22T19:52:16.530+02:00JUANITO (cuento de Cimodocea Hernández Pacheco)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://www.blogger.com/$juanito19.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><a href="https://www.blogger.com/$juanito-cimodocea-cover1.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><a href="https://www.blogger.com/$juanito19.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><a href="https://www.blogger.com/$juanito-cimodocea-cover1.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5OlMWz09ow_CJx2fY8QHmbqY3Uoryabr8iLroYhrZDIPMd5FhgJjxq_xyplDW7dD5MDBEvtyDIgyEMHhfFuZomyViL2MVPwpUWrvqv1p1MaSjj3Y1sNQSUkyJW7XCpElCnnUpkZKIre8/s1600/juanito+cimodocea+coverborde.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Portada del cuento "Juanito" de Cimodocea Hernández Pacheco." border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5OlMWz09ow_CJx2fY8QHmbqY3Uoryabr8iLroYhrZDIPMd5FhgJjxq_xyplDW7dD5MDBEvtyDIgyEMHhfFuZomyViL2MVPwpUWrvqv1p1MaSjj3Y1sNQSUkyJW7XCpElCnnUpkZKIre8/w409-h640/juanito+cimodocea+coverborde.jpg" width="409" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div align="justify">
En 1892 Cimodocea Hernández Pacheco publica en el periódico <em>La Opinión. Diario de Salamanca</em> el cuento <i>Juanito</i>.
</div>
<div align="justify">
<br /></div><span><a name='more'></a></span>
<div align="justify">
<em>Juanito</em> es la historia de un fantasioso terminal, un “nuevo rebelde”, un niño eterno... Juan es un loco.<br /></div><div align="justify"><br /></div>
<div align="justify">
<strong>Desde el comienzo, la autora crea paralelismos entre su protagonista y el loco más célebre de la literatura española</strong>.
</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Si a don Alonso Quijano “del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro”, a Juan le sucede algo muy similar:
</div>
<blockquote>
<div align="justify">
tanto tamizó lo leído y discurrido, que acabó por desorientarse y dar palos de ciego sobre lo que no fuera matemático y demostrable. De tal suerte tenía la chota de revuelta y desconcertada.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
El Caballero de la triste figura ama a una idealización de Aldonza Lorenzo. El feúcho Juan tampoco puede evitar idealizar a la mujer:
</div>
<blockquote>
<div align="justify">
O la mujer era ángel, es decir, aquello más puro e inocente que concebimos, o no era para él nada.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
La Dulcinea de Juan se llama Lucía. La “adorada de su alma”. A la que describe, ni más ni menos (y por aterrador que suene), como “absorción de su ser”...
</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<b>Lo trágico de Dulcinea no es que sea una mujer inventada, sino que suprime la existencia de la mujer verdadera a la que se idealiza en su nombre</b>. A don Quijote nunca le importó nada Aldonza Lorenzo ni sus sufrimientos ni sus apuros. Lo único que interesa a don Alonso Quijano es engrandecer con hazañas su triste figura, mirarse en los ojos de la sin par Dulcinea, y verse entre sus brillos como un caballero invencible y grande. Aldonza Lorenzo y las angustias que sufriera, la pobre, de puro prescindibles ni existen para don Quijote...
</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
También Juan busca engrandecerse. El nuevo rebelde, el niño eterno lleva algo oscuro por dentro. Un “satánico orgullo” dice la autora, un “afán de engrandecerse”, que termina convirtiendo en objetos a su servicio a los que le rodean: sus padres y su novia Lucía. Porque a Juan, como a don Quijote, tampoco le importa nada su “amada” ni lo que ella quiera o sienta.
</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Las zozobras de los padres de Juan al verle tan perdido en sus mundos fantásticos tampoco preocupan lo más mínimo al protagonista de la historia. Lo mismo que don Quijote. Que en su locura, tampoco se preocupa nada de cuánto puedan inquietar sus andanzas caballerescas a su sobrina, ni si ella podría necesitar de su ayuda en casa mientras él anda por ahí desfaciendo entuertos ajenos... La locura es muy egoísta. ¿O a lo mejor es el egoísmo el que nos ayuda a desembocar en la demencia?... </div>
<div align="justify"></div><div align="justify">
</div>
<div align="justify"><br /></div><div align="justify">
El personaje femenino que compone la escritora tampoco es blanco. La bella Lucía ni mucho menos es toda brillos admirables. También ella decide convertir a Juan en objeto a su servicio.
</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<strong>El cuento es una absoluta y tajante desmitificación del amor</strong>. La escritora muestra la facilidad casi resbalosa con que el amor se contamina de intereses particulares...
</div>
<div align="justify">
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La relación de Lucía y Juan es utilitaria. Lucía quiere usar el dinero de Juan para garantizar su futuro, y Juan quiere usar el físico de Lucía para encarnar a su ideal de mujer. Ambos inician una relación que entre la ofuscación, el deslumbramiento por el logro inminente de sus objetivos, creen “más o menos verdadera”, espoleados por ese futuro que acarician en el que “sin horas ni medidas, verían como un sueño resbalar la vida”… Pero ni a Lucía le importa Juan ni a Juan Lucía.
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Son muchas las ocasiones en que las andaduras fantasiosas de don Quijote desembocan en un cruel baño de realidad en forma de somanta de palos. También de estos desenlaces dolorosos participará el protagonista del cuento.
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<em>Juanito</em> se compone de seis entregas publicadas en el mes de noviembre de 1892. La primera de ellas se ha perdido. Se deduce, por algunas alusiones a lo largo del cuento, que en esa entrega desaparecida Juan da rienda suelta a elucubraciones que explicarían, hasta cierto punto, el origen de su locura. También se apunta a la existencia en ese fragmento de ciertos razonamientos sobre la fe religiosa, que sin duda serían interesantes por la postura crítica ante la iglesia católica que mantenía sin complejos la escritora.
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De hecho, en el cuento subyace una crítica a comportamientos devotos grandilocuentes, actuaciones fervorosas que parecen originarse en la humildad de un impulso religioso pero obedecen mucho más a un humanísimo y nada celestial montón de ego…
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Los párrafos finales del cuento son un cuento dentro del cuento. Una crítica a las habladurías, las calumnias. Pero sobre todo, son una crítica a esa aceptación general en otras épocas del papel de la mujer como depositaria del honor masculino, como víctima propiciatoria, como instrumento para salvar la honra de un hombre. Una crítica, en fin, a la instrumentalización de la mujer.
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El cuento Juanito es una historia sobre la incapacidad de adaptarse a un mundo hostil, sobre las relaciones entre el egoísmo y la locura, entre el amor y el interés. Una historia que, con sus más de cien años encima, sigue siendo actual. El mundo sigue siendo igual de hostil que en los tiempos de Cimodocea. y en él siguen viviendo muchos Juanitos y Juanitas y muchas Lucías y también Lucíos...
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JUANITO</h1>
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Cimodocea Hernández Pacheco</div>
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<a href="https://www.blogger.com/$juanito19.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><a href="https://www.blogger.com/$juanito-cimodocea-cover1.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgm9bHYPnwWzaPPx0cf4OZCdaAKK0q4eRkSbLu9c4GeOAzff9u7WRqAmptfNRfHdjBGivOPmJtqwcFKmX7cICLsNSVlk-kUmNN9pP6lwNzmdpuWBfj_J046nyHrerjOF5Ul-0lqcSxfOhA/s1600/juanito.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Juanito de Cimodocea Hernández Pacheco. Recorte prensa" border="0" height="172" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgm9bHYPnwWzaPPx0cf4OZCdaAKK0q4eRkSbLu9c4GeOAzff9u7WRqAmptfNRfHdjBGivOPmJtqwcFKmX7cICLsNSVlk-kUmNN9pP6lwNzmdpuWBfj_J046nyHrerjOF5Ul-0lqcSxfOhA/w400-h172/juanito.jpg" width="400" /></a></div>
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[Falta la primera entrega]
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(CONTINUACIÓN)
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Se infiere por estos y otros discursos de Juan, que no era tímido para razonar, so capa, que entonces subía y ahondaba más de lo justo. Estas disquisiciones y sutilezas, provenían de aquella su empecatada tolerancia y no de acendrada fe en los orígenes bíblicos de la humanidad; y así se metía de patitas en la moderna teoría de la locura al por mayor, no tanto porque la concediera absoluto asentimiento, cuanto porque con todo ello disculpaba tranquilamente los yerros ajenos; y a este tenor y a mil otros, tanta vuelta dio, y tanto tamizó lo leído y discurrido, que acabó por desorientarse y dar palos de ciego sobre lo que no fuera matemático y demostrable. De tal suerte tenía la chota de revuelta y desconcertada.
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Por dicha, Juan tenía padres; quiero decir que vivían, y además querían con toda el alma a su único hijo Juanito, el cual aceptaba tan gran cariño sin activa correspondencia, obedeciendo a su carácter pasivo y falto de expresiones y actos vehementes. En rigor, hubiera sido injusto usar violencias con Juan, exigiéndole afecto más caluroso; no era poco la intachable conducta que observaba, bastante a holgar y complacer aun a los más meticulosos y descontentadizos.
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Disfrutaban sus padres fortuna no escasa, sin ser cuantiosa, que fechaba de luengo origen comercial, siendo también de idéntico abolengo aquel espíritu práctico que se extendió de generación en generación, cual neurítica y hereditaria dolencia de fibras intelectuales, viniendo a extinguirse en Juanito, pues ni con un leve desecho del tal espíritu bursátil fue agraciado éste, por bien o mal suyo. Conociéronlo luego al punto los padres, lamentándolo cual merecía, si bien conceptuaron a su hijo muy superior a ellos en otras mas alambicadas cualidades, y en otros talentos más finos y sobresalientes.
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Ciertamente que Juan era con mucho superior a sus antecesores, aunque en absoluto careciese de la aptitud natural y el conocimiento necesario para medrar en cualquier <i>modus vivendi</i> que eligiera. Brotó Juanito de entre los suyos como planta original; nació fantaseatico sea por de primera; creció y vivió hasta el fin alejado de toda realidad, andando siempre a vueltas de ensueños y delirios y por ende en desconocimiento perpetuo de cuanto hay de utilitario y explotable en este mundo, lo cual era gran lástima según opinaban deudos y amigos…
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No conocían en toda su intensidad estos <i>flacos</i> de Juan, los autores de sus días. Daban estos por bien retribuidas sus paternales larguezas con los regalos que el estudioso hijo traía cada año, sin interrupción, en forma de certificados Universitarios, en los que constaba, sin interrupción también, notas de sobresaliente o poco menos, y anhelando el momento de ver abogado al muchacho, alentaban esperanzas fundadas de porvenir halagüeño y fructuoso, con el que todo se hallaría altamente compensado.
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Más ya sabemos que Juanito vivía en el limbo por propio impulso e idiosincrasia; así es que, luego que fue abogado, decidióse por el <i>statu quo</i> que corresponde siempre a un romántico de tomo y lomo. Aconteció que al abandonar el templo oficial de Minerva, en compañía de la aptitud legal, por la que tenía opción a multitud de cosas honorosas y provechosas si sabia entender el tinglado social y tenía suerte, sucedió, digo, que sin luchas ni vacilaciones, decretó no hacer nada ni moverse en sentido de lucrar con aquel titulo académico de que era poseedor; y hasta se apesaró algún tanto porque tan presto acabara su confuso vivir de estudiante, que lejos de engreírse y crecerse con su suficiencia, le abatió unas miajas, calculando, el incauto, que en adelante se le podía tener en cuenta para mil cosas, en las cuales se le habría reputado antes inhábil.
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Grande chasco se llevó, el iluso. Letrado o estudiante, continuó en su vida ignorada, a la cual nadie encontró que se opusiese, ni aún sus padres los que esperando siempre del <i>niño</i> cambios favorables resolvían, en definitiva, deferir a todas las determinaciones de su amada progenitura. De forma que, como estrictamente no necesitaba luchar por la existencia, pensando o no pensando que otro cuidaba de acarrear su pitanza, se dejó ir conforme los sucesos le llevaran, sin intentar poco ni mucho variar de rumbo para su propio provecho.
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<<¿Qué es la vida, se decía: soñar, la realidad es muy falsa y traidora. Hasta la fecha, siendo yo un ser pasivo en absoluto, se burlaron de mí, acaso no sin razón. Si ahora intentara formar contingente entre los ambiciosos, qué desengaños y decepciones no me tendrían deparados... ¡Las pocas veces que aventuré una opinión, levanté algazara y la vi despreciar con sonrisas de lástima! ¿qué sería si en lo que de mi dependiera, convirtiera en obras mis ideas? Nunca hablé para llevar el convencimiento al ánimo de nadie; exigencias anteriores me lo demandaban; mi voz, es en esos casos la válvula por donde se escapa la plenitud del pensamiento, que a veces se amotina y rompe la prisión; si yo no conociera su negativa influencia en todo, callaría... callaría; ¡Ah! Yo creo que acierto muchas veces, que me guían sentimientos de justicia... Y por otra parte, me tengo por el ser mas falible de la tierra. ¿Cómo es esto? ¡Oh! Es que me falta el valor en el <i>hecho</i>... <<Estoy lleno de miedos...>>
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Y a esta guisa, se despachaba a su gusto, el buen Juanito.
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Llegó a los veintitres años, época en que lo exhibo a mis lectores para que <i>se queden con él </i>si les parece risible, le admiren o le compadezcan, pues a todo ello se presta grandemente, conforme el cristal que se le aplique.
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Sobreentiéndese, que siendo tan empedernido soñador, tan rara criatura, había de ser enamorado a su modo: ¡Las mujeres...! Ese era su fuerte... especulativo. Como conocer, él no las conocía si no en perspectiva. La mujer era para él una entidad, otro objeto soñado más que verdadero, un ideal, una abstracción. Las mujeres existían bien lo veía él. Conocía de ellas la ropa que visten, la cara... La imaginación suplía la ignorancia del resto. Juanito era virgen de alma y cuerpo. Sus energías íntimas habían llegado a no querer entender qué es eso de contactos materiales, desahogos fisiológicos, en los que el alma, sofocada por la materia, se anula. Juan contrariaba la materia cuando ésta quería imponer sus fueros, y la subyugaba con hercúleas fuerzas de su espíritu. Eran las luchas titánicas, a veces de lo más peregrino los medios, siempre lícitos, que empleaba para conseguir el triunfo. Pero triunfaba; ¡ya lo creo que triunfaba! Y después ¡qué de recreos internos, qué de intensísimas satisfacciones fuera de toda mirada humana! En tales momentos habría semejado su alma a la de aquellos místicos sublimes que ofrecieran a Dios en holocausto el sacrificio del placer, si Juan, en estos carnales desprendimientos, hubiera tomado a Dios como fin.
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Pero hay que decir en honor de la verdad, que a pesar de aquel exagerado espiritualismo y aquellos contentos del alma, luego de vencida la resistencia animal, ni antes, ni en los críticos momentos de las crisis, ni después, se acordaba de Dios Juanito, que alentaba entre dudas, como es fácil suponer, por sus ya indicadas incertidumbres sobre trascendentales creencias. Aquellos sacrificios iban únicamente a complacer su conciencia que a tales extremos le impulsaba, sin parar mientes sobre el altísimo fin de de aquella, ni proponerse término positivo alguno para allende la tumba.
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No rozó siquiera su mente la idea de lo agradables que pudieran ser a los ojos de Dios aquellos hijos espirituales, ni si valdrían o no para inclinar favorablemente la balanza de su justicia, ni si esa verdadera y gran justicia existiera. Cuando éste nuevo rebelde combatía a brazo partido con su <i>otro que yo </i>llevábale a ello satánico orgullo y no la humildad del asceta, quien demanda de la gracia divina aquello para que el albedrio se considera ineficaz.
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Porque ha de entenderse, que la mansedumbre de Juan no regía en el fuero interno; allí se mostraba orgulloso, altivo, arrogante, tenaz, escéptico. Solo a la voluntad daba patente de verdad positiva; ella era para él, la soberana del mundo; quiere y podrás era su lema. ¿Y quién dudara, sentía, que por lo que ataña a nosotros mismos somos omnipotentes?
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Ignoraba Juan que sin una ocupación útil, y siendo tan extravagante, tenía que dar en algo, y como en realidad no era un alma vulgar, en vez de dar en el vicio, dio en el extremo opuesto, atestando el espíritu de insaciable apetito, que era antojo realizar; empeños para el creyente asaz, vano e infructuosos no estando cimentados en la fe; no en el sentir de Juan, para quien constituía el <i>summun</i> de la perfección humana.
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Por todo lo cual andaba siempre enfermucho, y en ocasiones se le producía un quebrantamiento de huesos, unos insomnios, una desapetencia, que enflaquecía en lamentable manera su cuerpecillo, hundía sus ojos, y amarraba sus músculos en tales términos, que los pies se negaban a sostenerlo. La cuitada madre atendíale entonces con más esmero que nunca, y él, con la pasividad de un dócil niño, admitía los obsequios del maternal amor, con los cuales reaparecía la salud agregando a la sangre jugos nuevos, para volver, con insana reincidencia, a sus ensueños, a sus luchas, a todos sus desvaríos; pero ostentando siempre la palma de la victoria.
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Si la mujer, pues, propiamente dicho, no tenía intervención alguna en la vida de Juanito, teníala, y muy directa, en los dominios de su espíritu, no otorgándola de sí, sino aquello más puro y tierno que él encontraba en su alma. Émulo de don Quijote peleaba consigo mismo parte por no ofender la Dulcinea de sus lucubraciones, que era la <i>La Mujer</i>.
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La mujer sí, como creación personalísima, como cosa invertida de la realidad a la idealidad, y de haber sido hombre de valor y haber conocido edades caballerescas, la emprediera a cintarazos, como el héroe de Cervantes, con cuantos follones y malandrines ultrajaran su ídolo. O la mujer era ángel, es decir, aquello más puro e inocente que concebimos, o no era para él nada. Lo <i>otro</i>, lo opuesto, considerábalo tan fenómeno como a ciertos monstruos de dos encéfalos o completamente anónimos que suelen conservarse en algunos gabinetes de Historia Natural, los cuales monstruos, servían también de tópico a sus más hondas meditaciones, aunque no tanto como aquellos otros morales, de los que solo retuvo en la memoria nociones somerísimas de referencia, admitidas contra su voluntad, sin más que por no dar que decir o ser motivo de chacota para los maldicientes y libertinos, si mostraba repugnancia al escuchar tan, para él asquerosas demasías.
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Y por esto, por la altísima idea que de la mujer formara, y algo así como afán de engrandecerse y hermorsear los interiores mas recónditos del alma, con inusitadas purezas, era para lo que, sin viles transacciones ni componendas, buscaba y lograba la castidad completa ante todo y sobre todo. Amar a la mujer como a ideal purísimo; aherrojar a la <i>bestia humana</i> hasta anularla... Eso, eso era para Juan ocupación digna del hombre. ¡Cuán eminente se consideraba venciendo en legítima lid a su carne miserable! Convengamos, en que nada hay tan clasigcable [SIC] como el orgullo.
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Con todo esto o a pesar de ello ¡qué no deseó ser amado a la manera que él entendía el amor! ¡Irrisión semejante! ¡Amarle a él, con torcida figurilla, su prematura calva y tanta imperfección física como por todas partes patentizaba...! Era cierto que no podía inspirar amor aquello que en él valía <i>algo</i>, pensaba con Becquer, ellas, ni aún lo podían sospechar.
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Así pudo pasar toda la vida y llegar a viejo y morir en unión de sus inocentes locuras. Las cosas vinieron de otro modo, y ese destino hado o causas anónimas que trae aparejadas ocurrencias imprevistas, arrancaron de su apatía a nuestro héroe, viniendo a alterar su vida pacífica y sosa en apariencia. El acontecimiento más inesperado que podía imaginarse.
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Es el caso que fue a habitar por lo pronto el piso superior de la casa de Juanito, un matrimonio errante, en su calidad de empleado de menor cuantía, en unión de un vástago o <i>vástaga</i> de veintidós abriles, retrechera y salada, que no había más que pedir. Los padres de Juanito y Lucía (nombre de la chica) llegaron a ser a poco los más amigos del mundo; y transcurrido algún tiempo de trato continuado, principiaron a acariciar el pensamiento los aprovechados padres de la muchacha, de un himeneo factible para su hija, con el hijo de los vecinos. Lucía secundó en silencio, y sin previo conocimiento, los planes paternos, comenzando a trabajar el asunto por cuenta y riesgo propios. El muchacho, aunque feúcho, era todo un <i>partido</i>, y la hermosura en estos casos, es lo de menos, porque con la hermosura no se come.
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Estos razonamientos de Lucía la retratan de cuerpo entero, sin que tenga ya yo que esforzarme, mostrando al lector hasta que extremo llegaba su alcance práctico y positivo.
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Conocemos la supina ignorancia de Juanito en achaques cupidescos, tan y como son en realidad, con todo, a la vista de la vecinita, empezó a sentir emociones.
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Lo extraordinario no era para Juan que por fin hubiera topado, a la casualidad, con su media naranja; lo que no le cabía en la cabeza, es que por él perdiera la seguridad de sus latidos el corazón de Lucía. Al conocimiento pleno de lo que significaban aquellas repetidas insinuaciones de la vecinita, exclamaba el muy inocente para sus adentros en el colmo del asombro: Pero, ¿será posible que yo?... No puede ser, Lucía amarme, ¡a mí!
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Por otra parte, ese instinto de conservación de la propia vanidad, instinto que por muy débil que sea a nadie le falta, le asía a la esperanza del <i>posible</i>. Después de todo, cosas más raras se han visto, pensaba. No hay duda, Lucía me ha conocido, es un <i>ángel</i>, y habrá vislumbrado, con la intuición de su purísima naturaleza, cuanto hay en mí; y cómo no había de hallar quien la idolatrara tanto, ni con tan límpidos pensamientos e intenciones...
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Por fin, que un día en que juntos celebraban una fiesta de familia, hubo de ver Juanito con estupenda sorpresa, trocada muy pronto en agradecimiento infinito, que ella, entre circunloquios y perífrasis, y con rubor más o menos verdadero, le declaraba su <i>pasión</i>, convencida, según dijo, de la cortedad de él, pues que de otra suerte se hubieran consumido a miradas, iniciaciones y disimulos, sin que él dijera esta boca es mía, y sin adelantar jamás un paso.
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Juan, con este ataque brusco, se aleló por completo, y en adelante ya no vio, ni entendió, ni supo querer nada, si no lo que viera, entendiera o quisiera aquella diosa, aquella mujer superior, que invitada con insistencia por la fuerza del cariño, y conociendo y midiendo con exacto cálculo lo irresoluto de aquella voluntad de varón por <i>lapsus</i> de naturaleza, se arrojaba con denuedo a romper el silencio, en particular tan interesante, para bien y felicidad de ambos.
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En nada alteró esta pasión, como es fácil suponer, la parte física de mi héroe, aunque de haber sucedido así ya hubiera él matado en flor deslices semejantes. Si advirtió sobradamente las gracias de su amada; los ojos llenos de luz, la frescura de la tez, la blanquísima dentadura asomando entre labios encendidos, las pronunciadas y voluptuosas curvas del seno, los cabellos naturalmente rizados y abundantes, su estatura gallarda, su pie breve... Todo, todo, se le metió a Juan en el corazón, y aunque parezca inconcebible, si de él no se tratara, acaparó todas estas gracias por modo espiritualísimo, sin que por un momento siquiera, entrara en deseos de posesión tangible, plástica, corporal, en una palabra.
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El matrimonio, en el cual pensaba, le haría dueño de Lucía para conservarla incólume y purísima. ¡Y cuánto, cuánto le estimaría y amaría ella entonces...! Del lado acá de los desposorios ¡qué horizontes se le despejaban realizando lo que vislumbró entre calenturientos desvaríos! Ella no se mofaría de él cuando en castísimos coloquios la trasmitiera su pensamiento por entero, ¡oh! Ellos darían existencia a aquel delirio lírico, levantando al amor un trono digno de él, y en tiempo sin horas ni medidas, verían como un sueño resbalar la vida
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Y llegó el fin trágico, que dijo Víctor Hugo. La boda fue rumbosa y sonada. Los convidados acudieron al llamamiento y hubo jolgorio para rato. Nunca Juan estuvo más feo. Con chistera y levita estaba ridículo hasta causar compasión... Cualquiera le creería más renegado y encogido que de ordinario; y era notable la mueca de llanto que su rostro reflejaba. En el momento en que el sacerdote los bendijo, sintió un nudo en la garganta, un vértigo, que a punto estuvo de dar con él en tierra.
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La novia en cambio, con traje negro de gran cola, mantilla de encaje y la flor de rúbrica en estos casos prendida en el pecho, ostentábase más guapa y hechicera que nunca, y tan serena y dueña de sí, como si el casarse fuera la cosa más natural del mundo.
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Ya en casa y en pleno festín, algunos se permitieron bromitas picantes y de mal gusto, que Juan aguantó con paciencia de un santo. Llegó el momento que los convidados dijeron la de vámonos, y entre sonrisas maliciosas, miradas picarescas y reticencias expresivas, fueron desfilando poquito a poquito hasta dejar solos a los de casa.
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Y aquí de las congojas de Juanito cuando se halló a solas con aquella adorada de su alma, con aquella absorción de su ser, a temblar pegándose a la pared atontecida. Lucía le miraba recelosa haciéndose la distraída; pero comprendiendo sin duda, que la iniciativa de Juan, como esposo, era tan nula como fue la de galán enamorado, no aguanto ella más silencio, y con sonrisa indefinible y efusión amorosa se acercó a él y le tendió ambas manos. Juan, no tocó las manos; y únicamente acertó a romper el silencio para exclamar.
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–Lucía, Lucía de mi alma... yo... yo te adoro. No temas, no, ahora me voy, duerme en tu lecho virginal, como siempre. Mañana... ya te diré cuanto hay en mi alma... y serás siempre pura ¡ah sí! Purísima, no temas, no.
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Lucía, a ese exabrupto quedó petrificada; solo tuvo voz para articular.
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–Juán, ¿qué dices?
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–¡Ah! Ya lo sé, contestó Juanito todo trémulo,, aturdidísimo, y en deseos ardientes de escapar cuanto antes, para lo cual daba pasos hacia atrás. – Ya lo sé, tu temías que yo... No... no... me voy... Adiós. Hasta mañana.
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Repusose Lucía en uno dos por tres, antes de que Juan traspusiera la puerta; e indignada de veras ante la enormidad del desaire recibido de aquel no imaginado esposo, irguióse airada yéndose hacia él veloz, y con varonil empaque y coraje que no es para dicho, principió una de cachetes y bofetadas sobre la cara y el cuerpo del infortunado novio, que si a tanta algarabía no acuden los padres de ambos, acaba Juanito en el otro mundo la noche de boda, sin que en éste le hubiera alcanzado ni el Santo Óleo.
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…............ …................... ….......
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Grandemente se comentó en la población el disturbio ocurrido entre los novísimos cónyuges Juanito y Lucía, la misma noche de los desposorios, pues todo se refirió a gusto de la gente menuda de la casa. La ruptura de los esposos, acaecida el día de la tornaboda, acordóla, según de coro se aseguraba, decisión inquebrantable del marido, ante la que fracasó todo ruego o súplica de los demás interesados, procurando avenencia de buen vivir y mejor ver.
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Todo fue inútil, como sí se juraba y perjuraba, quedando en resolución, como voz general, admitida sin más rectificaciones, que aquel tan inesperado y súbito rompimiento, era producto de pasadas y no previstas liviandades de la novicia, patentes para Juan en lógica sazón. Con las cuales liviandades no pudo ni quiso transigir el puntilloso honor de aquel quinticenciado [SIC] y sin par Juanito, convertido de golpe y porrazo en caballero perfecto y cumplido de remotas edades, o de otras venideras aún más romancescas y peregrinas.</div>
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<b>Cimodocea Hernández Pacheco</b></div>
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Fotografía de portada Hotblack (morguefile.com)<br />
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<span style="font-size: large;"><b>Biografía de la escritora:</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2015/05/cimodocea-hernandez-pacheco-la.html">Cimodocea Hernández Pacheco, la escritora salmantina que quiso cambiar el mundo</a></span></div>
<br />
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
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<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-46361494167538404452015-05-18T21:14:00.006+02:002023-04-22T19:53:43.569+02:00Cimodocea Hernández Pacheco. La escritora salmantina que quiso cambiar el mundo<blockquote>
<div align="justify">
“La mujer no tiene historia […] su nombre muere con ella.” </div>
<div align="justify">
Cimodocea Hernández Pacheco</div>
</blockquote>
<div align="justify">
A la vista de la frase rotunda y clara, hay que aceptar que a Cimodocea Hernández Pacheco le habría sorprendido poco saber que de sus escritos y de su paso por el mundo, entre los siglos XIX y XX, no nos queda prácticamente nada. No hay rastro de ella en la Biblioteca nacional. Su desaparición es casi absoluta. </div>
<div align="justify">
<span><a name='more'></a></span> </div>
<div align="justify">
Pero no vamos a consentir que la escritora desaparezca del todo, porque no se lo merece. <br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvCqXQjPopWzghRUqia7EXk3xKVWa8qKZX-5N6aDOqHHTolP8wYEo56NAQEoGY58eniIy97YgmWR3aPWurEBmi2_YLfPh1SILlufoAnzbMygKSeQwdLZFBT6dfx1dyAEhpQyhhWaXNLCs/s1600/2016-03-12-01-08-49.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Collarge recortes Cimodocea Hernández Pacheco" border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvCqXQjPopWzghRUqia7EXk3xKVWa8qKZX-5N6aDOqHHTolP8wYEo56NAQEoGY58eniIy97YgmWR3aPWurEBmi2_YLfPh1SILlufoAnzbMygKSeQwdLZFBT6dfx1dyAEhpQyhhWaXNLCs/w480-h640/2016-03-12-01-08-49.jpg" width="480" /></a></div>
<br /></div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Los textos suyos que aún pueden leerse en los archivos de prensa histórica nos hablan de <strong>una autora original, diferente, con talento, muy libre, combativa y comprometida</strong>. </div>
<div align="justify">
</div>
<blockquote>
<div align="justify">
No os extrañe que vuestras desdichas no conmuevan, ni vuestras lágrimas sean enjugadas, ni vuestra miseria socorrida, ni las enfermedades que os diezman llamen o preocupen la ajena atención; vuestros sufrimientos son necesarios para “conservar el equilibrio social”; de otra suerte se perdería “la belleza del conjunto”. Sí, es necesario que al lado del lujoso tren que arrastra la ociosidad y la molicie estéis vosotros metidos en el cieno, para que así se cumpla la ley de los contrastes […] ¿Que tenéis hambre? ¿Que sufrís? ¡Quién piensa en eso! Desengañaos, así como hay reyes de derecho divino, hay mendigos de derecho divino también. Sería, pues, vano tratar de remediar vuestra situación: todos somos miserables: vosotros materialmente, moralmente nosotros.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Cuando Cimodocea pone el punto final al párrafo que antecede, corre el año 1883 y está muy enfadada. Quiere organizar en Salamanca una delegación de la <strong>Sociedad Protectora de los Niños</strong>. Institución que se había fundado en Madrid unos años antes. Cimodocea quiere que, a imagen de Madrid, Salamanca también se organice para luchar contra la pobreza y el desamparo infantil. Pero sus intentos se estrellan contra la indiferencia general. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Enrabietada, afila la pluma –la mejor arma de un escritor– y no pierde ocasión de arremeter en sus artículos contra todo lo que se mueve. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Pero ¿quién era <strong>Cimodocea Hernández Pacheco</strong>?</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Los periódicos charros del XIX nos la presentan como: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
“notable escritora” </div>
<div align="justify">
“brillante escritora conocidísima de todo el público de Salamanca”, </div>
<div align="justify">
“laureada escritora” </div>
<div align="justify">
“la elegante y correcta pluma de la escritora salmantina doña Cimodocea Hernández de García".</div>
</blockquote>
<div align="justify">
En el libro “<strong>La reina del Tormes</strong>”, <strong>Fernando de Araujo</strong> cita a Cimodocea en su listado de “poetas, estadistas, críticos, artistas y sabios” que dan esplendor a Salamanca. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
De la pluma elegante de Cimodocea salieron –que sepamos– cuentos, artículos de opinión, ensayos y artículos de crítica literaria. Fue colaboradora de <em>El Adelanto</em>, <em>El Independiente</em>, <em>El Fomento</em>, <em>El Eco de la Verdad</em> y publicó sus narraciones en diversos periódicos y revistas. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
De su <strong>biografía</strong> no sabemos prácticamente nada. No hay datos de su infancia ni de su juventud ni de sus estudios. Sabemos que debió de casarse en los años ochenta del siglo XIX, que tuvo tres hijas y que una de ellas murió muy joven. Vivió un tiempo en Alba de Tormes y años después en Campo Real, una población cercana a Madrid. Falleció en los primeros días de 1922. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Pero la habíamos dejado en 1883, enfadada y afilando la pluma para arremeter contra todo lo que se moviera en Salamanca. </div>
<div align="justify">
</div>
<h1 align="center">
LA POLÉMICA DE LOS FESTIVOS</h1>
<div align="justify">
Y lo que se mueve en la ciudad esos días es la polémica por la apertura de algunos negocios en días festivos. La ciudad está dividida entre los que les parece una herejía que comerciantes e industriales abran los domingos y fiestas de guardar, y los que opinan que domingos y festivos son buen momento para hacer caja. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Cimodocea interviene en la polémica a favor de los que quieren abrir en domingo, abogando por la libertad de conciencia, y acusando de intolerantes al sector duro del catolicismo charro: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
[…]que la histórica intransigencia escudriñase y alambicase las más nimias costumbres religiosas e inventara absurdos que castigar, con el mal sano objetivo de esclavizar el pensamiento, oscurecer las ideas, matar la dignidad del hombre y dominarle haciéndole inconsciente, pues solo sobre la ignorancia puede ejercerse dominio; pero hoy que cada cual es rey de su hogar; que no se cuelgan San Benitos, ni hay Santo Oficio que queme, ni doctrinas heréticas, que todo se discute, se subordina a la razón, se aquilata y se acepta y devuelve un tácito respeto que sería injusto reclamásemos si no supiéramos corresponder con otro análogo, ¿quién es quién, repito, para calificar de bueno o malo que esos industriales trabajen en días festivos? ¿Qué perjuicios experimenta la sociedad porque esos comercios no se cierren en tales días? ¿A qué escándalo se da lugar porque permanezcan abiertos?</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Reprocha que les escandalice un comerciante que abre su tienda en domingo, y que ante un niño sin recursos queden indiferentes, sin mover un dedo para ayudarla en su empeño de organizar en la ciudad una Sociedad Protectora de los niños. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Del enojo de Cimodocea tampoco escapan Las sociedades protectoras de animales. Así lo cuenta la revista madrileña <em>El Siglo Futuro</em>, a cuyas paginas llega la odisea de la escritora charra: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Doña Cimodocea H. de G. que vive en Alba de Tormes, ha escrito en <em>El Fomento</em> de salamanca unos artículos contra las sociedades de animales protectoras.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Es decir, manifestando que mientras haya tantos niños desamparados y desnudos y tantos pobres que emigran o se mueren de hambre, y tantos enfermos mal asistidos, no está bien ni medio bien gastar cuidados y dinero en obsequiar a las bestias.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Todo lo cual es de sentido común y sana razón. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Más no por esto se ha librado la escritora de recibir alguna carta anónima de algún socio, no sé si protector o protegido, tratándola de cruel y de exclusivista, porque todo lo bueno quiere para los individuos de la raza humana. </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Desengáñese, doña Cimodocea. Hay un refrán que dice: </div>
<div align="justify">
El mayor mal de los males </div>
<div align="justify">
es tratar con animales</div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
Polémicas –e ironías– aparte, La Sociedad Protectora de Los Niños consigue, tras los muchos problemas iniciales, instituirse en Salamanca. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
La primera reunión se celebra en <strong>el número 14 de la calle Espoz y Mina</strong>, en lo que en aquella época era el <strong>colegio de san Rafael</strong>. Un centro privado -y caro- de primera y segunda enseñanza. <br />
<br />
<br /></div>
<div align="justify">
<a href="http://lh3.googleusercontent.com/-Qwuo3CBzqls/VVmn1HE2_mI/AAAAAAAALGc/PEeA1xRBn3M/s1600-h/espoz-y-mina13.jpg"><img alt="Calle Espoz y Mina en Salamanca" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-tJhJQlgR7wc/VVmn2Jo39II/AAAAAAAALGk/AqvGGXja9QY/s16000/espoz-y-mina_thumb11.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: inline; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Como en aquella época los hombres van por un lado y las mujeres por otro, en la naciente delegación salmantina de la Sociedad Protectora de los niños se forma un patronato de mujeres y otro de hombres. Del patronato femenino se nombra secretaria a Cimodocea. <br />
<br />
<br /></div>
<div align="justify">
<a href="http://lh3.googleusercontent.com/--orktfzCmKE/VVmn3ErDiNI/AAAAAAAALGs/6nvmFGvbIBY/s1600-h/cimodocea-secretaria-sociedad-protec%25255B2%25255D.jpg"><img alt="Cimodocea Hermández Pacheco secretaria sociedad protectora de los niños" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-vj9VA2QhTRw/VVmn35yQMtI/AAAAAAAALG0/aenuRuE6DlM/s16000/cimodocea-secretaria-sociedad-protec.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<div align="justify">
<br />
Pero el catolicismo radical no perdona las opiniones vertidas por la escritora. <strong>Contra ella tienen sus escritos en defensa de la apertura de festivos, y unas cuantas alusiones vertidas en diversos trabajos, criticando algunos puntos de vista de la iglesia</strong>. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Cimodocea ataca la visión eclesiástica de la vida como valle de lágrimas, proclama a los cuatro vientos que también en este planeta es posible encontrar el cielo, y se atreve a enmendarle la plana a la mismísima <strong>santa Teresa</strong>: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Para los filósofos místicos a lo Santa Teresa, la felicidad no era otra que <<padecer o morir>> dejar cuanto antes <<esta cárcel, estos hierros>> que aprisionan el alma y la impiden volar a su destino.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
<a href="http://lh3.googleusercontent.com/-LhmAaGX50vQ/VVmn40JbTRI/AAAAAAAALG8/PWngQOrdXC0/s1600-h/santa-teresa14.jpg"><img alt="Plaza de Santa Teresa, Salamanca" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-ROw1wPmXpxE/VVmn57gvbMI/AAAAAAAALHE/ZREE-fS8Kpo/s16000/santa-teresa_thumb11.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<div align="justify">
<br />
<br />
Por si esto fuera poco, un año antes, en 1882, en un ensayo con motivo del tercer centenario de la santa, aunque Cimodocea no ahorra en elogios a una mujer que deslumbró en su época, emprendedora e independiente, <strong>tampoco se queda corta en las críticas a la santa</strong>: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Quería consolidar una poligamia divina y fundaba conventos para dar esposas á Cristo, su excelso amado, sometiéndolas á maceraciones, ayunos y privaciones de todo género; pues así, solo así, únicamente así era posible, á su entender, poseer á Jesús.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
En resumen, que entre unas cosas y otras un amplio sector del catolicismo charro tiene mucho contra Cimodocea. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
En el seno de la Sociedad protectora de los niños se desencadena la venganza. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Así lo cuenta la escritora: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
[…]entraré a exponer ciertos hechos que creo de interés local y hasta de interés común, dejando que cada cual los juzgue según su criterio, […] </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Constituida en esta población la Junta organizadora de la Sociedad Protectora de los niños, fue nombrada la que suscribe Secretaria de la Junta Directiva del patronato de señoras. […] empezó sus trabajos con bonísimos auspicios; trabajos que pronto habrían sido fructuosos si no se hubiera creído cuestión previa y capitalísima la retractación exigida a la autora de estas líneas, de un escrito que llevó a la prensa, en el cual, a lo que parece, cometió el <i>pecado</i> de hacer la apoteosis del trabajo y abogar por el respeto a la conciencia ajena que proclama y garantiza la Constitución del Estado. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Nunca pude imaginar que para la realización de una buena obra, fuera un obstáculo mi tolerancia en materia religiosa; pero como, según se vio, lo era, y no me hallaba dispuesta a retractarme de lo que no tenía ni tengo por malo, me apresuré a renunciar al cargo que se me había confiado, obviando así la dificultad que se oponía al logro de tan humanitaria empresa, que era cuanto deseaba; […] </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Si mi retractación era <i>necesaria</i> y mis convicciones no la consentían, retirándome yo quedaba salvado el inconveniente. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Mas no fue, por desgracia, así. La idea de fundar en esta ciudad una delegación de la Sociedad Protectora de los niños, murió al tiempo de convertirse en hecho, apenándose mi espíritu al contemplar que tanta influencia ejerza lo pequeño, accesorio e insignificante, sobre lo infinitamente grande, trascendente y humanísimo. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Con lo dicho queda explicado el por qué de la disolución del Patronato de señoras; […]</div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
Expulsan a Cimodocea de la organización que ella se esforzó en crear, en castigo por su libertad de conciencia, pensamiento y expresión. <br />
<br /></div>
<div align="justify">
</div>
<h1 align="center">
TÉCNICAS NARRATIVAS</h1>
<div align="justify">
El compromiso de Cimodocea con los problemas de su tiempo no la llevó por la senda de la literatura realista. En sus textos descubrimos a <strong>una escritora que estaba más que harta de narraciones realistas y naturalistas</strong>, que tenía ya un pie –o los dos– en el siguiente estadio evolutivo de la narrativa. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Ella se queda con lo mejor de las técnicas realistas, pero dando cabida también a los sentimientos, al drama, la tragedia: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
El novelista ha de atender, en primero y exclusivo término, a que todo lo que refiera sea o pueda ser, estudiando el modo lógico de su encadenamiento, dado el tiempo del suceso, pues lo lógico de los hechos varía como éste, evitando los efectos teatrales, sin que jamás aparezca la mano de la providencia y menos la de la fatalidad, y mucho menos proponerse un fin moral castigando el vicio y premiando la virtud, como casi nunca sucede en la vida; sin olvidar por eso, que no carece el mundo de tragedia ni lo dramático es inverosímil: que tampoco ni por acaso se trasluzca la causa de los acontecimientos, y en fin, que todo acontezca como acontece, sin saber por qué ni para qué.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
De la lectura de sus textos se desprende que Cimodocea tenía un <strong>extraordinario talento</strong> para dar vida a personajes que aún conociéndolos sólo a medias -ninguno de sus cuentos por entregas se conserva completo- conmueven. <strong>Los temas que preocupan a la escritora son el amor, el choque de los sueños contra la realidad, la verdad, la mentira, las calumnias, la felicidad... </strong></div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
A Cimodocea Hernández Pacheco pertenece esta definición deslumbrante sobre en qué consiste el trabajo de un escritor: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Es trabajo espinoso dar calor y movimiento a un libro haciendo latir corazones que no existen.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
</div>
<h1 align="center">
FICCIÓN LITERARIA</h1>
<div align="justify">
De sus trabajos de creación literaria sólo he podido localizar <strong>tres cuentos</strong>: <em>Broma de Carnaval</em>, <em>Vanitas Vanitatum</em> y <em>Juanito</em>. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
A la vista de los tres no queda más remedio que afirmar con rotundidad que los personajes de Cimodocea viven. Puede que fragmentados, incompletos, sin comienzo y hasta sin desenlace, pero sus corazones laten. Están tan vivos que existen y, con sus más de cien años encima, siguen siendo actuales. </div>
<div align="justify">
</div>
<h2 align="center">
BROMA DE CARNAVAL</h2>
<div align="justify">
De este cuento no se conserva ni el principio ni el desenlace, Sólo tenemos un fragmento. <br />
<br /></div>
<div align="justify">
<a href="http://lh3.googleusercontent.com/-U13-4pGRIIY/VVmn6rHXhWI/AAAAAAAALHM/-ZV6cGeacJg/s1600-h/broma-de-carnaval3.jpg"><img alt="broma de carnaval Cimodocea Hernández Pacheco" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-mgGVl5JpFCM/VVmn7sHWxDI/AAAAAAAALHU/bug_841Oaf4/s16000/broma-de-carnaval_thumb1.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="broma de carnaval" /></a> </div>
<div align="justify">
<br />
<br />
Amalia se ha encaprichado de Fernando. Un artista, un pintor: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Fernando era circunspecto, y entendió a medias el culebrear de aquella gitana, que se dejaba ir, yendo y viniendo, hacia aquel corazón virgen de Fernando. Quería enamorarle, rendirle, y así estuvo embromándole toda la noche. […] </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
La red estaba tendida maestramente, y Fernando se dejó coger. Ya no podía él vivir sin ella; había él sentido, al conocerla, algo como rocío refrescante en el alma; como tinieblas despejadas, anhelos, ansias de vivir mucho y muy aprisa... […] </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
– Permítame V., Amalia (la duquesa no oculto su nombre propio), que antes de separarnos lleve de V. la promesa solemne de que la veré, la veré... ¡Que no sea todo broma, Amalia! Esta noche he empezado a vivir. Créalo V! </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Se separaron; ella en frío, renegando, a la postre de aquella comedia, paso inesperado, de visos románticos, cosa por la duquesa aborrecida. […] En fin, seguiría la broma a ver qué novedad ofrecía, siempre estaba a tiempo de darle un corte cuando le fuera en talante y la aburriese mucho: a bromas más pesadas estaba ella hecha. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Al siguiente día mandó alquilar y preparar un piso tercero, en un barrio extremo […] Allí llamó a Fernando; allí le vio una noche y otra noche a horas distintas; allí le enamoró a mansalva, con ensañamiento […] Promesas para el porvenir […] Ella iría a habitar con él su estudio […] Ella sería su modelo, su inspiración; asociarían sus nombres, a semejanza de Rafael y la Fornarina; los laureles serían comunes, las dichas inseparables... ¿Era eso lo que él quería? Hablarle a un artista de gloria circuyéndole de amor, es emborracharle, abrasarle con néctares del Olimpo, volverlo loco. Y Fernando se volvió. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
(se concluirá)</div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
La conclusión se ha perdido y ya no sabremos nunca a dónde le llevo a Fernando su locura y hasta donde disfrutó Amalia su broma... </div>
<div align="justify">
</div>
<h2 align="center">
VANITAS VANITATUM</h2>
<div align="justify">
Tampoco está completo. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Cimodocea cuenta la historia de Gloria. Una joven que vive para impresionar con su físico a los demás. Hasta que un día que sale emperifollada de un hotel camino de una fiesta, sucede algo: </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
<a href="http://lh3.googleusercontent.com/-0mIQib4Vj90/VVmn8UoYSaI/AAAAAAAALHc/tzwY-WcuriU/s1600-h/VANITAS-VANITATUM3.jpg"><img alt="VANITAS VANITATUM Cimodocea Hernández Pacheco" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-3fBi6yHiG9Q/VVmn9YUNLRI/AAAAAAAALHk/aOVzPf1GLtU/s16000/VANITAS-VANITATUM_thumb1.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<blockquote>
<div align="justify">
[...]quiso Dios que se sintiera aquejada de repentina indisposición: y que al llevar el pañuelo a la boca para recoger algo caliente y salitroso que se le viniera a los labios, viese que era sangre. ¡Sangre! ¡Qué era aquello! Los galenos, convocados más tarde a consulta, en vista de que la indisposición no cedía, aseguraron que Gloria moriría, en plazo más o menos largo, tísica. ¡Tísica Gloria! ¡Gloria morir![...]</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Como punzada morbosa atravesó su mente la idea de lo que es morir. No podía ser. ¡Cómo! ¡Todo aquel su mérito para el cual no había en este mundo cotización posible, iba a quedar reducido a polvo, lodo! A menos, ¡a asquerosidad <i>sui generis,</i> a gusanera inmunda! Alejó este pensamiento por absurdo. Aceptó, sí, por fin la idea de la muerte; pero allá, allá... para muy lejos. Comenzaron sobre la marcha los trámites de curación. […] Todo en vano. La muerte empezó a acelerar el paso. […]</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
rebuscando con codicia un último modo artístico de presentar sus encantos, que, aunque ajados y en lamentable deterioro, podrían resplandecer de modo raro aun dentro de la misma frialdad y tristeza de la muerte […] </div>
<div align="justify">
Irguiendo la cerviz, dirigió la palabra a la doncella que la asistía […] habló de esta manera: </div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
– Escucha, Casilda, ya ves, me muero </div>
<div align="justify">
– No, no, señorita, no lo querrá Dios </div>
<div align="justify">
– Sí, si lo quiere Dios, articuló Gloria, de modo que arrancaba el alma. </div>
<div align="justify">
[…] Mira, siguió después de breve intervalo, lo que tengo que mandarte es para que lo hagas después de que me muera... ¡Oyes! </div>
<div align="justify">
– Sí, sí, después, pero no piense en eso la señorita. </div>
<div align="justify">
– Sí, si pienso. Escucha. ¿Te acuerdas de aquel ultimo traje que estrené para una comida a que asistí en casa del marqués de R? Bueno. Pues así que espire, coges mi cuerpo, tú sola ¿oyes?, lo lavas, lo perfumas... pies de Rusia... ya sabes... mi aroma favorito... […] Después, me extiendes el cabello bien perfumado y abrillantado ¿eh...? Me pones en orejas, manos, brazos y pecho cuantas joyas puedas... lo dejo a tu buen gusto... Luego, macetas... flores, muchas flores... Y así que todo lo termines, que me retraten. ¿Te enteras? […] Después... repartes el retrato a los amigos y permites que me vean, sin tocarme, todos los que lo deseen. ¡Lo harás así, dí!... Júramelo.[…]</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Las órdenes postrimeras de la hermosa fueron satisfechas con exactitud por la doncella […]</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
todo el que quiso admiro los rasgos rígidos, pero bellos aún […] Asombráronse del extraño brillo con que las joyas fulguraban sobre la muerte, cuando ésta la representa un cuerpo como el de Gloria. […]</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Si por permisión del Altísimo hubiera descendido a la tierra el espíritu de Gloria con el fin de contemplar los despojos de su hermosura […] habríase henchido satisfecho, rebosando ultraterrestre orgullo, tal vez semejante a orgullo de condenado, habiéndose volado con presteza a las alturas, antes de que le sorprendiera el festín que habían de celebrar los gusanos con aquel cuerpo que tanto amó.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Termina el cuento con el grito escandalizado de un cura al tener noticia del último deslumbramiento que quiso protagonizar Gloria: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
¡Vanidad de vanidades! Perdona, Señor a tu sierva y conceda tu misericordia un refugio en la Bienaventuranza a quien a tan miserable gloria se atuvo........</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Sigue un epilogo de la autora con cierto tufo moralista. Pero no deja de ser curioso cómo Cimodocea hace que Gloria triunfe en su empeño, salga vencedora resplandeciendo con extraños brillos en medio de la muerte... </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Por mucho epílogo en el que la escritora condena las superficiales vida y muerte de su protagonista, lo cierto es que la narradora del cuento, al imaginar que el espíritu de Gloria pudiera volver a la tierra a contemplar su velatorio, da por supuesto que su alma está en el cielo, ya que de allí descendería y con “permiso del Altísimo”. Luego, no hay condena... </div>
<div align="justify">
</div>
<h2 align="center">
JUANITO</h2>
<div align="justify">
Es el cuento más largo de los tres. Se ha perdido la primera entrega pero el resto hasta el desenlace se conserva intacto. <br />
<br /></div>
<div align="justify">
<a href="http://lh3.googleusercontent.com/-jjcEYyM1Nrc/VVmn-F9VPLI/AAAAAAAALHs/vAE0Id0zIks/s1600-h/juanito3.jpg"><img alt="juanito cuento Cimodocea Hernández Pacheco" border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-Kqsfvy5Dlws/VVmn_NMI7mI/AAAAAAAALH0/ZCYegVrvRok/s16000/juanito_thumb1.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="juanito" /></a> </div>
<div align="justify">
<br />
Cimodocea cuenta la historia de un joven estudiante, idealista y perdido, una suerte de quijote que no encaja en el mundo, que no sabe o no quiere ocupar el espacio que le corresponde, que decepciona todas las expectativas de sus allegados, y que para no afrontar la vida prefiere aislarse del mundo. </div>
<div align="justify">
La escritora plantea varios temas en esta historia: vivir en un mundo irremediablemente hostil; la lucha entre el instinto y la razón; los enredos del amor y el interés; las ficciones calumniosas del qué dirán... <br />
<br /></div>
<div align="justify">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;">Puedes leer el cuento<em> Juanito</em> <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com.es/2015/05/juanito-cuento-de-cimodocea-hernandez.html">aquí</a></span></div>
</div>
<div align="justify">
</div>
<h2 align="center">
OTROS TRABAJOS DE LA ESCRITORA</h2>
<h3>
Artículos de prensa:</h3>
<ul>
<li> <div align="justify">
<em>¿Hay felicidad?</em></div>
</li>
<li> <div align="justify">
<em>La calumnia</em></div>
</li>
<li> <div align="justify">
<em>Influencia del Evangelio en la civilización</em></div>
</li>
<li> <div align="justify">
<em>Un desagravio</em></div>
</li>
<li> <div align="justify">
<em>Un punto final</em></div>
</li>
</ul>
<h3 align="justify">
Artículos de critica literaria</h3>
<ul>
<li> <div align="justify">
“Plumazos” del señor Filiberto Villalobos</div>
</li>
<li> <div align="justify">
Monólogo</div>
</li>
<li> <div align="justify">
Algo sobre el romanticismo y el naturalismo</div>
</li>
</ul>
<h3>
Ensayo</h3>
<ul>
<li> <div align="justify">
Cuatro palabras sobre el amor de santa Teresa de Jesús</div>
</li>
</ul>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
El Periódico <em>ABC</em> en su edición del 17 de octubre de 1920 anuncia la publicación del séptimo número de la revista Gloria Femenina. Entre los diferentes artículos se cita “<strong>Contestación a una carta” de Cimodocea Hernández Pacheco</strong> (el artículo está ilocalizable) </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
La escritora firmó la mayoría de sus trabajos con las iniciales de su apellido y el de su marido: <strong>Cimodocea H de G</strong>. Ocasionalmente firmó como <strong>Cimodocea Hernández de García</strong>. Una vez fallecido su marido, opta por recuperar sus apellidos de soltera y firma como <strong>Cimodocea H. Pacheco.</strong> </div>
<div align="justify">
<strong></strong> </div>
<h1 align="center">
EL TRIUNFO DEL IDEALISMO</h1>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Cimodocea Hernández Pacheco en varios de estos trabajos critica el pesimismo de los autores realistas y naturalistas. Les acusa de fijarse sólo en lo feo: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
No es mejor artista el que pinta con verdad lo feo. </div>
</blockquote>
<div align="justify">
Proclama que “El mundo no es tan malo como lo pintan esos caballeros”, y que todavía existen héroes: “algún héroe o heroína escondida en el fondo de un hogar doméstico”, </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Quizá es este optimismo de Cimodocea el que aleja su concepción literaria del levantamiento de actas tristón que practicaban los naturalistas; y que haya un lugar en sus narraciones para “las pasiones pequeñas”, los “pesares íntimos”, las “lágrimas contenidas”, para esos héroes ocultos “al fondo de un hogar doméstico”, para ilusiones, idealismos y fantasías. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Qué duda cabe que la sobredosis de realismo hunde, paraliza, desmoraliza y bloquea. Todo es tan feo, tan negro que para qué luchar, para qué intentar nada. Cimodocea Hernández Pacheco con su idealismo, su fe en la felicidad, removió Roma con Santiago para organizar en Salamanca una institución que protegiera a los niños, criticó en sus escritos todo lo que le pareció injusto, luchó por cambiar el trocito de mundo a su alrededor. </div>
<blockquote>
<div align="justify">
“vosotros, ¡oh, poetas! No os hagáis realistas” […] No abandonéis, no, esas puras regiones de vuestra fantasía, sed poetas […]</div>
</blockquote>
<div align="justify">
Eso nos pide Cimodocea. No seamos realistas. Seamos poetas. Porque el mundo lo cambian sólo los poetas. </div><div align="justify"><br /></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>
<h1>
BIBLIOGRAFÍA</h1>
<ul>
<li><em>El Independiente</em> Año I Número 19 - 1902 mayo 11 de 1902 , 30 de marzo de 1902 </li>
<li>“Cuatro palabras sobre el amor de Santa Teresa de Jesús”. <em>15 de octubre de 1882 Tercer centenario de Santa Teresa de Jesús</em> </li>
<li><em>Noticiero de Soria</em> Número 5931 - 1938 octubre 24 </li>
<li><em>La Opinión : diario de Salamanca</em> Epoca I Año 22 Número – 1892 </li>
<li><em>El Independiente</em> Año I Número 19 - 1902 mayo 11 </li>
<li><em>El Fomento: revista de intereses sociales</em> Año III Número 87 - 1883 enero 10, Núm 156 6 de octubre de 1883, Num. 168. 22 de noviembre de 1883, Número 111 14 de abril de 1883 , Núm. 116 – 2 de mayo de 1883, Número 150,14 de septiembre de 1883, Año XIII Número 2634 18 de enero de 1893 </li>
<li><em>El Adelanto : Diario político de Salamanca'</em> - Año XXVII Número 8341 (29/08/1911) </li>
<li> <em>El Independiente</em> Año I Número 12 - 1902 marzo 23 </li>
<li><em>El Siglo futuro</em>. 30/6/1882 </li>
<li><em>La Opinión diario de Salamanca</em> Epoca I Año 28 Número - 1892 10, 11,14,15,16, 18 de noviembre de 1892 </li>
<li><em>Unión escolar</em> Mayo de 1902 crítica a plumazos </li>
<li><em>El Criterio Diario Católico</em> 6/1/1892 </li>
<li><em>ABC</em> 17 octubre 1920 </li>
<li><em>EL COLEGIO "SAN RAFAEL" DE SALAMANCA</em> (1881 • 1887) Provincia de Salamanca Revista de Estudios Num 1 Enero-Febrero 1982 <a href="http://www.lasalina.es/revistadeestudios/Revista/0211-9730-1982-01.pdf">http://www.lasalina.es/revistadeestudios/Revista/0211-9730-1982-01.pdf</a></li>
</ul>
<span style="font-size: large;"><a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-nd/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> </span>Este <span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">obra</span> de <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Laura Rivas Arranz</a> está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported</a>. <span style="font-size: large;"> </span> </div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-72109138254470246662015-03-20T18:19:00.003+01:002022-12-12T22:32:33.468+01:00Un eclipse sobre Salamanca<div align="justify">
Hace mucho tiempo los eclipses y demás fenomenología celeste volvían del revés la ciudad. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
¿Y tú qué has hecho en el último eclipse de sol? </div>
<div align="justify">
<span><a name='more'></a></span> </div>
<div align="justify">
Yo apenas hice caso al sol... </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Y además, hace tanto que no miro las estrellas, que perfectamente me podrían haber sobrevolado haciendo cabriolas una flota entera de naves extraterrestres sin que me hubiera dado ni cuenta… </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Así de apegados al suelo caminamos algunos; con las narices bien metidas en el asfalto que pisamos no vayamos a tropezar, que con la de baches que nos salen al camino cualquiera se arriesga…, ¿no…? </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Darnos cuenta de esto y que empiece a protestar el astrónomo pequeñajo que llevamos por dentro es todo uno. Porque, el que más y el que menos, lleva desde niño un astrónomo interior.</div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
A ese astrónomo niño los salmantinos de antaño lo liberaban más.</div><div align="justify"><br /></div><div align="justify"> </div>
<div align="justify">
El 30 de agosto de 1905, Salamanca despierta decidida a disfrutar un eclipse parcial de sol. El redactor de <em>El Adelanto</em> –con no poca guasa– explica el revuelo charro “por la afición que el público salmantino tiene a los espectáculos gratuitos”. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
<a href="http://lh3.ggpht.com/-JVZS2SvPx9Q/VQxVN4nXMyI/AAAAAAAAH-g/zTyVmHDArFU/s1600-h/Eclipse%252520Adelanto%25252031081905%252529_1_1%25255B3%25255D.jpg"><img alt="recorte de El adelanto" border="0" src="http://lh4.ggpht.com/-NMU1hwHiMss/VQxVO_fQs4I/AAAAAAAAH-o/OZDPlv7a8jw/s16000/Eclipse%252520Adelanto%25252031081905%252529_1_1_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Desde muy temprano, en las proximidades de la plaza Mayor el kiosquero Barazal – muy popular entre los salmantinos de entonces– anuncia a voz en grito <em>El Libro del Eclipse</em>. A cambio de una perra chica todo el que quiera puede saber de “las guerras y crímenes que ocurrirán”... </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Las vecinas se juntan en grupos a charlar del tema del día. Unas culpan del eclipse al gobierno. —Muy bien hecho. Los gobiernos de España siempre andan metiendo la pata y ningún sopapo sobra— Otras, menos entusiastas de la política y de espíritu más filosófico, atribuyen el eclipse “al cansancio del sol”. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Charras y charros van proveyéndose de tal cantidad de cristales ahumados que el periódico afirma que las ventas de cerillas y vidrios se disparan en la ciudad. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
El día, que había amanecido espléndido, se va cubriendo de nubes. El ánimo de los salmantinos ensombrece hasta que alrededor de las once y media se abren los primeros claros en el cielo. A tiempo de que los salmantinos desplieguen al sol toda clase de artilugios y estrategias para sus exploraciones astronómicas. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
En la plaza mayor, los que no disponen de cristales ahumados acechan el reflejo del eclipse en el agua de la fuente, que existió en aquellos jardines de la plaza. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
En la Rúa, en la calle Toro, en la calle san Justo, en el Rollo, en los Caídos proliferan tubos, canalones y toda clase de inventos de cartón y engrudo: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
“Lorenzo Sánchez había ahumado un cristal y le había colocado al extremo de un canalón con el que debía hasta contar los habitantes de la luna”.</div>
</blockquote>
<div align="justify">
El hojalatero Justo Álvarez coloca a la puerta de su negocio un trípode con un tubo de zinc, cristales ahumados en los extremos y un cartel en la parte superior escrito a mano con trazos gruesos: “Observatorio astronómico de la Real Cámara de san Justo”. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
<a href="http://lh3.ggpht.com/-xuGDRtsnkBQ/VQxVPvuIt6I/AAAAAAAAH-w/x-6md0O5Wlg/s1600-h/Eclipse%252520Adelanto%25252031081905%252529_4%252520%2525281%252529%25255B3%25255D.jpg"><img alt="recorte del periódico El Adelanto Salamanca" border="0" src="http://lh5.ggpht.com/-IShUsUL4Olk/VQxVQeNPykI/AAAAAAAAH-4/YGmVQnQMZIk/s16000/Eclipse%252520Adelanto%25252031081905%252529_4%252520%2525281%252529_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
A la una del medio día se da por finalizado el eclipse. Tras haber echado unas risas al sol, los salmantinos vuelven a sus ocupaciones comentando las incidencias del eclipse, el descenso de las temperaturas y un “color peculiarísimo en algunos momentos”. </div>
<div align="justify">
</div>
<div align="justify">
Hoy, que también ha habido eclipse, no sé yo si habremos podido pausar algo esta vida acelerada que llevamos, y darnos el tiempo – y el ánimo – de echar unas risas al sol, de contemplar un “color peculiarísimo” en la luz y de jugar a astrónomos en la calle… </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<strong>BIBLIOGRAFÍA</strong> </div>
<div align="justify">
<strong></strong> </div>
<div align="justify">
<em>El Adelanto. Diario de Salamanca</em>: jueves 31 de agosto de 1905 <br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="http://i.creativecommons.org/l/by-nc-nd/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> </span>Este <span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">obra</span> de <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Laura Rivas Arranz</a> está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported</a>. <span style="font-size: large;"> </span> </div>
<br />Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-82269408043717574582014-09-27T22:04:00.003+02:002022-12-12T22:30:22.929+01:00Entre todos lo secaron y él solito se murió: el cedro de la plaza de los Bandos<div style="text-align: justify;">
Hace tres días que el Cedro de los Bandos no está. </div>
<br />
<a href="http://lh6.ggpht.com/-Xgntspmc2Nk/VCcUTqmoZVI/AAAAAAAADeo/xCkgyfEUVdM/s1600-h/P7020141%25255B16%25255D.jpg"><img alt="Cedro de la plazuela de los bandos" border="0" src="http://lh6.ggpht.com/-YeQlAGJnCF0/VCcUU3p3iQI/AAAAAAAADew/7cg9LlBiB7E/s16000/P7020141_thumb%25255B14%25255D.jpg?imgmax=800" style="border-bottom: 0px; border-color: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-style: initial; border-top: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto;" /></a> <br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Que sí. Que es verdad que llevaba varios años más muerto que vivo. Y que daba pena -y rabia- mirar sus ramas raquíticas, agarrándose a un puñado de globos de colores que han ido resecándose con el árbol. </div>
<div style="text-align: justify;">
<span><a name='more'></a></span> </div>
<div style="text-align: justify;">
Que sí. Que es verdad que el fantasma de la tala se nos aparecía siempre al caminar por la calle Zamora y mirar al Cedro. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Y aún así, qué pena esta mañana de sábado al mirar la plazuela y no encontrarlo. Estaba el sol, estaban los niños, estaban los viejos, estaba alguna pareja de novios, estaba la fuente, estaba el agua y faltaba el cedro.</div> <br />
<a href="http://lh6.ggpht.com/-2-Seue8orLk/VCcUVZPxG5I/AAAAAAAADe4/j--a8o38spk/s1600-h/cedro%252520de%252520la%252520plaza%252520de%252520los%252520bandos%2525205%25255B13%25255D.jpg"><img alt="cedro de la plaza de los bandos" border="0" src="http://lh5.ggpht.com/-s1pQG-T9HhU/VCcUWnznrSI/AAAAAAAADfA/QaxMQm3dEPE/s16000/cedro%252520de%252520la%252520plaza%252520de%252520los%252520bandos%2525205_thumb%25255B11%25255D.jpg?imgmax=800" style="border-bottom: 0px; border-color: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-style: initial; border-top: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto;" /></a> <br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Desde el Ayuntamiento explican que el cedro estaba seco. Lo que no explican es por qué estaba seco</b>. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
En 2012 el Ayuntamiento renunció a construir en esta plazuela el dichoso parking subterráneo. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero la renuncia llegó tarde, porque en 2012 la plaza de los Bandos ya no estaba tan bonita como siempre fue. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
La habían despanzurrado para hacer unas catas y averiguar si los restos de la iglesia de santo Tomé impedían o no la construcción del parking. El curioso veredicto fue que de la iglesia de santo Tomé no había el menor rastro en el subsuelo de la plazuela. Luz verde para agujerearla y rellenarla de coches… </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Menos mal que la <b>UNESCO </b>les paró los pies, que si no ya no tendríamos plaza de los Bandos. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero de aquellos trabajos y catas lo cierto es que la plaza de los bandos emergió más fea. Y no sólo por el suelo con el que sustituyeron el que habían hecho picadillo. El arbolado de los bandos pegó un bajón. Hubo alguna tala no se sabe bien si muy justificada. Y un día, también e<b>l cedro amaneció mustio</b>. </div>
<br />
<br />
<a href="http://lh3.ggpht.com/-W7wokleQ45U/VCcUXbdmDiI/AAAAAAAADfI/T100pH3K34s/s1600-h/P7020140%25255B8%25255D.jpg"><img alt="cedro de la plazuela de los bandos" border="0" src="http://lh6.ggpht.com/-J-aOZFROAsk/VCcUYeOddbI/AAAAAAAADfQ/4C-Bsysn7dE/s16000/P7020140_thumb%25255B6%25255D.jpg?imgmax=800" style="border-bottom: 0px; border-color: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-style: initial; border-top: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto;" /></a> <br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Debería haber una especie de CSI ecologista que hiciera la autopsia a los árboles para saber de qué han muerto y señalar a los culpables. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
No hay pruebas científicas de que <b>el cedro se haya muerto de abandono</b>. Pero vamos, que poco caso han hecho durante años a un cedro al que se le engancharon unos globos entre las ramas y allí han estado año tras año, cada vez más rancios, sin que nadie hiciera nada… </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
De todos modos, ahora ya de nada sirve quejarse. Las críticas llegan tarde. <b>El miércoles lo talaron, lo trocearon, lo subieron a un camión y desapareció de la plazuela el cedro muerto de los globos rancios. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuentan que tenía más de cien años. </div>
<br />
<div align="center">
<a href="http://lh4.ggpht.com/-9vsVsmyNXNk/VCcUZIdwdrI/AAAAAAAADeU/k0W7WzsCApg/s1600-h/16810505%25255B5%25255D.jpg"><img alt="fotografía antigua Plazuela de los bandos salamanca" border="0" src="http://lh6.ggpht.com/-MEQ-NiEhT2k/VCcUZ2rfaiI/AAAAAAAADec/d0Fu-q9pWTs/s16000/16810505_thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" style="border-bottom: 0px; border-color: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-style: initial; border-top: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto;" /></a><span style="font-size: xx-small;">Plaza de los Bandos en los años cincuenta </span> </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Ha sobrevivido en la plazuela cada uno de esos más de cien años. Hasta el 24 de septiembre de 2014… </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Con él se han llevado también un trozo de nuestros recuerdos. A la sombra de las ramas verdes y frondosas del árbol gigantesco hemos jugado al escondite, a escapar del lobo, a intentar vueltas pinetas… A su sombra nos hemos caído, nos hemos levantado, hemos crecido, hemos pasado con prisa, sin prisa, enfadados, alegres, tristes, enamorados, despechados, ilusionados, decepcionados, aburridos, agobiados... Personas, sueños, ilusiones que nos han acompañado a la plazuela ya no están, pero el cedro, al menos, seguía allí. Hasta ahora. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Ha salido una entrada triste. Pero es que, que haya muerto el cedro es muy triste. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Tenia más de cien años. Y ya no está. </div>
<br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="http://i.creativecommons.org/l/by-nc-nd/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> </span>Este <span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">obra</span> de <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Laura Rivas Arranz</a> está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported</a>. <span style="font-size: large;"> </span> Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-35951488571428297702014-08-17T18:48:00.008+02:002023-06-02T23:05:26.404+02:00Federico García Lorca en Salamanca<div align="justify">
El 21 de octubre de 1916, <strong>Federico García Lorca viaja en el tren de Medina del Campo con destino a Salamanca</strong>. Tiene 18 años y una matrícula de honor en Teoría de la Literatura y las Artes. Disfruta de un <strong>viaje de estudios</strong> con el que se ha premiado a los cinco universitarios que más han destacado en la asignatura. Viaja con su profesor, el salmantino <strong>Martín Domínguez Berrueta</strong>, y con sus compañeros de clase: Luis Mariscal, Ricardo Gómez de Ortega, Francisco López Rodríguez y Rafael Martínez Ibáñez. </div>
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<br /></div><span><a name='more'></a></span>
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La llegada del profesor y los cinco estudiantes de la universidad de Granada no pasa desapercibida en los periódicos locales. <em>El Adelanto</em> y <em>El salmantino</em> explican que el catedrático de Teoría de la Literatura y las Artes y sus cinco alumnos se han embarcado en una “<strong>excursión de investigaciones artísticas</strong>” que les ha llevado por Baeza, Úbeda, Ronda, Ávila, les ha traído ahora a Salamanca y les llevará a tierras gallegas. </div>
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`<a href="http://archivo.ugr.es/pages/imagenes/galeria/lorcadere"><img alt="fotografía de un joven Federico García Lorca" border="0" src="http://lh3.ggpht.com/-uk6mpjZFXFg/U_CimdoBRaI/AAAAAAAADYg/SsRVQzPLsP4/s16000/lorca-ficha-facultad4.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<div align="center">
<a href="http://archivo.ugr.es/pages/imagenes/galeria/lorcadere" title="http://archivo.ugr.es/pages/imagenes/galeria/lorcadere"><span style="font-size: x-small;">http://archivo.ugr.es/pages/imagenes/galeria/lorcadere</span></a> </div>
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<br /></div>
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Son las nueve y cuarto de la mañana. Es sábado. El tren de Medina entra en la estación. El joven Lorca pisa suelo charro.</div><br />
<div style="text-align: justify;">
Allí mismo, en la estación, les recibe el entonces vicerrector Esperabé. Es el pistoletazo de salida para una ruta salmantina que da comienzo a las nueve y media de esa misma mañana, y les lleva a visitar —dice la prensa que con el “detenimiento necesario”— la Casa de doña María la Brava, la de Santa Teresa, San Juan de Barbalos, La Facultad de Medicina (exteriormente), Irlandeses, la iglesia de los padres capuchinos, la iglesia de la cruz, las Ursulas, <a href="https://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/2012/10/leyendas-de-la-casa-de-las-muertes.html">la Casa de las muertes</a>, el palacio de Monterrey, las Agustinas, la casa llamada de las paces en la calle san pablo, San Benito, la Clerecía, la Casa de las conchas y la Universidad.</div>
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<br /></div>
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Lorca se entusiasma con lo que ve, a juzgar por el telegrama que envía a sus padres: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Estoy en Salamanca extremadamente feliz. Esto es muy bello. Estoy visitando monumentos* </div>
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*<span style="font-size: x-small;">Traducción al español de una traducción al inglés del telegrama original de Lorca. </span></div>
</blockquote>
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Esa tarde, siguen ruta por las dos catedrales, el Puente Romano y Santo Domingo. </div>
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<br /></div>
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Por la mañana, el rector decide dar un respiro dominguero a los excursionistas, y les obsequia unos vinos, dulces, y tabaco. Recuperadas fuerzas, el grupo sale al sol de la mañana y se hacen la imprescindible fotografía de recuerdo ante la fachada de la Universidad. </div>
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<br /></div>
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¿Buscaría Lorca la rana? </div>
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<br /></div>
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Gracias a un permiso especial del Obispo visitan a continuación los espacios de clausura de las Dueñas. </div>
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No consta en los periódicos qué hacen el resto del domingo. Quizá, el profesor da a los estudiantes la tarde libre. Las correrías de Lorca y sus compañeros por aquella Salamanca sólo podemos imaginarlas. </div>
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<br /></div>
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<a href="http://lh3.ggpht.com/-LT2-wRdNwP0/U_CinEKGTaI/AAAAAAAADYo/8KYk4niJtEA/s1600-h/Lorca%252520Bu%2525C3%2525B1uel%252520Bervena%252520la%252520florida%252520madrid%25255B3%25255D.jpg"><img alt="Lorca Buñuel Bervena la florida madrid" border="0" src="http://lh6.ggpht.com/-KDqlZKZhRP4/U_Cinz9G_3I/AAAAAAAADYw/29Q7JV4yPh4/s16000/Lorca%252520Bu%2525C3%2525B1uel%252520Bervena%252520la%252520florida%252520madrid_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<div align="center">
<span style="font-size: x-small;">Arte y parte revista bimestral de información artística Arte y parte revista bimestral de información artística - Número 56 – 2005 Obtenida de la <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion">web de Prensa Histórica</a></span> </div>
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<br /></div>
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El lunes por la mañana el grupo se marcha a visitar La Flecha. En los periódicos se anuncia que esa tarde tendrá lugar en el Paraninfo un acto protagonizado por los jóvenes estudiantes de la universidad de Granada. Se anima a los salmantinos a que acudan a conocerlos. </div>
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<br /></div>
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A las cinco de la tarde da comienzo con escasez de público. Los excursionistas granadinos no parece que hayan suscitado interés entre los salmantinos rasos ni —y eso es más extraño— entre la chispeante Salamanca universitaria… En los periódicos se reprocha que al Paraninfo hayan acudido pocos estudiantes y apenas profesores… </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
Martín Domínguez Berrueta se lo toma sin tapujos como algo personal. Desliza en su discurso algún comentario que deja al descubierto ciertas antipatías charras hacia sus métodos de trabajo. </div>
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<br /></div>
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Y quizá ahí está la clave de por qué <strong>la excursión de cinco estudiantes de la universidad de Granada y su profesor ocupa durante dos días la primera página de dos periódicos locales</strong>, con un resumen pormenorizado de sus movimientos por la ciudad. Estos viajes de estudios son una actividad novedosa, vinculada a la <strong>Institución Libre de Enseñanza</strong> y los métodos docentes eminentemente prácticos que promueve. El catedrático Martín Domínguez Berrueta ejerce una pedagogía nueva. De lo nuevo en Salamanca se ha desconfiado siempre mucho… </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
Que <strong>Berrueta no es un profesor al uso</strong>, lo confirma Lorca en otra misiva que dirige a sus padres hablando del profesor: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Es más como un joven de dieciocho años que como un hombre de mediana edad. Corre, ríe, canta con nosotros y nos trata como a iguales* </div>
<div align="justify">
<span style="font-size: x-small;">*Traducción al español de una traducción inglesa del original de Lorca.</span></div>
</blockquote>
<div align="justify">
¡No dice nada Lorca!… Eso de <strong>tratar como a iguales a los estudiantes debía de sonar en aquella Salamanca poco menos que a herejía incendiaria</strong>. </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
De hecho, hoy en nuestro sistema educativo, se está volviendo a intentar establecer el autoritarismo del profesorado. Como si la autoridad del profesor fuera algo que puede imponerse a los alumnos y no algo que se gana el buen profesor… </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
Conclusión: que con las reformas educativas vamos para atrás —pero muy atrás— y cada vez peor… </div>
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<br /></div>
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En el Paraninfo ya han terminado los discursos de los profesores y comienzan las exposiciones de los estudiantes. Un compañero de Lorca habla sobre Baeza, otro sobre Salamanca y su literatura y otro sobre el potencial pedagógico de las excursiones que están realizando. Esta última exposición acaba discurriendo por los derroteros siempre resbaladizos de la religión y la política. Las palabras del joven ponente terminan escandalizando a parte del auditorio; o al menos, al redactor de<i> El Salmantino</i>… </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
Es lo que tiene dejar que los estudiantes piensen por ellos mismos; que se generan ideas propias que pueden molestar al pensamiento establecido. Aunque también es verdad que Salamanca siempre ha sido de escandalera fácil… </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
La guinda al acto la pone <strong>Federico García Lorca ejecutando al piano “composiciones andaluzas compuestas por él”. </strong> </div>
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<strong><br /></strong></div>
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<a href="http://lh6.ggpht.com/-fEnwsViiNBg/U_Cioq3DuiI/AAAAAAAADY4/8Vqcj3vzPmk/s1600-h/federico-garcia-lorca%252520piano%25255B3%25255D.jpg"><img alt="Federico García Lorca tocando el piano" border="0" src="http://lh3.ggpht.com/-Se44MmB3Clk/U_CipnGIZmI/AAAAAAAADZA/t4VyKv7LGSU/s16000/federico-garcia-lorca%252520piano_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<div align="justify">
<br /></div>
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En aquella época lo que García Lorca quiere por encima de todo es ser músico. </div>
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<br /></div>
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Del concierto que da Lorca en Salamanca no hay mucha información. Sí se conserva sin embargo un testimonio del que el joven había dado en Baeza: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
Extinguidos al fin los aplausos y obedeciendo a una seña casi imperceptible de Berrueta, Federico García Lorca, el mozalbete, se sienta al piano. Todas las miradas se fijan en su cabeza, un poco gruesa y morena, que inclina un instante sobre el pecho. Así se queda varios segundos, hasta que sus manos atacan el teclado. Entonces se opera el milagro: la figura sentada crece, se hace adulta; sobrepasa las naturales proporciones y parece llenar la sala por completo. Los oídos de cada uno de los presentes recogen unas notas mágicas, que les despiertan todos los sentidos. No sólo escuchan, sino que ven, tocan , huelen y saborean los sones. Y delante de sus ojos no advierten otra cosa que al muchacho, el vuelo de sus manos y el movimiento de sus brazos.[…] </div>
</blockquote>
<div align="justify">
Al día siguiente la prensa salmantina destaca que la interpretación de García Lorca arranca los aplausos del auditorio. </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
No sabemos si Lorca habría sido mejor músico que escritor. Pero sí sabemos del arte inmenso de su escritura. Afirman sus estudiosos que el Lorca escritor nace en estos viajes de estudios, en las “excursiones de investigación artísticas” que organizaba Martín Domínguez Berrueta. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<strong>El talento literario de Lorca empezó a brotar al calor de los métodos pedagógicos de un catedrático salmantino</strong> que trató a sus alumnos como a iguales y que se granjeó la crítica de algunos de sus colegas… </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
Los biógrafos del escritor también afirman que <strong>en este viaje a Salamanca, Berrueta lleva a sus alumnos a conocer a Miguel de Unamuno</strong>. De ello los periódicos no cuentan nada. Es el primer contacto entre dos grandes. Unamuno ya consagrado y Lorca en ciernes. </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
Casi un año después, <i>El Salmantino</i> da a conocer que el catedrático Martín Dominguez Berrueta “ha sido comisionado por el Ministerio de la Instrucción Pública, para realizar investigaciones artísticas en Castilla la Vieja”. El tema de la investigación es “la ruta del romancero”. El catedrático selecciona a los cuatro estudiantes que le acompañarán en este nuevo viaje. <strong>Federico García Lorca vuelve a ser uno de los elegidos. </strong> </div>
<div align="justify">
<strong><br /></strong></div>
<div align="justify">
De las visitas que realizaban en estas excursiones, los estudiantes iban tomando notas. Fruto de esas notas es <strong>“Impresiones y Paisajes”.</strong> Obra en prosa, que ve la luz gracias a una autoedición financiada por el padre de Lorca. En ella <strong>el escritor nos deja sus opiniones de Salamanca</strong>; un poco más reposadas y alejadas del entusiasmo juvenil que transmitió a sus padres en aquel telegrama. Con la pluma bien afilada nos deja estos párrafos: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
“Es verdaderamente angustioso lo que pasa en España con estas reliquias arquitectónicas... Todo trastornado... pero con qué visión artística tan deplorable.</div>
</blockquote>
<blockquote>
<div align="justify">
Recordemos la gran plaza de Santiago de Compostela con el monumento al señor Montero. ¡Qué salivazo tan odioso a la maravilla churrigueresca de la portada del Obradoiro y al hospital grandioso! Recordemos la Salamanca ultrajada, con el palacio de Monterrey lleno de postes eléctricos, la casa de las Muertes con los balcones rotos, la casa de la Salina convertida en Diputación, y lo mismo en Zamora y en Granada y en León... ¡Esta monomanía caciquil de derribar las cosas viejas para levantar en su lugar monumentos dirigidos por Benlliure o Lampérez!... ¡Desgracia grande la de los españoles que caminamos sin corazón y sin conciencia!... Nuestra aurora de paz y amor no llegará mientras no respetemos la belleza y nos riamos de los que suspiran apasionadamente ante ella. ¡Desdichado y analfabeto país en que ser poeta es una irrisión!” </div>
</blockquote>
<div align="justify">
Federico García Lorca en lucha por la belleza, la poesía, el amor... Nace el poeta. </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
Leyendo la crítica del jovencísimo Lorca, pensamos en “monomanías caciquiles”, en “caminares sin corazón y sin conciencia” y la verdad que no parece que hayan cambiado mucho las cosas... </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
Federico García Lorca dedica “Impresiones y paisajes” a su profesor de piano. A Martín Domínguez Berrueta le parece una ofensa que no se lo dedique a él, que tanto ha contribuido con sus clases, los viajes de estudios y sus reflexiones artísticas a que el primer libro de Lorca vea la luz. Cuentan que <strong>Martín Domínguez Berrueta echa a Lorca de su casa</strong> cuando éste va a verle para regalarle un ejemplar. Y cuentan que <strong>Lorca le devuelve el golpe en un periódico con ciertos comentarios algo burlones</strong> acerca del profesor… </div>
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<br /></div>
<div align="justify">
Así <strong>termina para siempre la amistad entre Lorca y uno de sus mentores</strong>. Cosas de la vida y de los egos del catedrático y del escritor… Cosas que pasan… Dos años después, fallece Martín Domínguez Berrueta. Lorca reconoce entonces lo mucho que debe al profesor. Muestra en público su dolor y confiesa a un hijo de Berrueta cuánto lamenta aquellos sucesos: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
“Nunca me lo perdonaré”. </div>
</blockquote>
<div align="justify">
Para que Federico García Lorca vuelva a Salamanca tienen que pasar dieciséis años. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<strong>En 1932, Lorca se ha embarcado en una gira de conferencias por algunas ciudades españolas</strong>. Salamanca es una de las afortunadas. Federico García Lorca ya es un escritor grande —casi mítico en realidad—. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
En esas conferencias, Lorca habla sobre el cante jondo y hace lecturas de sus poemas. <br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXAFfCH_nPEkDb1Yp4ZR5EYfAkiurGy2X7lQRqUdpmz9yyrkhLoBmbar59qY8ydjqFBFsab8YlJP1dTmyOv_Ar8Vo82wbO6s_VlqOQDJCB1pCeOf4Emo24DAKQJILKusypyFPeTRef4h8/s1600/federi1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Federico García Lorca" border="0" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXAFfCH_nPEkDb1Yp4ZR5EYfAkiurGy2X7lQRqUdpmz9yyrkhLoBmbar59qY8ydjqFBFsab8YlJP1dTmyOv_Ar8Vo82wbO6s_VlqOQDJCB1pCeOf4Emo24DAKQJILKusypyFPeTRef4h8/w640-h432/federi1.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Dicen que <strong>en todas las ciudades se produce siempre el mismo fenómeno</strong>. Los <strong>admiradores de Lorca</strong>, jóvenes intelectuales y escritores, acuden a recibirle a la estación. Se lo llevan a comer. Por la tarde Lorca da <strong>su conferencia, que siempre es un éxito. </strong> </div>
<div align="justify">
<strong><br /></strong></div>
<div align="justify">
La finalidad de la gira poética por España la deja bien clara el escritor en la lectura que hace en Barcelona: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
<<Voy a leer […] una selección de poemas de mi modesta obra poética con toda la buena fe y la intención pura de que soy capaz y con el ansia que tiene todo verdadero artista que lleguen a vuestro espíritu y se establezca la comunicación de amor con otros en esa maravillosa cadena de solidaridad espiritual a que tiende toda obra de arte y que es fin único de palabra, pincel, piedra y pluma. </div>
<div align="justify">
[…] </div>
<div align="justify">
mi profundo cariño y compenetración con el pueblo, como me ha llevado a escribir teatro para llegar a todos y confundirme con todos, me trae esta tibia mañana de Barcelona a leer ante gran público lo que considero más entrañable de mi persona. </div>
<br /></blockquote>
<div align="justify">
En Salamanca, <i>el Adelanto</i> cuenta que <strong>el público le aplaude estruendosamente</strong> y le obligan a hacer un bis. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Tras el éxito de la conferencia, sigue siempre una cena y luego una ruta nocturna por la ciudad correspondiente, en compañía de un grupo de incondicionales. Se aprovecha para recorrer los monumentos de la localidad que a Lorca tanto le gusta contemplar. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
A la mañana siguiente, <strong>Federico García Lorca coge el tren rumbo a la siguiente población de su gira, dejando atrás irremediablemente otra ciudad deslumbrada</strong>. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<a href="http://lh5.ggpht.com/-CLMAelkCa-Q/U_CiqdSPtxI/AAAAAAAADZI/kXkY3aAGgvo/s1600-h/Federico_Garcia_Lorca%25255B3%25255D.jpg"><img alt="Federico Garcia Lorca" border="0" src="http://lh4.ggpht.com/-IMMfVExaLDM/U_CirGCbpcI/AAAAAAAADZQ/s6hZQjEjO-M/s16000/Federico_Garcia_Lorca_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" /></a> </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Así habla de él <em>El Adelanto</em> al día siguiente de su lectura: </div>
<blockquote>
<div align="justify">
[…]un poeta como Lorca, gitano, granadino, verde y negro como un faraón de la raza» </div>
</blockquote>
<div align="justify">
El talento y el éxito de Lorca, grandes, incuestionables, no se perdonan en un país como el nuestro… Y si a eso unimos los valores de libertad, solidaridad que quería hacer llegar hasta la esquina más oculta de España, el estallido de la Guerra Civil convierte a Lorca en un blanco fácil. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<a href="http://lh5.ggpht.com/-0rxUz2MPVuI/U_Cir29BVfI/AAAAAAAADZY/QEvlY30q6Ag/s1600-h/1898%25255B4%25255D.jpg"><img alt="1898" border="0" height="484" src="http://lh3.ggpht.com/-vThxoTXxuCc/U_CitGT-aeI/AAAAAAAADZc/fUtk6MlrUNo/1898_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800" style="background-image: none; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; margin-right: auto; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" title="1898" width="349" /></a> </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
La Guerra Civil, ese periodo terrible de vergüenza nacional, liberó odios, sirvió en bandeja los ajustes de cuentas y se llevó por delante muchas vidas, a Lorca, la libertad y la alegría. <br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyMI6bFlDjP_9ap7du-dOlCV1YkvG2Six9phPQOCsEHhVWBTbzQezc5NAErIS7Jzw8X03Y2cidvoJomn_0FJUvWF7EbiFKNTnrYwh_4cIyeQCsDc2yZuJPByvvKdCkI2uDVNGMB36PGr0/s1600/noticia+muerte+de+lorca.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="318" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyMI6bFlDjP_9ap7du-dOlCV1YkvG2Six9phPQOCsEHhVWBTbzQezc5NAErIS7Jzw8X03Y2cidvoJomn_0FJUvWF7EbiFKNTnrYwh_4cIyeQCsDc2yZuJPByvvKdCkI2uDVNGMB36PGr0/s1600/noticia+muerte+de+lorca.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;">'La Libertad - Año XVIII Número 5131 - 1936 septiembre 9</span> <a href="http://prensahistorica.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/presentacion"><span style="font-size: x-small;">Prensa histórica</span></a></div>
<br />
<br /></div>
<div align="justify"><span style="font-size: large;"><b>Laura Rivas Arranz</b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;"><b><a href="https://www.laurarivasarranz.com/">https://www.laurarivasarranz.com/</a><br /></b></span></div><div align="justify"><span style="font-size: large;">Escritora. Autora de las novelas <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Rompecabezas</i></a> y <a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR"><i>Pasos en la escalera</i></a></span></div>
<div align="justify">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><br /></span></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://amzn.eu/d/fqvDnZR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Pasos en la escalera novela de Laura Rivas Arranz" border="0" data-original-height="272" data-original-width="640" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmuQ7B9avZcKNqQrj0c0aZiO8_dbTvz4MircfR7Hid4YyNPB-WcjZpSsaQYdma1bm0yjYz8FPUNEdHK8hplN9K5E5aJQ-TJyPVDoaCO04JiEN6eefDYNYYFayOcvVmoX7wKI91k9s7RfAHC7GtnR9_sjB_qK2sbxF-H6emRPMx-Z3IiupvHmFdhdh/w640-h272/20230414_220942.jpg" width="640" /></a></div><br /><div align="justify"><br /></div><div align="justify"><br /></div>
<strong>BIBLIOGRAFÍA</strong><br />
<ul>
<li><em>Federico en Baeza</em>. Ian Gibson. <em>Abc</em> 6 de noviembre de 1966 </li>
<li><em>F. García Lorca Prosa, 1 Primeras prosas conferencias alocuciones homenajes vida poçetica, antecríticas entrevistas y declaraciones. Obras, VI.</em> Edición de Miguel García-Posada. Akal 1994. </li>
<li>Fundación Federico García Lorca: <a href="http://www.garcia-lorca.org/Home/Home.aspx" title="http://www.garcia-lorca.org/Home/Home.aspx">http://www.garcia-lorca.org/Home/Home.aspx</a> </li>
<li>El Gitano en la obra de Federico García Lorca: <a href="http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/68991/1/El_gitano_en_la_obra_de_F_Garcia_Lorca.pdf">http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/68991/1/El_gitano_en_la_obra_de_F_Garcia_Lorca.pdf</a> </li>
<li><em>Lorca a dream of life</em>. Leslie Stainton. A&C Black </li>
<li><em>El Salmantino periódico semanal</em>. 23,24 de octubre de 1916 </li>
<li><em>El Adelanto Diario político de Salamanca </em>23, 24 octubre de 1916</li>
</ul>
<span style="font-size: large;"><a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license"><img alt="Licencia Creative Commons" src="http://i.creativecommons.org/l/by-nc-nd/3.0/88x31.png" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; border-width: 0px;" /></a> </span>Este <span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">obra</span> de <a href="http://historiasdelcuartodeatras.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Laura Rivas Arranz</a> está bajo una <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/" rel="license">licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported</a>. <span style="font-size: large;"> </span> <br />
<br /></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5857751991783299554.post-67958393083762588192014-05-07T12:15:00.005+02:002022-12-12T22:24:25.834+01:00Rompecabezas (novela) Editorial: LiterandaLa editorial Literanda ha aceptado publicar mi novela <i>Rompecabezas, </i>y quería contaros a todos los que pasáis por aquí a leer mis textos charros que han hecho una edición super preciosa, que podéis descargar ¡GRATIS! desde el 7 de mayo en la web de la editorial. <a href="http://www.literanda.com/librerias/autor/narrativa-contemporanea/rivas-laura/165-rompecabezas">Aquí</a><span><a name='more'></a></span><div><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3HXeRGTm65t_hN-WVk4DO5LEVZJBFzDP2fz7sQZ3Ls51hG2g0nbpGBxaAZLjYdHc-pVd6WNP3XThOHuQtF1KBLjjNc_bo9Rh9kaxkmHF4lSI155xKE-bYn22vQ10pvt9vogfZMUZIWSo/s1600/banner+rompe+gracias.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="Novela Rompecabezas de Laura Rivas Arranz portada y sinopsis" border="0" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3HXeRGTm65t_hN-WVk4DO5LEVZJBFzDP2fz7sQZ3Ls51hG2g0nbpGBxaAZLjYdHc-pVd6WNP3XThOHuQtF1KBLjjNc_bo9Rh9kaxkmHF4lSI155xKE-bYn22vQ10pvt9vogfZMUZIWSo/w640-h290/banner+rompe+gracias.jpg" width="640" /></a></div>
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Puede descargarse en los formatos epub, mobi y pdf.</div>
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Disculpad el off topic, pero estoy tan ilusionada con esta publicación que tenía que compartirlo con vosotros!!!</div>
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Como excusa podemos decir que como la autora de <i>Rompecabezas </i>es salmantina no es un off topic del todo :D :D</div>
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¡Animaos a descargar la novela y a leerla! Si la leéis contadme vuestra opinión!!</div>
<br /></div>Laura Rivas Arranzhttp://www.blogger.com/profile/12997048327367352971noreply@blogger.com4